Amber Hakim

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Hombre barbudo


Todos los días antes del almuerzo, el hombre barbudo camina hasta el viejo olmo del parque y se queda allí escuchando como respira su corteza añosa. En un banco cercano, la reina de los gatos habla a los felinos de pasados misteriosos, de su ayer brioso. Los gatos no entienden nada, los gatos son unos animales egoístas y ensimismados que no prestan atención a la delicada mano que los alimenta, mano de falanges y venas azuladas, de uñas y un sorprendente anillo dorado.

Uno de esos días el barbado lo advierte: al llegar al tercer tramo hindú la superficie del océano se eterniza, hay un punto anterior a la revelación, un instante misterioso y fértil cuando el inexplicable don aparece. Y lo entiende, sabe, puede tocarlo con la punta de los dedos que agitan la untuosa sopa de la casualidad, del azar.

Quizás entonces es el momento de abandonarlo todo, de huir hasta quedarse sentado al viento de levante, ignorando los gritos de los que llegan en pateras, viendo crecer la duna de Bolonia hasta sacarse uno a uno los puñales del escepticismo. Insensible al recuerdo de sus bragas escondidas bajo la ropa amontonada en una silla, los calcetines dentro de un zapato, ella ahí enfrente con su mirada miope, con los brazos cruzados sobre los pechos breves, el pliegue del cuello expuesto al choque de labios y dientes, él ansioso como Jeff Buckley, sereno como un sinuoso animal oscuro que no tiene prisa en comenzar el almuerzo junto al olmo, sólo, pan, aceite y el farfullar de la vagabunda.

Un día, otro día.

martes, 29 de septiembre de 2020

Spem sine corpore amat



Aprendo palabras nuevas sobre enfermedades antiguas: el tedio romano, la melancolía del XV, el spleen del XIX, la depresión del XX. Se me atraganta la voz, me cuesta pronunciar. Son palabras anudadas, palabras que devastan. Por eso busco aquí desde hace tanto palabras que formen la palabra

Ella es una obsesión esférica.

Él se enamora de una ilusión sin cuerpo -spem sine corpore amat-.
Sus héroes ni siquiera salen del puerto.

Ella es su derrota naval.
Sin batalla, sin barcos.

Ellos son dos ahogados en un lecho submarino de sombras y silencio.




lunes, 28 de septiembre de 2020

Ir y venir

 


...Tanto ir y venir y resulta que estaba todo aquí mismo, en esa esquina, ritual de cafés en el boulevard, memoria de tiempos pretéritos, ella caminando con sus hijas tomadas de la mano, sonrisas en casas luminosas, así estaba entonces, recuerdos de colores. “Mira qué guapa era yo.

 Me pregunto si tengo derecho a conservar sus fotografías, sobre todo esas que incluyen a su familia, amigas, estancias, perros y gatos,  caminando en una boda irlandesa, su esposo, sus pies, su hijo pequeño mirando el mar, la hija mayor sonriendo como una mujer que la hace mayor, hasta qué punto puedo tenerla así, detenida, corriendo por la playa, otras sonriendo al fotógrafo. “Mira qué guapa soy ahora”.

 No sé si debo meter los libros que me regaló, las cartas, sus regalos, los recuerdos en una caja de cartón y dejársela en la puerta, borrar los ficheros, el dolor que se me pone en la nuca cuando pienso en ella, la ansiedad de esperar aquellos mensajes al móvil. “Puedes subir cuando quieras”.

 ¿Y si solo hubiera sido una atracción pasajera? y si no... No. A veces lo pienso, me recreo en momentos, no olvido, ay, pero no, no pudo ser sólo eso, justo ahora sé, por centésima vez, que me estoy volviendo a equivocar, que no aprendo, que soy un obstinado iluso atrapado en un laberinto, buscando huellas en la nieve, olor de las frutas del milagro en una mesa a la que no estoy invitado. “Se canta lo que se pierde”.


domingo, 27 de septiembre de 2020

Ranúnculo de hojas lampiñas



Mastico sardonia para imitar la risa.

