sábado, 31 de mayo de 2008

Golosina (que no fue la única).

Los besos que dejamos de darnos vuelan a nuestro alrededor
en la dorada soledad del silencio evocador de momentos perfectos
aquellos que brillan por sí solos en el más puro deseo,
en la imaginación de los deleites más libres y salvajes,
es decir, ingenuos y delicados.
(B).



Tengo miedo, no sé si estoy escribiendo lo que puedo, no sé si estoy haciendo lo que debo. Estoy perdido en un paisaje de escaleras que no llevan a ninguna parte, sentado en los escalones de tu casa. Llegas, cruzas, subes, ¿nos veremos el miércoles?, como un mendigo y tu melena baila cuando asientes con la cabeza, de espaldas, sin mirarme. Ahí adivino tu sonrisa de mujer que se sabe bella, ese gesto turbador que rompe algo en mi pecho, que hace crujir mi alma hasta que esa figura se fija junto a mis símbolos más preciados, como una fotografía en la memoria. Me voy sin irme, en los días siguientes te quedarás en mi mente, en esta música italiana que escucho, en mis viajes circulares, en las calles vacías, en el aire de mis sueños, en la respiración. Todo me habla de ti.

Te alejas argumentando razones que no puedo rebatir, que no sé refutar, pero aún así no puedes esconderte detrás de las semanas que pasarán sin vernos, no puedo esperar que inciertos vientos de nostalgia te nublen la mirada, que la luna llena inunde tu noche de urgencias. Sabes que puedes irte mil veces y estaré ahí, con la mano extendida a las puertas de tu cordura, prisionero en una jaula que me llena de congoja porque estoy perdido como un nadador a contracorriente, como un charlatán iluso que habla sin cesar y nadie le escucha.

Glup 2.0

Pobre de mí que ni siquiera puedo pedir ayuda, que ni siquiera pueden decirme lo que me conviene, aconsejarme, criticar mi conducta, ayudarme con pasaportes falsificados, con pájaros rojos que traigan mensajes de aviso, con pañuelos que prevengan, colgados en la ventana, con palabras que me guíen por este laberinto donde ciego, sordo, me golpeo con las paredes para no encontrar la salida. Romperé los mapas, me heriré las piernas para seguir aquí, indefenso y trémulo, perdido como te dije, con absoluta dependencia porque no puedo marcharme aunque mi cabeza me dice que debo hacerlo.

Insisto, incansable, otra vez te hago llegar estos mensajes hambrientos de ti, pobre antropófago en ayunas, naufrago bajo la palmera de esta isla pequeña, caricatura de una historia que se rompe por las costuras de la realidad, traje dos tallas mayor y ríete porque la risa nos hará libres antes que nunca, nunca, tengamos que llorar.

Tengo miedo, no sé si escribo lo que siento o lo que no debo sentir.



Algunas veces,
después de caer,
mi pensamiento se coloca
en la fisura, en el fino hueco
del que sale toda luz.

(Concha García).


viernes, 30 de mayo de 2008

616898974

...Te quiero¡” exclama de golpe y se lanza al galope. Mis manos acuden a mitigar los saltos de los pechos, a disfrutarlos protegiéndolos de su propia furia, mis caderas secundan sus rebotes... Todo mi cuerpo es cabalgado, espoleado, absorbido por el ansia hacia delante y hacia lo alto, como si juntos levitásemos... Me integro en carne y mente con mi jinete, que contemplo a contraluz sobre el fondo del horizonte infinito donde la claridad crece, se vuelve ardiente, intensísima blancura...Mi reina, mi jinete, acelera su ritmo a vista de la meta, oscura llamarada el pelo negro, violentada hacia atrás la cabeza entre jadeos... La luz al rojo blanco se exaspera, me duele, se hace insoportable... De pronto ella gira el cuello y es el vivo retrato de mamá, el perfil a tres cuartos, ahora sobre mí como soñé de niño ante el mihrab sagrado... “¡Mamá, sí!” claman mis labios, justo cuando mi cuerpo estalla, se desintegra todo y a sacudidas me vacío en mi amante, me vacío en dolor, me acuchilla la luz violentísima que, al cegarme con su incendio, me sepulta en la noche absoluta. (El amante lesbiano – José Luis Sampedro)


(Para mi amigo D. Manuel U.)


-Pedro, ya está todo preparado ¿Vendrá Javi a la cena?
-No sé, voy a llamarle.

(616898974)
-¿Dígame?
-¿Javier?... eeeh, perdone, me parece que me he equivocado.
-Oiga, oiga ¿quién es?, ¿quién llama a mi señora?
-No, que me he confundido al marcar, quería hablar con Javier.
-Ya, lo que quería es hablar con mi mujer, ¿quién es usted?, ¿qué busca?
-No, disculpe, lo siento, ha sido un error, adiós.
-Me he quedado con su móvil. Oiga, oiga...
-Vale, adiós.

-¿Qué pasa?, Pedro
-Jo, qué genio, se ha mosqueado el tío. Me he equivocado de número y me ha contestado un energúmeno celoso. Ja, ja, ja.

-¿Dígame?
-Oiga ¿Usted ha llamado a mi mujer?
-¿Qué? Ah, es el de antes. No, mire, es que me ha habido una confusión con el número. Quería hablar con mi amigo Jav...
-Ya, y yo que me lo creo. Quería hablar con Puri. ¿De qué la conoce? Déjela en paz. Vera usted, como le eche mano se va a enterar.
-Pero, bueno, cálmese, es una equivocación, me he confundido, he marcado mal.
-Y tanto que ha marcado mal, Puri es mi señora ¿entiende? ¿Cómo tiene su número de teléfono? ¿Desde cuándo tiene relación con ella?. Se va a enterar, se va a enterar. Me lo meriendo. Te encontraré, cabrón, voy a por ti.
-Hala, déjeme en paz. Adiós.

-Pero, Pedro, ¿quién te llama cada media hora?
-Jo, es el alucinado ese, el del teléfono que me equivoqué. Está fuera de si. Voy a desconectar el móvil.
-Y Javier ¿viene a cenar o no?
-Pues no lo sé, llámale tú.
-Vale.
-Y no te equivoques.


No es broma, no es un post que pretenda ser gracioso, es un hecho real.
Desde que me ocurrió apenas algo a pasear.
Cuando lo hago miro a todos los lados.
Y todo por un número.
Ay.


jueves, 29 de mayo de 2008

La consunción del halo.

Sobre mi vida cae

enorme sueño negro.
Dormid, esperanzas,
dormid, dormid, deseos.

