martes, 28 de febrero de 2023

Llegaste a Mi Cuerpo Abierto



Tomi Um


Me sorprendo  al encontrar esta guaracha (Llegaste a mi cuerpo abierto) de Pablo Milanés (era tan poético, tan cubano) y recordar que yo he sido el que está a la derecha de Malena Burke en esta actuación tan…tan…. Ay. Cómo cantaba entonces, era el rey del coro. Dice así:


Llegaste a mi cuerpo abierto

Y yo todo me entregué,

Por más que reí, lloré

Porque romper es comienzo,

Comenzar es desacierto,

Pisar en parajes blandos

Y aunque me hunda hasta el fango

Caminaré largo trecho.


Aunque quizás no fui el del coro sino la misma Malena y tenía esas pestañas tan largas, esas caderas donde cabía el mundo, esa alegría bailando con el dúo en el que, definitivamente, yo era el del traje negro y la sonrisa grande, el de la derecha. Y es que he trabajado en tantas profesiones. Me gusta una, reír. Riamos en febrero, digamos que entendemos de cine, aunque no sepamos qué coño es eso de “La diligencia” o “Ciudadano Kane”, rollos en blanco y negro, todo ha empezado mañana, estoy escribiendo lo de mañana, iluso, sin saber si mañana es ayer o sí el goteo de los que se van nos alcanzará como una plaga digna de Los Diez Mandamientos”Cecil B. de Mille (que dice este tío si se murió hace más de 70 años), otro rollo aunque sea en color by technicolor. Entre sorprendido y aturdido, me voy a estrenar mi mirada nueva que me hacen ver más guapas y guapos  a  mujeres y  hombres.





lunes, 27 de febrero de 2023

Peteneras.


 Sebastián Pérez


Quisiera contaros cuentos pero ocurre que estoy escribiendo en diferido y aún no sé si ha ganado mi equipo, si seguimos siendo los que éramos, si somos. Vivo sin vivir en mí, ni en ti. Contar cuentos es socorrido pero resulta que este medio es tan amplio que lo local es demasiado pequeño y lo global demasiado grande, la verdad, no sé por dónde empezar.

Va, salgo por peteneras.  

Cuento 1231: érase una vez un reino muy lejano donde no llegaban los ecos de otros mundos, una gotera era una inundación, un beso un inicio, un silencio una tragedia, la distancia una realidad. Allí vivían todos felices, sobre todo porque no conocían la felicidad, bueno, quizá no conocían la definición de la felicidad. La ignorancia nos hace atrevidos. Por eso no quiero saber, me golpeo la cabeza para olvidar tanto como aprendí. Ahora mismo no sé qué hacemos aquí un día sí y otro también. ¿Usted lo sabe?

domingo, 26 de febrero de 2023

William Klein

 

 William Klein

Esta vez ha sido duro y duele, creo que me ha roto una costilla, este patán que jamás leerá a Yeats, que no escribirá otra cosa que su firma, al que hace solo unos años le hubiera partido el alma, que no sabrá jamás que para escribir un buen poema hace falta desilusión, insatisfacción, dolor, un corazón al borde de entrar en el infierno. Esto son solo palabras, juntas, inútiles, no saben bailar, no cantan, no te saltan a los ojos, no te hacen ver universos, estrellas, otra dimensión, no te transportan.

 

-¿Quién es?

-Uno del centro, viene cada noche, no sabe beber, se mete con los clientes, me tiene aburrido, un venido a menos, ¿qué se creerá?

 

Metáfora de mi ceguera: he visto y todo lo que buscaba en otros mundos lo tenía delante de mi nariz, esta que me han roto.

sábado, 25 de febrero de 2023

¿A qué has vuelto?

 

 

Ya no sé defenderme, tengo los brazos torpes, las patadas se pierden en el aire, caer, no ser. Me repugna decirles quién soy, que escribo para ser otro, sin saber que ya soy otro, que no soy este enamorado de todo lo que acontece, con el reto de una  pared blanca, albergando mezquindad y ternura, recolectando apuntes de un gesto, una frase al azar, un insulto.

 -Te lo dije ayer, ¿recuerdas?, ¿a qué has vuelto?

viernes, 24 de febrero de 2023

Sácame tú...