Me infamo al degollar al colibrí.

Remedo la iridiscente música del frío.

Después, sin vértigo, salto desde la grúa del puerto a esparcir bajo el agua secretos de aquel mayo, los de junio, estos de ahora.

Confío en los peces, suscito su mirada sin párpados y regreso, cansado, hasta la playa.

En la arena aún se escucha el infinito sonido de su noche.

Nada cambia, nada cambia.




sardonia.
(Del lat. sardonĭa, cosa de Cerdeña).
1. f. Especie de ranúnculo de hojas lampiñas, pecioladas las inferiores, con lóbulos obtusos las superiores, y flores cuyos pétalos apenas son más largos que el cáliz. Su jugo aplicado en los músculos de la cara produce una contracción que imita la risa.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Salvador

 ...y a mí me entró la angustia, se me acabó el tiempo, se me desplomó el mundo, me alcanzó la irrealidad. La vida se convirtió en una farsa inútil. Inconsistente. Hueca, ya no había absoluto, o el único absoluto era la nada. (S. Pániker)





Después de un prolongado tiempo de silencio ayer me llamó por teléfono. Dijo que quiere equilibrar su vida, que quiere dedicarse a lo suyo, a los suyos. Dijo que lo nuestro fue una pasión inútil. Como siempre tiene razón, siempre ha tenido razón.

Y estoy de acuerdo, cierto, fue un absurdo intento de vivir lo que no se puede vivir. Una estúpida y total entrega donde me sentí renacer, ser otra, nueva, diferente, una mujer completa, un espíritu, un sentimiento tan puro, tan en carne viva que me estremecía cada día pensando en él, escuchándole, mirándole, pensándole, mi existencia entera era él, yo no era. Entre sus brazos me convertí en un ángel voluptuoso, en la reina de un país magnífico, una mujer entregada que volaba, puro y luminoso temblor al descubrir la emoción que se extendía como un paisaje interminable, dominio de lo eterno, todo era nuevo, fresco, nada tenía que ver con lo sentido hasta entonces, verle era un manjar, el fruto prohibido, un lecho de orquídeas, un viento cálido que me subía la falda, que me desnudaba ante el río de placer que nos llevaba, juntos, atados en promesas amorosas, en gemidos.

Pero reconozco que soy una estúpida romántica, una ignorante mujer que no sabe nada de nada, me he estancado en la ficción, no quiero admitir mis obligaciones, salir del espejismo, volver a mi realidad, mi trabajo,  mi marido, mis hijos. Hace mucho que el tiempo se ha detenido y ya no nos acaricia con sus labios de naranjas, con su voz de guitarras. Asomada al abismo de lo cotidiano el viento negro del aburrimiento se desliza entre mis pechos. Como siempre él tiene razón, fue una absurda e inútil pasión que hay que enterrar para siempre. Debo estar callada pero ¿sabe? creo que para él, en el fondo, sólo fue sexo.



...Todavía no sé si hacemos el amor porque nos amamos o nos amamos porque hacemos el amor... (S. Pániker)

viernes, 25 de septiembre de 2020

¿Iré?

 


…Estamos dentro de una película de dibujos animados, nuestros perfiles se funden, se confunden en contornos borrosos, metamorfosis, la pasión está representada por miles de puntos alborotados, envolviéndonos, agitándose y chocando contra las paredes de la banda dibujada, la música es tenue, los colores fuertes, la pasión abrasa el celuloide y una estrella quemada   se abre en mitad de la pantalla…

Escribo esto obcecado, rodeado de luciérnagas, arrebatado por su llamada, su invitación, por cómo lo dijo, venturosa voz, salvación y condena, lo grito, lo canto.

¿Iré?

jueves, 24 de septiembre de 2020

Estragón.



Así, nadando en la selva que amamanta lobos, descubro en un espejo vacío al hombre chamuscado en el fuego de su propia hoguera, salamandra que se burla a gritos de los tigres que nunca lloran, que no escucha su daimon, que antepone la imaginación sobre la razón (no, no es William Blake).