(Verlaine)


La voz, la mirada del consentimiento, la desnudez del alma, la puerta sin llave, la caricia prolongada, sin sábanas, los cuerpos tendidos, el cuerpo, el placer retenido, el tiempo eterno, los ojos cerrados, en la oscuridad lo sincero aparecía como un fantasma de luz, la esencia, una, el instante de la comunión *, las lágrimas, el goce del corazón y los muslos, la simiente derramada, la calma, la nostalgia después, el desconsuelo de la partida.

El frío del no. El tiempo. Hoy. Nada.*****


(* comunión, momento supremo, juntarnos, compartir la intimidad, abrir de par en par lo nuestro, estar en nosotros, uno, acariciar la lágrima, el grito detenido del éxtasis **, vernos enteros en ese instante de luz fugaz, ser).

(** éxtasis, sus susurros de madre, hija, mujer ***, anciana, niña, amada, amante, principio, final, compendio del todo, eternidad, allá de donde vengo, donde voy, concepción, nacimiento, vida, muerte, ella, lo sublime, el amor).

(*** mujer, esa, jamás, nunca, nadie, hasta ella, compendio, universo, todo****)

(**** todo, contraste, el frío del no, el tiempo, hoy, nada*****).


miércoles, 28 de mayo de 2008

Quemaduras de segundo grado.




No, no estaba bajo un cielo extraño,
Ni bajo la protección de extrañas alas,
Estaba entonces con mi pueblo
Allí donde mi pueblo, por desgracia, estaba.

(Anna Ajmatova)


Los días pasan como si nada, sin darse importancia, uno tras otro, indiferentes a edades y expectativas, monótonos o plenos de urgencias, de obligaciones, de trabajo o de ocio, de tener que, de no hay más remedio, de bostezos o de nervios, de soledad, de gritos, de apreturas, de escasez, de minutos que se escapan por el desagüe a ninguna parte.

Algunos se percatan del derroche y luchan por pintar las horas con imaginación o resignación, con rabia o placidez, con vanos ejercicios de trascendencia que no pasan más allá del dintel de su propia casa, que no, que no hay nada que hacer, que esto es lo que hay.

El arte.

Pintura. Escultura. Escritura. Cine. Música. Filatelia. Monogamia. Grafología. Punto de cruz. Religión. Política. Guerra. Soberbia. Deporte. Arquitectura. Abogacía. Espía. Equilibrismo. Psicología. Cosmética. Rayos y centellas. Psiquiatría. Arqueología de la mente. Intimidad. Democracia. El plan Ibarretxe. Diga usted treinta y tres. Treinta y tres.

Y luego está lo de no estar. Solos. Para eso hay que estar con alguien. Incluso con uno mismo. Es difícil. Hay días que no me hablo, me miro de arriba abajo y me enfado conmigo. Estar con otro, otra, bueno, puede estar bien. Depende del otro o de la otra. Y de uno. A la de una, a la de dos, a la de tres. En mi caso estar con otra me parece una buena elección. Esa es la primera, después hay que buscar a esa otra. Y encontrarla. Y mantenerla. Y enamorarla, enamorarse, preparar un proyecto común, apoyarse, ubicarse, compartirse, darse, renunciar a, y a, recibir, dar mucho pedir poco, la medalla del día de la madre colgada al cuello de esos días que pasan como si nada. Nada. Y así sea. (Oriana)

Los últimos descubrimientos científicos aseguran que los días tienen 24 horas. No está aún probado pero me lo creo. Me creo casi todo. Soy tan crédulo que tengo varios tarros de ilusión en la despensa del por si acaso. Sin caducar. Creo. Y miento. Escribo. Digo. Pienso luego me desespero. ¿Esto es todo? Imagino. Evoco. Revoco. Convoco. Sujeto el bostezo con alambres retorcidos en la mandíbula de una pretendida literatura, dura o blanda, menuda, trabajada, esto es un espejo ¿qué ves? Pues eso, si eres tú todo esto, lo tuyo, lo mío, merece la pena. Y si no, NO.

¡¡¡NO!!!


martes, 27 de mayo de 2008

Aclaración con Cortázar ahí sentado.

Entro en El Perseguidor (¿Aún no lo has leído?¿A qué esperas?) y Julio Cortázar dice:

La música me sacaba del tiempo, aunque no sea más que una manera de decirlo. Si quieres saber lo que realmente siento, yo creo que la música me metía en el tiempo. Esto lo estoy tocando mañana.

Aclaro
que la selección de poemas, los fragmentos de textos, las fotos, el color que incluyo en este blog no tiene un sentido altruista, tampoco quiero compartir mis preferencias o gustos, ni siquiera hay en ello un afán divulgador o estético. No, es auténtica mala idea, es ironía, es decir (nos) ¡qué demonios pintamos en esta historia blogiana cuando hay escritores y poetas que lo hacen tan, tan bien!

Ese suspiro de Cortázar lo define, tres líneas, suficiente, no hacen falta más explicaciones, lo sublime, literatura de artista, de genio, de elegido, más allá. Y además el cuento sigue, lleno de joyas, redondo, único.

Pero, oye, nada, qué encantado, seguimos aquí, enfrascados en lo cotidiano, con el cordel de esas maravillas brillando de humedad ahí arriba, antes de cada salto. Quizás algún día lo pasemos por encima. Justo antes que nos devore el frío sin retorno. Eso.

La conservación de los recuerdos.

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones." Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.(Cortázar, claro.).


lunes, 26 de mayo de 2008

Carta del amante sorprendido.

Y fue entonces – agosto prescribía
en el pueblo remoto
de todos los veranos de la infancia-
cuando la nube puso
desolación al aire y vino
la primera tormenta a visitarnos
hasta llenarnos con su olor
a distancia y olvido.

(Manuel Rico.)



Demasiado para mí.
O.
A4. Hundido.
O.
Oiga, oiga.....(Por el auricular del teléfono se escucha una música de fondo). ¡Oigaaaa!
O.

Mi amada, con esa mirada que no controlo, con ese paisaje de melancolías enrolladas, con ese mural del primer piso del Museo del Prado que miro y remiro y en mis manuales no viene nada sobre tamaña forma de enfocar las lentes, sobre el uso del microscopio, sobre la tortura del gota a gota cayendo sobre la frente de John Wayne.
Te temo, cariño, te disfruto y te temo. En otro tiempo quizás hubiera huido a brazos más rendidos, a mentes más en una sola dirección, a los problemas de siempre, a las mujeres de nunca, a otras. Ahora no, aguanto firme en mi trinchera, la recorro arriba y abajo sin reparar por donde pueden entrar, por qué agujero de la barricada me sorprenderán. Sé que voy a perder la guerra, sin remedio, pero la batalla es deliciosa, dulce, ¿equilibrada?, incruenta, sin prisioneros y sin embargo los caballos siguen siendo blancos o negros y los aviones vuelan alto sobre las nubes. ¿Te has percatado que ya no nos bombardean? En esta lucha contra el mundo, justo antes del diluvio ese que dices, los enemigos se multiplican. Y los imbéciles. Por eso estoy despierto. O sueño que estoy despierto. O sueño que alguien me sueña despierto. Es curioso que ahora mismo no sé si estoy dormido.

