Thomas Bossard (French, born 1971)

jueves, 30 de septiembre de 2021

Drive

 



Ay, ay, ay, la mitad de los días es añorarte, la otra mitad es desearte, entre medias arden los almanaques y el tiempo se cansa con manos de níquel y ojos de químico, esperándote mientras Van Morrison canta lo que siempre canta, serio, taciturno, tan profesional y antipático, tan sieso, empieza el  frío ahí, aquí y pesar de todo en una esquina arde un corazón y  busco el tuyo, atolondrado como un niño pillado mientras robaba un pastel del escaparate de una pastelería en el aire y tú vuelves con perfil de manzana pisando las losetas redondas como cuentas de un rosario con el que rezo para que no dejes de amarme, nena, que navegamos en nuestra piel como dos niños perdidos en el laberinto de querernos y no quiero encontrar la salida, me basta con correr sobre esta cinta sin fin de la alquimia del amor, como un ladrón de tu corazón, escondido en los callejones de frutas y acequias, con besos robados en un portal y enanos taciturnos saliendo de las alcantarillas del barrio viejo, que llevas en tus bolsillos las migas de mis últimos restos de cordura, que camino por los suburbios de mí mismo con un colador en la cabeza despejada pero llena de ternura para extenderla como mantequilla por tus oídos, por tu ombligo,  por el agobio, por esa voz lejana que utilizas cuando estás desencantada y que tanto miedo me da, que anoto el último suceso, el de hoy mismo, quererte y me voy a la cama no sin desearte antes este buenas noches solo para ti, esperando que tu resistencia al sofoco cuando me lees así, como un apasionado de la cuadrícula inferior derecha del plano, como el conductor de un autobús de palabras infatigables, anda, duérmete, deja en la mesilla ese libro de las mil maravillas con fechas anotadas en rojo sangre, tú y yo somos el milagro, la mitad de los días es añorarte, la otra mitad es puro deseo, que descanses, amor. 

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Fuga

Sam Francis


Resulta que estaba ahí, en alguna parte, no apareció por sorpresa.

El resto es una historia donde están metidos, les sube y baja, les lleva y apenas pueden dejar de mirarla, tanto les atrae, les atrapa, les ata, les libera, les emociona, les une.

Dice esto y sabe que no es lo que quiere decir porque no tiene palabras para definir el milagro que se ha producido entre ellos, esta mutua atracción que les enfrenta como en un espejo donde se miran y se beben, atónitos que sea así, de toparse con que la vida tuviera este recodo para saber más, para encontrar un misterio que brilla, una verdad, un acertijo, porque… ¿por qué ahora?, ¿por qué a ellos?

Tiene una incertidumbre, ¿hasta cuándo?

Pero mientras se apoyan en las columnas clandestinas, se abren el corazón, se cuentan la vida a chorros, lo más íntimo, lo que nunca antes han contado y se comprenden, se quieren más, se saben, se miran confiados y gozosos, nuevos, otros, amigos, hermanos, agotados de tanto amarse. Se viven.

Aunque él, en el fondo de su alma tiene miedo de defraudarla, de no llegar, de no saber, de no culminar la faena, como un mal torero al que se le escapa el toro y lo devuelven a los corrales.

Pase lo que pase, no quiere pensar en ello, no ahora, quiere seguir así, sin saber el truco, el engaño del prestidigitador, por qué salen tantos objetos de la chistera, por qué aparece un piano colgado en mitad del escenario, por qué están los dos tan absortos en ellos mismos.

Y sigue la fuga silenciosa.

martes, 28 de septiembre de 2021

La atracción del abismo

 


CJC


Decía Camilo José Cela: “No te olvides de que los mayores placeres de la vida si quieres vivir durante mucho tiempo son comer, joder y caminar“. Como bien, variado, camino todas las mañanas por montes alrededor de Bilbao… Poco a poco voy hacia una vida diferente que cada vez se parece más a la de antes, el viernes puedo ir al futbol, el sábado tengo concierto de jazz, los miércoles doy grandes paseos con dos personas a las que quiero desde la infancia. Solo me faltan, ay,  algunos “amigos”, antes de la pandemia pensaba que los tenía pero no, resulta que eran circunstanciales, solo para tomar vinos, solo para reír. En marzo del 20, cuando empezó el confinamiento  uno me llamó por teléfono y dijo “que pena, Pedro, con lo que nos divertíamos contigo, estás justo en la franja de riesgo, te echaremos en falta”. Esto como broma podría ser graciosa pero a mí no me hizo ni puta gracia, que se muera él… De vez en cuando tengo impulsos de empezar a hostias a diestro y siniestro, pero me las aguanto sobre todo con los que son más altos que yo. De vez en cuando tengo impulsos de dejar estas historias para no dormir de FB y similares pero me las aguanto porque tampoco es cosa de ponerse estupendo… Voy a empezar a escribir del ahora real. Ya.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Tropa.

