A jazz jam session takes place at photographer Gjon Mili's studio loft in New York City, 1943.


lunes, 31 de julio de 2023

Grito

 



Grito y no es falta de respeto, no, es puro orgullo, que me planto aquí, de pie y digo, o no digo, según quiera, que me sobran palabras, voces y mentiras, que me las contaron todas, de todos los colores y medidas, que me juraron verde y no era, que me pintaron tigres y eran ranas o humo o algo de lo que todavía no sé el nombre. 

Estoy en ello.

Miro a derecha, a izquierda, la vida pasa saltando en zuecos embarrados. 

Estoy aquí muriéndome de ganas.

Grito.

¡¡¡Grito!!!

domingo, 30 de julio de 2023

Solitude

 


Soledad. Lo dice Anthony Storr, para ser feliz no necesitamos a los otros (esos seres raros), la gran satisfacción de la vida es la Creatividad. Dice que lo que hacemos los seres humanos cuando estamos solos es tan importante como lo que hacemos cuando estamos con otros (es que hay cada otro…). Se basa en que la mayor parte de nuestra vida estamos solos (lo calcula en un tercio del tiempo total, él) y que ante el instinto de compañía y cosas tan fútiles como la amistad, el amor (esas nimiedades) se opone el instinto de estar solos, de independencia y si uno tiene aptitudes y actitud, de Crear (que es la madre del cordero del planteamiento este).

No sé si estoy muy de acuerdo con esta teoría. Con otros he hecho cosas importantes (la mili, jugar al fútbol, tomar vino, etc) con otras he hecho cosas muy satisfactorias (a ellas, de una en una, también se lo parecía o eso decían),  (incluso una, con mi leve colaboración,  tuvo dos hijos, chica y chico, muy majos, buena gente). Sobre lo otro, he dedicado más tiempo a criar (a esos hijos) que a crear pero ahora que estoy más liberado lo mismo me tiro al monte y creo, no sé, no creo.

A usted ¿qué le parece?


sábado, 29 de julio de 2023

Y me llevo dos.

 

Jorinde Voigt   (DE, 1977)



Ensimismado, ciego a lo ajeno al metro cuadrado, lo mío, no más, la ventana da a un patio vallado, allí se simula la vida, en la frente la sílaba fatal, sin respetar las señales, gritando mentiras a la luna, arañando el alma solitaria acodada en el balcón del aire, enroscado en el ombligo del ombligo, con la armadura abollada por el estigma, el abuelo en un árbol, apilando en la acera las nostalgias arrugadas, pegando carteles en las paredes amarillas, inventando constelaciones con el dedo, enhebrando la aguja que coserá el sudario de los recuerdos, abanicando temores, el miedo a dormir solo, la cabeza corre, las piernas no, dibujando jirafas desgarbadas, hipopótamos que buscan su espacio de agua, alondras sin alas, la placidez del sueño de un niño, disfrutando la mirada del fin de la tierra que susurra al oído, la voz que habla de lejos, la carcajada desde un fondo de guitarras y palmas desnudas, el vengador puntual cada madrugada, las preguntas mexicanas, la sonrisa uruguaya, el corazón en un plato, la sangre goteando desde el lavavajillas, como un tren que viaja de noche, que paren esta máquina, que dinamiten la vía, es un viaje al infierno –si lo hubiera- y se han agotado los billetes de regreso, hace calor, no llueve, caminamos hacia agosto, quizás pronto llegará un oscuro invierno.

Esto es.

Y me llevo dos. 

viernes, 28 de julio de 2023

Fotos de familia, (2003)

 



En este placer de la lectura incluyo trabajos de algunos buenos amigos que me enseñan y me llenan de regocijo.

Hoy: René Rodriguez Soriano (DEP).


Octubre del sesentiocho


PASÓ EL MAYO FRANCÉS, LA BREVE PRIMAVERA DE PRAGA, y ahora me sacude, bipolar, mi guerra fría. Qué año éste y yo aquí, sólo mirando una foto, muchas fotos; solo sin Laura que no está. Están sus fotos tristes y sonreídas, lejos de My Lai o de Varsovia, con las tropas rompiendo madres. Laura se ha ido, y están tan cerca sus latidos. Se fue con las palomitas de papel y me ha dejado mil hologramas en la sangre y los sentidos. Su olor en mi piel, su mirada perdida. Está tan cerca, y sin embargo tan distante. Laura cabalga en una nube azul; y yo no puedo. Tirado por el suelo, a seis columnas el vespertino La Noticia, desdibuja en vivo, y a todo color, descamisados lápices que desbanderan desgarrados gritos. Flor de cayena en ristre, en rojo a seis columnas, contra la infamia y el odio impunes ¡Tlatelolco! Suena Joan Manuel, en lento y larga duración, me duele adentro, muy adentro, ay, amor, sin ti no entiendo el despertar, las noches se hacen hondas, vacías, largas, desoladas. Falta alguna estrella, y no le tiembla música en el pulso a la ciudad, mientras te miro de frente y me sonríes, delgada, ausente. Me gusta, siempre me ha gustado como sonríes, y me gusta más aún cuando doy con tu sonrisa eternizada en las fotografías que, ahora en estos días, en que no estás, acompañan mi soledad y acortan, tú no sabes cuánto, mi angustia y este esperar por tu regreso, el aura que me salva de las tempestades y el tedio. © Fotos de familia, (2003)

