Manivela
La sombra y la apariencia
Andrés Sánchez Robayna.
Buenos días, amor que triunfas de la sombra
Y abres fuego nuevo con el giro de la campana.
Que te enramas con esfuerzo de raíz y copa
Y, de dado a dado, desmontas el paisaje
Del derribo, y te vuelves mina de bosques
Y de la migaja extraes otra fiesta.
Maria Mercè Marçal
de Diré tu
cuerpo.
Pero la poesía no quiso curarse, no aceptó remedio, ni consuelo, para la melancolía irremediable del tiempo, ante la tragedia del amor no alcanzado, ante la muerte. Más leal tal vez en esto que la filosofía, no quiso aceptar consuelo alguno y escarbó en el misterio. Su única cura estaba en la contemplación de la propia herida y, tal vez, en herirse más y más.
Pensamiento y poesía en la vida española
María Zambrano. 1939.
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Leo
a poetas que podrían explicarte mejor que yo lo que sentía esta mañana entre el presentido viento a tu
lado, la absoluta falta de prisa en el mío, tú no, mi sí, 505 kilómetros y
todos los etcéteras que quieras añadir, vidas paralelas, secantes, tangentes,
círculos concéntricos, trigonometría y otras artes aunque el amor,
ay, el amor, que a una edad no hay demasiado tiempo para el luego, que el luego
a veces es nunca, que nunca es demasiado tarde, que quia pulvis eris et in pulverem reverteris,.
En cualquier caso, mi dulce amiga, somos como somos y sería un atrevimiento por mi parte querer cambiar tus principios, tu convencimiento, tu tozuda equiparación de una cosa con otra. Sí, tú me decías (tan niña, tan pura, tan cielo), “me besas ¿me quieres?” Yo, tan machito, tan estúpido, tan provinciano, pensaba “¿qué dice esta cría? Han tenido que pasar diez y seis años y tres meses para saber qué querías decir tú y por qué no lo entendía yo.
Contesto ahora tu última carta.
No conoces tus límites, puedes ser todo lo que quieras.
Entiendo perfectamente que ahora eres como quieres ser, estás disfrutando de la libertad.
Aquí no hay ningún juego individual, mucho menos se hace nada cuando solo uno de los dos quiere. Y puede, añado.
Verás, aquí hay un problema, aquí hay una relación (epistolar, sí, pero relación) de dos personas que se querían mucho hace exactamente diez y seis años (quizás sin saberlo ni ellos mismos, separados por miedo, por orgullos absurdos, por yo qué sé), que se han reencontrado en un momento de sus vidas muy especial, que se han redescubierto, que se han visto diferentes en el espejo del otro, mejores, más dignos, más auténticos, que se han asustado por el torrente de sensaciones, emociones, placer, abismo, tentación y todo lo que quieras poner de más y que en un caso lo enfoca con sabia prudencia femenina y en otro con alocada explosión de palabras, hechos, deseos, es decir, como siempre.
Te propongo lo siguiente. Me quedan unos cuatro meses de condena, salgo el 14 de febrero.
Ven a esperarme y empezamos de nuevo.
Gracias por los libros que me has enviado, me ayudan mucho en el aburrimiento de este encierro forzado.
Te quiero.
