jueves, 31 de octubre de 2024

Cosecha tardía



LEILA GUERRIERO


Cosecha tardía

Una cosecha de fragmentos reunidos a lo largo de años que podría empezar con Anne Carson: “El deseo al cuadrado es amor y el amor al cuadrado es locura. / La locura al cuadrado es matrimonio”; seguir con Sharon Olds: “Entonces estábamos acostados respirando / como a salvo de un desastre, y por instantes / sin fin, sucedió algo sobre lo que / había oído hablar, se me ocurrió / que no sabía que era ajena / a este hombre, no sabía que estaba sola”; continuar con la frase de Adam Driver en la película Historia de un matrimonio cuando admite que ha sido infiel: “No deberías molestarte porque me acosté con ella, sino porque me reí con ella”; con Cristina Peri Rossi: “Salimos del amor / como de una catástrofe aérea / (..) Y nos despedimos con la vaga sensación / de haber sobrevivido / aunque no sabíamos para qué”; con Heather Christle: “Sufriste un desengaño / amoroso y lamento / que esperar el amor e imaginarlo / equivalga a poseerlo aunque sea un instante / de forma que cuando la imagen / no llega nítida una siente / no solo tristeza sino también una pérdida”; y con Philip Roth:“¿La gente cree que al enamorarse se completa? Yo no lo creo así. Creo que estás completo antes de empezar. Y el amor te fractura. Estás completo, y luego estás partido”; para acabar en este poema de Maggie Smith: “¿Qué puedo darte / que te sirva en la vida que vendrá, / que vivirás sin mí?”; o mejor en esta carta de Truman Capote: “¿Alguna vez viste, en ese paraíso salvaje que es la adolescencia, un atardecer, un ave silvestre o un paisaje que te produjera un terror exquisito? ¿Y no te preocupaba entonces, que el menor temblor, incluso el de una hoja impulsada por el viento, lo echara todo a perder? Así es, creo, el amor, o así debería ser: uno vive inmerso en un bello terror”; y terminar, ahora sí, con la gentil esperanza de Wislawa Szymborska: “Todo principio / no es más que una continuación, / y el libro de los acontecimientos / se encuentra siempre abierto a la mitad”

 


 

La invitada

 


Se publica tanto, tanto, que es muy difícil encontrar ese libro que nos guste, nos interese o nos deje sin dormir. La invitada, de Emma Cline. No sé por qué lo escogí. Un estilo ágil, cinematográfico, un tema oscuro, inquietante, un personaje central que intenta sobrevivir. La verdad es que lo empecé sin demasiadas expectativas y me ha convencido. Se puede leer, no defrauda.

https://www.zendalibros.com/zenda-recomienda-la-invitada-de-emma-cline/

miércoles, 30 de octubre de 2024

Parece primavera

 

Pizza Paterson, 1952. Saul Leiter.  

En estos días de un octubre que parece primavera no acaba de quedar claro si estas minucias que dejo en el polvo es lo que siento o lo que invento, si es un paraguas de colores o la debilidad de este momento concreto. Como mínimo es una doble trampa, la que me hago y la que hago a los ocasionales paseantes entre la maleza. No está definida la frontera entre lo imaginario y lo real. La verdad es que no me importa ser un fugitivo o el ansioso obrero que dormita en la sombra del taller. Al final es una cuestión de si importa o no. No importa. Queda claro ¿No?

martes, 29 de octubre de 2024

Final sin poema.

 