René Rodríguez Soriano













jueves, 27 de julio de 2023

¿Se nota?





Por definición un blog es un espacio muerto, un recurso para XX frustrados (escritores, poetas, saltimbanquis, virtuosos del acordeón, personal con impotencias varias). Este (blog) es la continuidad (hasta aquí llegó la inundación en 2007) de otro anterior, de otro anterior y se ha convertido en un almacén de autoconsumo en el que me divierto de manera egoísta, defendiéndolo con la lengua y los codos, es mío, no critique que disparo. Estoy pensando en dejarlo en modo privado y leerme y releerme yo solo, que se jodan los otros, digo. Aquí, (con chulería) con casi 2 M. de clicks (ver estadísticas)   se comenta poco, se viene de rebote, se agradece el silencio, las limosnas y tú sabes ¡Viva mis parroquianos! Cuando se escribe (ficción) para uno mismo (liberación) sin ánimo de otra cosa que no sea escribir (no fricción, con nadie)  y alguien lo hace suyo (¿cuándo te ocurrió esto?), sabes (sé) que está bien escrito. Me quedo tan ancho.  Por eso y por otras (muchas) cosas más aquí sigo, como un náufrago en esta isla que aguanta el maremoto de la falta de imaginación, déficit de atención y otras catástrofes. No nos moverán. O sí, pero que me lo digan a la cara, en la calle (de uno en uno, por favor, no se aglomeren). Estoy un poco nervioso ¿A que no se nota?

miércoles, 26 de julio de 2023

Ella sabe



A pesar de todo no  es un día anómalo, está calmado, luminoso, con un calor que sí, el propio de este verano que rompe termómetros, que no se quiere escapar, largo, corto, no hay pájaros ni enredaderas taciturnas, se me ha escapado una idea y la busco a tientas por un jardín oscuro, no me vas a creer pero te extraño en esta tarde inútil sin playa ni gaviotas posadas en el alféizar, sin 52 traficantes a escasos metros del portal, sin tu sonrisa como una línea que no sabría dibujar, no hay lápices, sin tu voz que me cuenta de su vida de antes, de ahora, que también ríe, pensando cuando te pensaba, imaginaba un tendedero que no existe con sábanas al viento, tus ojos tristes, esos que ahora brillan cuando el cielo es azul aunque llueva en las horas melancólicas, en las inciertas tardes de sábado, hoy, que es triste sin serlo, que tiene escarabajos y un ángel malhumorado, escribo sin mirar, sin mentir, de espaldas, sin soportar mi propia ausencia, buscando las palabras con perfume, la frase que se pose en tu lengua mientras lees, la música que cante lo que cantarás, beso tu carne resucitada, memoria frágil, no me olvides, necesito tu clarividencia entre otras cosas, podrías haber sido lo que hubieras querido, eres un ser libre que mira el futuro con alegría, casi nada, te beso las manos y cierro los ojos. Belleza.

martes, 25 de julio de 2023

Montañeros desmontañados



Éramos ocho jóvenes que escalábamos montañas, trepábamos por pendientes escarpadas, abajo nos observaban las negras simas, el vacío.

Las cordilleras nos desafiaban, con gran compañerismo zigzagueábamos entre aristas cortantes, dándonos ayuda y colaboración en los desfallecimientos, sobre rocas inmensas, piedras singulares, oxígeno enrarecido, nieblas que ocultaban la realidad del llano, grandes pájaros que siempre estaban más arriba, con el desafío de llegar a la cima.

Aquella tarde llegamos exhaustos al refugio, la subida había sido dura, las dos últimas horas nos acompañó una fuerte lluvia. Nos descalzamos, nos pusimos ropa seca, hicimos fuego, cenamos y nos reconciliamos con la comodidad de aquel pequeño habitáculo. Aunque al día siguiente deberíamos intentar llegar a la cima bebimos y cantamos, reímos, nos contamos sueños y ambiciones, la vida estaba llena de futuro, éramos amigos, nos sentíamos afortunados. 

