Glup 2.0

Pedro M Martínez

sábado, 27 de julio de 2024

Sartre

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Bidders at Sotheby’s auction rooms in London, 25 February 1954; Photo by Jane Bown


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"Y en realidad se ha empezado por el fin..."

Sartre, La Náusea.


Empecemos pues por el principio. 

Fin.


Es un juego, uno escribe algo y otro deja pasar la vista por encima como quién va a buscar caracoles después de la lluvia. Y otro. Otro. Y. Otro. Etcétera. Hasta que una lee detrás, dentro de ese algo y lo siente, entiende, puede palpar la palabra y su cuerpo, identificarse,  el todo, el principio, lo sabe en su sangre, en la aorta, en los nervios entrelazados al músculo, ahí donde los antiguos decían que convergían la emoción y lo desconocido. Aquí amaso con torpes manos el barro de no saber, pero sigo intentándolo hasta que rompa la cáscara que oculta al que soy.  


Vaya historia, oye, no te rías que te veo.

viernes, 26 de julio de 2024

¿Estamos en Cuenca ?


Quién practica la escritura de/para  blog tiene algo de banderillero, se enfrenta con tan sólo dos pequeños palitroques de entusiasmo, casi a cuerpo limpio, al enorme toro negro de la inseguridad sobre que lo expuesto en la página tenga calidad, sentido, cumpla unas mínimas normas -incluidas las gramaticales- saber quién te lee, cuántos, cómo,  qué demonios entienden. 

Aún así se aprende a sortear las embestidas de la duda con quiebros y molinetes (casi) literarios, buena voluntad y una afición sin desmayo. Los más osados lo llaman vocación. 

En cualquier caso es un ejercicio solitario y complejo, no apto para cobardes, sin el peligro que nadie te tire tomates o lechugas, con la dificultad de no saber si por ese camino se llega a Cuenca, a Pontevedra o si estamos donde estábamos. 

De momento, estamos.
Aúpa.

jueves, 25 de julio de 2024

Alessandro Gottardo

 

Alessandro Gottardo

Me falta contar parte de lo de agosto pero cómo, si todavía no ha empezado, cómo sin haberlo vivido, sin saber si. No se puede inventar un corazón, no se puede juzgar lo del futuro, no sin votar en contra de todo, no.

No.

Escuchamos a los expertos la enumeración de los hechos, los inválidos sentados en la silla de su desgracia, los días que se abren como llagas, palabras que no dicen nada, decencia, coherencia, no me consta, realidad, a buenas horas.

Lo pensaré.

El nieto del honrado contable, la pesadilla de los de siempre bajando del Pindo, David Sylvian entre tantos y tantos, los siete nombres para designar aquello que no se entiende, lo fatídico, la impaciencia.

Hay que ver.

Las tribus ordenadas por apellidos mientras los gusanos se comen la esperanza, los escalones que nos bajan al sótano de las alegorías, las catacumbas donde se esconden las hermandades, el animal asiático, yo.

Dejemos que, uno a uno, pasen los días de julio.

miércoles, 24 de julio de 2024

Quid pro quo

 

Julia Soboleva (Latvian,b.1990)

A mi (casi) amigo poeta o eso se dice. 

