Amber Hakim

sábado, 31 de diciembre de 2016

Agur 2016




Terminaba el año, como ahora, y en tierras de la vieja Hispania antes que llegue la noche, Décimo Junio Brutio orderna a sus soldados encender hogueras sobre el acantilado para avisar de las puntiagudas rocas a los navegantes que viajan sobre olas, entre ballenas.

Sobre el Promontorio Sacro mira al inmenso mar. El sol desaparece más allá de las aguas, incendia el horizonte, crepita el océano y el tribuno sabe que ahí finaliza el mundo. Erige un monumento de piedra que apunta al cielo. Ordena sacrificios a los dioses. Sin saberlo inaugura un camino, su final, Finisterre es el final del camino.

Para Teresa fue un principio, en aquel lugar, bajo el faro, quemó sus miedos, los aventó sobre la espuma del mar embravecido y volvió sobre sus pasos sin mirar atrás. Ahora camina tan rápido que apenas puedo seguirla.

Termina el año, tantas semanas, tantos meses y no he aprendido nada. Recuerdo que una vez salté sobre una hoguera y me quemé el culo. Por eso ya no salto, aguanto los días, busco, camino, intento, hago absurdos cálculos, me equivoco, insisto, enciendo luces, me ilusiono, me canso, he llorado, no aprendo, cándido, quiero controlar lo incontrolable, estoy vivo.

Siempre se van los mejores, dije que dicen, no, los mejores somos los que seguimos, los vivos, los únicos susceptibles de mejorar, de aprender a ser más felices, con capacidad de hacer felices a los otros, a los Otros, a nosotros.

Termina el año, apenas un tránsito, un día más, una celebración, cumpliremos los ritos, brindo con todos por un magnífico 2017, ojalá sea mejor que este, o igual por lo menos, os deseo lo mejor, os abrazo, os animo a disfrutar cada día de este próximo año como si fuera el último, nos queda la esperanza. Os quiero.




viernes, 30 de diciembre de 2016

Estrellas muertas

Benjamin Robert Haydon (1786-1846)


Sí, pum, ahí queda el brillo de estrellas muertas en el recuerdo de algún astrónomo nostálgico, una muerte por congelación en la constelación, lenta, dulce, sin sentirla apenas, no, indiferencia, silencio, a otra cosa, vuelta de página, ni un nombre, a buenas horas, por no leer el decálogo, precisamente el décimo mandamiento de los escritores, el de la cotidianidad, sí, exceso, abuso, aburrimiento, ensimismamiento, ombligo feliz, sin pelusas, tú, vosotros, ellos, los otros, yO, mí, me, conmigo, tú me lees yo te leo, Tadeo, pasa los sábados y los domingos, incontinencia de escritos en cascada, mira que poema tan bonito, repito, alma y cuerpo, hospedaje, ultraje, hereje, cada día, María, versos, voces, intemperie de serpientes, tormenta al amanecer, el vigía vigilante, acoso del oso, Alpes, altura de letras de plata, repujadas, canoas por ríos del norte, damas cantando en la ventana, “Los ensayos” –siempre Montaigne- o “Los reconocimientos” –siempre Gaddis-, si lo fracciono parece, pero sería un engaño, hasta aquí, es posible que siga esta fuga, lo que se dice no tener ni puta idea de qué va estO, click.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Sexo




SEXO



Estimados lectores, como continuación a la serie iniciada no recuerdo cuando sobre identificación de la palabra con la imagen sigo hoy con esta extraña palabra: Sexo.

La verdad es que la he encontrado de forma fortuita, por casualidad, en un diccionario. Asimismo la imagen está escogida al azar, espero haber acertado y que tenga alguna relación.
No había escuchado nunca esa palabra y me ha extrañado su definición. 

sexo. (Del lat. sexus).
1. m. Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.
2. m. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. Sexo masculino, femenino.
3. m. Órganos sexuales.
4. m. Placer venéreo.  
  