Sabía que no podrías callarte, solo estabas buscando ese tiempo de hogueras para poder decírmelo. Hasta aquí ya he aprendido. Y, plaf, me sientas en el altar del sacrificio y me lo cuentas todo de golpe, me revisas, me cuentas, me explicas, me arrullas, me sorprendes, me reafirmas, me haces sonreír, ponerme serio, dudar, saber, me abres otra ventana, me sugieres que te pida que cierres una puerta, me das un mapa, me robas un caramelo, me zarandeas, me acunas, me besas, me desarmas, me vendes cuchillos, me das motivos, me estimulas, me confundes, me aclaras, me reafirmas, mecagüen la mar que tuya eres, qué difícil debe ser tratar contigo sin ventajas, sin bonos, sin vales de regalo, que difícil mirarte a los ojos y saberte, qué mujer eres, por suerte, por inmensa suerte de haberte encontrado justo cuando estaba buscando y tú estabas ahí, desde antes, esperándome sentada en una piedra de misterio, cantando. Mira, ay, casualidad, se ha puesto a llover y no me quedan chaquetas para extenderlas por los charcos donde pisas, deberemos volver por los atajos de entonces. Y el tema de los dioses de cada uno lo dejamos para otra ocasión. También el de los nacionalismos. Voy a cambiarme de piel, luego te llamo.

Lévame a aquela fonte cristaiña
onde xuntos bebemos
as purísimas auguas que apagaban
sede de amor e llama de deseios.
Lévame pola man cal noutros días...
Mais non, que teño medo
De ver no cristal líquido.
A sombra daquel negro
Desengano sin cura nin consolo
Que antre os dous puso o tempo.

(Rosalía de Castro)


domingo, 25 de mayo de 2008

Tres, dos, uno...cero

Anduve por aquí
Recogiendo al pasar
Cosas que no esperaba
Y no me eran debidas
Ni tuve que pagar con amargas monedas
Que en mi viaje no tenían curso
No podía partir
Sin volver a mirar con gozosa avaricia
Cada preciso diente de lo regalado
Ni mudo y con rencor con el ingrato
Que no confesará jamás un goce
Por el que no ha pagado.

(Tomás Segovia)




¿Qué sabe nadie?. Hay días tristes como unicornios tristes, como agujeros, que miras dentro y salen cigarras y calendarios de años grises, una sonrisa rota, una mirada que naufragó en una borrachera. De acuerdo, están los otros, todos con los que hablamos, pero no son, o no saben, o no quieren y estos matices invalidan su importancia, los anulan al no poder compartir personalmente la experiencia, vivir cada día la angustiosa tarea de lograr un sitio a golpes de lo cotidiano, esparciendo cariño, sentido común, ternura y miedo, acarreando todas las historias, las de antes, las de ahora.

La soledad, cuchillo afilado, atroz hacha de verdugo que desgarra la alegría, que nos hace recorrer perfiles para no entrar de lleno en un dilema que nos obliga a tomar partido, a inclinarse aquí o allá, aceptar ese brazo, la necesidad. Apuntar, sugerir, esbozar, descorrer levemente el borde de tantas cortinas que ocultan mundos. Eso o caminar por calles oscuras, tapiar las puertas, pintar de negro las ventanas, cerrar los ojos a la luz que se derrama un lunes.

La ausencia como opción, como imposición circunstancial. Prueba y disciplina, cuerda tensa que vibra en el viento de marzo imponiendo la alternativa de concretar, definir, acumular preguntas sin respuestas, coleccionar angustias que crecen en cada negativa como flores bellas de fétido olor. También morderse los labios, agujerear la absurda sensibilidad, especializarse en monosílabos, en inclinar la cabeza, en máscaras, en colecciones de muecas y risas en escala. Esconder, de propio intento, piezas del centro del tablero. Borrar las señales de las confluencias. Alterar las rayas y colores de los mapas. Arrancar la última página de todos los libros. Llamar verde al gris y bueno a la nada. Repintar los juguetes rotos. Inventar nuevas reglas que cambien cada día. De ahí llegar a la vibración, a la inquietud, a la mañana llena de llamadas mudas.

Y la duda, saltamontes verde, ¿qué tiene que ver esto conmigo? Colecciono ficciones y realidades para calmar las esperas, como vehículo, como principio. Estoy perdiendo memoria, se me caen las palabras de los bolsillos, de los estantes, cada semana mi vocabulario tiene más casilleros vacíos.

¿Una actitud o una consecuencia? Me obsesiono, elijo entre el cansancio, la tristeza, el desconsuelo, la desilusión, la derrota, la desesperanza o quizás solamente el aburrimiento por no encontrar la puerta tras la que se oculta el origen del misterio. Tanta suciedad, tantas tinieblas alrededor deben tener, por fuerza, un contrapunto de luz, un principio absolutamente claro. ¿Dónde encontrarlo?

No me sirve que en una ventanilla me sellen las pólizas diciendo - Tienes esto y lo otro, ¿qué más quieres?, debes ser feliz-. Y sí, puedo serlo, pero ¿solo eso?, feliz ¿desde dónde? ¿Hasta cuándo? ¿Porque tengo, porque amo, porque comprendo? O, por el contrario, infeliz desde cuándo y porqué ¿Porque no tengo, porque no amo, porque no comprendo?

No está ahí, no está ahí, pero, ¿cómo saltar las definiciones, las normas, como entrar a ese país desconocido que nos dé la paz?

Y, al anochecer, de la mano de algún dios aún no dormido volver caminando a casa.


sábado, 24 de mayo de 2008

Contrastes.


Belén Esteban: 'Mi vida vale mucho, no quiero morirme'

Belén Esteban recuperada de la enfermedad que la mantuvo varios días en el hospital, vuelve al plató de Ana Rosa para contar en exclusiva y con energías renovadas cómo se encuentra.