 



Nacer según dónde es importante, según de qué padres aún más, nacer en sí ya es importante. Luego viene que te den la comida a la boca o que te la tengas que buscar a mordiscos. No hablo de cuando las señoras mandaban a sus hijas a Londres (y ahora preguntas ¿a qué?), hablo de ahora mismo con un escrito para el lunes lleno de puntos suspensivos,  fíjate qué hora es y tengo la cama sin hacer. Este país está lleno de quintacolumnistas, de parvenus, de  jubilados adolescentes, de ignorantes que lo saben todo, de cuñados, de gente que grita, de chavales rompiendo escaparates con las tapas de las alcantarillas. Leo “Escrivá aboga por "un cambio cultural" para trabajar más hasta los 75 años”, un ministro de un pretendido gobierno progresista, la madre que lo parió. Me pongo de tan mala hostia que me voy a la revolución del botellón, no cambiaré nada pero por lo menos el cambio me pillará alegre. Estamos a un paso de que pase “algo” (¿más?). Joder que tropa.


https://elpais.com/economia/2021-09-27/escriva-cree-que-hace-falta-un-cambio-cultural-para-trabajar-mas-entre-los-55-y-los-75-anos.html

domingo, 26 de septiembre de 2021

Espacio panóptico

 Cualquier intento de determinar lo que es el referente de un signo nos obliga a definir este referente en términos de una entidad abstracta que no es otra cosa que una convención cultural. (Umberto Eco)



Este tiende a ser un espacio panóptico. Que desde ahí lo abarques en su totalidad. Que abras la (tu) ventana y veas las arterias del verso, cada músculo del cuento, los nervios del poema o el vacío, la estructura de las voces que se superponen, el grito que te llama, esas manos tendidas con dedos que señalan, hurgan, acarician tus ojos del (ayer mismo) 71,4% (es decir, hasta aquí).

Puede ser que la promesa de la fotografía robada, una trayectoria nómada de la mirada, un error, quizás, ginebra (*) o pérdida en el brezal de estas palabras, la simpatía te invite a llegar a otro escalón (7,8% y dos euros).

La evocación trasnochada desde Jeanne Moreau, Ava Gardner o Charo López, hasta aquella perfección de Cardinale en “La chica de la maleta” nos pueden llevar al 6,3% (de 2 a 5 minutos, una proeza).

"El cine relega a la mujer de 40 años, cuando deja de estar buena". Son palabras de Charo López

Ejercicio de alteridad, ponerme ahí, por ejemplo, leerme con tus ojos, ¿qué dice?, comprenderte/me, entrar en la franja del 5,4%, albores del 3,5%, demasiado, alteridad de nuevo y ser yo mismo este día nublado con Henri Salvador, Serge Reggiani y esos Michel Sardou o Cali que compre en Virgin de Champ Elysees, adieu Moustaki, Brel, Branssen, me dejo muchos, pero Rimbaud me empuja con su “Dormeur du Val” (abajo) y me voy a recuperar horas hasta el malvado amanecer del día siguiente. Gracias. (hasta aquí 0,7% + o -).

Sabemos que el tiempo pasa.


Una certeza.
¿Qué sabemos de las huellas?



Le dormeur du val


C'est un trou de verdure où chante une rivière
Accrochant follement aux herbes des haillons
D'argent; où le soleil, de la montagne fière,
Luit: c'est un petit val qui mousse des rayons.

Un soldat jeune, bouche ouverte, tête nue,
Et la nuque baignant dans le frais cresson bleu,
Dort; il est étendu dans l'herbe, sous la nue,
Pâle dans son lit vert où la lumière pleut.