Las tres primeras acepciones las entiendo más o menos, pero la cuarta me deja descolocado. Placer venéreo…ya te digo, es que hay cada invento. De hecho lo he comentado con algunos amigos y tampoco saben de qué va eso. Este domingo se lo preguntaré al párroco de mi barrio, si me dice algo que se entienda lo publicaré aquí.



Bien, siguiendo con eso del sexo, conocéis mi naturaleza curiosa, mi sed de saber. Como no me quedaba conforme llamé por Skype a mi amiga Kim Kardashian, para preguntárselo. Como ella habla en inglés y yo no, me he quedado como estaba. Exhibo las fotos que me adjuntó por si alguien ve alguna relación de Kim con el sexo (sea lo que sea eso).



No podía más con mi creciente curiosidad, me he ido a Google. Escribo sexo y busco en imágenes. Me sale esta (entre otras).



Y ahora sí que no entiendo nada. Se ve claramente que es mentira, no puede ser real, las mujeres no son así (al menos las que conozco), los hombres  nunca están desnudos. Además, ¿qué tendrán que ver con eso del sexo?




En fin, que un post que pretendía ser didáctico se me ha convertido en un problema. No acabo de entender qué demonios es eso del sexo, no sé si es una leyenda, si tiene alguna relación con la acepción tres (la de los órganos sexuales), si se practica (solo o con alguien), si sirve para algo práctico, si así como hasta ahora he podido vivir sin sexo, podré hacerlo a partir de este momento.



Es por todo esto que una vez más pido vuestra ayuda. Queridos/as amigos/as, lectores/as míos/as, si alguno de vosotros/as podéis darme alguna explicación sobre qué es eso de sexo (la verdad, vaya palabreja), os estaría muy agradecido/o.
Dejo otra foto al azar por si acierto.


(Creo que he acertado)




miércoles, 28 de diciembre de 2016

¿Había vida antes de internet?



Aquí intento lo diferente, con ingenuidad, con trabajo, mirando alrededor para aprender. 

Aquí busco, me guarezco bajo el alfeizar de lo cotidiano cuando llueve silencio. 

Aquí hablo, es decir escribo.

Por ejemplo, recuerdo que una vez describí un acto sexual. Me salió un texto erótico, de alta temperatura (o eso dijeron las crónicas y una lectora de Albacete). Si lo encuentro lo vuelvo a colgar (el escrito).

Recuerdo que una vez realicé un acto sexual. Fue hace tanto que no recuerdo con quién fue, si fue placentero, ni siquiera qué dijo ella (después) (antes dijo sí). 

Tengo poca memoria pero recuerdo que era todo en blanco y negro, aún no se utilizaban los móviles como ahora  y yo todavía tenía bigote.

Creo que tengo el recibo por algún cajón.


martes, 27 de diciembre de 2016

Tripudium


No necesito arúspices escarbando en las entrañas de los  pollos ni en la harina de cebada. No me hacen falta sacerdotes adivinando en el tripudium, en la actitud de los reptiles, en  el vuelo anómalo de ciertas aves. No quiero presagios en los remolinos de los ríos, en el tintineo de campanillas, en los portentos, ni siquiera quiero augurio de relámpagos. No necesito nada de eso, lo sé,  te quiero, pero tampoco hay que ponerse así, joder, qué carácter.


Un jinete confiado, rodeado por pájaros de buen augurio, al que se aproxima una Niké llevando laureles de victoria en este kílix laconio de figuras negras, h. 550–530 a. C.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Adiós.



Adiós.
Me dice. 
Quizás no entiende mi idioma. 
Solo cinco letras. 
Creo que se ha confundido. 
Acabo de llegar.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Joyeux Noel!