La cifra de muertos por el terremoto registrado el pasado lunes día 12 en la provincia china de Sichuan asciende ya a 51.151 en todo el país, según datos de la Oficina de Información del Consejo de Estado, lo que supone un incremento de 9.800 fallecidos respecto a los datos del miércoles.
Subirá a más de 70.000 muertos
Este balance de fallecidos irá aumentando a medida que pasen los días, ya que aún hay cerca de 30.000 desaparecidos, por lo que China estima que habrá un total de 70.000 fallecidos.
Aún así, los equipos de rescate continúan encontrando gente viva entre los escombros. Sin ir más lejos, ayer el país vivió otra de las historias de superación personal que se suceden a diario en el país. Una mujer de 102 años fue rescatada con vida tras pasar casi diez días sepultada bajo los escombros.
Transparencia inusual en la información
Se ha producido un cambio en el periodismo. Se están dando detalles muy completos
La cobertura del terremoto ha supuesto un punto de inflexión en el periodismo chino, con una inusual transparencia, lo que ha servido al Gobierno para lavar su imagen después de la represión en el Tíbet, y cuando faltan once semanas para los Juegos Olímpicos.
"Es un alivio que el Gobierno chino no haya establecido en Sichuan el tipo de controles draconianos de acceso a la prensa extranjera que impuso en el Tíbet tras las revueltas del 14 de marzo", explica Phelim Kine, investigador para Asia de la ONG "Human Rights Watch" (HRW).
Si para la prensa extranjera ha sido un alivio trabajar en Sichuan, para la china puede convertirse en un punto de no retorno, acostumbrada a una fuerte censura gubernamental que consideró hasta 2005 las pérdidas por catástrofes naturales como un secreto de Estado, por lo que difundirlas podía acarrear la pena de muerte.




Pajares asalta un despacho con una pistola de juguete

El actor se presentó en un bufete muy alterado, con un arma falsa y un 'spray' antiviolador

ELPAÍS.com / AGENCIAS - Madrid - 29/04/2008
El actor Andrés Pajares, de 68 años, fue detenido ayer en Madrid después de asaltar un despacho de abogados del centro de la capital. Pajares iba provisto de una pistola de juguete y un spray antiviolador, informaron fuentes policiales. El ganador de un Goya por ¡Ay Carmela! intentó ocultar su identidad disfrazado con una gorra y un bigote. Según fuentes policiales, el actor había consumido "alcohol o droga". La pistola de mentira era negra, del calibre 22 y se puede adquirir en jugueterías, informa F.J. Barroso.
El altercado ocurrió a las 12.45 en el número 9 de la calle de Rafael Salgado, en el distrito madrileño de Chamartín. El incidente provocado por Pajares acabó con tres heridos por contusiones y con varias personas rociadas con el vaporizador. Uno de los afectados fue dado de alta en el lugar y las otras dos personas fueron trasladadas a un centro hospitalario con carácter leve.
Según el portero de la finca en la que está el bufete, que llevaba temas fiscales del actor, Pajares golpeó con la culata de la pistola a la esposa del socio principal del despacho. El actor fue reducido por los empleados, quienes avisaron a la policía, que detuvo al intérprete y lo trasladó a la comisaría de Chamartín. Pajares, acusado de amenazas, ha pasado a disposición judicial, han precisado las fuentes consultadas. Una vez escuchada su declaración, el juez podría declarar la puesta en libertad o su ingreso en prisión. En todo caso, es probable que pase la noche en los calabozos policiales.

Birmania: ¿medio millón de muertos?

La Junta antepone su xenofobia y el miedo a ser invadidos a las vidas de cientos de miles de sus ciudadanos
Francisco Caules Sintes | Bangkok, lector corresponsal | 21/05/2008 |
A los 7 días del ciclón Nargis y el posterior tsunami que arrasó el delta del Irawady hasta Rangún, volábamos por encima de 11.100 metros en un avión de Barcelona a Bangkok. Eran las 13.20 en Tailandia y media hora menos en Rangún. Negras nubes monzónicas cargadas de lluvia impedían ver la catástrofe de Birmania desde el aire. Bajo nuestro avión, miles de cadáveres se estaban descomponiendo en las encharcadas aguas o colgados de los árboles.
Sentimos una fuerte sensación de tristeza, de pena y, a la vez, de rabia. Tristeza y pena por unos seres humanos diezmados por la naturaleza desbocada en el país mas pobre del Sureste asiático. Rabia por la feroz dictadura de los generales para los que era más importante el referéndum cosmético para consolidar su opresión que los cientos de miles de personas que seguían sin recibir ayuda pasada ya una semana de la catástrofe.
Sabíamos que la Junta Militar seguía negándose a dar visados a los grupos de rescate que esperaban en Bangkok para evitar "injerencia extranjera". La Embajada de la Unión de Myanmar, rodeada de un muro gris de cuatro metros y con afilados pinchos metálicos, ya nos da una idea de lo que es un país cerrado al mundo.

Ante una pequeña puerta metálica cerrada por una gruesa cadena con candado, un grupo de aspirantes a visado hacían cola el día que yo fui. Pregunté a qué hora abrían: "dice el cartel que a la una de la tarde pero normalmente no abren hasta quince minutos antes de cerrar, a las tres". Por eso, decidí dejar correr la carrera de obstáculos premeditados y trabajar desde Bangkok, con total libertad de información del país vecino.

Las Oficina de las Naciones Unidas de la Coordinacion de Asuntos Humanitarios (OCHA) nos daba diariamente informes y reportes de la situación en Myamnar. Las conferencias de prensa en el Club de los Corresponsales Extranjeros permitían el coloquio. Las cifras de muertos y afectados eran cada vez más espeluznantes. La ultima nos habla de más de 140.000 muertes y de unos 2.500.000 afectados supervivientes. La falta de ayuda, agua, medicinas, tiendas de campaña y, sobre todo, comida puede acabar con la muerte de más de medio un millón de personas.

La Junta Militar, desde su capital-bunker a 390 km. de Rangún, solo ha autorizado un muy limitado acceso a médicos y equipos de rescate de los países de la ASEAN y de China e India. Nada de visados para occidentales. La xenofobia y el miedo a ser invadidos militarmente son superiores a las vidas de cientos de miles de sus ciudadanos.

China protege a la Junta Militar
El año de la rata chino sólo está trayendo desgracias. La reacción del gobierno chino al terrible terremoto ha sido instantánea, rápida y eficiente. A pesar de que tardaron tres días en autorizar las actuaciones de los equipos de rescate extranjeros - encabezados por Japón-, el Ejército Popular estuvo desde el primer momento ayudando. Contraste flagrante con lo que esta pasando en Birmania. Solo después de 15 días de pasar el ciclón, el jefe de la Junta Militar General, Than Shwe, se dignó anteayer a visitar la zona afectada. En cambio, el primer ministro chino estuvo a las 24 horas junto a su pueblo.