Les pieds dans le glaïeuls, il dort. Souriant comme
Sourirait un enfant malade, il fait un somme:
Nature, berce-le chaudement: il a froi.

Les parfums ne font pas frissonner sa narine.
Il dort dans le soleil, la main sur sa poitrine,
Tranquille. Il a deux trous rouges au côté droit

Arthur Rimbaud

sábado, 25 de septiembre de 2021

60 $

 


Bajo la almohada abrir por la a, ah, que sudo a su lado, encendido, alterado, que busco el significado de enamorado en el tálamo, que miro su cuerpo entre sábanas, arrebujado, acoplado, muslos arriba, muslos abajo, bajo el vientre edredón inmaculado, cama, alfombra, pared, probamos así, hip-hop, hondo, golpes en la pared, gloria en los cielos sin doble significado, cansado, -alterado dije-, nylon negro, seda, antifaz, espejo, jadeo, ay, rico, un sueño, sin dejar huellas por si vuelven, estos hoteles son así, cuadros raros, -ámame entre las cañas-, besos de nieve, contar hasta trece, seguir, cerrar por la b, tumbado, derecha, izquierda, sentado, labios en el hueco del antebrazo, su pelo de frutas, rizado, no, sí, volteado, suave, suave, ahora ahí, acomodado, la marca del bikini, piel blanca, piel negra, palmada en las nalgas, ombligo, suspiro, hondo, me arrellano, aletargado, otra vez, no a la c, contrariado, exaltado, fuera llueve, o no, paro, el desayuno, se maquilla, se va, desencantado. Setenta dólares.

viernes, 24 de septiembre de 2021

Entonces llegó la oscuridad.

 


En la habitación flotaba un olor de fresas germinadas.

De la cocina llegaba la sombra fría del jabalí muerto.

La mariposa se posó sobre el durmiente.

No sin ternura, el verdugo apartó un mechón de cabellos que cubría su frente, afiló las palabras y, erguido, habló durante mucho tiempo en un lenguaje incomprensible.

La tristeza se aposentó sobre los muebles y las flores en el centro de la mesa.

La falta de serenidad asomó su zarpa y estableció un código nuevo, implacable, comenzaba la era del desconcierto.

El idioma como pretexto de la opresión, la voz antigua como arma, la burda comunicación con cien palabras, el ruin engaño.

Entonces llegó la oscuridad.


jueves, 23 de septiembre de 2021

¿Miedo?

 


 

En el equilibrio sobre una cuerda colgada desde el clavo de la conciencia de lo que tiene entre los dedos hasta la percepción de poder dejar de percibirlo, baila su ansiedad, justo ahí.

Le encanta que le desbarate, que le agite, que le sacuda, que no le deje dormido, que le sorprenda.

Le encanta incluso que le amenace.

Algún día ella se lo ha escrito y lo ha leído como una broma.

Pero no, le encantaría sentir –también- miedo.

¿Cómo han podido vivir sin conocerse antes?

miércoles, 22 de septiembre de 2021

En nada, domingo.

 


En el extremo del campo donde no llega el arado brota lo que dije, en el otro extremo germina lo que diré, en la mitad se mustian las flores, se entrelazan historias entre los pliegues de otras historias, se confunden en un círculo de hadas los desconsolados de alma y cuerpo, los maestros de aguas y bosques, un recolector ocasional de lirios,  Parker hace de sí mismo y un aroma de libertad y cilantro confunde nuestro olfato en mi ciudad abrazada a una ría perezosa, sucia, con peces ciegos y arquitecturas asomadas a su bajamar de barro y sombras de chimeneas. Ya es miércoles a este paso, en nada, domingo.

martes, 21 de septiembre de 2021

Prehistoria.

'La entrada de los hunos en Roma' (1887), por Ulpiano Checa.

Empieza el día, sube al caballo y levanta la espada señalando al frente, una tropa desarrapada le acompaña, le sigue, gritan y agitan sus armas, rugen las compañías de bárbaros, los rubios guerreros del norte, los taimados exploradores de la estepa, lloran las plañideras, golpean sus cacerolas los hambrientos esperando el botín, no saben que no, que no hay batalla, que él no es un enemigo aunque a veces se siente en el quicio de la puerta con cara enfadada, aunque a veces les tome de las solapas y les pida estrellas, visitas más frecuentes, unicornios.