Queda aquí la vacía crudeza de un lenguaje limitado de septiembre, la metáfora de una búsqueda basada en la esperanza, la realidad aprehendida de la soledad final.

El blog/muro como tránsito, como aeropuerto intermedio, como parada entre y hacia.
Pero no se me olvida jamás el camino de regreso.

Lo aderezamos con un poco de estragón y añadimos la salsa. Cocemos durante tres minutos más, espolvoreamos con perejil y servimos.

Wooosh.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

No hables

 


…Me obliga a sentarme. Desde la espalda susurra en mi oído “déjame hacer”. Me cubre los ojos con un pañuelo de seda que suavemente anuda en mi nuca. “No hables”. La habitación se ha llenado de un silencio exaltado. Un leve roce, trato de adivinar qué lo ha producido, una cremallera, un botón. Escuchar cómo se desnuda, sus dedos deslizándose por la blusa, oír caer sobre la alfombra la levedad de sus bragas de seda, un sujetador mínimo ¿negro? excitante, excitante ella, mujer que amo, que deseo, que me transporta a un mundo tan bello que vivo deslumbrado, levitando, puedo escuchar su piel, ahora sus gemidos, “no puedes ver que estoy haciéndome”, sonidos turbadores, mis manos tanteando desde mi ceguera hasta la tentación de tocar su cuerpo, sentir sus pasos huyendo, seguirlos tropezando con las paredes, reencontrarte en una sala inmensa, reclinada en un trono, desnuda ya, mirándome, con los brazos cruzados sobre sus pechos de crisantemo, las piernas cruzadas ocultando su sexo de mariposa...(etcétera, etcétera)

martes, 22 de septiembre de 2020

William Turnbull,

 


William Turnbull, Leaves, 1967.

956,719

119,590 

201418,78510,8369,0631,7732013140,14981,47868,96612,5122012271,651157,403137,733

19,6702011161,187109,13292,45116,6812010110,06667,05450,61716,4372009116,04663,

27538,99824,277200892,47750,15633,64116,515200746,35828,50918,01610,493


No lo entiendo pero he encontrado una constante:
(+) entusiasmo = (-) cifra.
Y viceversa.



lunes, 21 de septiembre de 2020

Sin regreso

Kazuo Shiraga 1924-2008 ARATO (TURBULENT SEA), 1993


La belleza del verso aúlla junto al animal de la melancolía que cae en un  pozo de cenizas y de víctimas. En las afueras de mí mismo soy un desconocido que anhela abrazar a ese que soy. Desolada orilla. ¿Por qué crucé? Este es el humillado país de escarcha y miedo que presentí en mis peores sueños. Y no hay regreso.

Oiga, señor, ¡no se quite la mascarilla!

domingo, 20 de septiembre de 2020

Mujer con pájaro

 


 

De la mano, en silencio, caminábamos por un camino oscuro.

Al abrigo de unos árboles nos besamos en los labios, la primera vez, el primer abrazo.

Delicioso.


Ocurrió hace mucho tiempo.

 

Hoy ella está en una cama blanca, la abrazo con ternura, beso su frente.

Me siento ridículo con un ramo de flores en la mano.

Al salir de la clínica  he tropezado con su marido y su hijo mayor. No me han conocido.

Creo que ella tampoco me ha conocido.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Verdugo

 

Li Lei China, b.1965 SHANGHAI FLOWER  



Me siento en la roca de añorar y cuento el rito y el descalabro, que los pájaros vuelan entre tejados, que fui feliz en el delicado refugio de su vientre. Busco la poesía en lo que digo desde el borde de la sangre que amenaza con anegar mis venas de cordura. Los perros del alba hacen guardia en los altares. Soy mi propio verdugo, me corto el cuello y continúo, empapado en la energía que derroché, mojado de nostalgia. Solo los ausentes comprenderán la ausencia.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Markus Lüpertz