Dejar algo aquí, hoy, es arriesgado.
Cualquiera sabe.
Digo algo escrito, se pueden dejar canciones de señoras/es desconocidos para el vulgo y quedarnos tan anchos (y tan contentos), recomendar libros de autores sumergidos en la niebla del este quién es, citas del calendario zaragozano, predicciones sobre la cosecha, cálculos meteorológicos, ¿sales en Nochevieja?, pintarnos el ego de pastorcillos de belén de playmóbil y tocar la zambomba o instrumento similar.
Todo esto o quedarnos callados y seguir a lo nuestro.
Bueno, cada uno a lo suyo.
El problema empieza cuando lo nuestro es tan nuestro que no le importa a nadie.
O así.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Two years



Decía LacanAmar es dar lo que no se tiene.

Dos años, mes arriba o abajo, demasiado, demasiado poco, tiempo, ha ido pasando sin darnos cuenta, aquí estamos, sin comunicación, ausentes, lejanos, sin saber si nos hemos amado o si todo ha sido un ejercicio de nostalgia, una barca en alta mar después del naufragio, un boca a boca en el que no sabe quién es el ahogado y quién su salvador, un intercambio de emociones, una búsqueda, un ejercicio de regreso al punto de partida, somos los que éramos tanto tiempo atrás, inútil intentar cambiar la esencia, es así.

Decía Jean-Luc GodardEl amor es querer dar algo que no se tiene, a alguien que no lo quiere. 

jueves, 22 de diciembre de 2016

¿Ti es de aquí ou ves pola festa?



 

Publicar en un blog sirve para procurarse el sustento diario?
• (Si es sí) Por favor, comparte la fórmula.
• (Si es no) Pues eso.

 

Escribir en un blog da dinero?
• (Si es sí) Cuanto? (incluyo, pos si acaso, mi número de cuenta, 20 dígitos)
• (Si es no) Ya lo sabía.

 

Un blog da satisfacciones?
• (Si es sí) De qué tipo?
• (Si es no) Pues no entiendo qué haces aquí.


Cuánto dura un blog?
• (Si es mucho) No es normal, ¿no?
• (Si es poco) Es lo lógico, ¿no?


De qué color es un blog?
• (Si es blanco) Vale.
• (Si es negro) Vale.
• (Si es) Vale.


A qué sustituye un blog?
• (Si la respuesta es ocio) No tienes nada mejor que hacer?
• (Si la respuesta es amor) Que no te pase nada.
• (Si la respuesta es amistad) Has probado ir a un club, subir al monte, hablar?
• (Si la respuesta es comunicación) No responde, comunica.
• (Si la respuesta es sexo) …(carcajada)



 Para qué sirve un blog?
• Ti es de aquí ou ves pola festa?

(Gracias, Guadalupe)

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Se humaniza mi alma



Se humaniza mi alma al tiempo que mi cuerpo se vuelve frágil.

Tantas palabras corriendo entre los números de los días fecundan mi espíritu, lo conmueven como un viento melencólico que llega de la mar con el dolor, el goce, la lluvia de horas, la emoción de los recuerdos, mi ayer vegetal, esta voz que crece y se divide en los huertos al lado del río, aquellos aún no inundados. 

Baja el miércoles entre las calles y nosotros ya no somos. 

martes, 20 de diciembre de 2016

Canción de cuna para un amante que nunca regresa.



Ven, vida mía, tiéndete al lado de la ausencia, sobre las tablas del miedo, suelo y techo de nada. Vuelve, la esperanza se seca, muere el día, memoria sin color de un tiempo removido en olla desconsolada, cena fría de la despedida. Quemo incienso, busco tus huellas, intento desvelar la madrugada, amanecer contigo. Sentada en el pliegue del error, no veo, rey, aturdida y discreta, me conformo, aquí, tan sola, con espejos y alhelíes, exaltada, custodiando la puerta que da al prado donde reíamos y éramos, mi bien, ternura.


Poeta de luz, escribías maravillas en mi cuerpo, colmabas mis muslos y la frente, derramándote, mi pequeño, hacías resplandecer mi rostro, a mí, entera, te esperaba abierta a la dulzura, estremecida, oh torrente de placer, milagro, rubor de terciopelo, caramelo de miel, esperanza, secreto, festejo, pasado, tanto, todo. Duerme, sueña con distancia sin clemencia, ay, que te arropo con las sábanas del viento, el mismo que se ha llevado fotografías rotas, música, voz, que ha dejado una silla vacía, soledad, un laberinto donde buscar mi herida.