 

Elliott Erwitt


Vagar por las calles. Terminar a golpes en un callejón cercano. Volver a casa con un labio tumefacto, con andar vacilante, sin haber encontrado la belleza. Un perro de raza indefinida se desangra atado por una cadena a una argolla Una  pared negra. Busco historias en los delirios, busco qué esparcir aquí  los días impares, cuando la imaginación se estanca, matar al padre antes que muera, versos dilatados henchidos de dolor. Beber, solo, como búsqueda, como descenso, como experiencia, para ver, para saber. Violencia de los solitarios.

 

-Te dije ayer que no volvieras.

-Sácame tú, si tienes huevos.

jueves, 23 de febrero de 2023

Buscando mi sitio.

 



La cuestión es bien sencilla, uno/a está aquí (en el blog, en el muro) por decisión propia. Lo modifica, llena o vacía al ritmo que él mismo se impone. Uno está aquí por la misma voluntad del que entra o del que sale. Nadie obliga a nada, ni a una cosa ni a otra. O eso cree. Uno, una.

A partir de estas premisas no hay quejas que valgan. Queda expuesto lo que escribes y cuelgas, lo leen los que quieren. Es más, lo leen cuándo quieren y lo interpretan cómo quieren (faltaría más). 

Si no te gustan algunos comentarios siempre tienes la opción de prescindir de ellos. Si admites la posibilidad de comentar es tu responsabilidad aceptarlo. O borrar lo que no te agrade. 

Si te molesta que comenten más las fotos y la música que los escritos, es tu problema, con no ponerlo, arreglado. ¿Que quedaría más triste? Sí. Por consiguiente es mejor seguir dando color y sonido a la página y al muro. 

Si el día catorce te dejas los hígados con ese poema azul y no te lee nadie y en cambio arreglas un post en diez minutos y te entran hasta por la ventana, ¿qué?, ¿quién tiene la culpa?, ¿es un complot?, ¿casualidad?, ¿son los titiriteros?  No, la ley del mercado, esto es voluntario, gratuito, hoy por ti mañana por mí, solo falta que yo quiera ahora venir a poner normas. 

Es lo mismo que cuando dejas un texto que te cuesta horas (a veces días) escribirlo. Pueden pasar inadvertidos, no eres capaz de comunicar con ellos. ¿Y qué? solo falta que encima que te leen, te entiendan (cuando la mayoría de las veces no te entiendes ni tú). Bastante que no te insultan (o sí, pero en silencio). 

La cuestión es que me miro mucho al ombligo - yo, mí, me conmigo-, que estoy mal acostumbrado, que dedico demasiada energía, tiempo e ilusión a un medio tan limitado, que me ocurre lo que les ocurre a casi todos, que damos demasiadas vueltas a las cosas. Y más historias. Esto es lo que quería contar hoy, ya ves tú.  

Eso. 

Como muchas veces me dice mi hija: y con esto ¿no aprendes nada? , adáptate al medio, sé breve, no te enrolles, no es el sitio. 

Aquí ando, todavía, buscando mi sitio. 

miércoles, 22 de febrero de 2023

Barthes.

 



De pronto escribir es esto. "Flaubert opera un malestar saludable en la escritura: no se sabe nunca si es responsable de lo que escribe (si hay un sujeto detrás de su lenguaje); pues el ser de la escritura (el sentido del trabajo que la constituye) es impedir que se responda a esta pregunta: ¿quién habla?", al menos esto dice Barthes y hoy no me atrevo a contradecirle. Aquí nos vemos. 



martes, 21 de febrero de 2023

El año que viene si Dios quiere.

 


Lo de mañana, es decir lo que lees ahora, o lo de hoy, escribir cuando estás triste. 

Cómo escribirlo, con tantas sensaciones, cómo con esta mezcla de emociones en las venas, cómo con tantos deseos entre los músculos, cómo con tanto por hacer, aún.

Y el miedo.

Impulso de terminar con lo que no, con determinación, de un golpe, a la mierda, todo. 

Empezar de nuevo.

Pero.

Ya.

Mejor lo dejo para otro año.