Salta por el cielo tratando de capturar planetas, se pierde en sus estelas y ya no espera bajo la lluvia, bajo los árboles, no hace falta que diga nada, su ausencia dice que lo quiere todo, que no sabe lo que quiere, que quiere saber, que hoy, que mañana, que sí, que no, que la imaginación ¿qué?, nadie sabe lo que quiere. Y, realmente, ¿a quién le importa?, este post es ya la prehistoria.

lunes, 20 de septiembre de 2021

Ya hemos pasado Córdoba

 


Ya hemos pasado Córdoba y nos  encontramos con pasajes bellos, crípticos, amalgama de conocimientos y poesía.

Y, ay, la emoción.

Pasajes que cuentan, que cantan, sin recato, sin guardar para mañana, dejando sobre la mesa garbanzos y pétalos del cerezo, la sombra de un alcornoque y el vuelo de una cigüeña, la estela de un reactor en el cielo de enero y la promesa de lo que vendrá, de lo que puede venir a nada que nos lo propongamos.

Pero la emoción.

Si, la vista de esa vega sevillana desde un balconcillo de Carmona, aún no amanecía y llevaba más de 800 kilómetros de noche oscura, confidencias radiofónicas y M a mi lado, cantándome. Paramos ahí y el día se hizo.

Y la emoción.
Es importante, se tiene o no se tiene, se consigue o no.

También esconder el venablo dorado en terciopelo, que parezca pero que no, esperar el golpe certero, cuando el otro gire la cabeza, a traición, Vellido Dolfos emboscado en la puerta que da acceso a la emoción.

“¡Rey don Sancho, rey don Sancho!, no digas que no te aviso,
que de dentro de Zamora un alevoso ha salido;
llámase Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido,
cuatro traiciones ha hecho, y con esta serán cinco.
Si gran traidor fue el padre, mayor traidor es el hijo.
Gritos dan en el real: -¡A don Sancho han mal herido!
Muerto le ha Vellido Dolfos, ¡gran traición ha cometido!
Desque le tuviera muerto, metiose por un postigo,
por las calles de Zamora va dando voces y gritos:
-Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido.”

Se tiene o no, no se compra, es caprichosa, aparece detrás de los cedros.
Su ausencia nos tortura.

El resto será cosa de negociarlo, no vaya a ser qué.
Córdoba ahí, ya lejos.

domingo, 19 de septiembre de 2021

Juntando palabras

 


Cada día juntando palabras que si lo miras bien no dicen nada, solo el viejo juramento de estar aquí por puro orgullo, absurda decisión tomada cuando todo era diferente, todavía había ecos, gorriones, la mecedora de mi abuela, si rasco con la uña quizás aflore la tristeza, la humedad en la pared, la ingenuidad que siempre me ha defendido como un escudo, detrás de aquella barricada elemental todo era blanco, a veces viraba ocasionalmente a gris pero la niebla ocultaba los temores, las sospechas, no a mí, nunca a mí, ciego voluntario, miope aventajado, tapándome los ojos con las manos, no saber, nunca he querido saber, una manera de defenderme como otra cualquiera, ha pasado tanto tiempo que apenas puedo distinguir las mentiras, tite tihe tidi ticho tique ties titos tini tiños tinos tien titi tien tiden, sonrío, cuanto amor, cuanto miedo, pero todo era blanco, decorado o niebla, pintura barata o tramoya, una muralla de ternura, Ella nos defendía, lo logró, aunque ahora se me rompa el corazón, justo ahora que solo puedo juntar las piezas, saber lo que había detrás de la puerta, entenderlo y llorar.

sábado, 18 de septiembre de 2021

Jeanette Winterson

 


 "En la lectura es donde está lo salvaje."



Jeanette Winterson

¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?


Madera de boj

 


Hay escritores a los que su imagen pública ensombrece, incluso anula, su calidad literaria.  Para mí, por ejemplo, dos nombres (curiosamente ambos premio Nobel): Vargas Llosa (su “Casa verde” es un prodigio) y Camilo José Cela.  