 


¿Debemos buscar otro circo? ¿Y si esto sólo es sexo? ¿Estamos solos? ¿Seguro que Potsdamer Plartz existe? ¿Me quieres? Aquella noche nos vestimos con plumas de guacamayo, fuimos amantes, inventamos el paraíso terrenal y los cometas, Markus Lüpertz nos pintó en su diluvio, ardimos en la pira funeraria de un nosotros inmolado, luchamos como fieras y perdimos, gladiadores con muñones, vencidos caminantes de nuestra propia historia. Sí, acepté el papel de payaso (mejor que estar en el paro). 


jueves, 17 de septiembre de 2020

No divago

 

Chuang Che (Zhuang Zhe)   b. 1934 NIGHT, 1967 

Llega el otoño y no divago, no junto palabras sin más, quiero tocar el alma de los dátiles con los dedos manchados de belleza y vida, de luz prendida entre las uñas que rozan la espalda de todas las ausencias, ahora que aún no ha amanecido y el trabajo es esta urdimbre de rutina y desencanto, este áspero olor del día a día entre espejos crédulos,  mármol sujetando el mar y  las tristes tardes de septiembre.


miércoles, 16 de septiembre de 2020

Amo a una mujer que no me ama. (4)

 


Amo a una mujer que me ama pero no me ama. 

Quizás hablo por hablar, quizás te estoy buscando y no sé por dónde empezar, quizás este ajedrez está lleno de piezas y no hay tablero, quizás debemos matarnos y renacer. A lo lejos explotan las estrellas y del fondo de los mares está brotando una nueva vida, impetuosa y gigante; apartémonos, amor, no nos lleven las olas a otras playas, náufragos perdidos, indefensos, perdidamente humanos. Hagamos lo que hagamos nuestro amor seguirá siendo esta fiesta diaria en la que giramos, atónitos y embelesados, sabedores del milagro de querernos sin querernos, amor, mujer a la que amo y sin amar me ama.

(O eso creía)

martes, 15 de septiembre de 2020

Amo a una mujer que no me ama. (3)

 


Amo a una mujer que me ama pero no me ama. 

Sabe que el jazz es esta música del Sahara que escuchamos sin saber que hay otras músicas, o sí, o sí lo sabes, amor, mujer que huyes de mí, que no me miras, que me tienes dentro de la caja, encogido, con el número, la etiqueta, la llave y ahora sí, ahora no y no me resigno.

Apaga la luz, amor, que quiero inventarte, vamos a guarecernos bajo las sábanas mágicas que nos aíslan, que nos defienden, que nos transforman, que nos cobijan. Apaga la luz, mi vida, que quiero descubrirte con mis dedos curiosos que toquen tu mente, que la vacíen, que la llenen de versos y besos, que la pinten de colores vivos y la vida se ha quedado coja, se tambalea, los caminos están borrados y no sabemos por dónde se va al faro, por dónde se llega al infierno. Déjame que te cambie la mirada, que te sople la niebla, acurrúcate conmigo y pasa tus dedos mojados por mis cicatrices, siéntelas, déjame que te tape los ojos, que te lleve de la mano, ciega a mi sombra, sorda a mis gritos, el número tres es amarillo, el verde es una ecuación, vivir es un perro que ladra en la distancia, las palabras se han llenado de palabras y no es fácil saber entre la hierba.

(Lógico)

lunes, 14 de septiembre de 2020

Amo a una mujer que no me ama (2)

 


Amo a una mujer que me ama pero no me ama. 

Un bicho me tapa la boca y las palabras se caen, inútiles, otro bicho se las come. Vuelve, dulzura, ahora que todos se han ido, la casa está en silencio y la ventana cerrada. Ven conmigo frente al espejo, uno junto al otro, mirémonos hasta que nos sepamos, tocándonos el alma, apartando las zarzas, desnudos y ciertos, vivos, palpándonos la piel y el corazón herido.