Se han abierto las puertas de mañana, el personal necesita un descanso, cambiar las paredes, los soliloquios en habitaciones circulares con imposibles papeles pintados, durmiendo con desconocidas que preguntan la hora y qué desayunaremos, presos de vivir, con un frasco medio lleno de pastillas de colores, con la memoria a continuación de la rutina, con suspiros como navajazos y el guiño de un felino, amándonos con desgana, sin aire, justificando este tiempo, este momento, el ahora de aire viciado  envuelto en sábanas negras, una semana de compañía y niños que lloran de madrugada en el cuarto de al lado, abrazados quizás por el miedo al regreso, la vida detrás de la ventana que da al mar, llegar después de los más rápidos, de esos, esparciendo sal debajo de las camas, en las esquinas, detrás del cuadro en la repisa, ella mirándome desde una fotografía en blanco y negro, todo lo que recuerdo está en blanco y negro, soy un gladiador herido que espera un gesto de gracia del emperador, extasiado en una poesía que no existe más que en mi cabeza, atado a un martes que no es, pintando firmamentos por encargo, purificando mis llagas, la lucha, violando las promesas, manifestando que no, soportando la crueldad del espejo del cuarto de baño, buscando musas por bosques arrodillados junto a un mar que se enrabieta, la mano en el corazón, la dulzura desparramada por una autopista sin radares ni unicornios, sin armonía, de un solo sentido, mi cuerpo al lado de una ella sin rostro, amándola con movimientos claudicados, inventando el placer del instante, el éxtasis, una botella de orujo en la mesilla, bebiendo un libro de poemas de Alba Cid.

 


lunes, 28 de octubre de 2024

No os metáis en mi territorio



Se llama writer’s block a esa dramática situación en la que el escritor no encuentra nada sobre lo que escribir, no le llega la inspiración. También se conoce como panne d’inspiration, blocage, crampe de l’écrivain, c'est fini.

Como muchos yo también escribo, sí, pero es una afición en la que ni siquiera tengo la oportunidad de sufrir ese writer’s block, pobre de mí.

Pero, por si acaso, "no os metáis en mi territorio" que diría Walter White.


domingo, 27 de octubre de 2024

Domingo



Es domingo. Quiere esto decir que el personal tiene otras cosas que hacer que visitar blogs. Lógico. Hay quién se va al monte. Hay quién se va a la Rioja a buscar mercados medievales, huellas de dinosaurios, catedrales románicas, árboles frutales o gallinas descabezadas. Hay quién se queda en casa con las persianas bajadas. Hay quién no leería ni en presencia de su abogado. Hay gente pa´to. Miro al cielo, nubes negras, no para de llover, ya veré dónde voy, si voy.

Disfrutar de lo que queda del fin de semana.


Oye, capullo, yo soy bombero y hoy trabajo.

Glup.

Y yo enfermera y tengo turno de tarde.

Glup.

Yo tengo tres años y no sé leer.

Glup.

Pues yo llevo dos horas esperándote, déjate de blog y vámonos.

Glup (y me voy).

sábado, 26 de octubre de 2024

Struldbrug


No quiero ser un struldbrug, no, no envejecer sin la muerte sentada en el zaguán, no quiero ser inmortal sin la ondulante juventud que se equivoque los días impares.

– Tú verás, morirás.
–Cierto, pero no quiero ser un struldbrug.
–Tú te lo pierdes.
–Vale.
–Pues eso.
–Ya.

En la primera fila del concierto, bailando sin lobos, gritando a la noche y al frío, entre los otros, solo, un, deux, trois, nous irons au bois, un atisbo, por ahí empezaba el sendero y sin embargo entré al profundo bosque de lo que iba a ser ¿me perdí?,  no hay vuelta atrás, a buenas horas, hay lo que hay y queda lo que quede,

–Joder, no quieres ser un struldbrug y te quejas, sigue nadando y calla.
–Je suis ennuyé, 


Los struldbrugs son aquellos humanos que, naciendo aparentemente normales, son inmortales, pero aún sin morir, siguen envejeciendo. Eso cuenta Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver Así se describe lo funesto de la inmortalidad sin la juventud eterna.  

viernes, 25 de octubre de 2024

Rubens

 

(Saturno devorando a sus hijos. Rubens)

 

Se para la máquina, con miel y licores alimentamos a los pájaros, todo tipo de pájaros, desde abubillas a oropéndolas, especies protegidas, apropiadas para contar lo que no es apropiado contar, la confesión, la culpa, lo del revés, nada. No se trata de cumplir los principios, los preceptos, lo que hace demasiado tiempo me propuse al empezar este trabajo/mentira. No hay literatura, es una suerte de salto al río en tiempos de sequía (1).

