Amber Hakim

jueves, 31 de julio de 2008

Agradecimiento.

Esto va derivando hacia otra cosa,
es tiempo de ajustarse el cinturón:
zona de turbulencia.
(Cortazar)

Un instante para expresar mi agradecimiento a cuantos entran en este blog. Reiterarlo. Es pretencioso intentar un ejercicio literario diario, pero aún así, el trabajo constante es la única forma que conozco de acertar alguna vez. Pido disculpas si en algún momento mis escritos no alcanzan una calidad mínima o si la terquedad, el empecinamiento en estar aquí cada día limita la posibilidad de una escritura más reposada, meditada, elaborada. Para mí es una forma de comunicación importante y gratificadora, intentaré continuar con esta actividad siempre que no limite mis obligaciones, mis otras aficiones o me absorba demasiado tiempo. También quiero agradecer a quienes me comentan, sois muy amables. Echo en falta críticas a los textos. Pues eso, muchas gracias a todos y a quién se vaya de vacaciones en agosto mis mejores deseos. Glup seguirá aquí. Yo no.



W.G.Sebald Escritor alemán nació en Allgäu (Baviera) en 1944. Su nombre completo era Winfried Georg Sebald. Con 26 años llegó a Norwich (Inglaterra) para dar clases en la Universidad de East Anglia y dónde, desde 1987, ocupó la cátedra de literatura europea. Fue fundador del prestigioso British Centre for Literary Translation, del que fue director hasta 1994. Escritor tardío, su primera novela Vértigo (1990), la escribió cuando contaba 46 años, fijó las formas y los territorios de una narrativa que en sólo diez años y otros tres libros, Los emigrados (1996), Los anillos de Saturno (2000) y Austerlitz (2002), le convirtieron en autor de culto. Sebald poseedor de una prosa exquisita donde es patente cómo cada palabra es amada por lo que es y cada frase por su música, se dedicó sistemáticamente, durante años, a tratar de entender el peso especificó que tiene la cultura de los muertos sobre la cultura de los vivos. El caso de su patria fue el mejor ejemplo que pudo haber escogido. Como parte de la mal llamada "literatura del Holocausto", la figura de Sebald es decisiva para todo aquel que esté realmente interesado en la historia de la cultura reciente. Su literatura transgenérica, riquísima y compleja mezcla de ensayo, novela, libro de viajes y poesía situarán a Sebald, si es que no lo está ya, en la cumbre de los escritores llamados universales. Max Sebald, como así le llamaban sus amigos, y que solía ocultar su presencia tras la figura de un caminante más de las tierras desoladas de Norwich, murió víctima de un accidente automovilístico, tras sufrir un infarto y estrellarse contra un camión, el 16 de diciembre del 2001. © epdlp

miércoles, 30 de julio de 2008

Asesino.




...en esta guerra sólo se mata en los arrabales
el centro es ciudad abierta por mutuo acuerdo
entre el bien y el Mal mientras la Ciencia
del alma
calcula cómo calcular lo incalculable
por ejemplo
cuántos deben morir cada día en Etiopía
para que nos salga social
de pronto
la poesía.


(Manuel Vázquez Montalban)





“Siento la pistola bajo la chaqueta. Su peso me da seguridad. Mañana es el día. La dirección así lo ha decidido. No estoy nervioso. Es nuestro enemigo. Debo hacerlo. Seguro que no tendré problemas. No es como nosotros, aunque haya nacido aquí. Es el opresor. Quieren despojarnos de lo que es nuestro, de lo nuestro. No estoy nervioso. Al abuelo lo mataron en la guerra. Mi padre estuvo cinco años en la cárcel. Todo está calculado. Lo haré cuando lleve a su hijo al colegio. En las fotografías tiene cara de perro, de traidor, de extranjero. Quieren robarnos lo que siempre ha sido de este pueblo. No estoy nervioso. Me iré despacio, calle abajo, hasta el coche de J, después cruzamos el puente y ya está. Quince días en casa de M. Será como siempre. No sabrán de donde llegamos. Soy un soldado. Defiendo a mi patria. Es mi enemigo. Debo hacerlo. No estoy nervioso. La dirección me lo ha ordenado. Mañana. El peso de la pistola me da seguridad. No se nota debajo de la chaqueta.”


asesino, na.
. adj. Que asesina.

asesinar.
(De asesino).
1. tr. Matar a alguien con premeditación, alevosía, etc.
2. tr. Causar viva aflicción o grandes disgustos.



Evolución del término terrorismo.

Para acceder a una mayor comprensión de la naturaleza del terrorismo, es conveniente un análisis más detallado, de la evolución en el uso del término.

La palabra "terror" proviene del idioma latín terror o terroris, sinónimo de Deimos. En la Antigua Grecia, Ares, Dios de la Guerra, tenía dos hijos: Phobos y Deimos (Miedo y Terror).

Ya Maquiavelo recomendaba que para el Príncipe «es más seguro ser temido que amado».

La palabra «terrorismo» (así como «terrorista» y «aterrorizar») apareció por primera vez en Francia durante la Revolución Francesa entre (1789-1799), cuando el gobierno jacobino encabezado por Robespierre ejecutaba o encarcelaba a los opositores, sin respetar las garantías del debido proceso. El término comenzó a ser utilizado entonces como propaganda contra el gobierno revolucionario, por su accionar en la línea del terrorismo de Estado; el período mismo ha sido conocido como Reinado del Terror (1793-1794).

La expresión terrorismo (proveniente de la palabra francesa del siglo XVIII terrorisme ("bajo el terror") significó entonces el uso calculado de violencia o la amenaza de la misma por parte del Estado contra la población civil, normalmente con el propósito de obtener algún fin político o religioso.

El terror, como arma política, fue retomado en Rusia en la segunda mitad del siglo XIX, entre algunos grupos opositores al régimen zarista. En 1862, el Piotr Zaichnevski redactó el manifiesto titulado Joven Rusia proclamando:

"Hemos estudiado la historia de Occidente y sacado sus lecciones: seremos más consecuentes que los lastimosos revolucionarios franceses de 1848; pero sabremos ir más lejos que los grandes campeones del terror de 1792. No retrocederemos, incluso si para derribar el orden establecido nos hace falta verter tres veces más sangre que los jacobinos franceses."

En su sentido actual, el término fue acuñado extensivamente por la propaganda nazi para hacer referencia a los movimientos de Resistencia de los países ocupados por el ejército alemán y consolidado por las dictaduras latinomericanas de las décadas del 70 y del 80 y los Estados Unidos, en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional desarrollada desde la Escuela de las Américas.

Un estudio de 2003 realizado por el ejército estadounidense afirma que existen más de 100 definiciones de terrorismo.

Por todos estos factores, muchos especialistas consideran la palabra terrorismo un término que en su uso ha devenido en un concepto meramente propagandístico para descalificar al enemigo más que definir un situación de forma objetiva.



martes, 29 de julio de 2008

Gatos que muerden la mano.

