Glup 2.0

Pedro M Martínez

Amber Hakim

sábado, 12 de octubre de 2024

Clara Peya - Nana para mí feat. Sílvia Pérez Cruz

Mozart - Cavatina L'ho perduta

Brandon Som

 



Qingming
Frente a su registradora, mi padre mantenía un bolígrafo
detrás de la oreja para vales y cheques cobrados.
¿Cómo llaman a ese espacio?
Arroyo y peineta, pistolera y pequeño
florero; su broche a veces una pinza
para un cigarrillo, esos cigarrillos sueltos que Eric Garner
presuntamente vendía en una esquina afuera de una tienda
como la de mi papá, por fuera de los paquetes duros
y blandos gravados por el estado que yo de niño mantenía
surtidos en su vitrina, sus hileras en columnas un ábaco
encima de nosotros. Visito la tumba de mi papá
en su hilera de granito de sepulcros de tenderos
que dicen Harlins, que dicen Garner, que dicen Floyd,
demostrando respeto con dumplings envueltos en papel de aluminio
en el humo espectral de la quema de dinero para los espíritus,
esos billetes de veinte que mi papá miraba a contraluz
buscando la marca transparente, a pesar de la falsificación
de nuestro nombre en el papel, su papel picado
y vales, su empleo secundario y sus embelecos.
Las esquinas son espacios con ángulos, espacios
con aristas. Recuerdo a mi padre cascorvo
detrás de su escoba-rastrillo o recostándose
a una plataforma rodante de Modelo & Mickeys para mover
las hileras de la tienda, para surtir la alacena fría.
Aunque aún no lo sabía, estaba aprendiendo
el papel con todos sus nombres: la pasta de papel y la lechada
de las sílabas, cómo guardan silencio, incluso
cuando las pronunciamos. Preferible oír encender una cerilla
y el raspado de un tiquete, mientras barro lo abstruso,
las fricativas de esos caracteres cincelados
que mi papá no podía leer, salvo ese pergamino en la piedra
como los recibos de su registradora. Preferible escuchar
dentro de esos espacios innombrables que conjuran a nuestros
difuntos, que nos piden que hagamos algo más que afligirnos.
 
Brandon Som

viernes, 11 de octubre de 2024

Parker se reconoce

 

Chema Mendez

Sí, ella fue allí

Dice que sigue sin haber cura (para el amor).

Parker no sabe si es un juego de palabras, si le envía mensajes escritos con zumo de limón y ambrosía, si todo se ha solucionado o si la rebeldía se ha disfrazado en un psss y sigue la fuga silenciosa.

Sabe que hay cura.

El mismo se curó y desde entonces se ha perdido.

Se perdió una noche en Tarragona, la luna entraba por el ventanal del patio mientras ella dormía entre sus brazos. 

Parker, insomne, sentía su respirar pausado.

No recuerda qué ella

No quiere recordarlo (la).

No sabe si toda esta historia es verdad, si se la inventa, si ocurrió, si sigue siendo aquel, si alguna vez lo ha sido, si sigue cobijado en un sueño.

Acompasa sus anhelos con complicados juegos florales.

A veces se reconoce.

jueves, 10 de octubre de 2024

Parker y los aullidos

 David Seymour. Austria, Vienna. A prison for juvenile delinquents. 1948
 

Cuando Parker se queda atrapado en el círculo del No, con los sentimientos cortados y sangre en una bandeja de plata, se convierte en apenas un fantasma que acaricia ese cielo azul de California en el que los rudos vaqueros no lloran en público, gozan de una buena asistencia sanitaria, comen tortitas con miel en la intimidad. Entre la libertad, la fraternidad y la igualdad, Parker escoge la facultad de las cerezas, la alegría de ser bajo la piel. Entonces, ¿casualidad?, anochece, termina la película y Parker, montado en su caballo blanco, se pierde en el horizonte mientras los chacales aúllan en la llanura.  Gerónimo había muerto en Oklahoma un 17 de febrero de 1909.   

miércoles, 9 de octubre de 2024

Parker y las abubillas

Gihun Lee - Masquerade 41, 2024

Debo decir y digo que a Parker le importa un carajo la línea Maginot, la intranquilidad por la reproducción de las abubillas, el estado de cuentas de las avariciosas princesas turcas y el ladrido de los perros que envejecen. No por indiferencia o desapego, no, con el tiempo ha aprendido que la ruta migratoria de las cigüeñas es inalterable, ya llueva o un rastro de diamantes desde el ombligo a la base del cuello se retuerza en resplandores de ternura. Es así, las cunetas siguen ocultando los muertos de entonces y la esperanza de ahora, bajo los harapos de Parker la retórica se clava un puñal entre las costillas.

martes, 8 de octubre de 2024

Alba Cid.