El que viene.



lunes, 20 de febrero de 2023

La realidad

 


Acaricia sus piernas, sus nalgas duras, su cuerpo que tiembla y brilla, él también tiembla,  quiere hacerla suya de todas las formas, morder su cuello, ahogarla, su voz que le pide, que le incita, que le ordena, que le enciende aún más, busca el cinturón entre la ropa y ata sus manos, fuerte, quita la funda a una almohada y tapa sus ojos, entra en ella diciéndole malas palabras, le dice que es suya, que matará a cualquier hombre que quiera poseerla, ella dice no sé qué, no entiende otra cosa que esta lucha por ser uno y de pronto el reloj, todo son urgencias, volver a casa como en un cuento infantil, el metro, despedirse cada uno en un andén como dos desconocidos, esperar la siguiente llamada, la próxima oportunidad, le duele el alma, la realidad sentada en el portal de su casa. Esto es lo que es.  

domingo, 19 de febrero de 2023

24

 

No es el sitio, un día musité un te quiero y el amor se me quedo entre los dientes y los pulmones, se me atraganto, ella me golpeaba la espalda atemorizada por el color rojo de la pasión en mis mejillas, en quiéreme o me tiro al mar. No me tiré, total ella no me iba a querer, me refugié en esta esquina pero no es el sitio, no lo es y lo sabíais, todos, no me avisasteis, estaba tan claro menos para mí. No temo a los mastines, no me abrazo a los olmos, no me arrepiento de la huida, me siento en los últimos bancos de la catedral y hablo con los vagabundos como yo, a veces nos levantamos y quemamos iglesias de los barrios periféricos, para que no se acostumbren, para que estén alerta. Ayer matamos a un cura. Hundo la cabeza en esta soledad como nubes alrededor del faro de Finisterre, como niebla, las alondras se han perdido y es momento de buscar la libertad. Camino, a algún sitio llegaré.

sábado, 18 de febrero de 2023

23

 

Repito que no es este el sitio, aunque esté lleno de estorninos que dibujan nubes negras, de estatuas de sal y premoniciones, de viento silbando por los corredores desiertos de un edificio sin alma, sin una silla donde  se pueda sentar la ausente,  el fantasma de un tiempo enterrado, tú. Me ato los pulgares para no escribir lo que quiero escribir, para decir solo esto, nada, palabras que llenen el día deshabitado, el entretanto, palabras perdidas en el aire de nadie, sin labios que las acaricien, palabras que se quedan en la grietas de la prisa, en la impunidad del que lee y no lee. Detrás de la puerta hay un libertador con una espada afilada, apenas puede disimular la sonrisa de opresor en ciernes. Temo su mirada.

viernes, 17 de febrero de 2023

22

 


No es este el lugar y lo sabía, no supe encontrar otro, necesitaba la inocencia y los crepúsculos, la mirada detrás de la cortina, la sonrisa apenas vista entre paso y paso de baile, el vals cuando todos se han ido, ablandar entre las manos los nombres desgajados, los nombres en el polvo, aquellos que ya no son. Este no es el sitio que nos llevó a Ribadiso da Baixo, al beso que aún dibujo ensimismado, mordiéndolo para que no se vaya, abrazándome a sus piernas, el beso. ¿Quién habla ahora?

jueves, 16 de febrero de 2023

21

 

No es este el sitio, no, donde dejar la espuma del corazón, los mirlos amaestrados que canten los días impares, la bestia que ruja su miedo. No es el lugar soleado donde reíamos después de la siesta, donde nos amábamos de lado a lado de aquella cama que llenábamos de ruidos y juegos. La sequía vive en mis brazos, los ojos se han llenado de ortigas, miro sin ver y grandes piedras rojas impiden el paso a los romeros en el camino. Hay sueños embozados, hay insectos transparentes, hay un mulo pardo que atropella a los caminantes, hay un tatuaje infamante en el hombro derecho de la mujer que mira. No es este el sitio.

miércoles, 15 de febrero de 2023

Io en Roma

 


Hace demasiado tiempo de todo.
Creo que lo he leído en alguna pared.

También leí en Roma, Io, letras de tiza, anónimas, qué o quién era Io, qué mano lo dibujo, sabiendo o sin saber, allí, leyendo, mirando alrededor, esperando, iluso, ver aparecer debajo, a un lado, a una sonriente Io, ella mirándome “sí, soy yo”, dedos romanos manchados de polvo, dedos corriendo por las paredes amarillas, dedos señalando el nombre, Io, y luego calle del Corso adelante perder los recuerdos amistosos, justo en la estrada que lleva a Trevi, bulliciosas calles con puestos de libros, corbatas, paraguas, pintores de spray, rollizas vendedoras de pimientos y fruta.