Vigilante, ¿qué me dices de la noche?
(El bosque de la noche-
Djuna Barnes)


No te entiendo, leyendo esto que te concierne poco o nada, leyendo, sin leer.
No me entiendes, ni te interesa, estás en esta esquina de chiripa, vienes de y vas hacia, rápido, hay millares de quioscos parecidos, nada te detiene aquí de lo que digo, no hoy, no ayer, no es por fechas. Te llama la atención la mezcla, el tono, el gráfico que cambia, la música, el comentario, no lees, vas y vienes desde fuera, no me miras a los ojos, cambias la página, el color, no has visto nada.

Este espacio no es un ancla, no se puedes desmenuzar entre los dedos, si no te toca el estómago no es, soy un iletrado pero sigo, aquí, y Aquí, te observo paseando por el borde, sin atreverte a entrar, tan lejos, quizás lejos no defina, mejor Marte, Antofagasta, Moscú, no, no es un lugar, es un estado, voluntad, no quieres, bah, otro hombre übersexual enseñando miserias, bastante tengo con las mías, no huelo, no veo, no oigo, no distingo los sabores, apenas tengo tacto de no tocarme el alma, ¿el alma? Un invento de quién sabe, estoy aquí, ahora, y me he aburrido, hoy no habla de sexo, ni de amores, no hay fotografías de mujeres, ni desnudos, este lugar es tedioso y ya no vuelvo.


(Botón izquierdo y a otra cosa. Mariposa.)

Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

Por cierto, mi agradecimiento a Gema que me enseña tantas cosas. Entre ellas que lo que provocaba esos anuncios tan molestos en la página era una estadística (que ya he borrado).
Y es que entre sus muchas virtudes Gema sabe mucho de esto de los blogs (por dentro).



La Filosofía del lenguaje es una rama de la filosofía que estudia el lenguaje. Es decir, es la filosofía en cuanto estudia fenómenos tales como el significado, la verdad, el uso del lenguaje (también llamado "pragmalingüística"), el aprendizaje y la creación del lenguaje, el entendimiento del lenguaje, el pensamiento, la experiencia, la comunicación, la interpretación y la traducción, desde un punto de vista lingüístico.
Los lingüistas se han centrado, casi siempre, en el análisis del sistema lingüístico, con sus formas, niveles y funciones, mientras que la preocupación de los ‘filósofos del lenguaje’ fue más profunda o abstracta, interesándose por cuestiones tales como las relaciones entre el lenguaje y el mundo, esto es, entre lo lingüístico y lo extralingüístico, o entre el lenguaje y el pensamiento. De los temas preferidos por la ‘filosofía del lenguaje’ merecen ser destacados el estudio del origen del lenguaje, la simbolización del lenguaje (lenguaje artificial) y, sobre todo, la actividad lingüística en su globalidad, y la semántica en particular, la cual en la ‘filosofía del lenguaje’ aborda las designaciones y la llamada semántica veritativa.




lunes, 28 de julio de 2008

Guión


Esa disposición a dar vueltas
sin regresar de lugar alguno
lleva a tu boca lo no decible
ríos de pensamientos que callan.
(Concha García)



Noticia, me han llamado de Monogram Pictures pidiéndome que escriba un guión para una película que se desarrolle en París. Quieren que trate sobre un tema original, novedoso, con planteamientos modernos, atrevidos, con toques eróticos y dosis de violencia explícita.
Así, de primeras, me ha causado una gran alegría, es un reconocimiento a mi capacidad literaria y será un alivio para mi maltrecha economía doméstica.

Se me ha ocurrido el siguiente.

El protagonista es un ratero de poca monta. Roba un vehículo. Por un adelantamiento temerario le detienen dos gendarmes. De forma fortuita, absurda, mata a uno de ellos con un revolver que encuentra en la guantera del coche. Se refugia en París. Intenta cobrar una antigua deuda para escapar con su novia. Ella es una estudiante de periodismo, aspirante a escritora, que vende el New York Herald Tribune por los Campos Elíseos y que espera escribir en el periódico y matricularse en la Sorbona. Él se enamora más de lo que está dispuesto a aceptar. Ella le dice que está embarazada. Él le dice que se vayan a Roma. Ella no quiere y además le traiciona, llama a la policía que dispara y mata a nuestro desafortunado protagonista (concretamente en la rue Champagne-Première).

Os lo he contado a grandes rasgos, para no cansaros demasiado.
Bien, está escrito y se lo he enviado ya por mail.

Pero me asalta una duda, ayer en el videoclub alquilé “"A bout de soufle" con Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg. Es igual que mi guión, pasa lo mismo. No entiendo como Jean-Luc Godard me pudo copiar en 1959 algo que se me ha ocurrido tantos años después. Además dice que está basado en un argumento de François Truffaut.
Tendrán cara...Y ahora ¿a quién demando?
Os seguiré informando.
Estoy indignado.


Jean-Luc Godard (París, 3 de diciembre de 1930) es un director de cine franco-suizo. Ha cultivado un cine vanguardista y experimental respecto al montaje considerado clásico que se ha caracterizado por su irreverencia y rebeldía. Es considerado uno de los miembros más influyentes de la nouvelle vague.

Primeros años
Hijo de un médico y de una hija de banqueros suizos, vivió sus primeros años en este país, para trasladarse a París durante su adolescencia, donde más tarde estudiaría etnología en la Sorbona. Es en esta época cuando comenzaría a descubrir su gran pasión por el cine, frecuentando la Cinemateca Francesa y los vídeo clubs parisinios. En 1950 empezó a trabajar como crítico cinematográfico en varias revistas, entre ellas Cahiers du Cinéma, en las que utilizaba el seudónimo de Hans Lucas. En esta publicación coincidiría con la plana mayor de la Nouvelle vague, es decir, con François Truffaut, Eric Rohmer, Claude Chabrol y Jacques Rivette.
Al morir su madre en 1954, se trasladaría de nuevo a Suiza donde trabajó como albañil, hecho que sirvió como argumento a su primer documental, Operation Béton. Al volver a París, mientras seguía trabajando en Cahiers du Cinéma, rodaría los cortometrajes Une femme coquette y Tous Les Garçons S´Apellent Patrick en 1955 y 1957 respectivamente.