Regresa mi chico guapo, mi hombre, una luz delicada huye al extremo del camino por el que las vacas volvían de la fuente. Me faltan balcones para esperar tu vuelta, miro sin ver y sin embargo, mi niño bonito, amante que gemías a mi lado, en mí, dentro, te has llevado los mapas, me he perdido, paso las páginas, se han apagado los soles, se me están doblando los dedos de esperarte, de estrujar el pañuelo de las lágrimas, que ya no, que no tengo, llueven hojas de otoño, florece, se agosta el cielo, los recuerdos, no vienes.


Ven, dulce amor, duerme a mi lado, mi capricho, se desvanece la ilusión, inquieta tapio las ventanas por si vuelves, enluto las cortinas, afilo cuchillos y mi lengua, los insultos, traidor, preparo sortilegios, venenos, ruin, oculto en mi pecho la salida, quemaré la cama, cada sábana que tocó tu cuerpo, quiero estrangularte, desgarrarte, morderte el cuello, clavar hierros en tu alma, si la tienes, pisarte los cojones, dar a los perros aquello que te cuelga, verter en un hondo hoyo tu sangre negra. Maldito amante que nunca regresa.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Al regreso



Viajamos.

Al regreso, un día, no sé cuál, cuándo, por qué, te acostaste en el borde de ti misma, sujetaste el cuerpo insumiso y tatuaste la tiranía de los preceptos sobre tu piel austera.

Llevabas ceniza en los cabellos.

No supe si aquello era un desprecio, miedo, pureza o una espera del sí en la arteria de ser otros.

Ahora, otra vez te has vencido.

Siempre te derrotas.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Te busqué en lo oscuro.



Te busqué en lo oscuro, escaleras arriba.

También abajo, donde brotaban manantiales de melocotón y miel.

Latían mis manos insumisas al tantear los espacios indecisos.

Nos desgarramos de amor en el lecho, perdidos en un laberinto recién descubierto, desde su centro no quisimos volver a la luz.

Era primavera y reías.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Elegía a Ramón Sijé.

 
 (Ramón Sijé)

Aquel día caminé mucho, con la mochila, sólo, disfrutando de paisajes y gentes.
En una cuesta abajo pasa a mi lado, rápido, un ciclista de mediana edad con jersey rojo.

-Buen caminooo.
-Buen camino.

En una cuesta arriba le alcanzo, hablamos.

- ¿De dónde eres?
De Orihuela.
- Hombre, de ahí era Miguel Hernández.
.
A ese no lo conozco.

Y me habla de los políticos,  que Miguel Hernández murió por no querer cambiar de ideas.
Sí- le digo- eso les suele pasar a los poetas, que no quieren cambiar de ideas ni de ideales. Algunos hasta se mueren por esa tozudez.
Seguimos, él pedaleando, yo andando.

Tanta belleza alrededor y el eco -delante y detrás, chasss, chasss-, de mis botas sobre el camino me distraen y –lo confieso- me asusta un poco.

Intento recordar cómo era aquella elegía de Miguel Hernández. ¿Cómo era?, ¿cómo era? Ya, empezaba así: “En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto, como del rayo Ramón Sijé, con quién tanto quería”. Buena memoria.
Me río.

En un recodo, a lo lejos, veo al ciclista del jersey rojo empujando su bicicleta por una empinada y tortuosa cuesta. Intento alcanzarle y aprieto el paso. Justo al llegar a la cima le llamo.

-Orihuela, escucha este poema de tu paisano-. Y empiezo.

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano
.

Y veo que su cara se pone tan colorada como su jersey.

Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento
.

Con un gesto de miedo farfulla -me esperan, me esperan-. Y se va pedaleando como si le siguiera el diablo.