 

(1)   Como no haya agua el golpe contra las piedras del fondo es seguro ¿Dónde está el fondo


jueves, 24 de octubre de 2024

Joe Gould

 

Joe Gould

Por ejemplo “Los tres mosqueteros”  (¿qué dice este?), la primera temporada de “Breaking Bad” (de eso hace mucho, ¿no?, no), el último beso a la princesa (¿Dónde estará?, ¿con él?), la inacabada “Historia oral” de Joe Gould (¿quién fue? búscalo), el reencuentro con Simenon. Joan Didion, CJ Hauser, Emma Cline (todas mezcladas, al fin y al cabo…), el descubrimiento de la intermitencia del presentimiento (de la aprensión a la pura hipocondría) y así puedo seguir pero no, esto va de aquí hasta aquí, hoy. Señoras y señores, hagan juego (o no). 


 https://www.dailymotion.com/video/x8x3ibg

https://dai.ly/x8x3ibg

https://clubdelecturavirtualcyl.wordpress.com/2024/06/03/el-secreto-de-joe-gould/

miércoles, 23 de octubre de 2024

Niebla del Bierzo

 




Salimos a caminar al amanecer.

Un mundo quieto entre la niebla del Bierzo.

Sentada al borde del sendero.

 No sigo -dijiste-. 

Veníamos del desconsuelo.

El final aún estaba lejos.

martes, 22 de octubre de 2024

Entendimiento.

leszek bujnowski


Debo escribir para que me entiendas. Debo escribir claro para que me entiendas. Debo escribir claro para que me entiendas mejor. Debo escribir para que no me entiendas. Debo escribir ¿para qué? Debo escribir para que te entiendas. ¿Debo escribir? Debo escribir para que te entiendan. Debo escribir porque me entiendes. Debo escribir porque no me entiendes. Debo escribir para que no se me entienda. Debo escribir para que me quieras. Debo escribir porque me da la gana ¿entiendes? Debo escribir porque no nos entendemos. Debo escribir porque este otro yo me obliga. Debo escribir porque algo aquí dentro pugna por saltarte a los ojos, aunque no lo entiendas. Debo escribir para amortizar este derroche de entendimiento. Debo dejar de escribir porque ya me has entendido. ¿O no?

lunes, 21 de octubre de 2024

Váyanse a pasear

 


     Señoras y señores, déjense de gaitas y váyanse a pasear de una santa vez, miren la luna, el horizonte de agua o de tierra, mírense, crucifiquen el pesimismo, la noche está llena de luciérnagas, del cálido manto de la esperanza, olviden la virtud, pequen, vistan de blanco sus esperanzas y pequen sin medida, no hay infierno, me lo ha dicho un arcángel, solo hay miedo, me lo ha dicho esa que mira, la que me seduce para ir detrás de la cortina, no sé nada, iré, en equilibrio abro los brazos, nos hemos comido el fugaz septiembre  y ahora octubre, la Navidad nos espera, vámonos, ¿volveremos? (el oro es el regreso)

domingo, 20 de octubre de 2024

sábado, 19 de octubre de 2024

Cristina



Entre las sábanas que bordaba Cristina, escondido, abrazado a sus piernas, ajeno a los gritos de los vigilantes de fronteras del idioma, silencioso, con los dedos como parásitos y los brazos estirados.  

Los amenazantes espectadores de mi actuación, con sus puños ignorantes, con narices de deshollinador y botas de goma, están ya prestos a la denuncia o a la risa (no sé qué me molesta más).

Bajo aquel mar de popelín e infancia, pensaba en que mañana, de nuevo, seguiré la farsa. Este es un aviso para despistados, toda sea para perduren las palmas de mis manos en el cemento.  Que usted lo vea.

(Tú más.) 

viernes, 18 de octubre de 2024

Escozor.

 



Mujeres niña, esclavas del padre,
no pueden salir de la silueta,
siguen girando en el laberinto
con luz de un candil de estupor.

Mujeres mujeres colgadas del padre,
no encuentran la salida,
tantean su noche con un cayado,
adoradoras ante sagrarios esquivos.