La época dorada de la Nouvelle vague
En el verano de 1959 comenzaría el rodaje de su primer largometraje, À bout de souffle sobre un guión de Truffaut y con la colaboración de Claude Chabrol. La película, protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg supuso una revolución en la manera de filmar al utilizar técnicas hasta entonces poco ortodoxas, como rodar cámara en mano, utilizar el documental o saltar de un plano a otro. A pesar de no lograr ningún premio en el Festival de Cannes, ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín, así como el Premio Jean Vigo.
En 1960 dirigió su segundo largo, El soldadito, el cual estuvo prohibido en Francia durante tres años. Este film estuvo protagonizado por Anna Karina, actriz con quien se casó un año más tarde y que protagonizaría varios de sus proyectos posteriores.
Durante los siguientes años, Godard colaboró con otros integrantes de la Nouvelle vague como actor, co-director o productor, a la vez que dirigió películas enormemente influyentes que fueron aclamadas por la crítica cinematográfica como Banda aparte o Pierrot el loco. Algunos de los premios que cosechó en esta época fueron el premio especial del jurado y el de la crítica de la Mostra de Venecia por Vivir su vida, su segundo Oso de Oro por Alphaville, y un nuevo premio especial del jurado en la Mostra por La China.


Etapa política
A partir de esta última película rodada en 1967, y después de casarse en segundas nupcias con la actriz Anne Wiazemsky, Godard comenzó a incluir en sus trabajos referencias al maoísmo y al marxismo-leninismo, ideologías entonces en boga entre algunos intelectuales y ciertos sectores estudiantiles que participarían en el Mayo francés poco más tarde.
En esta época creó el colectivo Dziga-vertov junto a otros cineastas como Jean Pierre Gorin y Juliet Bertó, y muchos de sus filmes, que comenzaría a rodar en 16 mm, se nutrirían de influencias del cine de propaganda soviético. En sus propias palabras, eran películas revolucionarias para audiencias revolucionarias.
En mayo del 68 el Festival de Cannes fue suspendido por las interrupciones en las películas que hicieron Godard, Truffaut, Polanski y otros cineastas en apoyo al movimiento estudiantil del Mayo francés. En ese año también dirigió One plus one, más tarde titulado Sympathy for the Devil, un documental que muestra cómo los Rolling Stones grabaron esta famosa canción.

A partir de los 70
A partir de los años 1970 Godard comenzó a experimentar con el formato de vídeo, al mismo tiempo que también dirigiría películas más convencionales y con menos carga política como Todo va bien.
En los 80 volvería al cine convencional de 35 mm y rodaría películas envueltas en polémica como Yo te saludo, María. A finales de esta década comenzó a trabajar en una serie documental titulada Histoire(s) du cinéma, en la que daría su particular visión sobre la Historia del cine y que Canal Plus francés emitió en el año 2000.



domingo, 27 de julio de 2008

Tú, la que eras.


Teofrasto (isla de Lesbos, actual Grecia, 372 a.C.-?, 288 a.C.) Filósofo griego. Según el testimonio de Diógenes Laercio, su verdadero nombre era Tirtamo, pero Aristóteles se lo cambió por el que conocemos, que significa «de habla o estilo divino». Frecuentó la escuela de Platón y la de Aristóteles y, hasta hace poco, se le consideraba como un epígono del último. Sin embargo, las últimas investigaciones de los historiadores conceden un papel más relevante a este filósofo y coinciden en atribuirle una serie de innovaciones respecto a la lógica aristotélica. Así, se entiende que Teofrasto desarrollara numerosos teoremas para la lógica proposicional, además de la doctrina de los silogismos hipotéticos y la lógica modal, con lo que habría constituido el punto de inflexión entre la lógica aristotélica y la estoica. Su obra más importante es Caracteres éticos, que influyó notablemente en las posteriores clasificaciones de caracteres y tipos psicológicos. El filósofo se prodigó también en otras materias, como la botánica, la geología, la física, la psicología, la política y la metafísica, a pesar de que de esta amplia obra sólo se conservan unos pocos fragmentos.


Tú, la que eras, infatuación erótica, azar que desborda el tiempo con fluidos que envenenan la cordura del vendedor de víboras, sentimientos omitidos, no.
Que callen ya las sirenas.
Los hombres están dormidos.
Los niños aún no han nacido.


Glup 2.0


"Espacio en continua construcción" ...




sábado, 26 de julio de 2008

500.

Apenas un número más, pero me gusta, me alegra haber llegado hasta aquí. 297+ 203 = 500 días. Suma, suma. Es igual que ayer o que mañana. Bueno, parecido, que ayer sí, que mañana ya veremos. Todavía no me explico el propósito de seguir acumulando esto que llaman post y que no sé muy bien qué es. Sí sé qué quiere ser, por eso lo intento. Hasta 500 veces. Alguna vez sonará la flauta (como en la fábula de Iriarte).

Entre lo que sueño, hago y deseo me sitúo en la no aceptación de lo quieto, dentro de un rumor de ánforas que contienen minúsculos territorios nuevos. Así, una mujer se acerca y me entrega la flor de un magnolio bajo el que nunca me he sentado. Envejezco en el umbral de la sala de espera de mi psiquiatra. T`u Lung me regala máximas que dicen y no dicen. Camino por la ribera de la Ría y oscuros peces me acompañan ascendiendo en la pleamar. Aún con los ojos cerrados no siempre estoy dormido. Madrugo. Un día vi a la muerte travestida, mirándome (no, no vi la luz blanca esa que dicen). En las tertulias de los que se sientan en el pesebre no hay sitio para el color blanco, o para el verde, solo hay un color, el suyo (que casi nunca es el mío). No me aletargo, al menos no en estos 500 días. No meto mis pies en los arroyos que bajan de la montaña. No me acuesto al lado de recuerdos que solo sirven para enturbiar el gesto, para romper la sonrisa. Sí me acuesto al lado de la mujer que amo y esto es un privilegio tal que no sé cómo no dejo de escribir ahora mismo y vuelvo a la cama. Es lo que haré ahora mismo. Hasta los próximos 500.