Me río ¿qué habrá pensado? Quizás que el poema le podía saltar a la garganta. O que un poeta no es alguien recomendable. O quizás que se empieza con versos y se termina sodomizado en cualquier camino, aunque sea a Santiago.

Ay, señor, cuantos desiertos, cuantos.

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

(Miguel Hernández)

viernes, 16 de diciembre de 2016

San Pietro in Vincoli




San Pietro in Vincoli está en Roma, cerca del Coliseo.

En mi primer viaje romano busqué esa iglesia pero me perdí entre callejuelas. Mi insuficiente manejo del italiano no me ayudó a realizar las preguntas oportunas para encontrarla.

Después de un absurdo rodeo llegué a la puerta del templo, entré y caminé extasiado en la penumbra.

El Moisés de Miguel Ángel me dejó inmóvil, incapaz de asimilar tanta belleza, fuerza y perfección.

En aquellos días mi cabeza estaba rota en pequeños fragmentos, mi cerebro era un puzle alborotado.

Delante de esa magnífica escultura bastantes piezas ocuparon su lugar.

Y el paisaje fue tomando forma.

Un amanecer.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Viajes.



En este blog cuento lo que cuento. Alguien incluso me cree. Cree que es verdad lo que cuento. Cada uno tiene una percepción, su propia concepción de lo real, su propia teoría del conocimiento, de la filosofía, de la historia (¿quién escribe la historia?). Por ejemplo, estoy muy interesado con la historia de Berlín, qué ocurrió allí desde no sé cuando hasta ahora. Y leo y leo sobre el tema. En cada libro encuentro datos nuevos. O New York, que veo una pelí (cula) que transcurra allí y comento “ahí he estado / por esa calle pasé / eso está cerca de Central Park / a la vuelta de esa parada de metro cené en un restaurante coreano / mira, Times Square”, que parece que he vivido allí toda la vida.

Pues eso, que sin venir a cuenta podría citar por ejemplo a Susan Buck-Morss cuando escribió eso de: «Todos los errores de la conciencia burguesa podían hallarse allí (el fetichismo de la mercancía, la cosificación, el mundo como «interioridad»), y también (en la moda, la prostitución, las apuestas) todos sus sueños utópicos. Además, los pasajes fueron el primer estilo internacional de la arquitectura moderna, y por tanto, parte de la experiencia vivida por una generación a escala mundial, metropolitana». Creo que se refería a París, que es una ciudad mágica, que llegas allí y se te queda cara de turista nada más llegar, cuando llevas dos horas ya eres un rendido admirador y piensas que eres muy afortunado por pasear por esas calles sobre las que tanto has leído (aunque la cara de turista no se te quita).

O Venecia, por insistir, que me quedé haciendo alguna gestión y salí rezagado de la estación del tren, con una pequeña maleta en la mano y zasss ¡el Gran Canal!, que exclamé “¡Martínez en Venecia!” (una especie de señor yo no soy digno, una cosa antigua, complejos de pobre, resabios obreros, de antes de la revolución), una pasada, Venecia.

Qué me dicen de Estambul, que no quería ir, que me obsesioné con el Gran Visir y aquella película (El expreso de medianoche) que le encuentran marihuana en el equipaje y se pasa años en una cárcel turca y las pasa putas y no fumo pero lo mismo me encuentran alguna substancia tóxica en un registro rutinario y, la verdad, me encantó, que hasta estuve en Asia, unos kilómetros, pero de Asia y cené en un palacio (también cené en otros sitios, claro).

Ya vale, que podría seguir con más viajes, pero tantos kilómetros mentales me han dejado agotado. No sé a qué ha venido todo esto de los textos, los pretextos y demás pero he disfrutado mucho escribiéndolo. A vuestra salud.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sobre estos textos.

SPAIN. Barcelona. Capital of Cataluna. 1955. 
Public scribe put up shop on a sidewalk and is waiting for customers, offering to write letters, certificates, legal documents in Spanish,…



El texto que dejo aquí cada día es mucho más que lo que se lee (1).