Un día estuve ahí y mi alma estaba rota, mi cabeza vacía, arrastraba los pies y la existencia.
Un día estuve ahí y alrededor la vida sonreía.

Hace tanto tiempo de todo.
Un día amaneció y las calles se llenaron de flores.

martes, 14 de febrero de 2023

Febrero

 


Febrero, todavía anochece  pronto, estamos en penumbra.

–Dime que solo me amas a mí, dime que soy tu mujer, dime que eres mío.

–Solo te amo a ti, eres mi mujer, soy tuyo.

Se cubre los pechos con la sábana en un gesto entre recatado y provocador,  mirándome a los ojos dice:.

 –Te ha faltado dinero para terminar con  alguna de las mujeres que te han amado.

Me sorprendo, nunca lo había pensado.

Fumo y doy vueltas a esa frase. Me levanto a buscar un cenicero, los gatos arañan la puerta.

Vuelvo a la cama.

lunes, 13 de febrero de 2023

Ojo con los ojos

 


Aviso: no lean los aprensivos.


Va así.

Acomodan tu cabeza en el hueco de la cama del quirófano y te sujetan la frente para que no puedas moverte. Te atan por las muñecas. Desinfectan la zona a intervenir. Suavemente, con unas pinzas inmovilizan los párpados. Te cubren la cara excepto un ojo.

A partir de ahí estás en sus manos y si eres creyente, rezas, si eres colérico juras por dentro, si el miedo te paraliza te quedas así, respirando, pensando que será rápido, haciendo votos para que lo sea.

Jamás he tomado LSD pero la sensación debe ser parecida, luces brillantes que se mueven, estrellas, flores de luz, intensos colores que bailan, puntos luminosos incandescentes, algo ha entrado en tu globo ocular y los músculos de las piernas están tan tensos que parece que las venas van a traspasar la piel. El corazón marca música con un ritmo intenso.

Después de hacer mil barrabasadas a tu ojo dicen -Ya está-. Te ayudan a bajar de la cama, te sientan en una silla, con impotencia ves, ¿ves?, como te llevan por largos pasadizos, un ascensor, otro, otro pasillo, la 217. –Espere aquí, pronto pasará el doctor- dice la enfermera.

Fuera llueve como en el Diluvio Universal, la Ría está a punto de desbordarse, hay muchas carreteras cortadas, tú estás tumbado en la cama sin atreverte a abrir los ojos, la angustia baja por tus piernas, gotea sobre la habitación de esa clínica con imágenes de vírgenes y absurdos cuadros de amaneceres o atardeceres, no lo distingo bien.

Estás mareado y no te enteras todavía de cómo ha sido. Por si acaso no ha salido bien piensas en una colecta para un perro lazarillo, un bastón blanco y unos cascabeles. En la cuenta de siempre.



...El oculista detràs de una escafandra
me dirigió su rayo
y me dejó caer
como una ostra
una gota de infierno.

Más tarde,
reflexivo,
recobrando la vista
y admirando los pardos,
espaciosos ojos de la que adoro,
borré mi ingratitud
con esta oda
que tus desconocidos ojos leen.

(Neruda)


domingo, 12 de febrero de 2023

Evangelio de Lucas, capítulo 15, versículos del 11-32.

 


-Mamá…
-Hijo, ¿estás bien?, ¿dónde estás?
-Abajo.
-Sube, hijo.
-No, te espero en la cafetería de la plaza.
-Voy, voy.

Un año y siete meses. Cosas que se hacen. Me pudo la responsabilidad. No, no llamé ni una vez. Estaba rabioso. Lo pasé mal. Sé que les defraudé.

Nos abrazamos.
Ella lloraba, mi madre siempre llora.

-Mamá, qué guapa estás, ¿cómo te encuentras?
-Bien. Has adelgazado, mucho. ¿Quieres comer algo?, ¿te pido una tortilla?
-No, no ¿y papá?
-Está bien…
-¿Ha preguntado por mí?
-Bueno, ya sabes cómo es, no entendió…
-¿Nunca ha preguntado por mí?
-Nunca.