Quid pro quo. Es decir que publicar un libro, tres, mil, no es garantía de nada, la emoción, cariño (sí, sí, es a ti), el temblor en las axilas, en la ingle, esa sensación que te dice que ahí está la poesía, estremecerse, el resto es apenas humo, trabajo para desocupados, para ombligos que se expanden y nos dejan ciegos para lo que no sea el yo y no, no, no, la poesía está en los otros, en la mirada de otros, es cierto que el espejo nos dice que somos los más guapos del pueblo pero suelen mentir, quizás no siempre pero a menudo. Quid pro quo. Está la palabra y está la educación, está el saber hacer y la cortesía, la mentira y el disimulo, el abanico y sus normas, la navaja barbera, clavarla justo debajo de ese ombligo del que hablamos y tirar hacia abajo, desgarrar músculos y llegar a los intestinos, siempre mirando a los ojos al desgraciado que no se espera ese acto criminal. ¿En la muerte está la poesía? No. Ayer me cené un diccionario y he dormido mal, se me clavaban las vocales en la glotis y me siento no sé. Quid pro quo. Nos queda la palabra, claro, pero a veces los sordos nos obligan al clamor, alharacas, pamemas, esas cosas me producen mal humor y sed de venganza, por eso quizás sigo entre barrotes que me compré en las liquidaciones de Leroy Merlín. Demasiada extensión, pues eso, que hoy por ti y mañana por mí, que no cuesta nada y quedas bien, o casi, siempre que el que recibe la línea de compromiso sepa leer (entre líneas). Pero, ay, para eso hay que ser, antes, es previo, antes de ser lo que sea hay que ser. Lástima, eso no se aprende, viene de serie. Otro poeta será, qué le vamos a hacer. Lucas 7:22 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 22 “Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.” Quid pro quo.   

martes, 23 de julio de 2024

Las tortugas y yo

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Las tortugas sueñan con un festín de paramecios lejos de la noche negra de los cocodrilos.

Sólo puedo pensar en ti.


Las tortugas aman bajo palmeras de verdades la mano gigante que desparrama relojes.

Una daga de añoranza me traspasa el cerebro.


Las tortugas telegrafistas se quedaron sin trabajo, reparten de oreja a oreja mensajes, confidencias, miedo.

Aún así, te amo, sufro y te amo.


Las tortugas ignoran otro horizonte que el borde de la bañera, reman contracorriente, tocan guitarras sin cuerdas, ríen a destiempo.

¿Cuántos años más me quedan en la prisión de quererte?


Las tortugas entienden todo a la tercera, no saben nadar son temperamentales y nostálgicas, son buenas hijas, lloran.

Bajo la misma ventana, canto la misma canción, a la única mujer.


Y mientras llegas -si llegas- las tortugas y yo beberemos ron en las rocas hasta el alba hueca sin tu sonrisa de mono.


Otro día sin ti, y van... 


Lo que tiene uno que aguantar. 

lunes, 22 de julio de 2024

Rocío

 


El rocío nos mordió de madrugada,

los mastines espantaron el rebaño de goces,

azafrán derramado en la mesa,

flores secas, música ajada.

La estancia era dulce, transparente,

sentí tus manos acariciar las mías,

te busqué el cuello con los labios

encontré la húmeda puerta de mármol,

nos miramos y el vértigo nos anegó.

Lloramos de tan felices.

Agitabas cascabeles en los tobillos desnudos.


 

domingo, 21 de julio de 2024

De película

 Tanto para escoger. 

Lo último. 




“A 20 pasos de la fama”. 

La vi “en su momento” y me gustó, me emocionó. He vuelto a verla y me ha entristecido. El documental no ahonda en la tragedia pero no es necesario, se adivina mucho dolor y desilusión, mucha renuncia y sacrificio en esas mujeres talentosas, con voz superdotada, en algunos casos mejores que los artistas a los que acompañan. Los fragmentos musicales, extraordinarios.





“Rufufu” (I solito ignoto).

También la había visto pero me apetecía recordarla. De las primeras películas de Victorio Gasman, Marcelo Mastroniani y Claudia Cardinale, entre otros, incluido Totó (gloria nacional). Una época. Es interesante contrastar cómo se vivía en un país todavía con las consecuencias visibles de la guerra. En cierta manera me recuerda al cine que luego se hizo aquí, las ‘españoladas” un término despectivo pero que vistas ahora dan muchas claves de una manera de vivir, censura incluida. La película es de una comicidad a veces primaria, a veces cruel, pero siempre efectiva. Me ha vuelto a gustar.





“Dune” (1)

Dos horas y media de lucimiento de Denis Villeneuve un primoroso ejercicio de fotografía espectacular, música, efectos especiales,  montaje, en la que cómo ocurre importa más que lo que ocurre, la historia o el buen trabajo de los actores. Tuve una época ciencia ficción en la que creo que lo leí “todo” incluido este Dune del que no recordaba nada excepto lo de los gusanos. Es una película con escenas impactantes, emocionantes, que las sigues entusiasmado (yo, al menos). Una pasada. Y me queda la segunda parte.



sábado, 20 de julio de 2024

Mary Robinson



La portada de este libro me llamó la atención hace ya un año. Me costó encontrarlo. Se edita demasiado.