Quizás ustedes no se han fijado pero también está escrito por el revés, por la parte de atrás de lo que se ve (2), es decir por lo que no se ve.

No solo eso, también descubre el misterio diario de estar vivos, encerrados entre lo que somos y lo que parecemos, no digamos lo que queremos ser (3), la dualidad de contar lo que ocurre cuando no ocurre e imaginar lo que ocurrió y lo hemos reconvertido en un recuerdo cómodo, favorable, amable, éramos así, ocurrió de esta forma aprovechando que nadie puede llevarnos la contraria (4).

Los textos que comparto tan a menudo son un antídoto, para ustedes y para mí. Es curioso que, al oficializarla, les protege de la rutina. Al menos tanto como que, a la vez, me inmuniza contra la tendencia al inmovilismo, a dejar que la mente se paralice, se adormezca, quede mecida en ayeres olvidando el presente.

En el enredo del blog con textos, fotografías, música y colores (5) lo mejor está en el misterio de saber quién somos (6), dónde vamos, de dónde venimos. En esta esquina jamás vamos a averiguarlo, pero aquí vamos, navegando en el oscuro río que nos lleva de sus fronteras (7) a la mía, de lo íntimo a lo público, de la distancia entre los ojos y el corazón, del oído al sentimiento, de la intuición a la certeza de saber que no hay más (8) de lo que hay.

Ya que estamos, entre nosotros, el texto es un pretexto, da igual lo que diga, lo que cuente, su presunta calidad, su nadería, su longitud o lo breve, que hable de amor o haya un vacío de frases sin sentido. Importa que esté, que se repita, vigilar la constancia, aventurar su cese, comprobar que algo, esta aventura de reiterar que nos leemos (9), tiene vigencia, aún.

De la curiosidad al cariño hay apenas tres pasos. Los damos, lo sé. Llegan los comentarios, los correos personales como presentes magníficos, privilegio de recibirlos, tiempo, criterio, respeto, sabiduría y, sobre todo, amistad, afecto. Por mi parte el amor es una garantía, os quiero, a los que hablan y a los que no, sin conoceros, sin posibilidad de negarme a ello, con egoísmo, sin condiciones. Estoy rendido, gracias.

El texto que dejo aquí cada día es mucho más que lo que se lee (10).



(1) ¿se lee?
(2) ¿se ve?
(3) y no somos.
(4) excepto la conciencia y suele estar dormida.
(5) incluido el blanco del fondo.
(6) en varios sentidos.
(7) las de ustedes
(8) ni menos.
(9) ¿nos leemos?
(10) ¿se lee?

domingo, 11 de diciembre de 2016

Es un decir



Señoras y señores, que quiero contar acerca de, a propósito de, sobre, de, pero resulta que lo que hay es que no hay y para observar lo que nos rodea debemos observarnos a nosotros mismos y en mi caso me tengo muy observado por una parte y miedo me da entrar en la cara oculta de mi luna, que se pierden todos los cohetes en el mar de la tranquilidad. Debo trazar mapas de mi pensamiento, dibujar las líneas por las que he circulado, lo que ya he dicho, armarme de infinita paciencia y desarmarme de miedo a escribir con las tripas tal y como me aconseja Teresa que de estas cosas sabe un rato y ayer Berlín, hoy Londres, mañana New York, el lunes Barcelona  y aquí estamos mirando a la luna que, oiga, la veo como siempre. Así nos va.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Problema con los espejos