El viejo, no cambia, me fui por él, no soportaba sus miradas de reproche. Tan perfecto, todo lo hace bien, un trabajador, un ejemplo. Que hijo de puta. Mierda

-Murió la tía Elena, tenía ya 83 años.
-Ah, pobre, casi no me acuerdo de ella. ¿Nos vamos?

Al salir estaba en la puerta. Mi puto padre. Nos miramos. Primero me dio la mano, luego me abrazó. Se puso entre mi madre y yo, nos tomó de los hombros y caminamos.

-Vamos a casa-dijo.
Lloraba, nunca había visto llorar a mi padre.
Yo también lloré, qué cabrón, siempre termina jodiéndome.


sábado, 11 de febrero de 2023

Hoteles

 

Paul Paede - Nu devant la fenêtre




El hotel de la Gran Vía. Su figura recortada en la ventana, fumando. Sus caderas. El humo saliendo por la ventana entreabierta. El atardecer. El ruido de la calle. Nosotros.

El hotel al lado de la M-30. Una habitación en un octavo piso. Escuchamos tambores. Nos asomamos entre cortinas, gozosos, desnudos, curiosos. Después se hizo de noche y lloramos.

El hotel cerca de su casa. Cuadros enormes en las paredes. Nos abrimos en canal, dejamos la cama perdida de sentimiento y confidencias, nos amamos tan lento que la hora llegó, súbita, debimos volver a lo que era.

El hotel con cortinas rojas en las habitaciones. Llegué y estaba la puerta abierta. Me esperaba sentada en un sillón con un vestido de seda azul con lunares blancos, pálida, ansiosa, se retorcía las manos. Nos besamos, era viernes.

El hotel en aquel barrio oscuro. Era barato. La habitación tenía un gran espejo frente a la cama. Nos amamos mirándonos. Volvimos al día siguiente.

La pensión en Vallecas donde nos abrazamos, allí donde la habitación desaparece, la ciudad desaparece, la vida desaparece, la corporeidad de lo espacial, el hueco, el vacío como elemento,  una reflexión, solo existe este ahora tan intenso justo cuando advierto que construir lo que ella me pide  es una cuestión de estructura, de cambio, armonizar la ausencia, equilibrar la distancia y esto es fácil de pensar cuando siento su piel junto a la mía, mi aliento en su espalda, mis manos como un flamenco dando palmas, el polen de mariposas amarillas cuando se inclina y gime, el aire, el viaje de mi lengua entre sus muslos, en una esquina de la cama se escucha un mar, huele a romero y tantas velas semejan un incendio, recorro con dos dedos su columna vertebral y no sé si sueño o estoy o da lo mismo, todo es igual, solo ella y yo,  los jazmines en la mesilla, se ha derramado el búcaro y el agua, sus bragas en un brazo de la lámpara, una batalla sin victoria, una lucha sin exterminio, nosotros en una gruta, en un altar con ofrendas de naranjas agridulces y avellanas, con la tormenta de tener que volver, sin manantiales, sin exorcismos, sin pedir auxilio, en el monte y en el camino, sin rumbo ni norte, tumbados en la ribera del instante, cantándonos, hablándonos como niños…


viernes, 10 de febrero de 2023

Happy Valley

 


Happy Valley

Movistar Plus+ ofrece  a veces series muy jugosas. Esta tercera temporada de Happy Valley lo es. El personaje de la sargento Catherine Cawood interpretada por la magnífica Sarah Lancashire, es de esos que te emocionan, que te los crees, que llegas a cogerles cariño.

Creo que vi las dos temporadas anteriores pero, la verdad, no las recuerdo. Esta sí, la he terminado hoy y me ha gustado mucho. No es una serie amable, al contrario, es bastante dura pero tiene una gran humanidad, los personajes son creíbles.   James Norton que lo mismo hace de cura que de “malo, malísimo”, como aquí, se luce, borda  su papel.

Pues eso, a por otra.

https://www.20minutos.es/cinemania/series/happy-valley-temporada-3-movistar-mejores-noticias-ano-5089417/



Ah, adiós Netflix, me dejaban (X) una de las claves pero me han dicho que con esta modalidad de no poder compartirlas se van a dar de baja. Auguran una gran pérdida de cuotas para esta plataforma, veremos.    


jueves, 9 de febrero de 2023

Perdido aun.