Ayer paseando por la playa con una editora.

¿Qué hace falta para editar un libro? 

Que se venda, que se venda mucho.


La calidad es el dinero. 

Money.


Money se llama la protagonista de “Por qué haría yo” un ejercicio original, difícil de leer, no sé hasta qué punto me interesa la complicada vida de la narradora, el caos, los personajes, incluso la tragedia, esa forma de vida me es lejana, quizás no, quizás es más cercana de lo que parece a primera vista. Tanto leer estilos diferentes, sin criterio, al azar, por intuición, capricho a veces, me encuentro con estas rarezas de las que aprendo varias cosas, la calidad no entiende de nombres, los gustos son variados, incomprensibles a veces, escribir es vender, hay críticos que lo explican mejor que yo:  


https://elasombrario.publico.es/por-que-haria-yo-el-humor-como-antidoto-contra-el-destino/

https://letraslibres.com/literatura/por-que-haria-yo-la-novela-en-fragmentos-de-mary-robison/

Y ahora he empezado con Chateubriand, veremos.

viernes, 19 de julio de 2024

Vacaciones



Un día cualquiera –ayer- te confías y estimulado por algún poemilla qué opinas te ha salido medio bien –iluso-, cometes la osadía de dar la dirección del blog a un amigo. La espada de su opinión pende ya sobre tus futuros escritos. Pasados unos días te acostumbras, sobre todo porque ese amigo deja de leerte y de aburrirte con eso de “ah, pero eso ¿te ha ocurrido? y sigues con el intento cotidiano del post. Pero otro texto en el que te gustas y caes otra vez en el error de dar tu dirección a varios conocidos. Etc. A la rueda, rueda, el que no venga no juega.

En resumen, que en esta página ya no soy anónimo para demasiadas personas de mi entorno, de mis amistades, de mis conocidos, de mis acreedores, de mis deudores, de mis vecinos, incluso la panadera y de la del quiosco saben que escribo aquí. En cierta manera me halaga pero ya me siento vigilado, controlado y estoy seguro que la pluma ya no corre tan suelta, se reprime, se abstiene según de qué. Sobre todo para temas de contenido erótico, claro, que dejo escrito aquí “orgasmo” y sube el índice de comentarios.

El jueves –help- en un atasco de tráfico por eso de las manifestaciones del metal, cometí la osadía de decirle a C y a otros visitantes de la villa, la dirección de esta página. Dado el carácter serio de estas gentes de bien temo que desde ahora me corte y solo escriba de plantas y jardines, de la reproducción del avestruz en cautividad y del colorido de los bosques en otoño, que esta página se convierta en un Guantánamo para mi creatividad. Lo comprobaré en los próximos días.

Mientras tanto aviso a navegantes, aviadores, nadadores de fondo y público en general que mi sentido del humor galopa y corta el viento y que para cuatro días que vamos a vivir es mejor tomarlo con filosofía positiva y ganas de reír (si se puede).

Ánimo que estáis de vacaciones (algunos)

jueves, 18 de julio de 2024

Nostalgia gaditana

 


Sonreía detrás del abanico y Cádiz se llenaba de filigranas y pájaros de repostería cabeceando sobre las ortigas, de peces sonámbulos en los anzuelos como serpentinas adornando una fiesta que no era, con piñatas y un incendio en el pubis, una crisálida, una batalla con generales heridos, estremecidos, fascinados, con una sola idea, desnuda, algo así como lirios o gladiolos, lo íntimo, ese viaje, Cádiz, columnas con una sola frase, repetida, un ajuar de cuchillos, el recuerdo acristalado, un verano que ya respiraba, palpitaba en ruiseñores y chasquidos, ¿qué quiero decir?, este es un alfabeto concentrado, una caligrafía del intento, una obsesión gaditana.

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