Hans Magnus Enzensberger
(Alemania, 1929) Escritor, ensayista y periodista, una de las figuras más importantes del pensamiento alemán de la posguerra. Nació en Kaufbeuren, Baviera. Después de realizar estudios de Germanística, Literatura y Filosofía en las universidades de Erlangen , Friburgo y Hamburgo, en Alemania, y en la Sorbona de París, se dedicó al periodismo en la radio. Figura polifacética, ha alternado su trabajo como profesor con la literatura, el ensayo, el periodismo y la actividad editorial. En 1965 fundó la revista Kursbuch y desde 1985 dirige una colección literaria. Ha vivido en Noruega, Italia, Estados Unidos, México y Cuba, además de en Alemania. Enzensberger inició su carrera literaria en 1957, con la publicación del libro de poemas Defensa de los lobos, al que siguió otro poemario, Hablar alemán (1960). Entre 1965 y 1975 perteneció al Grupo 47, una asociación de escritores inscrita al movimiento por la revitalización de la lengua y la literatura alemanas tras el trágico paréntesis del periodo nazi y de la II Guerra Mundial, y a la difusión de una nueva cultura alemana democrática y cosmopolita. En sus ensayos de esta época emprendió una crítica a fondo del sistema político y de los medios de comunicación: Detalles (1964), Política y delito (1964) y Elementos para una teoría de los medios de comunicación (1971). Durante el movimiento estudiantil de 1968, Enzensberger llamó a las intelectuales a tomar parte activa en la alfabetización política de Alemania, una idea que él mismo puso en práctica en la obra de carácter documental El interrogatorio de La Habana (1970) o en la novela El corto verano de la anarquía: vida y muerte de Durruti (1972). Su interés por los asuntos políticos, culturales y sociales del mundo contemporáneo y su aversión hacia todo tipo de pensamiento conformista le llevaron, durante el proceso de reunificación alemana, a criticar con dureza la actitud de los partidos políticos de la izquierda, a los que acusó de no haber sabido impulsar una nueva orientación política. Europa, Europa, un libro a medio camino entre el reportaje periodístico y la novela, nos ofrece una fotografía viva y contrastada del Viejo Mundo, que es para Enzensberger el espejo de sus temores y sus esperanzas. Dentro de su abundante producción destacan también títulos como Mausoleo (1975), El hundimiento del Titanic (1978), El filántropo (1984), El diablo de los números (1997) o ¿Dónde has estado, Robert? (1998). En 1999 apareció el libro de poemas Más ligero que el aire. Su más reciente publicación es Los elixires de la ciencia (2002), una selección de poemas y ensayos. En 1963 recibió el Premio Georg Büchner. En 2002 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes. © eMe

Soliloquio de un perplejo
por Hans Magnus Enzensberger

Nosotros somos nosotros, y los otros son los otros. ¡Que quede muy claro! Los otros siempre están ahí y siempre nos atacan los nervios. ¡Nunca lo dejan a uno en paz! Si sólo fuesen de otra manera, todavía. Pero no, se creen que son algo mejor. Los otros son arrogantes, sabelotodos, no nos pueden aguantar. Difícil decir lo que piensan en realidad. A veces tenemos la impresión de que están chiflados. Una cosa es segura: algo quieren de nosotros, no nos dejan en paz. Es una provocación la forma que tienen de examinarnos, como si nos hubiéramos escapado de un zoológico, o como si fuésemos alienígenas. Lo mínimo que puede decirse es que nos sentimos amenazados por ellos. Si no nos defendemos nos quitarán todo cuanto poseemos. Si fuera por ellos, nos matarían. Por otro lado, no podemos imaginarnos un mundo sin los otros. algunos sostienen incluso que los necesitamos. Toda nuestra energía la invertimos en los otros; todo el día, y hasta de noche, pensamos en ellos. Aunque no los podemos soportar, dependemos de ellos. Como es natural, nos alegraríamos de que se fueran a cualquier sitio donde no tuviésemos que verlos nunca más. Pero ¿y luego? O bien tendríamos otros colgados del cuello, y todo comenzaría de nuevo y tendríamos que estudiar a los nuevos otros para defendernos de ellos; o bien mucho peor, empezaríamos a pelearnos entre nosotros y entonces, naturalmente, algunos de nosotros serían los otros, y sanseacabó con nuestro nosotros. A veces me pregunto si en realidad nosotros somos nosotros. Puesto que nosotros, como es natural, somos al mismo tiempo los otros de los otros. También ellos necesitan alguien a quien no poder aguantar, y ese alguien somos con toda certeza nosotros. No sólo nosotros dependemos de ellos, igual dependen ellos de nosotros, y desde luego que se alegrarían de que nos fuéramos a cualquier sitio donde no tuviesen que vernos nunca más. Pero es probable que después nos echasen de menos. Apenas se hubieran librado de nosotros, se encarnizarían entre ellos, igual que nosotros si los otros desaparecieran. Todo esto, como es natural, no puedo decirlo en voz alta entre nosotros, es tan sólo una reserva mental mía que mejor es que me la guarde. Porque si no todos dirían: ¡Ahora lo sabemos con certeza, querido!, ¡en el fondo no has sido nunca uno de nosotros, nos has engañado! ¡Eres uno de los otros! Y entonces se me quitarían las ganas de reír, me retorcerían el pescuezo, eso es seguro. No debería pensar tanto en el asunto, no es sano. Quizás tuviesen los míos incluso razón. A veces yo mismo no sé si soy uno de los nuestros o uno de los otros. Eso es lo malo. Mientras más lo cavilo más difícil me resulta distinguir entre nosotros y los otros. Si se los mira con atención, cada uno de los nuestros es condenadamente parecido a uno de los otros: y viceversa. A veces yo mismo no sé si soy uno de los nuestros o soy un otro. Lo preferible sería ser yo mismo, pero naturalmente eso es imposible. ~

Traducción de Ricardo Bada



viernes, 25 de julio de 2008

Sentado sobre hojas que esparce el viento.(2)











Como me gustaría.

Sin que nadie se entere.

Volar tras el rayo.

Adonde yo no existo.


(Osip Mandelstam)









Debo desayunar algo más que un café cortado, no se excita mi imaginación. Una carcajada resuena entre mis amigos cercanos y mis amigas lejanas. La mañana transcurre lenta y todos somos tan, tan diferentes. Aún así la imagino – a ella- con cariño benevolente, atribuyo el silencio a un cruce de líneas, a una epidemia de mariposas amarillas posándose en sus alergias, a un inesperado ataque de amor que la mantiene postrada en una cama desbordada de caricias, desbocada de suspiros y te quiero. Qué casualidad, ese hombre fuerte, de pecho firme, un castrador de toros apasionado que la abraza y mima es el mismo de las páginas centrales de aquella revista doblada en una esquina de la habitación. Corro las cortinas, el día se está devorando a sí mismo, es posible que cierren los dispensarios de Prozac y ya sólo nos quede el consuelo del fervor silencioso de una nave de iglesia en penumbra, las ancianas rezando el rosario, el sacristán fumando detrás del confesionario. Voy a clavar las ventanas con tablones cruzados para que no entren los vampiros del miedo, los fantasmas de la culpabilidad, los muertos vivientes de tanta mentira flotando en la ciénaga del pánico al más allá y SS. empuja con ternura maternal mi silla de ruedas por la alfombra de esta casa tan grande y tan fría, me lleva del puzle al baño y del balcón a este cielo que canta como un coro de Carmina Burana mientras en un sótano gris un hombre de cráneo cuadrado está inventando una bandera, una diferencia, un agravio y ochocientos millones de seres humanos pasan hambre en el mundo, de ellos treinta están en la indigencia absoluta y yo aquí, como un gilipollas, quejoso porque tengo gripe y, aunque el medio es el mensaje, no puedo contagiaros, pero aún así envío una máscara para que la coloquéis junto a las cabezas de ciervo disecadas, los cuernos del toro que mató a Manolete y esa mirada petrificada que se salvó cuando todo lo demás estaba perdido y la bañera estaba llena de pirañas, queda mi esqueleto sonriente, calmado de dragones que escupen fuego y esa mujer con los pelos de serpiente que gruñe y me mira y me deleita y todo está en los libros, aunque el hábito, por eso es mejor vivir en este bosque, junto a las pirámides, en esta ciudad móvil que trasladan los caballos sobre troncos secos, los pescadores se han ido en sus frágiles barcos, los cantantes a sus teatros, las plañideras a sus entierros, nunca les falta trabajo a las plañideras, ni a los delatores, ni a los que engañan, ni a los traidores que son capaces de vender hasta a su padre -si le conocieran- y la tribu vuelve a su tierra, con sus ganados, sus grandes cacerolas de bronce, sus trajes multicolores, sus creencias, sus historias grabadas en madera, sus culpas, sus aros en las orejas, la inseguridad de sus canoas, la pericia de sus remeros, su secreto, el crimen latente, la vida brillando de esperanza en los ojos del niño rezagado que busca el consuelo de su madre y el polvo del camino los va cubriendo a todos y al final sólo el desierto sobrevive, aunque ese brote verde en primer plano nos salve, aunque esa estrella fugaz avive las incógnitas de un cielo tan interminable que nos anima a rezar, pero ese dios de ira no puede ser mi dios y ya no puedo reprimir el llanto y me dejo llevar por esta pena tan honda, tan antigua y cierro la puerta con cuidado porque, aunque no te lo creas, esta manera de escribir me duele dentro y ya no sé cómo disfrazarme.


