Escritura catártica
Intento poner orden.
Aquí.
Tantos textos expuestos deben tener una explicación. Hay un algo ahí detrás que debe darle sentido. Lástima no ser lacaniano practicante, discípulo, asesor de almas atribuladas, yo qué sé, saber.
Intento poner orden.
Aquí.
Tantos textos expuestos deben tener una explicación. Hay un algo ahí detrás que debe darle sentido. Lástima no ser lacaniano practicante, discípulo, asesor de almas atribuladas, yo qué sé, saber.
Tú que lees, es en este imaginario encuentro cuando debo sostenerte la mirada, verme en el fondo de tus ojos, regalarte o desafiarte, intentar metáforas de ciego, intentarlo de nuevo, meter algunos recuerdos en bolsas del plástico y dejarlas en los quicios de las casas del extrarradio, de la ciudad nueva, fidelidad al amor primero, al tardío, a aquel entre estaciones, acento cordobés en primavera, lenguaje que chasquea en autobuses rojos, almas que en un baño eléctrico estaban sumergidas, múltiples actos amorosos, gozosos practicantes de la fiesta de los cuerpos hasta que el rinoceronte de existir nos fue arrollando, vivir eran los otros que nacían y morían, era el trabajo, conseguir un espacio para todos, los que estaban, los que iban a venir y el tiempo grazna entre los árboles que no nos dejan ver el bosque de la vida en la que los días se pliegan y despliegan, papiroflexia inversa, ingeniería para insertar las piezas del puzle, una a una hasta adivinar el paisaje oculto justo antes que la puta muerte de una patada a la mesa y en cámara lenta vuelen todas y no haya ya sino silencio, oh, tú que lees.
Se alargaron las tardes hasta junio, busco minutos para juntar las palabras que se agolpan detrás de la tapia del sentimiento.
Quiero escribir sobre un hombre que está mirando al mar. Escribo y borro, escribo y borro. Aún no soy ese. La música ha cesado, el tiempo pasa tan rápido y apenas reconozco lo que es. Es lo que tiene dejarse llevar por el sentimiento, disfrutar sin reservas de la sensibilidad.
Ahora lo sé, me hacía el duro para defenderme, reía para no entrar en el instante que no se recupera, en los adioses, en las despedidas tocándonos la punta de los dedos, lo presentido.
Esto va así.
Nadie se libra de los momentos
malos, de las tragedias.
Me río mientras dure.
Es bella esta amistad sin rostro, ni manos.
De forma imperceptible,
todavía, en julio las tardes han comenzado a menguar.
No se puede vivir sin la palabra.
(Junto palabras y palabras, escucho detrás del muro: bah, no me importa.)
Una puta albina colgada del brazo de Francisco Umbral.
Diego Medrano.
Confieso que empecé a leer ese libro por el título y por mi admiración por Umbral. Diego Medrano acumula citas y citas, ¡muchas!, no solo de Umbral y con eso y una trama leve repleta de referencias a relaciones que en otro tiempo serían escandalosas y que ahora suenan a forzadas, a engaño al lector, compone un libro breve sobre cómo escribir a partir de lo ya escrito, disfrazándolo de admiración, odio o soporte. Medrano aporta un 50% , que bah, al 50% de frases y frases que de tan abundantes pierden su efecto. No diré que me ha gustado pero sí que he aprendido varias cosas, una de ellas que este señor puede escribir mejor que esto, que es culto (copia bien) y que corro a buscar mi próxima lectura sin fiarme de títulos con gancho.
Cynthia Rimsky,
Premio Herralde 2024
Me la he leído en una tarde. Cien páginas. Es rara. Es inteligente. Es deliberadamente confusa para que el lector entienda. Es original. Es de esos libros que te obligan a saltarte tu comodidad, a entrar en la propuesta de la escritora: “¿Quieres leerme?, escribo así”. Si aceptas disfrutarás, es un buen trabajo. Me ha gustado.
Anna Freeman Bentley (British, b. 1982, London, England) - Study for Blocking, 2019
II
The Archangel Raphael Taking Leave of the Tobit Family
Rembrandt van Rijn (1606 - 1669)-
I
Esta es una nave con burbujas que se pliegan a la proa en la madrugada, que navega con el viento de cigüeñas, con el trino de pájaros de Oceanía, con el duro silencio del mimo sureño, con un sol en el centro del pecho, ciudad sin límites, eso era Manhattan y la recorrimos de norte a sur hasta encontrar la frontera entre la siesta y la sinceridad de nuestros cuerpos desnudos.
El sacerdote no bendecía los
viernes.
Los truenos talaban el tuétano de
los huesos.
Un rayo nos descubrió la parte
oculta del cielo, el otro lado de la eternidad.
Desde la ventana del hotel vimos
una anciana con los dedos mojados en aceite y vino, pintaba señales en el muro
donde descansaban los porteadores. Su mirada perfumó la indiferencia del
portero con librea.
Junto al Hudson nos lamentamos
antes de la partida.
Fuimos sombra y después llegó un
nuevo día.
Aleluya.
Dama de la almena en la rutina de tu soledad, ya no sé, no sé si has pasado al otro lado de la línea, si estás en esa tierra de nadie del silencio, si vives un tiempo descorazonado en el que esquivas los dardos del sentimiento, si para no ser herida estás debajo de una manta escuchando música soft, eludiendo la refriega. No sé si preparas tu salida del territorio de los sueños o si simplemente no has tenido tiempo ni ganas de hacer otra cosa que hacer lo que has hecho.