Madres  niña presas de amor al padre,
no saben el misterio de su demanda
de su devoción prisionera,
manos tendidas al silencioso vacío.

Mujeres descalzas en el rellano
de una escalera imposible,
ahora suben, ahora bajan,
escozor del recuerdo.

La niñez sentada a horcajadas
sobre el caballo de la vida
que salta el obstáculo
de su propia vida.


jueves, 17 de octubre de 2024

Peter Poulton

  

 Peter Poulton

  No es bueno tanto ir y venir a la fuente con el cántaro en los brazos. 

No es buena la costumbre, la rutina, estar siempre, mantenerse, la fruta en el árbol, lo que es, las alabanzas, saber que sí, lo imprescindible.

No lo es porque no lo es, no.

Y punto.

Sé estas cosas porque las explica el cura de mi pueblo, sube al púlpito y nos ilumina. 
Menos mal.

Pero.

No son buenos los viajes a los labios de ella, vivir en su pecho de frutas, morir cada día entre sus piernas.

Sé estas cosas porque  me las dice despacio en las madrugadas sin gallos, cuando me miro en sus ojos y renazco. 

Tiemblo al mediodía cuando se va, no mengua mi adoración, sigue en mí.

Pero no es bueno vivir pendiente de sus idas y venidas. 

No es buena la costumbre de amarla sin medida.

miércoles, 16 de octubre de 2024

La historia de John Aguirre. (Final)



La vida sigue hasta la muerte.

Progresivamente John fue desarrollando branquias hasta que florecieron y se planteó cuál era su mejor forma de respirar. En el 2024 se equivocó, respiró por donde no era y murió por segunda y última vez.

Como ya dijimos sus padres habían desaparecido años antes.

En octubre del 2020 había fallecido Arantza víctima del covid o de un enfisema pulmonar que le produjo su larga adicción al tabaco.

Idoia murió a primeros del 2022, de algo, serena, rodeada de gatos y recuerdos.

No sé si me dejo alguien de la historia pero si sí, seguro que también ha muerto.

Es decir, que te mueres, en los cuentos y en la realidad, te pongas como te pongas, con un 100% de seguridad.

Mientras tanto, disfrutemos.


No sé qué haces leyendo estos cuentos absurdos.

martes, 15 de octubre de 2024

La historia de John Aguirre. (Segunda parte)



A primeros de julio del  año 2020, el mar devolvió a John Aguirre que emergió entre las olas de la playa de Laga, en Vizcaya, ajeno al gentío que abarrotaba el arenal. Nadie reparó en él. Se dirigió al puesto de la Cruz Roja explicando que había resucitado. Los musculosos socorristas a pesar de no creer sus palabras le facilitaron una camiseta blanca, un pantalón corto, un billete de metro hasta Gernika y una escueta colecta de euros.

Se dirigió al antiguo domicilio familiar. En el buzón para la correspondencia figuraban nombres que no le decían nada. Se fue.

Su siguiente búsqueda lógica era Arantza. Sorprendiéndose de lo cambiada que estaba su ciudad caminó hasta el centro. Su figura aún atlética, las barbas y su  indumentaria no llamaban mucho la atención debida a la variedad de gentes y razas que poblaban Bilbao, una ciudad cultural. Sentado en un parque vio salir y entrar a los vecinos actuales del portal donde antaño vivía Arantza, ella no aparecía. Al final de la tarde una anciana encogida y mal peinada, con un perro ladrador, enano, le recordó vagamente a la que fue su novia. Se marchó, confuso.

John hizo una raya en el asfalto y corriendo por las calles buscó a Idoia López, gritó su nombre. Había tantos hombres gritando por las calles que apenas se entendía su desesperación, se mezclaba su angustia con la de tantos. Varias horas después, cuando a punto estaba de volver al mar, desde una ventana una mujer le hizo señas. Sabía que volverías le dijo desde la puerta de su buhardilla. La noche fue corta y cálida, apenas hablaron, no había tiempo para las palabras, se amaron con tanta dulzura que las paredes rezumaban letras de canciones hippies y flores, los gatos bailaban en los tejados y varias estrellas fugaces rompieron el cielo en siete partes. Qué bonito.