Peter Kingsley "En los oscuros lugares del saber”


El pensamiento griego nos ha llegado tamizado por el Iluminismo y los ilustrados dieciochescos. Tan sólo se ha atendido al modo de entender el mundo desde la lógica y la razón, y se ha olvidado el pensamiento mítico que también desarrolló. En un mundo tecnificado donde todos somos números –y conviene por lo tanto que los niños sólo aprendan de números, no de palabras que ensanchen su mundo- invocar el mito parece escandaloso. Pero Kingsley realiza uno de esos libros únicos de los investigadores británicos que aúnan la profundidad intelectual con el afán divulgativo para sacar a la luz las raíces míticas del pensamiento de Parménides. Un riguroso análisis de los textos conservados y de nuevos hallazgos arqueológicos le lleva a reconstruir la parte de su filosofía que Platón prefirió olvidar o no supo entender.





jueves, 24 de julio de 2008

Sentado sobre hojas que esparce el viento (1)













Un día los dioses bajaron a la tierra.

Lámparas de aceite, sabor a trigo.

Deja que toquen tu frente

con el vino que cura la tristeza.

Un día los dioses bajaron a la tierra

y luego nació el olvido.


(Pablo Guerrero)






Sentado sobre hojas que esparce el viento escribo con los dedos mojados en vino mientras los demás buscan comida para la tribu. La noche estuvo llena de volcanes y es posible que los tambores vuelvan a convocarnos. Ha dejado de llover y sin embargo la humedad nos oprime en esta selva agobiante y circular. Varios jóvenes, siguiendo la senda de los pastores, han llegado hasta los límites, varios más se han quedado sentados, algunos ya no quieren escuchar a los ancianos. Las mujeres preparan tintes y pintan en la corteza de los árboles. Los guerreros tumbados sobre el sudor de las bestias saben de su superioridad y gritan. Las viejas traen leña de los montes. Nada es como era. Los sonidos, rugidos, cantos de pájaros, silbos de pastores, ecos, ya no circulan por el aire. Por un claro sube una columna de humo hasta las nubes bajas. Dos hombres han muerto. La semana pasada nació un niño. Las parejas buscan la profundidad de la maleza para amarse. El río está crecido y los peces saltan a las riberas. Cazadores, labradores, caminantes y poetas bailan desde el amanecer. Dos cabras retozan bajo el olor de una higuera. Las mujeres saltan, menean las caderas, sonríen comprensivas y esperan su turno, saben que el mundo les pertenece. El sol hace días que está ausente. Las cabezas de los brujos, clavadas en largas lanzas, han comenzado a descomponerse. Creo que fue un error pero no se puede parar al miedo. Las sombras culpables se deslizan aquí y allí, entre la fría niebla. Yan se emborracha con alcohol de caña mientras prepara ungüentos contra las mordeduras de arañas ponzoñosas. Grandes bandadas de pelícanos buscan el sur. Los rezos de los misioneros cuelgan de los matorrales pero ellos se han ido. Es posible que regresen aquellos hombres que se visten de la misma manera, con sus rifles, gritos, crueldad, fuego, destrucción y ese hablar tan gracioso. El humano más viejo recuerda con horror el hongo gigante, nadie le cree, nadie le ha creído nunca. La televisión no habla de estas cosas. El botón rojo reluce en lo profundo de la cueva. Me corto los dedos de los pies y los lanzo a las iguanas hambrientas.

(Sigue)
Parménides (en griego Παρμενίδης), (Elea Magna h. 510 a. C. - 450 a. C.), filósofo griego, nació, de acuerdo con Apolodoro, en la ciudad de Elea, colonia griega del sur de Magna Grecia (Italia). Es considerado por muchos eruditos como el miembro más importante de la escuela eleática, e incluso de todos los Filósofos presocráticos. Platón, por medio de los personajes de sus diálogos, lo llama "el grande" (Sofista 237 a), "padre" (241 d), hace decir a Sócrates que Parménides es "venerable y temible a la vez (...) se me reveló en él una magnífica y muy poco frecuente profundidad de espíritu" (Teeteto 183 e). Aristóteles reconoce, en la Metafísica y en la Física que Parménides tiene una posición especial dentro de los primeros filósofos, y no le da el nombre de "fisiólogo" -como hace con el resto- puesto que su pensamiento torna imposible el saber acerca de la φυσις. Hegel dice de él: "Con Parménides comienza el filosofar auténtico; en él hay que ver el ascenso de lo ideal." (Lecciones sobre la historia de la filosofía, en Werke in zwanzig Bäden, vol. 18, p.290). Heidegger ha reconocido la intelección de Parménides como el comienzo de la historia de la metafísica, esto es, el encubrimiento del principio de la metafísica (Was heisst Denken?, p. 98). Según el filólogo Diels, autor de Die Fragmente der Vorsokratiker junto con Kranz, los fragmentos conservados de Parménides representan aproximadamente un 90% de su obra, hecho único en el conjunto de los pensadores llamados presocráticos. El juicio de la posteridad acerca de la importancia de su obra, a pesar de lo variado de las razones, es unánime: Parménides es una figura de primer orden en el panorama de la filosofía griega y de todo el pensamiento occidental.

miércoles, 23 de julio de 2008

Efímero

Leer en otro idioma, leer en otro idioma/ ser el otro, / verme desde fuera.
(Julia Otxoa).