Amaneció, entre nieve y viento, éramos ocho, reemprendimos la marcha, en lo más alto no nos esperaban mujeres desnudas ni vestidas, pero llegamos.

La semana siguiente decidimos variar nuestros hábitos. Iríamos a un pueblo del norte de Burgos a pasar el fin de semana. Invitaríamos a algunas amigas. Nos disfrazaríamos, cenaríamos,  después cantaríamos y bailaríamos. La idea era trasplantar el espíritu de nuestras inocentes fiestas en las alturas por diversiones a nivel del mar y de nuestras apetencias.

Las chicas se disfrazaron de princesas, de apaches con minifaldas, de los años 20, de bailarinas orientales, de vikingas, estaban todas guapísimas (menos Carmen que era muy simpática).

Los chicos nos disfrazamos con poca imaginación, la verdad. Destacaba uno de obrero con buzo y casco; otro de campesino con un sencillo sombrero de paja; Andrés de bombero con manguera y todo (diez metros); Juan de rajá hindú con la línea de los ojos pintada de negro, con pendientes y sortijas de oro; Carlos de payaso, bien maquillado, la cara blanca, los labios rojos, con zapatones y un gran reloj colgando de su cuello; yo de sabio loco con una peluca de rizos, una bata blanca, una probeta en la mano y una joroba disimulada. 

Cenamos magníficamente, bebimos pacharán, gin tonic y licores espirituosos, nos alegramos y cantamos, claro. Andrés su aria de siempre. A Luis le prohibimos sus crudas coplas machistas. A coro entonamos el Asturias patria querida. Yo canté el “que me importa del mundo si tú no está muy cerca de mí”. Para entonces casi todos (Carmen no) estábamos más o menos perjudicados. Carlos se arrancó y salió al improvisado escenario. Le animamos con gritos admirativos de tío  bueno y similares. La verdad es que su disfraz era magnífico, un perfecto traje de payaso, la cara pintada, la gruesa nariz roja. Nos pidió atención y recitó. Al principio no entendimos, seguimos animándole, riendo, bromeando. Él siguió, serio, desgranado un poema que había compuesto y en el que con versos sin rima pero sinceros, declaraba entre otras cosas que nunca esperaba que en sus cumbres hubiera mujeres desnudas, que prefería que Juan le esperase allí, aunque estuviese vestido.

Éramos torpes pero nuestro silencio fue la mejor evidencia que lo habíamos entendido. Fue la primera salida del armario que vi en vivo y en directo.

A partir de aquella noche fuimos seis jóvenes que subíamos montañas, trepábamos por pendientes escarpadas, abajo nos observaban las negras simas, el vacío. Cumbre a cumbre fuimos aprendiendo a escalarnos.




lunes, 24 de julio de 2023

Montañas y montañeros



Éramos jóvenes. Escalábamos montañas, trepábamos por pendientes escarpadas. Abajo nos observaban las negras simas, el vacío.

Las cordilleras nos desafiaban. Con gran compañerismo zigzagueábamos entre aristas cortantes, dándonos ayuda y colaboración en los desfallecimientos, sobre rocas inmensas, piedras singulares, oxígeno enrarecido, nieblas que ocultaban la realidad del llano, grandes pájaros que siempre estaban más arriba, con el desafío de llegar a la cima.

Éramos jóvenes. En aquellas excursiones aventureras guardábamos la secreta ambición que en lo más alto nos esperase una mujer desnuda.

Al bajar de las cumbres, satisfechos, cansados, también ansiábamos que nos esperase una mujer desnuda.

Nunca nos esperaron.

Ni siquiera vestidas.

Por eso, entre otras cosas, cambiamos de actividad y nos lanzamos a un deporte mas arriesgado, ser hombres.

Seguimos entrenando.



domingo, 23 de julio de 2023

Algo menos que un desafío





Vivo y digo y digo, pues eso, ya, aquí, en racha, que acarreo esta página y la visto como me da la gana, hoy hilos de plata, mañana reflejo de candelas, pasado sierpes, al otro frío en el costado al estar yaciendo en versos, en verdades, en saber que esto es lo que hay, no sé si piedras, vegetales, animales de fuego o solo una absurda forma de pasar el rato, tú mismo, lee y calla (o no).

Vivo lo que digo.

Y digo.