Alfred Eisenstaedt,Street scene. Circa 1932, Italy
Cesa la lluvia, Parker huele la hierba mojada, observa el caminar de los caracoles, mira al cielo intentando adivinar lo que vendrá. Llega a las escaleras de la ría. El barquero, con la pericia de los años de oficio, le ayuda a cruzar a la otra ribera, después extiende la mano exigiendo su precio. Atrás queda el largo puente en el que estaba la felicidad. No era eso y saberlo después se convierte apenas en un sarcasmo. La línea del tiempo está desbordada. La libertad está más allá del desierto. Se eclipsa la posibilidad del refugio en la casa del lago. Hace una señal en el tronco de un olmo y el jueves es apenas el preludio de la nada. Parker sabe que detrás de la puerta están los paisajes, los otros, la ciudad, los amigos, Marie, todas las Marie del mundo. Rebusca en el archipiélago de sí mismo, en su insomnio, en el fluir de sus pensamientos, quiere describirlos pero no sabe si el camino empieza en el norte o en el este, quiere volver al punto de partida, quiere aprender a escribir en prosa, en verso, novelas, reportajes, poemas, sus memorias pero no tiene memoria, no recuerda, sabe que estuvo fulminado, huido, que fue, que está de espaldas a la ventana, que mira el papel blanco como un desafío, hoy, mañana, cada día. Sabe que tiene pendiente el harakiri, su propio incendio, quemarse para resurgir, la revolución para que todo sea igual pero diferente, no sabe si puede usar la guillotina consigo mismo, se encoge de hombros y sale a buscar un retablo en una iglesia en un pueblo que no existe.
LARGA ES LA NOCHE [ODD MAN OUT] (1947) DE CAROL REED
James Mason
hace de malo/bueno en esta sugestiva película de 1947. Tiene interés ver ahora,
con otra mirada, éxitos de otros tiempos (esta, recién terminada la II Guerra
Mundial). La dirección, la interpretación, los secundarios, un cierto aire
teatral en muchas escenas, la magnífica ambientación, la música, el conjunto
ofrece momentos para disfrutar y para aprender. Me ha gustado, he sonreído con algunas frases
moralizantes, y he tenido que esforzarme
por el contraste con el cine actua (quizás me ha gustado por eso).
(“Una vez acabada la Guerra, llegaron los éxitos
mundiales de Reed. El primero de ellos sería Larga es la noche (Odd Man Out)
(1947), una soberbia película mezcla de drama e intriga donde se narra los
últimos días de un activista del IRA (James Mason). Larga es la noche situó a
Reed, con todos los derechos, como uno de los grandes directores de la década.
Pero aún estaban por llegar otras grandes obras
maestras del genio londinense. El éxito de Larga es la noche provocó que Reed
se asociara con Alexander Korda para fundar London Films, productora de gran
empuje futuro. El buen entendimiento entre los dos directores hizo que Reed
viviera una de sus mejores épocas como director y, a partir de entonces,
productor de sus propios filmes.”) (Wikipedia)
https://elgabinetedeldoctormabuse.com/2019/07/02/larga-es-la-noche-odd-man-out-1947-de-carol-reed/
En este principio de semana quiero escribirte así, como al descuido, fingiendo que no es a ti, que no te veo, que me escribo sin querer, que me contemplo, que tú eres un pretexto, nada más, nada menos, que acumulo palabras sin sentido y la emoción ha huido tras las sombras de otras voces como arena, de otras personas, con otros rostros, con otros recuerdos que también me duelen, que tú no estás ahí y que todo esto es mentira, me lo invento para pasar las tardes del domingo, para llenar de frases el vacío de no verte o por eso.
Marie, durante largos días solo me llega tu silencio. Quizás estés de viaje, o retenida en algún aeropuerto perdido por huelgas salvajes de profesionales de la nada. Quizás hayas encontrado por fin el amor, el que mereces. Ya, sé que no tienes ninguna obligación de informarme, lo nuestro es apenas una relación epistolar, íntima pero lejana, tanto, de país a país, de continente a continente. Sin embargo nos hemos contado, nos hemos dicho, nos hemos jurado, la verdad no puedo estar sin saber que estás bien. No sé si te das cuenta de que si a ti o a mí nos ocurriera alguna desgracia jamás sabríamos qué ha pasado, que nos ha ocurrido, lo achacaríamos a un enfado, un cambio de humor, tú no te atreverías a llamar a mi hija, yo no osaría preguntar a tu esposo. Termina el viernes y aún no me has escrito, no me atrevo a llamarte por teléfono por si estás con él. Dime algo, dime que estás aburrida de mis promesas incumplidas, dime que no soportas más esta distancia, te juro que la próxima primavera iré a conocerte, créeme. Escríbeme, no lo soporta más, tu silencio.