Este verano he terminado “Madera de boj” (1999) que Cela escribió en Finisterre. con la fortuna de hablar con personas que le conocieron y trataron cuando vivía allí. Muchos le recuerdan  como una persona educada y más o menos cercana. El libro se entiende y disfruta mas conociendo aquella zona, sus paisajes, sus gentes, sus historias, sus costumbres. Está escrito con maestría, innova dentro de un estilo personal, original, rompedor, aunque no es de lectura fácil dentro de su aparente sencillez. Me ha gustado mucho, me ha enseñado y me ha reconciliado con el Cela escritor al que casi había olvidado.

https://www.revistadelibros.com/madera-de-boj-novela-de-camilo-jose-cela/

viernes, 17 de septiembre de 2021

Mientras llega

 


Mientras llega, pensaba despertar a otra dama en su calle aletargada, ser zahorí en su páramo, jardinero para sus huertas agostadas, recibir bendición de luz de su mirada, recorriendo mi cuerpo en desnudez que preparo en músculos que brillan, mis brazos que añoran las cópulas bajo la etérea cúpula del aire, techumbre de cielo, estrellas, gavillas de trigo, lechuzas en las ramas, rumor de otras noches, cuando la lengua buscaba el temblor entre sus piernas, cerrábamos los ojos y las manos recorrían a tientas sus leves pezones morenos, la línea de sus glúteos, los muslos tensos, la espalda estremecida, el hueco del cuello, sus orejas, la húmeda respuesta de su cuerpo, -ven – decía- que no puedo-...

jueves, 16 de septiembre de 2021

Papel de estraza

 

Jean-Michel Basquiat

Aunque no lo parezca  este decir de versos empaquetados en papel de estraza, contiene una sagaz arquitectura de miradas, de silencios en la mitad de un puente sin orillas. ¿Quién soy?, soy, lo sé ahora. Dónde voy está claro, la negra dama baila bajo la parra.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Dwon

 


No estoy down, no, no creas la mano aletargada sobre el candil, ni  la luz que ilumina los mechones del silencio. Escucha al extranjero que maldice entre dientes de plata y ventanas cerradas a la flor del tiempo.

Cierto, no debo suponer sentimientos amorosos allí donde solo hay educación, cortesía y un cuchillo al final de esa mano que llevaba el candil, que iluminaba el silencio, que aún palpa los intersticios de la distancia. Solo me queda ya rebuscar en la estela del recuerdo y pegar en la pared todas las cosas que de ella me hicieron feliz. 


martes, 14 de septiembre de 2021

Rumores

 

Rumores de poetas transeúntes en el quicio de la catedral, voces habitadas por mentiras y geranios, por perros ciegos, por nostalgias detenidas en la esquina del camino dónde da la vuelta el viento.

Ella abre la boca, canta y no me llega su canto, película muda detrás de sus gestos de actriz de un género pasado de moda.

No todas las mentiras son verdad y por eso me inventé en otro, enamorado.

Y estos versos.



lunes, 13 de septiembre de 2021

Jesús Marchamalo

 


 "A mediados de los años cincuenta [Julio Cortázar] hizo un largo viaje por Italia, viendo monumentos y trasladándose de una ciudad a otra en tren. Y cuenta su mujer, Aurora Bernárdez, que siempre compraba alguna novelita en los quioscos de las estaciones, para acompañar el viaje. Casi siempre era Julio el que comenzaba a leer, y cuando terminaba una página, la arrancaba y se la pasaba a Aurora, que a su vez la leía y la arrojaba después por la ventanilla del tren como un romántico pañuelo, la paloma de un mago."



Jesús Marchamalo 

39 escritores y medio


domingo, 12 de septiembre de 2021

Para borrarla

 



No guardes esta carta, sé egoísta, bórrala, no se la dejes leer a nadie, fugaz, para nosotros, una llamarada, tesoro y fuente, sorpresa, goteo del deseo sin verte, deseo sin tocarte, tocándote, que dices ah y te escucho, que piensas y te huelo, que ves y veo, que te inclinas sobre una mesa (¿ves cómo ves?) y te abrazo desde atrás diciendo, diciendo, acariciándote los muslos sobre la falda, bajo la falda, besándote el cuello, ciñéndome a ti hasta que me dices ven, y vamos, que bajamos las persianas y se hace el día y nos bebemos hasta la ebriedad de bebernos, de gustarnos, de cabalgarnos, de acariciarnos la espalda, de tenerte entre mis brazos y llegar hasta el cielo, más arriba, donde el aire nos falta y nos besamos, nos llenamos de besos, tanto rato, ven, abre las piernas, que no puedo aguantar más esa mirada, ese temblor, nadie llama, no despertemos, no hay nadie, ven, calla, que me pierdo en tu cuello, en las sienes, en tu pelo rubio, entre la línea que separa, que ya no separa, que nos une y nos duele, que nos hace gozar, que nos invade, que nos lleva a otros mares, que naufragamos, juntos, braceando, sacando la cabeza para respirar, un poco, ahogándonos de dulzura, de rabia, de mordiscos, ay, ven, ponte así, déjame verte, no me toques, espera, ven ¿y dices que no estamos locos? un poco sí ¿no?