 


De muy niño, un día me perdí mientras jugaba en el Parque
Lloraba desconsolado, buscando a mi madre.
Esta mañana, después de tantísimos años, he pasado por ahí.
Creo que todavía no me he encontrado del todo. 
Ahora no sé a quién llamar.


miércoles, 8 de febrero de 2023

16años

 




Empecé, como que no quiere la cosa, colaborando en "La tertulia en Mizar".
Después abrí durante dos años mi blog Glup en Blogia.
En Blogger con Glup 2.0 cumplo hoy 16 años.
Y los que me quedan.
Cada día.
Gracias a todas y todos.
 

Libro de familia

 


La Nochevieja de 1974, la madre de Galder Reguera supo que estaba embarazada de él. Ese mismo día, su padre murió en un accidente de coche. En estas páginas se unen un emocionante relato familiar lleno de giros inesperados y la crónica de una investigación: «Él es para mí el pasado que no tuve y yo para él soy el futuro que se le negó. Él pensó en mí durante un día. El último día de su vida. Yo he tenido siempre presente su sombra».  

Esta es la sinopsis de este libro que me recomendó alguien que me conoce bien y a quién quiero mucho. A la tercera línea se me abrió una puerta y no he podido parar de leerlo. Lo he tomado como algo propio, habla de personas y de algunas circunstancias que conozco. Hay que ser muy valiente o muy inconsciente para dejar de manera pública, nombres, historias, recuerdos que duelen mucho junto a otros alegres, la vida misma, la suya. Reconozco que también lo he leído con una curiosidad malsana, bastante cotilla, como quién escucha una conversación ajena en un bar haciéndose el despistado. En resumen, me ha emocionado de una manera que no soy capaz de explicar.

Esta es mi impresión después de terminarlo. No sé si gustará esta historia real a quién no conozca la sociedad bilbaína (no diferente a la de otras partes) con actitudes muy reconocibles y reacciones tan humanas que es muy fácil entender y sentir todo aquello que nos cuenta Galder Reguera.  

Si alguien lo lee estaría encantado de cambiar impresiones.

martes, 7 de febrero de 2023

Consultorio sentimental

 

Distinguida Elena Francis, que le cuento. Resulta que cuando del tonteo y del usted se pasa (previa seducción por la palabra, el fuera de campo y otras artes marciales) al conocimiento personal, al tacto de manos, al beso en la mejilla y la voz en los pabellones auditivos y zass se produce eso que se llama atracción (llamémoslo como lo llamemos pero en la práctica son unas ganas de follar que te mueres y disculpe usted la franqueza) y por arte de birlibirloque esta circunstancia (follar) se produce y es como cuando la virgen con los brazos abiertos se aparece a unos pastorcillos sobre la zarza ardiendo, pues entonces, entonces, entonces. Que digo yo, tampoco es tan frecuente, que durante tiempos oscuros pensé que las mujeres tenían alma, sí, pero el cuerpo estaba ahí, inerte, que me sentía un necrófilo compulsivo y no con una ni con dos, que las advertencias de las monjas han hecho mucho daño al acto que más que acto era una alharaca de manos como de palmero de Peret, de besos a labios fríos, de qué mal lo tenían que pasar aquellas mozuelas con un tío como yo en plena actividad que vi aquella película de Jane Fonda, Klute, y así las sentía (pobriñas) con gemidos fingidos y miradas al techo que, oiga, casi me vuelvo un imponente impotente, coño, que uno tiene su orgullo de machito y se empieza a preguntar que qué pasa que no pasa eso de que se desmayan con los ojos en blanco y gimen como la niña del exorcista pero eso fue hace mucho que ahora, ay, sí, ahora, lo de la virgen con los pastores, que tampoco voy a entrar en detalles pero, oiga, increíble. Punto. Pero resulta que del sex, al de un tiempo de sex, por mucho que se diga que a mí eso no me puede pasar y eso, se pasa al love y entonces, Doña Francis, maja, las pasas más putas (van dos) que en vendimia. Y ahí andamos, Elena, campeona, no sos vos (o sea ella) soy yo. Que aquí ando sin saber qué decir porque los adultos adúlteros piensan que esto a estas alturas ya no les pasa pero les pasa, joder si les pasa. Me ha pasado, Elen, cari, ¿qué hago? Sigo con Ama Rosa.



https://www.youtube.com/watch?v=R3uibMwxXuo

lunes, 6 de febrero de 2023

De la magia y sus consecuencias.