Fuera llueve y hace frío, lo sé, pero no es el caso; dentro canta Joni Mitchell una melodía encadenada mientras estamos sentados a dos centímetros que son como la distancia a la luna. Tomemos una ginebra antes de inventarnos, antes de perdernos y buscarnos en caricias lentas que aún no hemos dibujado, en besos que ni sabemos que existen en las calles repletas de otros que llaman, que vocean y no escuches, amor, este trago es difícil pero bello, apuremos las copas y déjame que pase el limón por tu espalda con nudos, por tus piernas esquivas, arca de la alianza para entrar en ella con trompetas y tambores, con fanfarrias que solo tú y yo escuchemos, profanación de lo sagrado, caída de las murallas de Jerusalén, vestales huyendo por la pradera, mi minotauro y yo amándote bajo un árbol, mis centauros y yo amándote bajo la parra, yo, sólo, amándote en mi cabeza de nubes...

(Iluso)

domingo, 13 de septiembre de 2020

Amo a una mujer que no me ama (1)

 


Amo a una mujer que me ama pero no me ama. 

La mujer a la que tanto amo se busca con un candil en un bosque tenebroso, no le asusta las sombras, un árbol es un árbol, nada más,  ese árbol es el cielo, nada menos. El candil, ella, sus hermanas que le besan, el camino que da vueltas en el llano, mirar hacia atrás, Lot, espinas, la esperanza, sus hijas en la ventana, una flor roja en su cabeza. 

La mujer a la que amo está atada en la proa de un barco que cabecea entre las altas olas de la tormenta del norte,  el viento está lleno de voces que cantan desde lejos, voces de damas enlutadas, voces de arena negra, voces. Hay una llama que se mueve entre sus músculos doloridos, fuego que quema los recuerdos que salpican su tejado y llenan las hendiduras de un silencio verde y espeso. 

Soy un espectador herido, debo decirle mi poema aunque no tenga sentido, aunque no sepa. ¿Qué sé yo de pájaros melancólicos, qué del incendio que quema su soledad?...

(Nada)


sábado, 12 de septiembre de 2020

Plaza




Ahora no es entonces pero en aquella plaza cabía el mundo aunque no cabían los coches, aunque nadie los tenía, no cabían los viejos paseantes, ni el otoño, sólo su silueta, ni siquiera ella, que no era, nunca fue sino el espejismo, la que nunca, no un deseo, no una idea, algo más hondo, intenso, primigenio, lo que no se entiende pero duele, lo que sujeta el alma y la domina, lo que ilumina la vida y la disturba, la vuelve del revés, que le da sentido, principio, colorea la espera en las esquinas, el ansia, premonición, error, acierto, voluntad clavada a un nombre, el suyo, repetido, soñándola en mil noches, obsesivo, mordiéndome los puños al no verla, rota la lengua cuando no le hablaba, era ayer –recuerdo- y es ahora, curioso tiempo circular que vuelve y somos, ay, amigos, tal vez, nos conocemos, cambiamos confidencias, sin apuro, bella entrega de historias medio ocultas, de pasado, de emociones, sus padres, los míos, otras parejas, amores, el tiempo –otra vez- que va corriendo y nos deja más cerca del otoño que del brotar de flores, más lejos de aquella plaza dónde cabía el mundo y sin embargo no nos abrazamos una tarde que llovía, no buscamos la oscuridad para besarnos, no vimos que esto no es un juego y que la vida –oh, paradoja- estaba escrita desde antes, desde un principio impreciso, remoto, desde siempre. (Joder, que duro es tener memoria)

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

Niniane

 


Gateo en la memoria y no me encuentro.

Escarbo en lo que dije y ya no sirve.

Recostado en la L sigo insomne.

 

Busco una Niniane que describa nueve círculos de pasos a mi alrededor, que susurre nueve veces las palabras mágicas.

 

 Hoy no estoy para nada. 

 


La poesía entiende muy bien por qué en el recinto cerrado de la palabra nudo, anillo perfecto, se concentra el poder mágico.