¿Qué pasa?

sábado, 22 de julio de 2023

Metro

 


En el metro, de Bilbao a Plentzia,  en  Sopelana el vagón se queda medio vacío. Miro por la ventana, en el asiento de enfrente dos señoras hablando, a lo suyo, ignorándome, como si estuviesen solas.

“Ese momento del día en el que me tumbo en la cama en pijama, con mi  paquete de Windsor,  un vaso de agua en la mesilla, sin ganas de dormir, leyendo mi libro. Gloria bendita” (dice una). “Me pasa lo mismo,  cuando después de la oficina entras por la puerta,  te quitas el sujetador, la casa en silencio.” (dice la otra). “Soledad, dicen, no he vivido mejor en mi vida” (una). “¿No echas en falta a un hombre  después de tantos años?” (otra). “¿En falta?, hace mucho tiempo que les echo en sobra. Unos controladores.” (una).  “¿Y aquel médico de Munguía?” (otra). “Un pesado, solo quería follar, para follar estoy yo. Todos son iguales” (una).

Una de las señoras se levanta, me mira y dice “¿Qué, escucha bien? que no se ha perdido sílaba.”

Me pongo colorado y me bajo una estación antes, en Urduliz. Cinco kilómetros andando. Qué señoras.

viernes, 21 de julio de 2023

Simenon

 


Simenon nunca defrauda. “Maigret tiene miedo” me ha gustado mucho. Sin artificios, sin marear al lector, sin tenderle trampas, tal cual. ¿Se ha quedado antiguo?, no, por supuesto que no. Es mas le otorga otro valor, describe muy bien los ambientes, la forma de vivir, contrasta con la novela negra de ahora, hasta los asesinatos parecen más “normales”. El personaje de Maigret está muy bien definido.  
 
Ponga un Simenon en su lectura de verano. Me lo agradecerá.


jueves, 20 de julio de 2023

¿Qué?


Aquí, plantado ante el hoy para mañana me siento cansado, me sobra palabrería, recursos, trampas, me falta sentimiento.

Miro hacia atrás y la mayoría de lo que leo/veo me parece ajeno, lejano al menos, no sirve, está el ahora y necesita algo nuevo.

Escribo para mí, claro, pero hay momentos que no (me) entiendo nada. Creo que llevo demasiado tiempo aquí, utilizando palabras que no pueden contener la realidad, mundo imaginario del que solo veo el marco de la ventana, el paisaje está ahí, lejos, inaccesible, no sé describirlo.

Algo habrá que hacer.

¿Qué?

miércoles, 19 de julio de 2023

Carmen María Machado

 


Hace poco vi una actuación de Bob Pop en el teatro Campos. Recomienda “En la casa de los sueños. Lo he terminado. Debería comentarlo. Diga lo que diga seguro que no acierto. Carmen María Machado escribe entre bien y muy bien. Lo decimos sus lectores y sobre todo sus editores y los libreros que alaban su prosa, su valentía, su  labor por dar a conocer realidades no por ocultas menos ciertas. Todo eso está muy bien. Lo empecé con entusiasmo porque el estilo es ágil, tiene ritmo, mezcla su realidad con citas cultas, con fragmentos, está bien documentado, tiene oficio. ¿Es suficiente? Pienso que no. Es más, sin querer quitar ni un gramo de importancia ni de tragedia  a su historia personal lamento decir que no es suficiente, que una vez más es un libro para vender y ganar dinero (¿qué esperaba?, es la industria, estúpido) y que incluso puede ofender a personas con circunstancias muchísimo más graves (me meto en un jardín al medir la intensidad de los malos tratos, lo sé). Para mí es un libro con vocación de trascendencia y se queda corto. Admito réplicas, puedo estar equivocado.

https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/en-la-casa-de-los-suenos/9788433980908/PN_1049

https://www.elimparcial.es/noticia/228817/los-lunes-de-el-imparcial/carmen-maria-machado:-en-la-casa-de-los-suenos.html

martes, 18 de julio de 2023

Bonoloto

 




Diez y media de la mañana del lunes. El bar del puerto,  también administración de la bonoloto esa. Frente a la ventanilla un “veraneante”, con sus boletos. Cuatro hombres de bastante edad esperando. El “veraneante” habla y habla con la señora del bar, no termina. Cinco hombres esperando, cuatro hablan en un galego cerrado. 

Veraneante: ah, quería sellar el boleto de mi mujer pero lo he tirado a la papelera sin darme cuenta.
Señora del bar: todavía no estará llena, mire usted a ver si lo encuentra.
Ya somos siete hombres de edad esperando, alguno hace gestos de fastidio.