 Notas:

  • ·         A me dice que esta segunda parte es absurda, que recuerda la historia de aquel pianista mudo que reapareció al cabo de los años.
  • ·         T dice que lo resucite en pez, en besugo concretamente, pero me recuerda a una película de Tim Burton.
  • ·    Escribo sabiendo que me estoy resucitando y que no sé cómo reubicarme, que invento lo que siento y que la vida pasa demasiado rápido debajo del agua 

lunes, 14 de octubre de 2024

La historia de John Aguirre. (Primera parte)

 



John Aguirre era culturista, narcisista, equilibrista emocional y un gran nadador, lo que no impidió que el primer domingo de julio del 1995 desapareciera en las aguas de la playa de Laga, Vizcaya. Los amigos vieron con admiración sus poderosas brazadas entre las olas y con preocupación que no regresaba a tierra.

Sus padres, su hermano, sus familiares, los vecinos le buscaron sin descanso, sin éxito, le lloraron con amargura. Aún sin resignarse, cada año, en julio, dejaron flores en el acantilado frente a la isla de Izaro.

John mantenía una relación sentimental con Arantza Malaxechevarría, una bella mujer que le añoró unos pocos meses para después casarse con un capitán de la marina mercante qué, curiosamente, murió ahogado en las costas de Trinidad Tobago.

John era inquieto y también mantenía una continuada e intensa relación sexual con Idoia López quién al no ser la novia oficial mantuvo un elegante silencio si bien su corazón estaba plagado de intenso dolor ya que del roce nace el cariño y de ahí al amor apenas hay un trecho. Idoia enlutó su alma y a pesar de que tuvo varios novios, hasta seis, jamás olvidó a John.

El tiempo pasó y cada uno siguió con sus asuntos. Cuando los padres de John fallecieron se terminó el ritual floral. Su hermano heredó. Como dijimos Arantza, viuda, tuvo una flaca memoria. Idoia, tan sentimental, mantenía una vela frente a la fotografía de un John eternamente joven.

Hay varios nombres más, femeninos, pero no son el motivo de esta historia que sigue mañana.

domingo, 13 de octubre de 2024

A voces

Inescapable State of Dream. Berlin. August 2023

"El secreto de la felicidad está en exprimir una habilidad"(Punset)

Puede ser.
Define habilidad.
(Aunque la constancia.)

¿Para qué sirve todo esto?
Entro a buscar una farmacia de guardia para lo mío y me dan las doce, los nombres se repiten, bajan las visitas, las llamadas, las preguntas, es este un tiempo de cambio.
Es una pregunta.

Cambiemos.

Ana María Matute considera que escribir es “siempre una forma de protesta”, no necesariamente política o social, a veces “contra uno mismo”, y también una manera “de decir las cosas que todos sabemos y, si no sabemos, intuimos”

Tomemos un ejemplo:

Desde el balcón del observatorio mido la distancia a la realidad, la cresta de los gallos, desdeño la palpitación de la vida que adivino detrás de las cartas todavía no leídas, temo a las sinuosas bestias que merodean frente a la puerta de hierro y madera, acoto parcelas en la tarde pelirroja, arrojo lastre por los ventanales, no remite el ardor, la mentira tiene forma de herradura y lombrices.

Quisiera besar tus mejillas.  

¿Es esta una forma de protesta?
Algo ocurre, o Ana María Matute protesta demasiado o este es un lugar equivocado.
En cualquier caso me voy pero volveré, tú nunca dudes de mí, Norma mía.