Hay un problema con los espejos, solo se ve el reflejo de lo que está delante. Te mueves un poco hacia la derecha y ya no te ves, o solo te ves una oreja, parte. No se ve lo de dentro, lo de detrás, lo interno, lo de la frente, del corazón, las intenciones, las emociones, las sensaciones, las frustraciones, las fluctuaciones de hoy arriba, mañana abajo, las circunvalaciones de aurículas y ventrículos, lo del impulso, que se te para el motor y adiós problemas, se los dejas a los que quedan. Ocurre que si no sabemos si vamos a llegar al sábado no sé para qué nos preocupamos de qué haremos el domingo. Ocurre que si no sabemos cómo somos nosotros mismos no podemos saber cómo son los demás. Ocurre que no tengo ni idea de nada, no, pues eso, por comentarlo. 

viernes, 9 de diciembre de 2016

Un universo en el ombligo



Somos tantos los humanos que es difícil ser/hacer algo diferente a lo que otros hacen/han hecho. Ser original, novedoso, inventar, sorprender, incluso el esfuerzo de recordar todo lo que se ha olvidado está al alcance de pocos. Aún así ahí vamos, dentro de una ciudad que está en un país, en un continente, en un planeta, en una constelación que a su vez está dentro/cerca/lejísimos de otras constelaciones, el universo, amigo, y tu/mi ombligo es en sí mismo un universo, ya ves. 

jueves, 8 de diciembre de 2016

Karánsebes.

 

De Wikipedia

La Batalla de Karánsebes fue un curioso y trágico incidente que tuvo lugar durante la Guerra Ruso-Turca (1787-1792), en la tarde del 17 de septiembre de 1788, entre diferentes partes de un ejército austríaco que creía estar luchando contra tropas del Imperio Otomano.

El 17 de septiembre de 1788, hacía un año que había estallado la enésima guerra entre los imperios austríaco y otomano, y un ejército austríaco de 100.000 hombres se dirigía hacia la ciudad fronteriza de Karansebes (actual Rumanía) para acampar en vísperas de una invasión. La mayoría de las tropas austríacas las conformaban pueblos sometidos (italianos, serbios, croatas, húngaros, rumanos) y muy pocos de los soldados hablaban alemán, la lengua del emperador.

Los primeros en llegar fueron una vanguardia de húsares con la misión de explorar y limpiar el territorio de posibles enemigos, pero no encontraron un solo soldado turco. En su lugar apareció un grupo de gitanos que vendían aguardiente, así que los soldados les compraron unos cuantos barriles y empezaron a beber mientras llegaban los refuerzos.

Un tiempo después llegó un contingente de infantería, que solicitó su correspondiente trago de aguardiente. Sin embargo, los húsares (ya borrachos) se negaron a darles nada y construyeron barricadas en torno a los barriles de licor. Comenzó entonces una agria disputa entre los dos contingentes que culminó con un disparo al aire.

Entonces todo se desató. Los rumanos creyeron que el disparo lo había hecho un francotirador turco y comenzaron a gritar. "¡Turcii! ¡Turcii!", "¡Los turcos!". Los húsares salieron corriendo. Los infantes se desbandaron. En un intento por imponer orden, los oficiales austríacos entraron en escena y comenzaron a gritar "¡Halt!", "Alto". Sin embargo los soldados creyeron oír "¡Alá!", el grito de guerra de los otomanos, y el caos se multiplicó.

Coincidió entonces que llegaban otros grupos de tropas. Desde la distancia, un oficial de caballería vio a los húsares dando vueltas alrededor del campamento revuelto. No le cupo la menor duda, debía ser un ataque de la caballería turca. Así que ordenó una carga, sable en mano, contra lo que creía el enemigo.

Al mismo tiempo, la carga de caballería fue vista desde otro punto por un cuerpo de artillería. Creyendo sin duda que eran los turcos, los artilleros abrieron fuego contra los jinetes.

Ya enloquecidos, los soldados se dispersaron en pequeñas bandas que disparaban a todo lo que se movía, creyendo que los turcos estaban por todas partes. Así se sucedieron las horas de batalla hasta que en un momento dado todos decidieron que había llegado el momento de emprender la huida. Durante ésta el caballo del emperador se espantó y José II acabó en una poza.

Los turcos llegaron a Karansebes dos días después. Sobre el suelo yacían 9000 muertos.

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