Veraneante: no lo encuentro (y busca y rebusca entre los boletos arrugados)
Señora del bar: tiene que estar ahí, mire usted bien.
Somos nueve. Uno dice “el puerto lleno de gente, lo menos quinientas personas y la gaviota me caga a mí”. El “veraneante” se siente aludido pero sigue rebuscando.

Veraneante: no está (no se le ocurre apartarse y buscar su puta papeleta con calma) 
Señora del bar: seguro que está, mire, mire.
Somos once, esperando, hombres, de edad, cabreados, muchos dicen palabras que no entiendo pero que califican al “veraneante” de forma precisa, poco amable, sí, pero lo definen bien. A mí también se me ocurre alguna pero su madre no tiene la culpa.

Veraneante: creo que es esta, pero no estoy seguro 
Señora del bar: si usted quiere se la sello.
Veraneante: ¿y si no es?
Señora del bar: viene usted luego y le hago otra.
Veraneante: no, si no es por el dinero.
Los trece hombres de edad que estamos esperando turno le llamamos de todo en gallego, en castellano y uno rubio en inglés. Lo más suave es pesado. Le gritamos con las venas del cuello alteradas.

Veraneante: selle, selle, lo que quiera, al azar. 
Señora del bar: cuatro euros.
Y se va el individuo con sus boletos, muy digno, mientras los quince hombres de edad le decimos de todo, uno quiere pegarle, le sujetamos.

Así se van las mañanas de los hombres de edad.
Por cierto, hoy tampoco me ha tocado nada.





 




18.07.2023


 

lunes, 17 de julio de 2023

Puerta a puerta

 


François Schuiten 1989



Ella jamás había mirado  antes por mi ventana pero aquella tarde su cara era un fragmento de luz, lo perfecto, la belleza, estoy seguro que nadie ha podido verla así, jamás, el rostro de una diosa, la emperatriz, un ser de otro mundo, más allá de los límites de aquella cama, yo un demonio, impuro, terco, hábil quizás, aquella tarde, no otra, haciendo el amor en su cabeza, antes, deleitando sus oídos con ternura aprendida en otras camas, mintiendo con exactitud donde era preciso, un cirujano de emociones cortando los músculos del miedo, un poeta que glosaba sus caderas, ella ascendiendo sobre sí misma y el deseo, descubriéndose en las manos que acariciaban su espalda, que empujaban su resistencia, la vencían, un instante, sí, cuando fue esclava de su cuerpo, descontrolado en el goce, cuando soltó los caballos, los gorriones, las liebres, desató la cordura, sus certezas, era entonces y allí fuimos, cómplices, bien, engañándonos, no éramos pero sí, mentimos diez te quiero, encendimos hogueras, quemamos bosques, barcos, nos quemamos los muslos de deseo, mordimos el temblor, nos mordimos como perros, los gritos apenas contenidos, los vecinos, mi carpeta, la corbata, creerán que eres del seguro, dijo, sí, dije, a las tres vuelve Ángel, avisó, y ya no era, o era, su cara era la suya, yo era yo mismo, después nos vestimos y eso fue todo.

domingo, 16 de julio de 2023

Distancia de rescate


Distancia de rescate

Samanta Schweblin.


Es este un relato extraño, inquietante, difícil, ambiguo, para sufrirlo o disfrutarlo, atrapa, no sabes muy bien qué ocurre ahí dentro pero sabes que algo importante pasa, algo trágico. Me ha recordado algunos pasajes de “Vivir abajo” (Gustavo Faverón Patriau, otro fenómeno). 

Samanta Schweblin, muy elogiada y premiada, escribe con un sugestivo estilo propio, muy personal, pura literatura. Un descubrimiento (para mí)

Decir que me ha gustado quizás no refleje lo que he sentido, me ha impactado, interesado, sorprendido, he terminado  sus pocas páginas en una mañana.

Quizás no guste a lectores acostumbrados a otros estilos.


Parece que Netflix tiene la versión cinematográfica en su catálogo. 


sábado, 15 de julio de 2023

Parker, Kafka y su espalda.

 



Lumbago. Parker está tumbado sobre la cama como un cangrejo, como el bicho ese de Kafka. Ha intentado levantarse pero le duele mucho el cuerpo y el alma, no mueve las piernas porque el dolor es agudo. “Eso te ha ocurrido cuando saliste del súper con dos packs de leche, que eres un bruto” (dice uno). “Seguro que te ha dado  por quedarte dormido en el sofá “(dice otro). “A tu edad ya no puedes hacer esfuerzos” (remata aquel). Parker procura estar quieto, deja la mente en blanco. Om.