Parker se ha dormido en la incomprensión y en los laureles, digo, también él lo dice. No es culpa tuya, ni suya, ni siquiera mía, que solo lo cuento. Este es el esbozo de un retrato ahora que el día está oscuro, que nunca llueve aunque los peces se marean con el oleaje y el mar de fondo, los telediarios insistiendo en el sol, el calor y a pesar de la distancia, como una huella de nostalgia en el barro de su otro yo, entre la náusea y la asfixia, está la mirada de tentación hacia el cuerpo de aquella mujer que no sabe si amó o deseó.
Demasiadas palabras, elogio de la brevedad, tantos días para decir qué, con la honradez de no repetir, vano intento, nubes retorcidas en un calabozo, palabrería estéril en un desierto de miradas, toreros brindando al sol del eclipse, alhelíes, Irina en la Sexta Avenida, la conciencia es una anilla en la nariz, la marca que le hizo con el bisturí, soy tuya, ahí empieza el conflicto con la alienista y el hermeneuta, un torbellino de rapsodas, el poeta como un grillo, soliloquio, Pollock sentado al borde de un precipicio salpicando el vacío, los versos se evaporan entre las rocas, los desocupados miran y remiran el qué, el cómo, los muslos tatuados de la bailarina, tatuajes de dragones y flores, cuentagotas de inspiración plantada como lechugas para una ensalada con aceite, vinagre y romero, buscar el poema allí donde no está, en lo que no, donde las puertas están cerradas, el cielo a jirones, la mirada sin ira, el deseo…ay, el deseo vigente como piedras formando un camino que sin remedio conduce a Ella, demasiadas palabras.
En los últimos meses duermo poco, o menos. Madrugo. Debe ser la edad. Esta mañana, nervioso por el viaje me he despertado aún antes. He estado leyendo en el salón. La casa vacía desde que Teresa se marchó al empezar todo esto. Al de un rato me he asomado al balcón, por la derecha el sol salía detrás de santa Marina, por la izquierda, en el Abra, el cielo estaba rosado. Un amanecer delicioso. Mi casa da a la amplia plaza Elíptica. Los jardines relucen con los primeros rayos de este sol de verano. Una suave brisa inclina las hojas de los sauces junto a la entrada por la Gran Vía. Por ese camino se llega a la estación.
Lo-LouBeach-19
Parker se siente
incomprendido, desde la estructura invisible de la retícula de esta vaina
hasta el punto final. Pone en marcha el cronómetro, da cuerda a los relojes de
pared y en dos le sobran minutos. Se sumerge en el centro del túnel del viento
y le falta fuerza impulsora para volar más allá del acá. (Pero sigue)
En el trabajo del pasado siglo
hay un énfasis de azufre y manganeso, una alteración del carbono de 0,001
(%) y Parker fluctúa entre la inyección de oxígeno y la toma de muestras
de acero líquido para su posterior análisis químico. En este periodo crítico,
el trabajo es un bien escaso y entre la metalurgia y la informática
hay periodos de contemplación de la Naturaleza desde el mirador del cabo San
Vicente, desde Elantxobe o desde Finisterre. Ea. (Sigue)
Parker ha leído una frase
de Groucho Marx (¿Que por qué estaba yo con esa mujer?
Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.) y se
le alteran todos los ámbitos de la percepción, incluso siente un temblor
similar al crecimiento entre la organogénesis y la gastrulación. Hay mucho en
ese dicho y se pierde en la noche. (Pero).
Parker sabe que no sabe, fuerza la cerradura del odio, en su curriculum vitae no está la bondad pero sí la habilidad. Los días que han pasado, como en un dibujo de Chumy Chumez, son una piedra inmensa que lleva a la espalda. Se sube a un atril y recita a Blanca Varela
Me lo cuenta Parker a los postres, después de una copiosa comida.
Aquí, por imposición de las miradas, con personajes sin rostro bailando alrededor del reloj de la plaza de Praga, calaveras y mariachis, turistas que siguen a guías sensibles, llorando en cada iglesia, aquí bautizaron a Kafka, esta es la esquina de su circuncisión, aquí trabajaba su contabilidad B, en este prostíbulo holgaba, en estas baldosas orinaba, solo escribía en horas de trabajo, lo cuento ahora sin citar mis fuentes.
Aquí, por designio de los números primos, con aleteos en la palma de la mano, sin ira, con calles de colores LSD, con puertas de caoba que se abren a grandes pasillos con puertas de boj, abres una y da a otro pasillo con puertas de madera de pino, hay obstáculos en el alma y la salida está oculta detrás de los extintores extrovertidos, hablan entre sí y no apagarán jamás nuestros fuegos interiores.
Dream scenario. (Movistar). Nicolás Cage es un actor que no me gusta. Aquí hace un buen papel. Una cosa no quita la otra. El director lo cuenta bien, una ficción brillante que juega con un personaje gris, que irrita, un perdedor, un ingenuo. Esta película me ha parecido inquietante, no me ha gustado, está bien contada pero no sé si esa sensación de frustración constante me desagrada. La crítica, algunas, le ponen bien. Yo escogería otra, será por películas.
https://www.zendalibros.com/dream-scenario-de-la-fama-o-de-la-autoestima-o-que-se-yo/
https://www.nytimes.com/es/2023/11/19/espanol/nicolas-cage-dream-scenario.html
Aquí, des/escamando los peces abisales de la des/memoria, el tedio, las hojas del destino que caen desde esta primavera implacable de hoy tormenta, mañana sol abrasador, la zarpa de la nostalgia des/garrando las venas del cuello de la ingenua gacela del ayer.