Recordemos el final del Mago Merlín. Cuando en el bosque de Broceliande, Merlín conoce a la bella Niniane, se enamora locamente de ella. Niniane hace prometer al mago que éste le enseñará la totalidad de su arte. Enséñame, le pide, a mantener encadenado a mí a un hombre, sin necesidad de grilletes, ni de levantar muros a su alrededor; enséñame a atarlo a mí con palabras mágicas. A sabiendas de que él mismo puede convertirse en víctima del encantamiento, Merlín sucumbe al deseo de Niniane y le entrega todo su saber. Podría decirse que le enseña a hacer un nudo, un nudo de amor del que es imposible escapar. Un día, Niniane describe nueve círculos de pasos alrededor de Merlín y nueve veces susurra las palabras mágicas, quedando Merlín en su interior, eternamente prisionero.
El poeta que indaga con palabras en el poder de la palabra, está clavado ante la puerta de su cueva interior y busca su llave sonora. Atento a su respiración, cree poseer la mitad de la palabra y espera la llegada de la otra mitad.

Consumada la palabra, aparece el mago, álter ego del poeta, y la sella.

El nudo queda formado.

jueves, 10 de septiembre de 2020

Banalización.

 


Facebook o la banalización. Música de la adolescencia hit o música de las catacumbas, a escoger. Tetas prohibidas. Gatos y gatas. 0,05 segundos por foto. Me gusta. Silencio. Un ombligo, dos ombligos, tres ombligos, mi ombligo. Aquella novia que tuve en los 80. Aquel novio que nunca tuve. Ni se te ocurra ir contracorriente. ¿Qué es la corriente? Soy más listo que tú.  Usted no tiene ni puta idea. Pues mire que usted. La política no interesa. O los políticos. Irresponsables, incendiarios, insolentes, insensatos, incultos, ignorantes, maleducados, malintencionados, imbéciles. Nos llevan a la ruina. Ellos no irán. Sálvese quien pueda. Listos y listas. Muros de espabilados. Muros grises. Ah, y brujitas, esa raza, las que tienen poderes. Cada vez queda menos. Amigos para siempre. Soledad por un tubo. Complejos de todo tipo. Tú ¿follas?. Ay, qué cosas tienes, Paco. Esa foto de cuando tenías 30 años.  Y pelo. Un par de tetas. Mentiras. Miénteme, Loli. Una sensación deprimente. ¿Qué hace un chico/a como yo en un sitio como este? Yo te lo digo, el ridículo muchas veces, matar el tiempo, eso que parece que sobra, pero no. Las películas más raras. Yo soy diferente. Los cantantes que no conoce ni dios. Yo soy especial. Los libros que no hay quién lea. Yo soy más culto. Se habla poco de comida. Huevos fritos. Pasta sin mucha historia. Eso, historia, ni puta idea. Asiduos/as de Sálvame con gafas de intelectuales. Disculpa, todo esto ¿lo dices por mí?  Yo, Mí, Me, Conmigo. El mes que viene voy a ir a tu pueblo ¿nos veremos? Ya no vivo aquí, verás, es que…No me cuentes tu vida. Me gustaría conocerte. Joder, como venga este gilipollas y vea como soy en realidad… La realidad. 500 amigos. 5000 amigos. Qué suerte, macho. No se puede decir macha ¿o sí? Hay rigurosos estudios de perfiles en base a la hora de conexión a esto, este, esta. Usted ¿folla? ¡Qué pesao! Ya me lo has preguntado antes. Disculpa, si cuela, cuela. Me gusta mucho el jazz, tengo un disco de José Feliciano. Dylan es dios/Dios. Cortázar, triunfo seguro. Y Pavarotti. Neruda también. Paolo Coelho ni se te ocurra aunque siempre hay algún despistado/a. Si a James Taylor. No a Raphael. Flamenco prohibido. Jotas no. Punk puaf. Trap ¿qué é lo que é? Luego te cuento quién era Walt Whitman. O Walt Disney. A mí Cervantes me obligaron a leerlo con 12 años, le tengo un paquete. Yo soy más de Faulkner. Y yo, tía, que causalidad, ¿follas? Así indefinidamente. Qué plastas. Nosotros. Y nosotras.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Estrellas muertas



Murió la estrella, aislada, consumida, cáscara ensimismada, azogue arrugado, hueco tejido nocturno, brillo perdido, derroche de luz sin luz, húmedo polvo amarillo, viento roto donde no hay viento, peces de pizarra nadan en el abismo del tiempo.