Cada texto que aquí dejamos permanece, aunque casi nadie lo lea. Damos por supuesto, aceptamos esta condena al anonimato, al silencio, a la paradoja de una fecha en azul, en verde, una marca, un título, lógica indiferencia entre infinitas propuestas, diversidad, laberinto que a veces tiene luces, otras, sombras, otras golpean las paredes y siguen, indiferentes al Minotauro y al hilo que les ciñe la cintura.


Durante meses, adelante, escribimos, nos leeremos, hasta el otoño.


Propongo, ahora que julio calienta, el poema efímero, de un día, dejarlo aquí un lunes, desnudo, fiero, con colmillos y garras, con alas de oropéndola, con ojeras, con el azul vestido de la poesía. Quitarlo el martes, de madrugada, borrarlo, destruirlo, apretujarlo en una mano y echarlo lejos envolviendo una piedra, un desafío, este ha muerto, vendrá otro, quién no estuvo lo ha perdido, quién no pasó la puerta no ha comido del pan recién horneado, encuentra el vacío, la huella en la pared del cuadro ausente, habitaciones sucias donde vive el viento, en Sancti Petri, poblado abandonado, hoy ya no, poema con caducidad, sin permanencia, lee, sigue, vuelve, mañana no estará -¿quién garantiza el mañana?-. y ahora tú y yo no miramos mientras junto al río recogen a los ahogados y en el ascensor suena un concierto para oboe.






No somos hijos de los dioses. Somos nietos de los monos arborícolas y primos de los chimpancés. Y a mucha honra. No somos el ombligo del mundo, pero nuestra curiosidad y nuestra simpatía se extienden por doquier. No pongamos fronteras a nuestra ansia de conocer ni diques artificiales a nuestra ansia de amar. Sintámonos a gusto en nuestra propia piel, inmersos en la corriente de la vida y en gozosa comunión con el universo entero. En la lucidez incandescente de la conciencia cósmica se esconde la promesa de la sabiduría y la felicidad.
Jesús Mosterín: Conciencia Cósmica



martes, 22 de julio de 2008

Carta del amante disperso.

Marcha sin fin preciso por la calle
como aún poseído del placer ilegal
del prohibido amor que acaba de ser suyo.


(Cavafis)


Reina de mis mares, con la partición de estas cartas viajeras, con mi mala memoria, con mi avanzada edad, apenas recuerdo lo que me decías en la de ayer. Entre las brumas distingo algo sobre nuestra armonía de cuerpos, nuestra sintonía de espíritus y la melodía amorosa que tarareamos, mirándonos a los ojos, buscándonos por detrás de otras realidades, ¿o son todas la misma?.



Repito mi convencimiento de qué, en el reparto de roles, tú eres la cerebral y yo el primario. La evidencia es que tú me has elegido a mí y yo a ti. Esto es puro humor británico y no es necesario que estés de acuerdo, es más, puedes estar en disconformidad con todo aquello que no esté escrito en tus principios fundamentales. Total no nos vamos a cambiar ni un milímetro en nuestras posiciones respectivas. Sobre todo después de movernos kilómetros para encontrarnos en esta celebración de nuestras emociones bailando alrededor de la hoguera que brilla en un claro del bosque del Ahora.



Hablo mucho pero, a veces, digo poco. No te digo que es lo que más me gusta de nuestra relación. ¿Quieres saberlo? Lo que más me gusta es verte a ti, amor, saliendo de ti misma, siendo la que eres, tu yo íntimo, la que ríe, feliz, la que cambia hasta la voz y se transfigura en esos momentos puntuales en los que el mundo se detiene y no hay nada alrededor más que el instante mágico de dejar salir a la mujer original, al ser humano sin ataduras, ni recuerdos, sin otra cosa que no sea vibrar en esa vuelta al principio de todas las cosas.



También me gusta descubrirte y hablarte y mirarte y ponerte anzuelos para qué, estirando del sedal, por el otro extremo, logres pescar el pez de colores que nada en el acuario de lo otro. Eres tan tú, que después de pescarlo, con lástima, lo liberas del hierro retorcido y lo devuelves, amorosa, a las aguas caudalosas de otros arroyos de invierno.



Por último me gusta, como no, abrazar tu cuerpo, besarte los muslos, los brazos, la nuca, tus labios, acariciarte sin cesar, sentir tus pulsos, temblar a tu lado y susurrarte dulzuras al oído, cerrar los ojos y perderme en ti para luego encontrarnos en suspiros y sentirnos abandonados en la playa desierta de nuestra pasión viva y pura y grande y qué nos inunda de belleza.



Esta mañana te tomo de las manos, nos miramos a los ojos y nos felicitamos por esta comunión que dura y nos mantiene colgados, balanceándonos en el extremo de una cuerda suspendida sobre el cielo y el infierno. Hay días en los que las llamas nos chamuscan los dedos de los pies, hay otros días en los que unos rayos sobrenaturales nos desarbolan de luz y así permanecemos, con las manos preservándonos los ojos, la mirada, no vaya a ser qué, desde entonces, el resto de las cosas sean grises, inanimadas, inmóviles en un tiempo nuevo, inútiles porque el tiempo corre, grano a grano, y ese anciano que busca crustáceos entre las rocas de Laga me está mirando y debajo de su capucha veo mis ojos, escucho mi risa y las olas acarician mansamente el momento delicado de la arena que lleva ahí desde antes, desde que esa misma arena formaba parte de los juegos infantiles de ese niño qué, curiosamente, también tiene mis ojos y ríe con mi risa y las gaviotas, sobre nosotros, se comen a sí mismas y las nubes cierran el horizonte con una cortina de tormentas y después, la pleamar se lleva todos los enigmas hasta lo profundo, lo submarino, lo que no entendemos, y allí es devorado por inmensas ballenas melancólicas, por desconocidas bestias de lo oscuro y de lo real, y tú, amor, mi vida, mi cruz del sur, mi carro de fuego, me lees risueña y esta carta, bien planchada, se acumula a la de ayer y a las otras y ¿cuándo nos veremos de nuevo?


lunes, 21 de julio de 2008

Venciendo el pudor

Capitalismo 


El no tener es echar

en falta todo lo que no se tiene. Es

verse obligado a tener constantemente lo que le falta a uno.



Tener es miedo a perder

todo lo que se tiene. Es

verse obligado constantemente a echar de menos lo que se tiene.