La situación en el delta empeora a medida que pasan las horas. Los supervivientes esperan ansiosamente comida en las carreteras no inundadas. Los vivos no pueden preocuparse de quemar los cuerpos muertos que se descomponen en la misma agua en que los niños intentar pescar algo que comer. El agua contaminada está provocando disentería, dermatosis y diarreas que, sin las medicinas adecuadas, serán seguramente mortales. La OMS nos dice que de momento los casos de cólera no superan lo que en esta zona es endémico.

La urgencia de la ayuda humanitaria es acuciante. Y a todo esto, la Junta vende a su pueblo la versión de que todo está controlado y que ellos solos están resolviendo todos los problemas sin ayuda del extranjero que siguen rechazando.

El representante de la Unión Europea, Louis Michel, dijo, después de entrevistarse con la Junta para que admitieran ayuda de equipos de rescate europeos: "No contestaron a mi pregunta ni quisieron darme ninguna razón a su negativa". Hoy es el secretario de la ONU quien parece que insistirá en la necesidad de autorizar el vuelo de helicópteros sobre el delta para lanzar alimentos. Eso si consigue que lo reciba el veterano General Than Shwe. Este seria el único modo de llegar a miles de afectados que no han recibido nada en más de dos semanas. Los grandes helicópteros de la Navy Americana están esperando cargados de víveres y medicinas.

El temor a una invasión americana que el protector de la Junta Militar – es decir: China- no desea, hará que la cifra de medio millón de muertos se pueda incluso quedar pequeña. El acceso de aeronaves al delta sigue rigurosamente prohibido. Cuando el jefe de la OCHA discutió el imprescindible uso de helicópteros para salvar miles de vías, la respuesta del General Primer Ministro Thein Sein fue: "tendremos que estudiarlo".


La novia de Kiko, ex strip teaser porno, ha sido sorprendida a la salida del gimnasio donde trabaja después de las duras declaraciones de su familia refiriéndose a su pasado y su relación con las drogas
Intentando ocultar su rostro con una gorra para evitar los objetivos de las cámaras, la novia de Paquirrín acudió al gimnasio donde trabaja horas después de que su familia la atacara en un programa de televisión.
Tamara intentó actuar con naturalidad ante las cámaras que grababan a su labor como recepcionista en el gimnasio. Su popularidad es inmensa desde que sale con el hijo de Isabel Pantoja. Las imágenes de la pareja besándose en la playa han copado la información de todos los programas de corazón en los últimos días.
La ex strip teaser, cuando finalizó su jornada laboral en el gimnasio donde trabaja como recepcionista, se encargó, junto a otras compañeras, de apagar las luces del local. Tras permancer unos instantes a oscuras, Tamara salió precipitadamente por una de las puertas donde la esperaba un coche con unos amigos en su interior


viernes, 23 de mayo de 2008

Ignorancia.


No sé si amarte es
este atroz desgarro
por no verte
o la sufriente añoranza
de tu íntima humedad.
El cansancio de olvidar
los días dorados,
si los hubo;
el afán de acostarme
entre helechos y soñarte.
O sacarme tu risa a bofetadas
y mansamente contemplar
el encarnado y lento goteo
desde mis brazos
hasta tu silencio.


jueves, 22 de mayo de 2008

Memoria sobre el opaco cristal del amor.


Sentado bajo el alcanforero, después de la cosecha,
el centauro del miedo olisquea la mano de una mujer dormida
sobre cuyo cuerpo escribe sus más bellos poemas.


Lastimado,
sabe que está perdido, nadador en un mar sin orillas
deslizándose hacia el centro de la tormenta.


Aunque intenta meter cuñas en el mecanismo del tiempo,
llega la noche, cambia la piel del cielo
y no hay días detenidos, hay la espera.


Vigilante, mira al pez merodeando en la fuente de aquella
a la que ama. Como un pintor ciego reparte colores al azar,
deja la huella de sus dedos en las paredes blancas.


Obstinado,
se obceca en este torpe viaje hacia sí mismo, todo ojos,
con un dolor en la oquedad del pecho.


Quiere borrar con las uñas la certeza de que ahí tiembla
el amor, desnudo, vigoroso, inoportuno, arrasando
desde la raíz del viento, desde el hálito triste de saberlo.


Temeroso, desde un murmullo esférico busca las palabras
precisas, indaga en el secreto en lo oscuro,
acumula indicios, una prueba, teje la figura en el tapiz.


Y hay un abismo de sed en sus pupilas.


miércoles, 21 de mayo de 2008

Impreciso.

Yo tenía dieciseís años...
en el corazón, pero no tenía
ni un solo lugar dónde colocar
el sentimiento de mi inocencia.


(Genet)



Pienso en entonces y es ahora, una plaza dónde cabía el mundo y no cabían los coches, que no había, ni los viejos paseantes, ni el invierno, sólo tu silueta, ni siquiera tú, que no eras, nunca fuiste sino el espejismo, la que nunca, no un deseo, no una idea, algo más hondo, intenso, primigenio, lo que no se entiende, pero duele, lo que sujeta el alma y la domina, la que ilumina la vida y la disturba, la vuelve del revés, que da sentido, principio, colorea la espera en las esquinas, el ansia, premonición, error, acierto, voluntad clavada a un nombre, el tuyo, repetido, soñándote en mil noches, obsesivo, mordiéndome los puños al no verte, rota la lengua cuando no te hablaba, era ayer –recuerdo- y es ahora, curioso tiempo circular que vuelve y somos, ay, amigos, tal vez, nos conocemos, cambiamos confidencias, sin apuro, bella entrega de historias medio ocultas, de pasado, de emociones, tus padres, los míos, otras parejas, amores, el tiempo –otra vez- que va corriendo y nos deja más cerca del otoño que del brotar de flores, más lejos de aquella plaza dónde cabía el mundo y sin embargo no nos abrazamos una tarde que llovía, no buscamos la oscuridad para besarnos, no vimos que esto no es un juego y que la vida –oh, paradoja- estaba escrita desde antes, desde un principio impreciso, remoto, desde siempre.

Je suis venu te dire que je m'en vais



Blog Glup 2.0

martes, 20 de mayo de 2008

Carta de amante bajo el agua.

No quiero más que estar sobre tu cuerpo
como lagarto al sol los días de tristeza.

Se disuelve en el aire el llanto roto,
el pie de las estatuas
recupera la hiedra
y tu mano me busca
por la piel de tu vientre
donde duermo extendido.