Y ahora, borra esta carta.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Grieta

 



Comenzó en Burdeos, Francia, ahí fue el lugar exacto.

El pequeño Jean Jacques se escondía de sus amigos en unos de esos juegos que la mayoría de los niños actuales han olvidado. No quería que le descubrieran, estaba tumbado sobre una gran roca aún caliente por el sol del mediodía conteniendo la respiración. Para no aburrirse, con la uña dibujaba rayas paralelas en la superficie de piedra. Fue entonces cuando la vio. La grieta tenía apenas veinte centímetros pero en pocos segundos comenzó a ampliarse con gran rapidez. Jean Jacques se asustó y salió corriendo indiferente a los gritos de sus compañeros de juego que gritaban victoriosos que le habían pillado.

En la siguiente media hora la grieta llegó hasta el pueblo dividiendo en dos la rue Saint Catherine, allí donde se concentra todo el comercio, llenando de espanto a los abundantes compradores de sábado. Se tragó varios coches, a una señora mayor y al gato de Marcel que dormía bajo un semáforo.

Los noticiarios de las diferentes televisiones y emisoras de radio dieron la noticia del suceso llamando a la calma a la población pero advirtiendo que la grieta se adentraba ya en territorio español y que por el norte estaba llegando a París. Caprichosa, la grieta pasó a escasos metros de la torre Eiffel que desapareció en sus profundidades. Los muertos se contaban por centenares, desastres en vías de comunicación, casas y demás, las pérdidas económicas y materiales eran astronómicas.
En los tres días siguientes la grieta dio la vuelta al planeta dividiéndolo en dos caprichosas mitades que giraban por el universo al unísono con una separación de apenas medio kilómetro. Fue el momento de hacer balance, evaluar los daños, contar a los desaparecidos, reclamar a los diferentes seguros.

Han pasado varios meses y la situación se ha normalizado. La tierra sigue dividida y los habitantes de uno y otro lado se comunican por teléfono o a gritos. Se plantean diferentes problemas a resolver por los científicos, pero numerosos comités de sabios están concentrados en el tema de las mareas, de los océanos que se desparraman por los bordes, sin la sujeción de las riberas, de los ríos que fluyen directamente al infinito, etc. También grupos de juristas tratan de poner orden en la cuestión de fronteras, lindes, propiedades de las naciones o de particulares, esas cosas. Hay mucho que organizar, que actualizar.

Cariño, con todo esto no quiero poner excusas, pero es la causa por lo que hace tiempo no te escribo. No tengo momentos libres, este suceso absorbe gran parte de mi quehacer. Además la grieta me ha dejado en el aire y soy objeto de estudio por tres ingenieros rusos y uno japonés. No es que pueda volar, no, solo estoy en el aire, suspendido. Ahora estoy tecleando gracias a un complejo sistema de bluetooth. En cuanto logre estabilizar esta incómoda postura reanudaré nuestra correspondencia. Sabes que te quiero, nena.



viernes, 10 de septiembre de 2021

No leerías un poema en mi funeral

 

Sé que no leerías un poema en mi funeral. 
No ahora. 
Tampoco dentro de treinta años.

Entre las violetas fui herido...

Un poema que se burlara del cielo y del infierno. 
Esas cosas no son habituales. 
No en damas como tú.

La deshora...

Sería un escándalo para mis amigos. 
Si aún quedara alguno vivo. 
Y para tus hijos.

Caído del caballo de la dicha...

Por eso léemelo ahora. 
Con voz queda. 
Luego me iré, despacio.

