Perímetro

 

(Sam Giliam)

Acuclillado en el centro de mi ciudad. Apenas empieza Marzo y se ha partido con un crujido seco, por los intersticios se escuchan gorjeos, trinos, cantos melodiosos, también  la basura de los noticiarios. Sé que no volveré a verla, me lo dice el viento que llega del mar, me lo susurra como una amante envidiosa.  Voy dejando las historias en el camino diario que me impongo para descifrar las metáforas, para adivinar que hay a ese otro lado, detrás de los montes mágicos, del horizonte donde una vez acabó mi mundo. Cambió la masa por la forma y se ha quebrado un cuento, quiero parar con las manos la melancolía y es inútil, el pecho se me llena de un dolor negro y duro, algo sólido que me nubla la mirada y la esperanza, que me llena de miedo y salgo hacia el acantilado de la distancia. Todavía no es primavera, dibujo el amanecer en un ingenuo intento de atrapar la nada, dibujó nubes sobre la superficie quieta de la Ría, camino por sus riberas, escribo te quiero en un portal, intentó diques para que no se vaya el recuerdo, recojo las primeras flores amarillas cuando subo a Artxanda, también unas blancas que me recuerdan a Cádiz, en una mano llevo una nuez y en la otra una piedra del punto de partida, símbolos que me impongo para no olvidar a quien amo, ritos para que la belleza no se agriete, canto para no olvidar su nombre y el día se ha roto en dos, mis labios musitan frases en lenguas que desconozco, voy a zancadas, nunca llego, ella esta tan lejos, nada tiene sentido, quiero volver y no sé donde, aquí no termina la historia,  nos mintieron, aquí empieza otra y tengo que saber si es exilio o fortaleza, si voy o si vengo, las dudas me muerden, bah, disfruten, gente, estamos vivos, ya es lunes.