Mientras tanto, de alguna parte han salido las famosas y diminutas arañas negras de la melancolía, muchas, se acercan a la cama, suben por las sábanas y en pocos minutos  han cubierto el cuerpo de Parker, entran por los orificios de la nariz, inundan su cerebro y ya está el cuadro completo: la parálisis mental y corporal. Fuera llueve.  Vaya racha. 

Nota: Parker es vergonzoso para pedir pero en su nombre agradecería remedios caseros para la lumbalgia.

viernes, 14 de julio de 2023

Alba

 


Bailaréis sobre mi tumba.
Alba Carballal.

Pues eso, que empecé esta novela con entusiasmo, cegado una vez más por los elogios en prensa y paginas de expertos (no espabilo). El que Alba Carballal abunde en utilizar el gallego en varios personajes no me arredró, al contrario. Que tantos protagonistas se muevan en diferentes épocas, se mezclen, vayan y vengan tampoco me asustó, al principio. Que utilice un estilo que quiere ser original pues, vaya. Pero llega un momento en el que perdí el interés, la trama no tenía el más mínimo atractivo, todo se embarulla, demasiada parafernalia y poca enjundia, quiere hacer algo ambicioso y le acaba quedando un tocho. ¿Es una mala novela? Pues yo qué sé, que lo juzgue el que sea más listo, a mi me ha defraudado, lo he terminado por pura disciplina. A por otro. 


jueves, 13 de julio de 2023

No vuelve la primavera.


 

“Una noción contemporánea de genio tendría que enfocarse en nuestro manejo de  la información y nuestra capacidad de diseminarla. Perloff ha acuñado un término, moving information que significa tanto el acto de mover información de un lado a otro como el acto de ser conmovido por ese proceso. Plantea que el escritor de hoy, más que un genio torturado, se asemeja a un programador que conceptualiza, construye, ejecuta y mantiene de modo brillante una máquina de escritura.” 


Uncreative Writing. 

Kenneth Goldsmith



No vuelve la primavera, por mucho que reniegues, perjures o vociferes, quedó en blanco el sortilegio, el apuro al desvestirte y aquel agobio por regresar a casa para la cena. No te obstines, la realidad es cruel, tozuda, te hiere en lo más profundo, ahí, dónde duele. Ella está allá, vos acá y es lo que hay, resígnate, hermano. No es necesario añadir nada, tantos teorizaron sobre esto, en el bosque de la escritura abundan los lamentos, el corazón retorcido y ese afán de contagio, cállate niño y no llores más.

miércoles, 12 de julio de 2023

Parker intuitivo



Parker intuye que esto (esto) es como una rifa, una tómbola sin boletos (¿cómo puede ser eso?), que siempre toca (¿a quién, qué?), una feria (de las vanidades) donde cada uno enseña su ombligo, labores de partera de la seguridad social, aquí (bueno, ahora allí) Osakidetza, uno al derecho dos al revés, brillantes disertaciones sobre la nada, un perro triunfa, una idea no, un gato rubio arrasa, una emoción casi nunca (depende del grado de profundidad, las epidérmicas, sí).

Parker sabe que Paris en llamas vale menos que el amanecer en Castro (Urdiales), que la entrada en la cárcel de Txitxo de Miguel (¿quién coño es ese?) es irrelevante, que la política de cualquier signo es un territorio minado con bombas de racimo (¡eh!, sin son minas no son bombas,), que entender es superior a sentir, que imaginar es un don, que la ironía es un arcano, que el dedo es selectivo (por lo general prefiere cualquier orificio, de la nariz supone, Parker).

Parker certifica que hay cosas mejores que hacer, al menos podría citar dos, tres a lo sumo, pero egoísta se las guarda, se las reserva, las tiene ahí, escondidas, en zurrón, acaparador. Ahora se enfada y no respira.




martes, 11 de julio de 2023

Parker raro


 
Weekend plans, Tajette O'Halloran 


Parker sabe que vivir son cuatro días, es un decir, y que hoy está lloviendo, no llueve, por eso entra por otras puertas, para saber, para entender, nadie entiende, para sentir, nombres que así, de seguido, no dicen, Zerfas, Oliver Chaplin, The Vernon Spring, Nala Sinephro, Jasmine Myra, Alan Hawkshaw, puede añadir delicias de coleccionista, de zahorí, de enterao, quid pro quo, lo descatalogado, estar en el cuarto oscuro no sirve de nada, asomarse a la ventana menos, David Hazeltine, Bill Charlap, Levi Neroli, Louis Guerrier, Simon Talbot, The New Dawn, buscadores de lo raro, los que se ponen la chapa en el pecho, Gary Cooper tú, guapo, solos ante su peligro, Parker sabe que ellos sí son peligrosos, tan listos, tan singulares, solos o en compañía de otros, Rafi en el Dueso, uno de los cuatro nombres cerca, con un manojo de llaves aún intenta abrir el candado de Boca del Cielo, Chiapas tan lejos, qué sabrá él, para aprender intenta esto y otras cosas. ¿Es inútil? Bai.

lunes, 10 de julio de 2023

Parker se alela.