(Valente)



Amor ¿me ves? soy ese hombre duro que no respira bajo el agua clara de nuestro amor. Otras experiencias sentimentales hicieron de mí este insensible personaje que te escribe, este antiguo calculador que esperaba un minuto para enamorarse, justo después que ella lo hiciera para poder controlar mejor las emociones. Jamás les dije te quiero para llevar el idilio, no hizo falta. Jamás utilicé sus sentimientos para lograr favores, besos, camas, suspiros en la noche, romerías, el curso del río nos llevaba. No sabes a que vienen estas palabras y dudas entre mi literatura vespertina al aire – así, en verde y rojo - y mezclar verdades con mentiras, imaginación y sueños, la coraza, decir y no decir, juegos de manos, arlequines saltando entre el gentío y no soporto esta raya amarilla de pintura que ponen en mi pecho los que dicen que te aman.
Escojo esta manera para llamarte tan temprano, aunque tú, madrugadora, ya estés despierta, siempre estás despierta y ¿ves? no es tan compleja esta cuestión, se trata de honestidad, de amor, de ser sinceros, me resisto a que sea solo sexo, no es posible, y aunque lo demás, todo, está prohibido, o vetado, o es reprobable, aunque soy un hombre duro ¿eso te he dicho? siento dentro unos temblores que no son solo de muslos, ni es por frío o el rocío, es otra cosa y no quiero definirla, paso de largo, vuelvo a pasar y ahí, palpitando, indiferente al ruido del tiempo que se nos acumula desde julio -¿o fue en agosto?- ahora es mayo y sigue, sigue y me alborota, me mueve, me despista, me llena de preguntas, de miedo, de ganas de verte, de mirarte, de parar estos zumbidos, aún en festivo -¿me escribirá?, ¿se habrá dormido?- y el próximo lunes nos vamos, tú a París, yo a Barcelona ¿volveremos?.
Ahora te entiendo mejor, te he escrito con el corazón estos cien días y no sé siquiera si has tenido tiempo de leerme -digo leerme-, no has contestado –digo contestarme-. Ya no sé casi nada, excepto que aquí dentro algo no cesa, que te añoro, que me duelen los pulsos y las noches sin ti, mi cama fría, mi soledad, esta angustia creciendo como ortigas ciegas, como un puente cortado, como un camino de piedras puntiagudas. Y es que no puedo verte pasar del brazo con él, que no puedo. Además tengo tantas ganas de encontrarnos, estoy deseando que llegue el regreso para acariciarte tanto, tanto, para besarte los dedos, las sienes, para gemir sin disimulo, sin tu mano en mi boca, quiero tocarte las piernas, las caderas, morderte el cuello, sorberte, penetrar en tus húmedos suspiros, en tu postura desmayada, en tus labios que me inundan la boca, quiero que me sientas dentro de ti como un amante absoluto, que olvides dónde estás y solo tengas conciencia de sentir nuestros cuerpos que se complementan a la perfección, mis te quiero en tu oído, mis jadeos porque me llevas muy lejos, tanto que me pierdo, que no sé volver. Ay, estos temblores, no recuerdo una mujer que me haya hecho gozar así, mi cuerpo sobre el tuyo, bajo el tuyo, junto al tuyo, quiero hacerte el amor y seré dulce, no sé si sabré dejar mi ternura y someterte, ordenarte, hacerte mía, levantarte entre mis brazos, morirme dentro de ti, rodeándote, me derrotas, me conmueves, me das tanto placer que me alegro de que no haya pasado nuestro tiempo. Aún.
Pobre, pobre de mí. Y todavía no te has ido.





lunes, 19 de mayo de 2008

Chorroborro.

Entonces no sabía que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse. (Truman Capote – Música para camaleones)


Hoy escribo solo para ti.

Quiero decirte que en este rincón ni siquiera he empezado con la primera historia, que me quedan todas para tu mirada intensa, que las dejaré aquí, una a una, entre materia en construcción y luz de agosto.

Esta no es una página acendrada, ni siquiera una autobiografía, no es un territorio vallado, no hay límites, apenas es un sueño borroso sostenido por el afán de juntar sentimientos, palabras y colores, un intento de contar lo que sé, incluso lo que no sé o no puedo, lo que aún ni siquiera imagino, pero llegará.

Es decir, un absurdo colgado de un rumor de relojes, irreal como los días bajo los arcos de una plaza nueva, un sueño dentro de otro sueño (algo obsceno, dijo ella).
Cantan los insomnes urogallos de la noche y te digo, sin temor, que estamos condenados a muerte pero que estamos vivos, que a pesar de los presagios nos movemos en recintos de alegría, que no podrán vestirnos de aburrimiento y soledad, que muchas veces tengo miedo, que recurro a ejercicios de mi memoria ensimismada, que me salto el formato, que mantengo el estilo como puedo y quiero –sobre todo –que tu mirada me haga digno, que ahora –como tantas veces- me muerde la nuca una emoción tan intensa, que se diluye lo real, lo cierto y salgo a la calle a buscar lo que venga.






Glup 2.0



Para lectores





Una vez dicho esto doy dos pasos atrás, miro el lienzo y me asombra mi ingenuidad, mi vulnerabilidad, ese glup 2.0 es apenas un pretexto, un antifaz transparente, se me ve detrás la mueca del pánico, se olfatea la inseguridad por el descaro al presentarme desnudo y no me he acicalado el alma y resulta que siendo tan alegre no sé como escribo estas cosas tan tontas, tan leves, tan pretenciosas que a veces me doy vergüenza yo mismo y rehúyo los espejos rotos, los comentarios que me abruman y eso no me lo dice usted en la calle, que hasta ahí podríamos llegar y muchas veces echo en falta aquellos tiempos en los que beber me desdoblaba y hablaba con mi reflejo desolado pero exacto, con marinos argentinos prendidos de una añoranza, con golfos de la noche a los que enseñaba quién era Larralde mientras apretaban una navaja en el bolsillo, bendita inocencia, con lecturas de André Gide, seguridad entre prostitutas y macarras con ictericia, noches de ron y nubes, siempre era primavera y esta nave ha derivado hacia el estrago de la nostalgia. Y no.

Hasta mañana.Aquí




domingo, 18 de mayo de 2008

Desparrame.


Este desparrame diario de vísceras sentimentales sobre la mesa me deja perdida la camisa, con chorretones sanguinolentos de confidencias, con trozos de alma colgando. A veces me siento un carnicero de mis propias emociones, un matarife de las vacas melancólicas que pastan en mi imaginación, un exhibicionista que se abre la gabardina y enseña las vergüenzas. Otras me siento un tahúr con la manga llena de cartas altas, con la baraja trucada, con un arma de palabras presta para salir a la mano. Algunas, en fin, me siento afortunado, escribo, es mágico, alguien lee, lo entiende, o no, al otro lado hay vida y este quehacer perdido entre las constelaciones cibernéticas tiene un rumbo.