Se herrumbra el ancla melancólica allá en el fondo de anémonas y deformados peces con antenas, un fondo sin luz, sin referencias, con tiburones rastreando entre las piedras pardas, raíces de Atlántidas que no conocimos y el silencio. No se puede descender sin riesgo de colapso en la esperanza, de golpe al esternón de un barco hundido, aquel que transportaba especias, anhelos, esclavos del placer, encadenados, timoneles enfermos de lujuria, marineros con pendientes de coral, corrientes submarinas que transportaban celos, mustios placeres, lentos movimientos de buzos hostiles, de ansia extranjera, caía despacio el imposible retorno, bajo el agua no hay invierno.
Te envidio, Marie, envidio tu mirada limpia, tu candor, la fuerza de mirar el luego, verlo, modelarlo con tesón, con caricias de seda, sin desmayo, ser tú, tan libre, así, como eres.
(Aquí me quedo con la cosa que no he terminado bien el post de hoy. todo sea por la brevedad)
Tomo el pulso de este otoño de hojas y ceniza, de árboles muertos y la lluvia, inclemente, azotando los amores rotos, rompiendo la imagen de sueños imposibles, incumplidos, derribándose como un castillo endeble, suena el viento en el bosque de aun noviembre, lo llena de remordimientos agrios, busco el sol en la noche, lo imposible, dioses inquietantes agitando un mundo inseguro, hostil, desde que aprobé el cursillo de genuflexión me duelen los riñones, me duele el alma desde que sé que la tengo, aspiro la fragancia del deseo, una voz inaudible me inquieta, no la entiendo, afilo las orejas y un siseo me vuelve a lo de ahora.
Dulce Marie, no me quisiste nunca, te gustaba, quizás, lo desenvuelto de mis besos, que te cantaba al oído, que te enseñé a jugar al ajedrez, el jaque mate, me enseñaste el cartel de los Beatles de tu cuarto, con naturalidad, llegó tu padre y no pasaba nada, era imposible, bailábamos y esa era la máxima cercanía.
Con todos mis respetos, sentado en el mantel de nuestro ahora maldigo la virginidad que defendías. Cuánto amor perdido, cuánto tiempo derrocado.
Dice la monja que mañana no podremos pasear por el jardín, que está todo encharcado.
La mañana es fría, con un limpio cielo azul, el día perfecto para eliminar a Pedro. Como por la tarde no podrá escribir, Parker maquina la forma más elegante de prescindir de quién le inventó. Durante semanas lo ha estado pensando, está aburrido de ser un personaje sujeto al humor del aprendiz de escritor, quiere la independencia, todo el mundo quiere la independencia.
Consulta con personajes de ficción de otros blogs, con protagonistas de seriales, de cuentos, de sueños, de historietas, de comics. Llega a varias conclusiones, necesita una bandera, un himno y fronteras. Tiene el motivo, el hastío por repetición. También tiene el enemigo, Pedro. Solo necesita un arma. Recorre varias armerías y en todas le niegan pistolas, navajas, tijeras. Decide que le matará a mano. Le esperará escondido en el río, cuando baje a beber se lanzará sobre él y dará fin a esta historia que dura demasiado.
¿Acabará con él?
La solución...pronto.
La mañana se levanta fría, hasta los termómetros están asustados. Dos personas caminan por la alameda, van muy abrigados, apenas se ven sus rostros. Entre la niebla flota su voz.
Parker: Estoy muy enfadado contigo. Me has inventado como un personaje triste y sombrío, preso de imposibles amores, siempre en el borde de lo inalcanzable, del desamor, serio, circunspecto. La primera parte fue más o menos poética, pero en esta segunda me has vestido con galas funerarias.