Un gato blanco cruzó el contorno de lo oscuro, sobre cristal de relojes, entre nombres sumergidos, bajo los templos aéreos. Nada se oía, el hombre tumbado en la hierba veía sin ver incendios en la noche, llamas negras que transpiraban recuerdos. 

Después amaneció, diamante con cicatrices, el gato blanco arañaba
 la puerta del otro lado, un arquero apuntó al cielo navegando por el agua derramada de guijarros, sombra, miedo, campana que anunció el día con esferas y guitarras.

Despertamos y el sueño fue la soledad, enemiga, suma de fragmentos.

martes, 8 de septiembre de 2020

Al lío



Te temo, cariño, te disfruto y te temo. En otro tiempo quizás hubiera huido a brazos más rendidos, a mentes más en una sola dirección, a los problemas de siempre, a las mujeres de nunca, a otras. Ahora no, aguanto firme en mi trinchera, la recorro arriba y abajo sin reparar por dónde pueden entrar, por qué agujero de la barricada me sorprenderán. Sé que sin remedio voy a perder la guerra, pero la batalla es deliciosa, dulce, desequilibrada, incruenta, sin prisioneros y sin embargo los caballos siguen siendo blancos o negros, los aviones vuelan alto sobre las nubes. ¿Te has percatado que ya no nos bombardean? En esta lucha contra el mundo, justo antes del diluvio ese que dices, los enemigos se multiplican. Y los imbéciles. Por eso estoy despierto. O sueño que estoy despierto. O sueño que alguien me sueña despierto. Es curioso que ahora mismo no sé si estoy dormido. Nos quitamos las mascarillas y al lío.

 

lunes, 7 de septiembre de 2020

Llamadas


 Jean-Michel Basquiat  1960-1988   RENÉ RICARD, 1984


Te llamo, no contestas y no, no controlo  tu mirada de paisaje de melancolías enrolladas, de mural  a la entrada del Museo del Parque que miras , remiras y en mis manuales no viene nada sobre tamaña forma de enfocar las lentes, sobre el uso del microscopio, sobre la tortura del gota a gota cayendo sobre la frente de un John Wayne/Genghis Khan. Mira tú, qué casualidad, se ha puesto a llover y no me quedan chaquetas para extenderlas por los charcos donde pisas, deberemos volver por los atajos de entonces. Voy a cambiarme de piel y de alpargatas, luego te llamo otra vez.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Comunica



Recuerdo una mujer que amé y se quitaba mis besos de sus labios. Una siesa.

 

Recuerdo un sacerdote que se transfiguraba al rezar el rosario y luego se casó y se salió. Un salido.

 

Recuerdo Lisboa y un hotel con señoritas de todos los colores sentadas en recepción. Coloridas pero aburridas.

 

Recuerdo un barman que preparaba unos magníficos combinados con ginebra y vermut mientras maldecía a Madrid. Hay gente para todo.

 

Recuerdo un coche verde cruzando el Alentejo. Hace tanto.

 

Recuerdo aquella mujer a la que tanto amé. Me saltan los suspiros por la cara y me la muerden. Qué bestias.

 

Clic. Off.

 

No recuerdo nada.