Ya no sé qué.

sábado, 12 de octubre de 2024

Clara Peya - Nana para mí feat. Sílvia Pérez Cruz

Mozart - Cavatina L'ho perduta

Brandon Som

 



Qingming
Frente a su registradora, mi padre mantenía un bolígrafo
detrás de la oreja para vales y cheques cobrados.
¿Cómo llaman a ese espacio?
Arroyo y peineta, pistolera y pequeño
florero; su broche a veces una pinza
para un cigarrillo, esos cigarrillos sueltos que Eric Garner
presuntamente vendía en una esquina afuera de una tienda
como la de mi papá, por fuera de los paquetes duros
y blandos gravados por el estado que yo de niño mantenía
surtidos en su vitrina, sus hileras en columnas un ábaco
encima de nosotros. Visito la tumba de mi papá
en su hilera de granito de sepulcros de tenderos
que dicen Harlins, que dicen Garner, que dicen Floyd,
demostrando respeto con dumplings envueltos en papel de aluminio
en el humo espectral de la quema de dinero para los espíritus,
esos billetes de veinte que mi papá miraba a contraluz
buscando la marca transparente, a pesar de la falsificación
de nuestro nombre en el papel, su papel picado
y vales, su empleo secundario y sus embelecos.
Las esquinas son espacios con ángulos, espacios
con aristas. Recuerdo a mi padre cascorvo
detrás de su escoba-rastrillo o recostándose
a una plataforma rodante de Modelo & Mickeys para mover
las hileras de la tienda, para surtir la alacena fría.
Aunque aún no lo sabía, estaba aprendiendo
el papel con todos sus nombres: la pasta de papel y la lechada
de las sílabas, cómo guardan silencio, incluso
cuando las pronunciamos. Preferible oír encender una cerilla
y el raspado de un tiquete, mientras barro lo abstruso,
las fricativas de esos caracteres cincelados
que mi papá no podía leer, salvo ese pergamino en la piedra
como los recibos de su registradora. Preferible escuchar
dentro de esos espacios innombrables que conjuran a nuestros
difuntos, que nos piden que hagamos algo más que afligirnos.
 
Brandon Som

viernes, 11 de octubre de 2024

Parker se reconoce

 

Chema Mendez

Sí, ella fue allí

Dice que sigue sin haber cura (para el amor).

Parker no sabe si es un juego de palabras, si le envía mensajes escritos con zumo de limón y ambrosía, si todo se ha solucionado o si la rebeldía se ha disfrazado en un psss y sigue la fuga silenciosa.

Sabe que hay cura.

El mismo se curó y desde entonces se ha perdido.

Se perdió una noche en Tarragona, la luna entraba por el ventanal del patio mientras ella dormía entre sus brazos. 

Parker, insomne, sentía su respirar pausado.

No recuerda qué ella

No quiere recordarlo (la).

No sabe si toda esta historia es verdad, si se la inventa, si ocurrió, si sigue siendo aquel, si alguna vez lo ha sido, si sigue cobijado en un sueño.

Acompasa sus anhelos con complicados juegos florales.

A veces se reconoce.

jueves, 10 de octubre de 2024

Parker y los aullidos

 David Seymour. Austria, Vienna. A prison for juvenile delinquents. 1948
 

Cuando Parker se queda atrapado en el círculo del No, con los sentimientos cortados y sangre en una bandeja de plata, se convierte en apenas un fantasma que acaricia ese cielo azul de California en el que los rudos vaqueros no lloran en público, gozan de una buena asistencia sanitaria, comen tortitas con miel en la intimidad. Entre la libertad, la fraternidad y la igualdad, Parker escoge la facultad de las cerezas, la alegría de ser bajo la piel. Entonces, ¿casualidad?, anochece, termina la película y Parker, montado en su caballo blanco, se pierde en el horizonte mientras los chacales aúllan en la llanura.  Gerónimo había muerto en Oklahoma un 17 de febrero de 1909.   

miércoles, 9 de octubre de 2024

Parker y las abubillas

Gihun Lee - Masquerade 41, 2024

Debo decir y digo que a Parker le importa un carajo la línea Maginot, la intranquilidad por la reproducción de las abubillas, el estado de cuentas de las avariciosas princesas turcas y el ladrido de los perros que envejecen. No por indiferencia o desapego, no, con el tiempo ha aprendido que la ruta migratoria de las cigüeñas es inalterable, ya llueva o un rastro de diamantes desde el ombligo a la base del cuello se retuerza en resplandores de ternura. Es así, las cunetas siguen ocultando los muertos de entonces y la esperanza de ahora, bajo los harapos de Parker la retórica se clava un puñal entre las costillas.

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