 

Tenemos en casa una varita mágica.

Se la regalaron a Contxi en una convención, no recuerdo si de brujas o de hadas.

Por supuesto realiza encantamientos, niebla de colores, cambia el agua en vino, pequeñas explosiones, esas cosas de la magia. También habla

Al principio nos hacía ilusión, venían las visitas y presumíamos de varita mágica, con un abracadabra se movían las sillas, saludaba por su nombre a las señoras, descolocaba los cuadros del salón. Nunca nos atrevimos a convertir a ningún niño en gato ni a don Anselmo en loro.

Con el tiempo nos aburrimos y la dejamos en la biblioteca, entre las enciclopedias encuadernadas del País y la colección de cine del siglo XXI. La realidad es que nos olvidamos de ella totalmente

Hace unas noches dormíamos y comenzó a hablar, la varita, sola, no callaba, se expresaba con fluidez, lo mismo en castellano que en inglés, en polaco, en euskera, dominaba todas las lenguas. Nos hizo gracia, el lunes, el martes nos despertó a las cuatro de la madrugada, el miércoles estuve a punto de tirarla por la ventana, no callaba, el jueves la metimos en la cama, entre los dos, se durmió.

A eso de las doce ha tomado la costumbre de ronronear, entonces la colocamos sobre un almohadón de cretona y pasa la noche a nuestro lado. Por su parte llena de estrellas fluorescentes el techo del dormitorio, es una varita mágica y asterófila.

Pero ahí no acaba todo, el sábado me desperté, noté que me acariciaban, una bella mujer me abrazaba, parecía un encantamiento, nos fundimos en un largo beso y no puedo describir lo que ocurrió a continuación. Justo cuando estábamos en la postura del misionero entró Contxi. “La varita, la varita…”, balbuceé, pero no me hizo caso, despidió a la mujer con un gesto serio, sin alterarse le echó la ropa a la cara. Después sacó la maleta verde y me dijo, “tienes diez minutos”.

Y aquí estoy, sentado en el felpudo del portal, atónito, con la maleta en una mano y la varita, mágica, en la otra, sin entender qué diablos ha pasado, desencantado.

Es lo que tiene la magia, 




domingo, 5 de febrero de 2023

Sombra

 


Me ocurrió la primera vez.
Hoy lo he recordado.

Sole dejó a la niña con los abuelos y me invitó a tomar café, como entonces, como aquel día perdido en los recuerdos.
Acepté aunque cuando tomo café por la tarde me quita el sueño de la noche.

En el salón de su casa, nerviosos, hablábamos de muchas cosas, de nada.
Me levanté y la besé.
No opuso demasiada resistencia, tampoco demasiado entusiasmo, me dejo hacer.
Cuando acaricié sus caderas me invitó a conocer la habitación de arriba.
Se quitó la ropa sin dejar de mirarme, temblaba.
Quise aparentar seguridad pero también yo temblaba.
Fue entonces cuando la vi.
Una sombra pasó por su frente y creció y creció hasta abrazar todo su cuerpo.
Después nos amamos, los tres.
La sombra sonreía con una mueca cruel.
Mientras me duchaba se lo pregunté.

-¿La has visto?-
-¿Qué?-
-Una sombra.-
-Eh…no, no he visto nada.
-Estaba aquí.-
-Solo te he visto a ti, cariño, ¿volverás?

En nuestros siguientes encuentros no apareció la sombra, pero siempre me sentí observado, no estaba cómodo, no me concentraba.
Fuimos a un hotel pero por mi parte la sensación también era de intranquilidad.
Llegué a pensar que era un reflejo culpable de mi subconsciente.
Ella se dio cuenta, seguro que me tomó por un maniático.
Por consejo de mi psiquiatra dejé de visitarla.

Hoy me entero que la sombra se ha casado con Sole.
No somos nada.


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Bilbao, Euskadi
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