Pero –ojo- tú que lees tampoco te libras ¿eh?


Si –como repito una y otra vez- aceptas que esta es una página con tendencia literaria -eso intento-, vale, hay gustos para todo, gracias por venir. Aunque prefiero leer a James Salter o a Erri De Luca.
Pero –ay- si crees que esto es un blog en el que cuento mi vida...pues no, vigílate, tienes una clara tendencia voyeur, una afición a mirar tras los visillos, no es eso lo que hay aquí, pero también gracias por venir.




Aunque no te

vayas a enfadar

por esto ¿viste?







Lo de cada día (que, por cierto, me ha quedado un poco allá que te vi)


Domingo

Nunca ocurre nada los domingos.
Nunca encuentras un nuevo amor en domingo.
Es el día de los infelices.
Día de pensión o día de familia.
Las horas más dolorosas de la amante
cuando se imagina a su amado
con sus hijos en las rodillas
mientras su mujer, sonriente,
entra y sale con tentadoras bandejas.
Un día maldito.


Alguna vez tuvo que haber sido diferente.
¿Por qué si no tendríamos todos
que esperar con ansias el domingo durante toda la semana?
¿Quizá cuando íbamos a la escuela?
Pero ya entonces las campanas sonaban
compungidas y grises como lluvia y muerte.
Ya entonces las voces de los adultos
eran débiles e insonoras como si buscasen a tientas
y en vano las palabras dominicales.


El olor a humedad y a pan mohoso,
a sueño, botas de goma y achicoria
ya subía entonces por la escalera
y la calle, que estaba dura, vacía y diferente
de una manera desolada ­
El olor dominical nos forraba
con la gruesa capa de la decepción
que sigue a una expectativa
sin meta específica.


Pero, entonces ¿cuándo? En un lugar anterior a la memoria
hubo felicidad, una expectativa irresistible
que todavía nadie había sido capaz de defraudar.
Entonces las campanas significaban que papá estaba en casa,
el bigote, las negras cejas y el olor a tabaco mascado
estaban allí y allí quedaban, en un lugar cercano,
y quizá la risa de tu joven madre
sonaba más alegre que los otros días.


Es domingo. Tú nunca encontrarás
un nuevo amor ese día.
Estás sentada en el cuarto de estar
apabullada y rígida como una figura de cartón
a los ojos de los niños.
Escarban con los pies
y se pelean sin energía.
«Deberíamos hacer algo», dices.
«Sí», dice una voz detrás del periódico.
Entonces os calláis los dos, porque todo lo que tenéis ganas
de hacer es oculto y secreto
y sería inaceptable para el otro.


Las campanas de la iglesia suenan. Las narices de los niños
se llenan de desesperanzado olor heredado.
Sobre sus dulces rostros se desliza
una fealdad pasajera.
Una luz marchita
nace en sus ojos.


Pero todos esperamos el domingo
toda la semana, toda nuestra vida,
esperamos la ilusión de cientos
de largos domingos vacíos, agotadores.
Día familiar, día de pensión,
el infierno de los amantes secretos.
Ese día en que la nauseabunda grisura de los adultos
impregna a los niños y establece
la incomprensible melancolía dominical de los años venideros.

Tove Ditlevsen


(Traducción de Francisco J. Uriz)

sábado, 17 de mayo de 2008

De cómo cuidar un dragón de madrugada.

Pecho nuestro. Tu pecho izquierdo sabe de la existencia de tu pecho derecho. Tu pecho derecho sabe a gloria. Entre tus pechos caben los míos, acoplados perfectamente como piezas de Lego blandas, rosas, más redondas, más obvias. Mi pecho izquierdo no quiere separarse de tu pecho derecho, el que sabe a gloria. Mi pecho derecho confunde tu pecho izquierdo con el derecho, y sabe que le sabe a gloria. Me gusta ver tu sujetador y el mío juntos, tirados por el suelo o en una silla, henchidos de este amor de Wonderbra, manchados de pezón y nimbo, acoplados perfectamente como vidas de Lego suaves, blancas, más bordadas, más novias. (Gelen)

En los últimos tiempos venimos escuchando diversas teorías sobre los cuidados óptimos que se deben suministrar a los dragones de madrugada. Para evitar actitudes erróneas y usos confusos, me propongo mediante unas normas sencillas, dictar las fórmulas idóneas para que vuestros dragones de madrugada se conserven sanos, lustrosos y sus fauces continúen emitiendo ese fuego tan beneficioso para las mentes atribuladas.
Para los malpensados -que los hay- añadiré que estas normas están contrastadas con la Unidad de Servicios y Medidas de Londres, ciudad Real y Baracaldo y sus principios están inspirados justo sobre el meridiano de Greenwich, donde gotea la sangre de la nariz en un viaje de Bilbao a Barcelona. Quedan realizadas estas advertencias.

Como sabéis los dragones de madrugada manifiestan una tendencia a la invisibilidad. Estad atentos entonces, es esta una clara señal de falta de cariño, de diálogo, de controversia. Debemos rociar un televisor de treinta pulgadas con alcohol de romero y darle fuego. La combustión y posterior radiación del tubo catódico, o lo que quede de él, activará las células urticantes del dragón y conseguiremos así ese brillo verde tan beneficioso para su rugosa piel, similar a la del cocodrilo adulto que conocí el pasado verano en la venta del Carbón en Medina Sidonia, provincia de Cádiz, y qué, por cierto, era muy cariñoso.

Pero, ¿qué haremos si nuestro dragón de madrugada quiere volar y se tiende junto a las ventanas esperando la más mínima ocasión para saltar a la noche de Sevilla? Como sabemos, es ésta una delicada situación. Todos hemos sufrido alguna vez esta tendencia del dragón que a mí, lo confieso, me pone de los nervios. La solución es bien sencilla: cadenas. Sí, sí, como se lee, cadenas. Hay que atar al dragón de madrugada por el cuello con una gruesa cadena fijada a un clavo en la pared que da al norte mientras se le susurra justo debajo de la oreja derecha – que es, por otra parte, su zona más sensible- lecturas de este blog. Ignorar sus lloros y lamentos, son fingidos. Mientras se le requiebra, deberemos leerle, sin piedad, con saña, varios post hasta que se calle del todo. Como comprenderéis es ésta una delicada operación ya qué a veces, por el exceso de celo, el dragón de madrugada muere de aburrimiento y vaya usted luego a reclamar a la Confederación de Dragones. Resumiendo, hay que leer lo justo, con voz clara pero sin cebarse. Y no hay -lógico- voluntarios para estas actividades, debe hacerlo el mismo dueño y cuidador.