(Traducción de Francisco J. Uriz)



Väinö Kristinä




Venciendo el pudor. Así hoy me cambio de ropa y no quiero saber nada de palomas ni de geranios. Me acuclillo junto al yonqui con los ojos abiertos que no ven. Grito al compañero que esparce su verdad y su locura por una Gran Vía escandalizada, o indiferente. Furtivo, vendo en los portales lo que robé anoche. Toco la flauta o canto, pido unas monedas. Soporto mi borrachera tumbado en un charco de la plaza de San Vicente, las personas que salen de la misa de doce me ignoran. Increpo a los paseantes, les insulto desde el paseo. Lloro con los brazos abiertos en cruz, un pañuelo sin monedas a mis pies. Hundo la cabeza entre las manos y pienso. Corro, camino, me detengo, giro, errático voy y vengo sorteando automóviles y guardias que quieren preguntarme. Inmóvil, sufro delante de las luces del Corte Inglés. Sólo, mudo ahora, recuerdo cuando hablaba, era, cuando tenía un trabajo, familia, amigos, sé que no volveré a encontrarme, cuanto tenía, perdido ahora. Veo insectos brotando de la botella de vino que me calma el alma y rompe el hígado. Estoy triste, enfermo de acostarme, alucinado y pobre. Busco un refugio para este tiempo de lluvia, tengo frío, hambre. Hastiado, busco un puente que no me venza, que me deje saltar a la nada, a la ausencia transparente. Nadie me ve, nadie me oye, nadie sabe, nadie entiende, nadie repara en mi, solo alguna anciana me da un euro y un consejo. Vencido, solo me queda la huida a ninguna parte, a ningún lugar. Sin amigos, sin recursos, sin más deseos que calor para esta noche, algo de comer y una sonrisa.



Corría el siglo III a.C., aproximadamente en el año 250 a.C., y en el corazón de Asia varios estados combatían entre sí. En aquélla época, conocida como la de Los Estados Combatientes, se luchaba por la hegemonía con dureza, con crudeza, con crueldad. Pero en uno de los reinos más pequeños y marginales, Qin, vivía un pequeño jóven de 13 años, Qin Shi Huang, que se encargaría de unificar al país y convertirse en el primer emperador de la China.

Siete eran los estados imperantes en aquellos momentos: Han, Zhao, Yan, Wei, Chu, Qi y el mencionado Qin. Todos juntos conforman lo que hoy es la actual China, desde el mar de la China hasta la Gran Muralla.

Qin Shi Huang vivía en un reino regentado por su madre y controlado por el canciller Lu Buwei, de quien se decía era su padre natural. El nuevo amante de la reina, Lao Ai, era el tercero en discordia que aspiraba a alcanzar el poder dentro de la corte imperial. Sin embargo, la determinación y fortaleza de Qin Shi Huang se hizo patente al cumplir los 22 años y ser nombrado rey de Qin. Ejecutó a Lao Ai, el amante de su madre, quien se había levantado contra él, y a los dos hijos que éste había tenido con su madre, la reina. Confinó a su madre, y finalmente se deshizo de su principal rival, el canciller Lu Buwei.

Y así, con todo el poder a sus espaldas, Qin Shi huang se dirigió contra los reinos que le rodeaban, dirigiéndose en primer lugar hacia las llanuras del Este. Poco a poco, fue consiguiendo pequeñas victorias, que acompañaba del soborno a que sometía a personajes destacados de los otros reinos. En el año 236 a.C. inició una gran guerra contra los otros seis reinos que duró doce años.

Fue tal su rectitud y al mismo tiempo crueldad, que no se detuvo en su avance contra el reino de Wei a cuya capital, Daliang, sometió a asedio, e incluso desvió el curso del río Amarillo para inundar la ciudad. Sin embargo, su gran rival lo encontró en otro reino, el de Chu. Los 200.000 soldados que llevó al frente fueron derrotados, pero, lejos de rendirse, reunió un ejército aún mayor, de más de 500.000 hombres. en el año 221 a.C. consiguió la gran victoria, y al tiempo, la unificación de todo el país. Curiosamente, uno de los más famosos recuerdos que han quedado de aquel Emperador ha sido todo el ejército de terracota (casi 8.000 figuras de tamaño natural) que se encontraron en la región de Xi’an en 1974, muy cerca de su lugar de enterramiento. Aquellos guerreros, conocidos como los “Guerreros de Xi’an” fueron parte de la última voluntad del gran Emperador.

Sólo los hunos, procedentes de Mongolia, podrían derrotarle, y así decidió restaurar y mejorar la Gran Muralla.

Mientras, con mano dura y hábil, Qin Shi Huang consiguió dominar tan vasto imperio de un modo sistemático y organizado. Su nombre quedó para la Historia, no sólo por haber logrado la unificación, sino por lograr mejoras importantísimas para la sociedad china, como una moneda única, o una lengua única para todo el país. Facilitó las comunicaciones, unificó las medidas y los pesos y creó un ejército a su altura, dotándose a sí mismo de un poder superior. Dejó su condición de Rey para convertirse en Emperador, dejando bajo él tres cargos importantes, el de primer ministro (chengxiang), el de ocmisario responsable del ejército (taiwei) y el censor que supervisaba todo el trabajo funcionarial (yushi). Al mismo tiempo, el Estado se dividió en 36 prefecturas, cada uno con su propio Gobernador.

Por último, y como símbolo de su inmenso poder, se dedicó a construir palacios por todo el país.

Pero paralelo a todos estos grandes logros, fue la tiranía que demostró en todos sus actos: casi dos millones de personas realizaron trabajos forzados en la Gran Muralla y en los palacios que fue levantando… Su dinastía, Qin, apenas le sobrevivió quince años más después de su muerte, ocurrida en el 210 a.C. a la edad de 49 años.

Este Emperador tiene tal importancia en la Historia del Imperio, que su nombre, Qin, que se lee “Chin”, ha dado nombre al país que aún hoy conocemos como China.



• Posted by Javier Gómez






domingo, 20 de julio de 2008

Con perspectiva.

Temeroso de la oscuridad donde vagamos
o nos desvanecemos juntos,

imagino una luz
que impedirá que nos apartemos demasiado,una secreta luna o un espejo,
una hoja de papel,
algo que tú puedas llevaren la oscuridad
cuando estés lejos.

(Mark Strand)

Con andar cansino y torpe, una vaca insomne baja al río.
El viajero sale del bosque, del paisaje inmediato de árboles, asoma la cabeza y una mano al negro cielo inundado de estrellas incomprensibles, más allá de las aguas de la noche.
Aprieta contra el pecho una nota de despedida.
Es solo un papel -se dice-.

Ladra un perro gris, solitario, pasa a su lado.
Un mirlo se pierde en el zarzal.
El viajero sigue caminando, errático.

No hay azar en el silencio que llega del valle, no hay lógica en el automóvil volcado en la cuneta. Sin embargo está ahí y arde.
No se puede medir el dolor, no se puede abarcar la angustia de la ausencia, pero él siente el desgarro.

En el camino al caserío, el pastor golpea el lomo de la vaca con su vara bruta.