Pedro: No te he inventado, chaval, estamos aquí hablando de tú a tú. Tienes derecho a réplica, en general los personajes inventados cumplen sin rechistar y mírate, aquí, quejándote, públicamente además.
Parker: Es cierto, pero con cautela. Sabiendo cómo eres te creo capaz de borrarme de un plumazo, cambiarme el nombre o el destino, hacerme desaparecer o atribuirme tormentosos idilios con damas imaginarias.
Pedro: No tienes ni idea de cómo soy, eres un presuntuoso, juegas a psi y no te has parado ni un momento a pensar la causa por la que estás aquí.
Parker: Bueno…bien…parece que me atribuyes aquello que temes que se asocie contigo, tu parte gris, lo que puede empañar lo que piensas de ti mismo, romper la imagen que has creado de tu propio personaje.
Pedro: Que no, que no te enteras, Freud de pacotilla, mira, escribir es un ejercicio vulgar, hay millones de blogs, millones de personas escribiendo sus historias, sus aficiones, sus sueños, sus miedos, lo que piensan, sienten, temen, sus opiniones, sus gustos y disgustos, lo que…
Parker: Ya, ya, no te enrolles, calla un poco no me líes, tienes que tener algún problema para estar aquí todos los días…
Pedro: En absoluto, al contrario, estar aquí todos los días me trae algún que otro problema. Pero las alegrías que me da lo compensa. Preocúpate porque voy a prescindir de tu presencia.
Parker: No, si eres vengativo, ahí, escondido en ese glup de las narices y dejándome en primer plano, Parker por aquí y Parker por allá, todos los palos para mí. Tienes que tener algún problema grave en la cabeza.
Pedro: Te estás pasando.
Parker: O en el corazón.
Pedro: Eres injusto.
Parker: Cuando ya no sabes qué colgar en la página me resucitas, me utilizas para compensar tus traumas, tus oscuridades, eres patético.
Pedro: No tienes respeto, eso lo primero. Lo segundo, te la estás jugando, no estoy de humor. Lo tercero, te voy a bajar a los infiernos de una Ofelia que te vas a enterar.
Parker: Uy, qué miedo, cuenta, cuenta lo tuyo mejor y déjate de invenciones, sé valiente, da la cara, escribe con las tripas como te dice M.
Pedro: Lo mío va por un lado y lo que imagino va por otro. Mi vida es tranquila y sin sobresaltos. Escribo para imaginarlos, para pintar el tedio de los días.
Parker: Ya, escribes para liberarte…
Pedro: No.
Parker: Escribes para curarte.
Pedro: Tienes la mente enferma.
Parker: Sí, pero estás aquí hablando con un personaje que tú mismo has dejado en libertad. Tú sí que estás mal de la cabeza.
Pedro: Se acabó, voy a borrarte de todos los post atrasados. Eres un peligro.
Parker: Tendrás que inventarte otro Parker.
Pedro: ¿Borrarte?, no, voy a castigarte, voy a escribir los pasajes más tristes para que estés todo el día lloroso y dando lástima…
Parker: Tus lectores me compadecerán y te odiarán.
Pedro: Vale, se acabó, no saldrás más.
Parker: Tendrás que captar la atención de los posibles lectores.
Pedro: Lo haré.
Parker: No tienes tiempo, andas siempre agobiado para salir aquí cada día.
Pedro: Lo buscaré.
Parker: Algunos lectores me han tomado cariño.
Pedro: Son muy amables, sí, pero ese será mi problema.
Parker: No me borres.
Pedro: Sí.
Parker: Por favor.
Pedro: Haberlo pensado antes.
Parker: Por favor.
Pedro: Bueno, lo pensaré.
Y las dos figuras se pierden en la niebla de este clima raro de estos días de noviembre en el que ya no saben qué decir y buscan argumentos en los planteamientos más absurdos, investigando incluso en la cooperación del otro yo que no es uno pero podría serlo.
Qué cosas.