Ahora, tomad nota de los siguientes consejos:

.- Los dragones de madrugada son sensibles y no debemos someterlos a lecturas continuas de blogs que no sea el propio. La crueldad tiene un límite. A veces, dos.

.- Si el dragón de madrugada se clava una espina en la garra, debemos llamar al teléfono particular de Androcles y solicitar el servicio de desespinado urgente. También Fher Olvera de Maná y Carlos Santana conocen métodos referentes al corazón espinado. Yea.
.- Vigilad si vuestro dragón de madrugada segrega un amarillo líquido viscoso, de apariencia y olor desagradables, no hay que preocuparse, se trata de una fuga leve del conducto sinovial. Usar Kleenex, pueden comprarse en las boticas o en los vendedores de los semáforos.

.- Es posible que el dragón de madrugada esté perdiendo pelo -ay, aquel flequillo que adornaba su frente-. Es normal, nos pasa a muchos. Boina vasca o sombrero cordobés -Córdoba de España-, de venta en las principales tiendas del sector. Se aconsejan tallas grandes y no tomar el sol en la parte desnuda (me refiero a la cabeza). Y no hay más remedios (para lo del pelo. Bueno, quizás rezar)

.- Por último, debemos evitar, en la medida de lo posible, la exposición de nuestro dragón de madrugada a la perniciosa influencia de la música, el teatro, los monosílabos, el arte zen, la filatelia, el cultivo del hongo de gnomo, el comercio carnal con dragones de otras especies, sobre todo si son hembras, la dispersión del jabalí de Erimanto y el uso abusivo de la hipérbole. Y misa, no llevarle nunca a misa, que vaya él si quiere.

.- Si el dragón de madrugada ponzoñoso nos muerde se acabó. El mío ya me ha mordido, lo veo todo borroso y me tiemblan los dedos. Por eso escribo así. Ya. Hasta otro día.


DíA DAS LETRAS GALEGAS

Cada 17 de maio Galicia honra as súas Letras e a súa Lingua.

Este 2008 a


Xosé Maria Álvarez Blázquez


Naceu en Tui (Pontevedra) en 1915, e faleceu en Vigo en 1985.

Escritor en lingua galega e castelá, Álvarez Blázquez é fillo de Darío Álvarez Limeses, milito una Federación de Mocedades Galeguistas e no Partido Galerista. Xunto con Luís Viñas Cortegoso fundou a Editorial Monterrey no ano 1950. Xa en 1962 ingresou na Real Academia Galega e dous anos despois, en 1964, fundou unha nova editorial: Edicións Castrelos.

Da súa obra en galego destacan a colección de relatos Os ruíns (1936) e A pega rabilongo e outras historias de tesouros (1971), no xénero da narrativa infantil. Entre a súa obra lírica, o poemario, realizado xunto co seu irmán Emilio, Poemas de ti e de min (1949), Roseira do teu mencer (1950), Cancioneiro de Monfero (1953), unha das obras claves do neotrobadorismo, Romance do pescador peleriño (1954), ademais de Canle segredo, escrito no 54 e publicado no 76.

Como ensaísta, publicou Escolma de poesía galega II: A poesía dos séculos XIV a XIX (en 1959), Escolma de epigramas (1968), e Escolma de poesía medieval (1975).

En castelán Álvarez Blázquez publicou a novela En el pueblo hay caras nuevas (1945).

A RAG, basea a súa decisión de homenajear coas Letras Galegas 2008 a Álvarez Blázquez por ser "o exemplo perfecto dun home polígrafo, erudito e interesado pola historia, a arqueoloxía ou a literatura", e destacou tamén o seu "importante labor" como

Ise neno da rúa

Non é certo que os nenos teñan fame
Non pode ser.
Ben o sabedes todos
os que andades no mundo atafegados
á percura do pan dos vosos fillos
Ises outros que vedes pola rúa
pedindo esmola,
non teñen fame, non, porque daquela
vos teríades morto de vergonza.

E ben vos vexo andar nos vosos coches
ou nos tranvías, a berrar de cousas
estranas, -¡viva, beba, baba, buba¡-
sen reparar naquil esfarrapado
que coa moura mauciña está petando
na porta de ferro.

Por iso penso que non é verdade
o que algún caviloso di dos nenos
que andan así petando pola vida
-¡Non, home, non¡- lle dixen a un de aqueles-
A xente pasa leda......¡Fora boa
que andivesen a rirse dos seus crimes¡


viernes, 16 de mayo de 2008

Luces sevillanas.

De la palabra hacia atrás
me llamaste
¿con qué?

(Valente)


Aquí estamos, hoy también, en un día entre tantos, uno más, un viernes que nos palpa con las yemas de los dedos los intersticios de la curiosidad, un escrito que sugiere, busca, se descubre, escucha ecos, da dos pasos atrás, salta en su espacio, va y viene, texto equilibrista sobre un cable suspendido entre las riberas del Guadalquivir, se aburre de contar, aplaudimos, sigue, vuela, mira, dice lo que dice y más.

A veces calla, y dice.

Este es un juego tan serio que inventamos las normas cada día, nos las saltamos, vivimos, descubrimos un mundo en cada esquina, se nos rompen los labios de besar el viento, se nos rompen las uñas de quitar piedras a los sueños guardados en cajones ocultos, en armarios de habitaciones oscuras, en casas luminosas, en ciudades cada vez más blancas, más llenas de gentes de todos los colores.

Solidario, reivindico la figura, la mirada libre, el cuerpo, su vacío, los ojos tanteando más allá de lo que ven, la memoria de cuando no, la facultad de contar el ahora. Esta es una alabanza a la vida, a cantar como puedo, a subirme a la Giralda y mirar Sevilla desde una esquina, mirar las calles, ver el horizonte parcial de Andalucía.

Este es un juego tan alegre que imaginamos rostros perfectos, sin lágrimas, sonrisas de ilusionista, oropéndolas cantando al amanecer, perros de ojos tristes lamiéndonos las manos, un gramófono de aguja malherida, un bolero cantado entre las ruinas, el azar de encontrar lejos un milagro que nos acerque y nos deje, expectantes, ante el límite del futuro y la memoria, cuerpos desnudos en la nieve, han alargado los días, no sé si la noche llega a las ocho o a las nueve, no sé si llegará la madrugada.


De momento, esto, a vuestra salud.


Glup 2.0


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