 

(Llamo pero comunica)

 

sábado, 5 de septiembre de 2020

Horas

 


Las horas. A veces se me hacen largas, otras cortas. Los últimos descubrimientos científicos aseguran que los días tienen 24 (horas). No está aún probado pero me lo creo. Me creo casi todo. Soy tan crédulo que guardo tarros de ilusión en la despensa del por si acaso. Sin caducar. Creo. Miento. Escribo. Digo. Pienso, luego me desespero. ¿Esto es todo? Imagino. Evoco. Revoco. Convoco. Sujeto el bostezo con alambres retorcidos en la mandíbula con una pretendida literatura, dura o blanda, menuda, trabajada. Estas cosas que dejo aquí son un espejo ¿Qué ves? (si te ves tú tenemos un problema)

viernes, 4 de septiembre de 2020

Mono



Está lo de no estar. Solo. Para eso hay que estar con alguien. Incluso con uno mismo. Es difícil. Hay días que no me hablo, me miro de arriba abajo y me enfado conmigo. Estar con otro, otra, otros, comprarse un mono puede estar bien. Depende del otro, de la otra, de los otros y del mono. Y de uno. A la de una, a la de dos, a la de tres

jueves, 3 de septiembre de 2020

La bouche



Ya me imaginé que no podrías callarte, solo estabas buscando ese tiempo de hogueras para poder decírmelo. Hasta aquí ya he aprendido. Y, plafff, me sientas en el altar del sacrificio y me lo cuentas todo de golpe, me revisas, me cuentas, me explicas, me arrullas, me sorprendes, me reafirmas, me haces sonreír, ponerme serio, dudar, saber, me abres otra ventana, me sugieres que te pida que cierres una puerta, me das un mapa, me robas un caramelo, me zarandeas, me acunas, me besas, me desarmas, me vendes cuchillos, me das motivos, me estimulas, me confundes, me aclaras, me reafirmas, mecagüen la mar que tuya eres, qué difícil debe ser tratar contigo sin ventajas, sin bonos, sin vales de regalo, que difícil mirarte a los ojos y saberte, qué mujer eres, por suerte, por inmensa suerte de haberte encontrado justo cuando estaba buscando y tú estabas ahí, desde antes, esperándome sentada en una piedra de misterio, cantando. Qué maja

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Tucu tucu



No tienes experiencia, no lo sé, te pilla en una edad en la que buscas eso que no tienes, lo que intuyes pero no ves alrededor. Buscas en otros alrededores y encuentras algo que quizás tampoco es, pero más vale eso que nada. Te lo crees hasta que aparece lo próximo que te encandila, que te ilusiona. A veces aprendes algo, o mucho, por lo menos lo disfrutas mientras dura. El problema es que tienes que ocultarlo y aparentar que eres de tal o de cual, que te gusta A y H, para no separarte mucho del grupo, para no ser diferente. Quién sabe lo que ellos sentían cuando se metían en la cama en aquellos tiempos a ratos sombríos, a ratos luminosos. No es exactamente una pregunta. Yo a veces sentía miedo

martes, 1 de septiembre de 2020

33



Los 31 días de agosto han pasado como si nada, sin darse importancia, uno tras otro, indiferentes a edad, a expectativas, monótonos o plenos de actividad, de no tener que, de no hay más remedio, de prevención, recogidos, de cálidos bostezos mirando el mar, de gritos de alegría en la cima de los montes, de mascarilla apretada en el mercado, de recorrer la playa de punta a punta, de minutos que se escapan por el desagüe a ninguna parte. Vivir.

A veces algunos se percatan del derroche y luchan por pintar las horas con imaginación o resignación, con rabia o placidez, con vanos ejercicios de trascendencia que no pasan más allá del dintel de su propia casa, que no, que no hay nada que hacer, que esto es lo que hay.

El arte.

Pintura. Escultura. Escritura. Cine. Música. Filatelia. Monogamia. Grafología. Punto de cruz. Religión. Política. Guerra. Soberbia. Deporte. Arquitectura. Abogacía. Espía. Equilibrismo. Psicología. Cosmética. Rayos y centellas. Psiquiatría. Arqueología de la mente. Intimidad. Democracia. El plan qué sé yo. Diga usted treinta y tres. Treinta y tres.

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