martes, 30 de marzo de 2021

La belleza del marido

 


Pero una dedicatoria es apropiada sólo cuando se hace ante testigos: es una rendición hecha necesariamente en público, como la entrega de estandartes en las batallas.

Sabes que hace años estuve casada y cuando mi marido se fue se llevó mis cuadernos.

Cuadernos con espiral de alambre.

Conoces ese verbo frío furtivo: escribir. Le gustaba escribir, le disgustaba tener que empezar solo con una idea. Usaba mis comienzos con propósitos diversos.

Por ejemplo, en un bolsillo encontré una carta (para su amante de entonces) empezada con una frase que yo había copiado de Homero: [εντροπαλιζομένη, como dice Homero que se alejó Andrómaca cuando se separó de Héctor: «volviéndose a cada paso» bajó de la torre de Troya y se fue por calles de piedra hasta la casa de su leal esposo y allí con las mujeres entonó un lamento por el hombre vivo en su [mansión.

Leal a nada mi marido. Entonces, ¿por qué lo amé desde mi juventud hasta [la madurez y la sentencia de divorcio llegó por correo?

La belleza. No es ningún secreto. No me avergüenza decir que lo amé por su belleza.

Como volvería a amarlo si lo tuviera cerca. La belleza convence. Sabes que la belleza hace posible el sexo.

La belleza hace el sexo sexo.

Tú mejor que nadie entiendes esto… calla, pasemos al orden natural.

Otras especies, que no son venenosas, suelen tener coloraciones y dibujos similares a los de las especies venenosas.

La imitación que una especie venenosa hace de otra no venenosa se llama mimetismo.

Mi marido no era mimético.

Mencionarás, claro, los juegos de guerra.

Te lo conté muchas veces protestando porque se quedaban aquí toda la noche con los tableros abiertos y alfombras y lamparitas y cigarrillos como la carpa de Napoleón, supongo, ¿quién podía dormir?

Mirándolo bien mi marido era un hombre que sabía más de la batalla de Borodino que del cuerpo de su mujer, ¡mucho más! Las tensiones trepaban por las paredes y se vertían en el cielorraso, a veces jugaban del viernes por la noche sin parar hasta el lunes por la mañana. él Y sus pálidos amigos iracundos Sudaban muchísimo. Comían carne de los países del juego.

Los celos fueron una parte nada desdeñable de mi relación con la batalla de Borodino.

Lo detesto.

¿De veras?

Por qué pasar la noche jugando.

El tiempo es real.

Es un juego.

Es un juego real.

¿Es una cita?

Ven aquí.

No.

Necesito tocarte.

No.

Sí.

Aquella noche hicimos el amor «de verdad», algo que aún no habíamos hecho pese a que llevábamos seis meses casados.

Gran misterio. Ninguno sabía dónde colocar su pierna y todavía hoy no estoy segura de que lo hiciéramos bien.

Parecía contento. Eres como Venecia, me dijo sublime.

Temprano al día siguiente redacté una conferencia («Sobre la defloración») que luego me robó y publicó en una revistita bimestral.

Esto era, por encima de todo, una interacción típica entre [nosotros.

O debería decir ideal.

Ninguno de los dos había visto nunca Venecia.

Anne Carson



6 comments :

Moony-A media luz dijo...

Tremendamente increíble.

Un abrazo.

Pedro M. Martínez dijo...

Moony-A media luz, real, humano, bello, inteligente, sensible, envidia de escribir así (vivirlo así es otra cosa).
Un abrazo.

Tesa Medina dijo...

Bello, conciso, tremendo, una escritura límpia y sin concesiones. Apetece mucho empezarlo y llegar hasta el final. Me lo apunto, Pedro.

Es difícil saber de verdad por qué amamos, pero la belleza del otro y el sexo son un buen motivo para empezar.

Un beso,

Pedro M. Martínez dijo...

Tesa Medina a mí me gusta muchísimo, me impresiona, me humaniza, me conmueve esa manera de dejar el alma en carne viva
Empezar a amar al otro/a por la belleza y el sexo es una verdad, tanta como que a veces el sexo nos hace que veamos una belleza inusitada en el otro/a.
Un beso.

https://www.elpais.com.co/cultura/gaceta/la-belleza-del-marido-una-seleccion-de-seis-poemas-de-anne-carson.html
https://www.youtube.com/watch?v=Vtj1g20SLA4



eli mendez dijo...

Hola Pedro, no conocía este texto y al leerlo obviamente uno se queda pensando...en el concepto de "belleza" que tiene cada persona y en lo que finalmente conduce al sexo, como una culminación, en el tipo de atracción que de manera inconsciente priorizamos que bien puede ser la física, mental, emocional, quimica..uffff
También en la experiencia de las personas en cuanto "al amor/sexo" que no está para nada asociada con la edad ni con el tiempo en que una pareja podría consolidarse, porque existen personas que viven toda la vida juntos y no se conocen..
y me conmovió lo terrible de la publicación en la "revistita" asi como lo describe.. y la frase final(Ninguno conocía Venecia..)..wowwwww... que manera de escribir y desgarrarse en las letras.

Pedro M. Martínez dijo...

eli mendez desde hace un tiempo, coincidiendo con la insólita vuelta a este blog de comentarios que agradezco como no sabes cuánto, he pensado que además de mi ombligo que lo tengo muy visto (no creas, me obliga a cierta contorsión) sería interesante compartir poemas con diferentes voces. Así lo hago y aprendo mucho, siento mucho, disfruto mucho.
El poema de hoy, de alguna manera, nos interpela, nos hace pensar “para adentro”, mirarnos. Así me lo parece.
Es un tema ese de la belleza que me interesa muchísimo. Estoy terminando un texto para un reto que termina mañana (no me salía y lo he ido dejando). Volveré a comentarlo.
Muchas gracias como siempre. Un beso.

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