 


Wing Chun, del amor como arte marcial

y todo aquello que crece tan rápido como la hierba sobre la tumba                 de un pájaro

(Celan)

los gramos de luz que impactan la tierra por segundo

(Wright)

dos personas mirándose desde lados opuestos de la claridad

(Carson)

hablar de eso, de lo que nos permitimos el lujo de no entender literalmente.

si la luz puede impulsar una nave espacial ¿todavía te preguntas quién saldrá ganando?

*

dos amigas conversan en la mesa de un bar a primera hora. una de ellas repasa la línea de las pestañas con la yema del dedo índice,                 parece realmente afectada

(sus palabras conforman una mastaba en la mente de la otra un recinto dorado —con razón mastaba proviene del árabe “tertulia”, que atesora a                 su vez restos del griego antiguo stibás, “lecho de hierba”— dábale leche de yegua y curábale las llagas con polvo de violetas, piensa la que escucha, como sucede en las leyendas andinas como si la efectividad de los remedios se midiese por la extrañeza                 que provocan)

*

escondida en un bosque mientras medita, Ng Mui observa a una                 serpiente pelear con una grulla, direccionalidad frente al                 equilibrio, un esplendor de órbitas y esbeltezas, dos                 versos de metro desigual cabalgando en la boca de quien                 recita. Ng Mui observa y memoriza los movimientos, el arte.

*

no hay orden que valga en el mundo

si consideramos su relato, la amiga que habla también persevera en el                 contacto. hace suya la técnica del oponente, simultánea defensa al ataque, no arremete contra puntos vitales, pero sí contra aquellos que                 desarman el movimiento por venir

detrás de las palabras, músculos incandescencia

wing chun, “eterno canto de primavera”

*

la que escucha no sabe si la amiga aprendió más de la grulla o de la                 serpiente. la que escucha se pregunta qué amuleto egipcio vendría al caso (si los peces de cerámica turquesa protegían a la portadora de                 morir ahogada en el 1335 a. C., ¿qué serviría aquí?)

de forma subcutánea, la mañana avanza como el veneno expulsado gracias al cierre de las                 mandíbulas un mordisco de serpiente

poco importa: permanecen, sin tocarse, unidas en su asombro                               como las marcas paralelas de los colmillos en la carne de la víctima.  

- Atlas, Alba Cid.

Versiones del gallego al español por Diego Gómez Pickering

*

Wing Chun, do amor como arte marcial

e todo aquilo que medra tan rápido coma a herba sobre a tumba                 dun paxaro

(Celan)

os gramos de luz que impactan a terra por segundo

(Wright)

dúas persoas a mirarse desde beiras opostas da claridade

(Carson)

falar diso, do que nos permitimos o luxo de non entender literalmente.

se a luz pode empurrar unha nave espacial aínda te preguntas quen sairá gañando?

*

dúas amigas conversan na mesa dun bar a primeira hora. unha delas repasa a liña das pestanas coa xema do dedo índice,                 parece realmente afectada

(as súas palabras conforman unha mastaba na mente da outra un recinto dourado —con razón mastaba provén do árabe “faladoiro”, que atesoura á                 súa vez restos do grego antigo stibás, “leito de herba”— dáballe leite de egua e curáballe as chagas con po de violetas, pensa a que escoita, como acontece nas lendas andinas coma se a efectividade dos remedios se medise pola estrañeza                 que provocan)

*

agochada nun bosque mentres medita, Ng Mui espreita unha                 serpe pelexar cun grou, direccionalidade fronte a                 equilibrio, un esplendor de órbitas e esbeltezas, dous                 versos de metro desigual encabalgando na boca de quen                 recita. Ng Mui observa e memoriza os movementos, a arte.

*

non hai ordenación que valla no mundo

se atendemos ao seu relato, a amiga que fala tamén persevera no                 contacto. fai súa a técnica do oponente, simultanea defensa a ataque, non arremete contra puntos vitais, pero si contra aqueles que                 desarman o movemento por vir

detrás das palabras, músculos incandescencia

wing chun, “eterno canto de primavera”

*

a que escoita non sabe se a amiga aprendeu máis do grou ou da                 serpe. a que escoita pregúntase que amuleto exipcio viría ao caso (se os peixes de cerámica turquesa protexían a portadora de                 morrer afogada no 1335 a. C., que serviría aquí?)

de xeito subcutáneo, a mañá avanza coma o veleno expulsado grazas ao peche das                 mandíbulas unha trabada de serpe

pouco importa: permanecen, sen tocarse, unidas no asombro                        coma as marcas paralelas dos cabeiros na carne da vítima.    

1Ley por la cual un animal o fuerza maléfica no atacará a quien lleve sobre sí una parte de dicho animal o fuerza.

2Lei pola cal un animal ou forza maléfica non atacará a quen leve sobre si unha parte dese animal ou forza.

Alba Cid



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