Parker advierte que se va alelando progresivamente y para remediarlo, en parte, va de San Roque a San Martiño, ida y vuelta,  mañana y tarde, haga sol o llueva, conoce los pasos desde el motor del Destroy medio enterrado en la arena hasta el chalet donde Camilo José Cela escribió “Madera de boj”, sabe que no se puede molestar a las gaviotas que se juntan a la salida del riachuelo, recita los cuatro nombres, evita mirar a las señoras que se sienten libres y pasean por la orilla con sus pechos al aire, evita mirar a los hombres que se creen jóvenes y corren con la mirada perdida justo donde la espuma se rompe, saluda a cada peregrino que a saber de dónde partieron, vuelve a casa con apetito, como una letanía recita los cuatro nombres y hoy casi olvida uno.  Parker se está alelando, aviso.

domingo, 9 de julio de 2023

Esto no es un diario (10)

 



Esto no es un diario.

El Fin de la Tierra, 08 de julio de 2023

“…me bebí la sed de un solo sorbo y me interné en sus ojos sin mirarla” escribía René Rodríguez un dominicano grande, generoso, me enviaba sus libros, simulábamos riñas  sin saber, yo, que era famoso, él, laureado, que publicó tanto y tan bueno, que tuvo la osadía de incluir alguno de mis textos en la sección literaria del periódico de Miami donde colaboraba.

Recuerdo esto en un sábado lluvioso de Fisterra, costa da morte, un linde con otro mundo, allí donde caen las aguas a un infierno, al limbo, un territorio agreste de rocas y peñascos sumergidos, el mar domesticado en julio,  Langosteira a pocos metros, peregrinos falsos que no sudan, simulación del esfuerzo y mariscadas, todo es mentira menos alguna cosa.

En el tejado de la casa de al lado, bajo la antena de la televisión  ha anidado una gaviota, da saltitos por las tejas con su cría que aún no vuela.

Recordar que no debo usar diminutivos.

Elogio de los txitxarros que me comí ayer. Con pimientos de Padrón.

Ribeiro (dos) con amigos de aquí a las 13,30 en Doña Lubina.

Hay un concurso de disfraces y han pasado cinco odaliscas con las piernas peludas, reconversión del gremio de pescadores. Una tendencia. Luego dirán que el pescado es caro..

Todo el país en máximos y aquí el sol no puede pasar las densas nubes negras. Pero ha quedado buena tarde.

Inglaterra gana.

Este no diario me servirá para saber lo que no he hecho.

Antes escribía prosa poética, me diré.

Voy a ver la puesta de sol que es gratis.

sábado, 8 de julio de 2023

Actor número tres.

 


El Actor sabe, lo sabe ahora, que acariciar aquel cuerpo no era un pasaporte a su alma, no un visado, no un pase de pernocta, no un permiso indefinido, tener su cuerpo era un trabajo, un purgatorio, una obsesión, la condena del ejercicio desnudo de besar una y otra vez la anorgasmia irreparable de una mujer sin lengua.

Sin embargo volvía los miércoles, aún antes de amanecer, cuando mataron al juez y en primavera.

Ella escribía en una nube “ven” y él, obediente, iba.

Ha pasado el tiempo, subido en la escalera absurda que ha fabricado, otea un horizonte que ya no existe, no hay más allá que el recuerdo de un cuarto oscuro donde se veían sin verse, donde se tocaban como silenciosos amantes que no querían turbar a los que dormían sin saber, un pacto con un demonio cruel que fijó límites, una derrota ante un ejército de sentido común y papeles firmados antes de la luz.

La función debe continuar, el Actor vuelve al escenario y recita: “yo soy mi mundo” (Wittgenstein  - Tractatus 5.63)

La locura de los otros como una pared obscena ante los desatinos que crecen, se agigantan dentro del Actor, su trágica obsesión por esa mujer espiritual y ajena, ausente, entregado a la hamartia de cercarla con un amor que jamás será correspondido. A quién un dios quiere destruir antes lo enloquece.

Esto es.


viernes, 7 de julio de 2023

Actor número dos


Al terminar la sesión, con el alma alborotada, el Actor espera la noche negra, el preludio de las horas transitadas por hombres con problemas gástricos y emocionales. Es el momento para mezclarse con aquellos qué, como él, arrastran su dolor entre alcohol y risas fingidas.