Y ella, suave, recita a Borges:

“Para siempre cerraste una puerta y hay un espejo que te aguarda en vano...”

jueves, 9 de septiembre de 2021

Hans Magnus Enzensberger

 

 el otro

él ríe
está preocupado
expone bajo el cielo mi cara y mis cabellos
hace salir palabras de mi boca
tiene dinero y miedo y pasaporte
y riñe y ama
y se mueve
y lucha

pero no yo
que soy el otro
el que no se ríe
el que no tiene cara que exponer al cielo
ni palabras en la boca
a quien desconozco y es un desconocido de sí mismo
no yo: el otro: siempre el otro
que no gana ni pierde
que no está preocupado
i ni se mueve nunca

el otro
que se es indiferente
de quien no sé nada
a quien nadie conoce
ni me conmueve
ese soy yo.

1962

Hans Magnus Enzensberger

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla


Serie negra

 

Que me han invitao a un muro. Una amiga de aquí, de esto, de siempre, del rollo de la red. Como soy educadito y bien mandao voy. Nada, una disidencia de un grupo de amantes de novela negra. Comparto una (¿novela?) de un tal Gómez Jurado. Joder, cómo se ha puesto la peña. Debe ser que no es suficientemente guay, el Jurado ese, o yo, no sé. Qué carácter. Total, que a mí no me han insultado, ni a mi familia, pero he quedado como un pardillo de poco gusto o ninguno, un aprendiz de su olimpo sin posibilidades de entrar en el círculo selecto de los guapos, de los intelectuales, de los que saben. Bueno, otro muro será, de serie negra lo mismo no (o sí, pero hay que darme tiempo) pero de jilgueros sé un huevo y de gastronomía, de astronomía (en agosto vi la Vía Láctea y tres estrellas fugaces) y soy buen chico y hago los recaos sin olvidarme demasiadas cosas. Tengan cuidado aquí dentro que´l personal está muy agresivo.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Juan Pardo Vidal,

 


"Además, cuando lo piensa se da cuenta de que lo que le gusta del otro es ella misma. Nos gusta coincidir con el otro, nos encanta la zona sombreada de intersección, el lugar donde coincidimos en gustos, ya sean musicales, estéticos o sexuales. Lo que nos interesa del otro somos nosotros. Es decir, nos enamoramos de lo que de nosotros tiene el otro, lo cual no deja de ser una paradoja, porque el amor se supone que es algo ciego y desinteresado."

 

Juan Pardo Vidal,

La luz de la mesita de noche


Empatía

 


Nicolenko no se deja engañar. Yo sí, por cualquiera. Es lo que tiene una mala educación, que me lo creo todo, a todos. Por ejemplo a la ministra Ribera que dice que las eléctricas no tienen empatía con la ciudadanía y lo dice tan seria que debe ser verdad. No tienen empatía, ni piedad, ni vergüenza pero eso no lo dice, quizás porque ella es muy educada o muy ministra o porque se sobreentiende o por no perder una posible silla o por vaya usted a saber. ¿Recordáis a Gargantúa? Pues así es la ciudadanía, se lo traga todo. Un momento que me llaman al móvil.

Ah, es mi médico de cabecera, que no escriba cosas de estas que se me altera la glucosa. 

Solo una cosa, si la señora ministra no puede, si el gobierno no puede, a ver si la ciudadanía tiene que solucionar esta historia. No creo. Voy a consultarlo con el sanedrín de los jubilados.

Pues nada, amiguitos, hasta la próxima caricatura. 

(en la foto: Ribera (a la derecha), Gargantúa (a la izquierda), de Nicolenko no he encontrado)


martes, 7 de septiembre de 2021

Abajo y arriba.

 



Insomne, desvelado, pensando en esto y aquello.

Me asomé al balcón, detrás de las montañas llegaba el resplandor del fuego. Habían dinamitado el puente largo.

Miré al negro cielo, brillaban la luces intermitentes de un avión, yo iba dentro.

Por la ventanilla veía la ciudad iluminada, al norte un incendio, el avión apenas hacía ruido, me adormecí.

Fue entonces cuando nos dispararon, flores rojas junto a las alas.

Julia me dijo “duérmete”.

Desde el balcón escuchaba el zumbido de los proyectiles, salían desde el puesto junto al Casino.

Tuve miedo, abajo y arriba.

En el avión solo pensaba en volver a los brazos de Julia.

Así se fue la noche.

Ahora, camino del trabajo, no sé si el avión llegó.

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Bilbao, Euskadi
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