Está lejos -¿de qué?- pero desde ahí divisa, por fin, el horizonte.
Está oscuro pero puede ver, o imaginar, o ya no hay obstáculos, o era la hora.
Se dice esto para no mentirse con abstractos consuelos que nada le dejan excepto palabras que suenan como el arroyo junto a esa cueva donde ha llegado, perdido hombre de ciudad atemorizado entre ruidos, crujidos, graznidos, chillidos de pájaros invisibles y los insectos se esconden entre las piedras.
Pero está la realidad del coche en llamas, lo ve desde allí.

Isabel no contesta en el móvil.

Qué le dirá a su mujer cuando vuelva a casa.
Maxence van der Meersch
(Roubaix, 1907 - Touquet, 1951) Escritor francés. Hizo sus estudios secundarios en Tourcoing y Lille. Licenciado en Derecho, ejerció de abogado en Lille durante dos años. Se inició en el periodismo como jefe de redacción de la revista Lille universitaire, y colaboró en diversos periódicos.
Utilizó un estilo realista para narrar las problemáticas de la vida cotidiana del norte de Francia, y realizó minuciosas descripciones de los conflictos sociales de la época.
En sus primeras novelas abordó temas conflictivos como el del contrabando, en La casa de las dunas (1932), o el de las huelgas textiles y sus represiones, en Cuando las sirenas se callan (1933).
Posteriormente publicó Invasión 14 (1935), un crudo relato sobre la ocupación alemana, y La huella del Dios (1936), obra que obtuvo el premio Goncourt y numerosos elogios de la crítica. Entre sus últimos libros se destaca Cuerpos y almas (1943), emotiva novela sobre el mundo de la medicina. Su principal inquietud fue la miseria y el dolor humano, y a lo largo de toda su obra expuso una mirada humanista y acentuó, desde su perspectiva católica, la necesidad del hombre por reafirmar sus valores.

sábado, 19 de julio de 2008

Libros.



En "Una cuestión personal" Kenzaburo Oé, como genio y Dios crea un ser vivo inolvidable utilizando sólo letras: el atormentado Bird.

Kenzaburo Oé habla sobre el paso (que yo no espero dar nunca) que dan las personas para convertirse en adultos: el momento en que renuncian a luchar, con pasión, por sus sueños y, extrañamente, se sienten bien.
La novela comienza cuando Bird está a punto de hacer realidad el sueño de su vida (un viaje a África). Sin embargo su esposa da a luz un niño deforme que, según las previsiones, pasará en coma toda su vida.
Bird se enfrenta entonces a una existencia encadenado a un hijo vegetal , situación que le lleva a pensar que, quizá, lo mejor sea estrangularlo.
Con el apoyo de su amante, Himiko, comenzará un recorrido por los infiernos que le conducirá hasta su salvación personal .
Si buscabais un buen libro que leer, aquí lo tenéis.

(www.micabeza.com)


Contrapunto

Contrapunto -quizá la más famosa de las novelas de Aldous Huxley y uno de los libros más eminentes de la literatura inglesa del siglo veinte- es ante todo un examen apasionado y lúcido de la condición del hombre en el mundo moderno. Las criaturas de Huxley no son sin embargo meras representaciones intelectuales, están animadas por una rigurosa pasión literaria o vitalismo, que se opone tanto a la esterilidad del ascetismo profano como al sensualismo de la civilización actual. Los personajes de Contrapunto coinciden, discuten, se apartan y se reencuentran en una busca interminable del significado de la vida y el auténtico destino del hombre. Rampion, que recuerda la inolvidable personalidad de D. H. Lawrence, es quizá, por oposición, la clave de este libro singular, verdadero contrapunto de ideas, emociones, sentimientos, deseos y esperanzas, el acabado cuadro de una sociedad que se desintegra en contradicciones irresolubles.

Aldous Huxley

Las mujeres que creían que el amor compensaba la pérdida del mundo podían convertirse en terribles estrobos, según sabía demasiado por experiencia personal. Le gustaban las mujeres, el amor era un placer indispensable. Pero ninguna valía la pena de enredarse por ella en fastidiosas complicaciones, nada valía la pena de desarreglar la propia vida por su punto.(A.H.)


El sexo y el espanto

Pascal Quignard

"He querido meditar sobre ocho particularidades propias a la percepción romana del mundo sexual: la fascinatio del fascinus, el lubridium inherente a los espectáculos romanos y a los libros de las satura, las metamorfosis bestiales y su contrario (las novelas de antropomorfosis), la multiplicación de los demonios y de los dioses intermediarios en la triple anacoresis epicúrea, estoica y cristiana, la mirada oblicua y luego postrada, la prohibición de la felación y de la pasividad, el taedium vitae que se vuelve acedia y, por último, la transformación de la castitas de las matronas republicanas en la continencia masculina de los anacoretas cristianos. Son todas esas palabras oscuras las que poco a poco se aclaran en el espanto. "La visión de la representación más directa posible de la cópula humana procura una emoción siempre extrema de la que nos defendemos, ya sea mediante la risa salaz o mediante el estupor escandalizado. "Los antiguos romanos, a partir del principado de Augusto, optaron por el terror. "Fue un terremoto, cuya consecuencia fue más importante que la cristianización del Imperio, más importante que las invasiones de los siglos V y VI, que no alteraron fundamentalmente su naturaleza, más importante que el descubrimiento del Nuevo Mundo en el siglo XV: los americanos que en nuestros días viven allí, después de haber exterminado todo lo que era un obstáculo para su dominio, se siguen rigiendo por este sistema de infundir temor y se reproducen, en el vientre de sus esposas, acompañados de un terror que procede más de las togas blancas de los Padres del Senado que de las togas negras de los Padres cristianos que los reemplazaron en la curia. No era la Biblia lo que los Padres puritanos que desembarcaron en el valle del Ohio o que levantaron sus capillas de madera en la bahía de Massachusetts llevaban en su equipaje, sino más bien el taedium que Lucrecio desarrolla, el rencor que vemos en Séneca, la violencia indecente que leemos en Suetonio o que presentimos en Tácito, y que los llevaron a huir del antiguo mundo" (pág. 240).



Taxus baccata


Julia Otxoa

¿Dónde estuvimos que nos perdimos tanto? ¿Quiénes fuimos que ahora no nos reconocemos? Dinastía de gallos decapitados tiñendo la hierba. ¿Por qué siguen corriendo los sueños rotos? Desapareces en el dolor, tus heridas me borran.(J.O.)

Libros para disfrutar, para crecer, cuatro, hay más, hay muchos libros, hasta se pueden leer, página a página, gozando, aprendiendo.
Es sábado, brilla un sol magnífico, la vida reluce, hay un tiempo para cada cosa. Ahora no es momento de leer, ni esos libros ni ninguno. Ahora, hoy, es un momento para salir a disfrutar de todo, de quién somos, de que estamos vivos, de los otros, del calor, de tantas maravillas como tenemos a nuestro alcance.
Estoy feliz y quiero compartirlo contigo.


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