Donde antes hubo navegantes, con lentitud, la ciudad se ha transformado en un espacio de personas que transitan para acá y para allá, junto a ellos los atentos vigilantes de mensajes entretejidos en la niebla de no verse. Los ausentes se hablan con los ausentes, intercambian coloquios con desconocidos de lejos o cerca, lectores de tabaquerías en fábricas que nada fabrican, solitarios farfullando soliloquios, ilusionistas que lloran cuando mueren las palomas.

Un puto aburrimiento.


 

jueves, 6 de julio de 2023

Actor número uno.



El acto creativo mantiene la vida, es un baile lascivo ante la cruel muerte.

Llueve, hay gorriones bajo un alfeizar simulado, los espectadores entran al teatro con lentitud, dejan los paraguas goteando sobre la madera del vestíbulo, se sientan sin dejar de hablar.

Solo en el escenario, el Actor se lleva un dedo a los labios y recita: “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo (Wittgenstein (Tractatus (5.6)). Entre el público un asistente despistado aplaude.

Suena el timbre de las nueve,  todos se van, el Actor se prepara para el baño de melancolía.

miércoles, 5 de julio de 2023

El blog como bluf,

Max Ernst - La Création du monde, 1951,


La literatura como bluf, o cómo mirar hacia atrás para escribir, una mirada retrospectiva ¿para tomar impulso?, ¿para repetir lo anterior?, ¿para seguir con la misma cantinela? 

El arte como bluf, la captura de una cierta poesía flotando en los objetos, en las ideas, en las palabras, en la naturaleza, en las personas. Plasmar esa poesía, intentarlo con disfraces, torpe, chapuceramente, con bigote postizo, soplando un matasuegras.

El blog como bluf, es decir un esfuerzo que no sirve para nada hasta que alguien lo lee, es más hasta que el que escribe lee sus propios textos y se sorprende, se lee como si hubieran sido escritos por otra persona.

Según Canetti (y Lacan, claro) uno es lo que habla. No sé si uno es lo que escribe (o lo que dibuja, lo que pinta, lo que esculpe, lo que hace) Una revelación. Sin necesidad de ángeles ni trompetas lo supe. Así, de repente, en un tris tras. Puedo escribir lo que quiera, de lo que quiera, no tengo idea de nada pero esa propia ignorancia me esconde los escrúpulos, nada por aquí, nada por allá, el post de hoy. (Aplausos)

Hoy estoy fuera (incluso de mí mismo) y no tengo  el cuerpo para escribir versos sublimes mientras  la vida camina a zancadas que me están dejando atrás. No se me termina la imaginación, se me termina la vergüenza. Lo dicho, el post de hoy, desde Fisterra, buenos días.

martes, 4 de julio de 2023

Este mar de incomprensión

 

“Trust Issues” by takiisbranding aka  Bruno Cæsar.

Los lapiceros trazan líneas de colores, retorcidas, sugerentes, una cadera aquí, un pubis ausente allá, cuando sin avisar amanecen las espinas, en bandadas, enfurruñadas, malévolas, inquietando la delicada piel donde nos sentamos, alterando el hilo con rocío colgado hasta la oreja, orejas, intentando vibraciones a transmitir por los kilómetros de nervios atrofiados y el blanco pelo cortado un verano, siega de ausencia, cosecha del error en una caja azul con agujeros, un perro que fue fiero y ahora yace sobre una alfombra gris o quizás no sea gris y esto trata de un pasado utilizable, con calles en blanco y negro y sopas de pan en el café con leche, en cualquier caso, nostalgia, no futuro, como si esto (¿vivir?) funcionara como un armario de recuerdos con sus baldas repletas de ropa de cama y toallas mojadas, con humedad continua, goteras desde el piso de arriba, como vivir en un submarino que cruza sobre los fondos marinos con peces ciegos, tiburones sin dientes y un Neptuno musculoso y amanerado con cabellos como algas mientras Anne Sofie von Otter canta con Costello y el sol está en una cesta de la compra olvidada en un parque londinense donde Roxana teje este jersey rojo que me protege ahora que creo en la santísima reencarnación de las bicicletas palentinas, en el contraste del trastear de guitarras Hendrix y mientras subíamos al Gorbea el viento gritaba María y ahora la felicidad vestida de blanco se ha sentado en mi cocina y mastica risas y zapatos sobre las baldosas de la luna. Sí, me fascinan los arponeros, las ballenas intermitentes y este mar de incomprensión.

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