sábado, 27 de julio de 2024

Sartre

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Bidders at Sotheby’s auction rooms in London, 25 February 1954; Photo by Jane Bown


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"Y en realidad se ha empezado por el fin..."

Sartre, La Náusea.


Empecemos pues por el principio. 

Fin.


Es un juego, uno escribe algo y otro deja pasar la vista por encima como quién va a buscar caracoles después de la lluvia. Y otro. Otro. Y. Otro. Etcétera. Hasta que una lee detrás, dentro de ese algo y lo siente, entiende, puede palpar la palabra y su cuerpo, identificarse,  el todo, el principio, lo sabe en su sangre, en la aorta, en los nervios entrelazados al músculo, ahí donde los antiguos decían que convergían la emoción y lo desconocido. Aquí amaso con torpes manos el barro de no saber, pero sigo intentándolo hasta que rompa la cáscara que oculta al que soy.  


Vaya historia, oye, no te rías que te veo.

viernes, 26 de julio de 2024

¿Estamos en Cuenca ?


Quién practica la escritura de/para  blog tiene algo de banderillero, se enfrenta con tan sólo dos pequeños palitroques de entusiasmo, casi a cuerpo limpio, al enorme toro negro de la inseguridad sobre que lo expuesto en la página tenga calidad, sentido, cumpla unas mínimas normas -incluidas las gramaticales- saber quién te lee, cuántos, cómo,  qué demonios entienden. 

Aún así se aprende a sortear las embestidas de la duda con quiebros y molinetes (casi) literarios, buena voluntad y una afición sin desmayo. Los más osados lo llaman vocación. 

En cualquier caso es un ejercicio solitario y complejo, no apto para cobardes, sin el peligro que nadie te tire tomates o lechugas, con la dificultad de no saber si por ese camino se llega a Cuenca, a Pontevedra o si estamos donde estábamos. 

De momento, estamos.
Aúpa.

jueves, 25 de julio de 2024

Alessandro Gottardo

 

Alessandro Gottardo

Me falta contar parte de lo de agosto pero cómo, si todavía no ha empezado, cómo sin haberlo vivido, sin saber si. No se puede inventar un corazón, no se puede juzgar lo del futuro, no sin votar en contra de todo, no.

No.

Escuchamos a los expertos la enumeración de los hechos, los inválidos sentados en la silla de su desgracia, los días que se abren como llagas, palabras que no dicen nada, decencia, coherencia, no me consta, realidad, a buenas horas.

Lo pensaré.

El nieto del honrado contable, la pesadilla de los de siempre bajando del Pindo, David Sylvian entre tantos y tantos, los siete nombres para designar aquello que no se entiende, lo fatídico, la impaciencia.

Hay que ver.

Las tribus ordenadas por apellidos mientras los gusanos se comen la esperanza, los escalones que nos bajan al sótano de las alegorías, las catacumbas donde se esconden las hermandades, el animal asiático, yo.

Dejemos que, uno a uno, pasen los días de julio.

miércoles, 24 de julio de 2024

Quid pro quo

 

Julia Soboleva (Latvian,b.1990)

A mi (casi) amigo poeta o eso se dice. 

Quid pro quo. Es decir que publicar un libro, tres, mil, no es garantía de nada, la emoción, cariño (sí, sí, es a ti), el temblor en las axilas, en la ingle, esa sensación que te dice que ahí está la poesía, estremecerse, el resto es apenas humo, trabajo para desocupados, para ombligos que se expanden y nos dejan ciegos para lo que no sea el yo y no, no, no, la poesía está en los otros, en la mirada de otros, es cierto que el espejo nos dice que somos los más guapos del pueblo pero suelen mentir, quizás no siempre pero a menudo. Quid pro quo. Está la palabra y está la educación, está el saber hacer y la cortesía, la mentira y el disimulo, el abanico y sus normas, la navaja barbera, clavarla justo debajo de ese ombligo del que hablamos y tirar hacia abajo, desgarrar músculos y llegar a los intestinos, siempre mirando a los ojos al desgraciado que no se espera ese acto criminal. ¿En la muerte está la poesía? No. Ayer me cené un diccionario y he dormido mal, se me clavaban las vocales en la glotis y me siento no sé. Quid pro quo. Nos queda la palabra, claro, pero a veces los sordos nos obligan al clamor, alharacas, pamemas, esas cosas me producen mal humor y sed de venganza, por eso quizás sigo entre barrotes que me compré en las liquidaciones de Leroy Merlín. Demasiada extensión, pues eso, que hoy por ti y mañana por mí, que no cuesta nada y quedas bien, o casi, siempre que el que recibe la línea de compromiso sepa leer (entre líneas). Pero, ay, para eso hay que ser, antes, es previo, antes de ser lo que sea hay que ser. Lástima, eso no se aprende, viene de serie. Otro poeta será, qué le vamos a hacer. Lucas 7:22 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 22 “Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.” Quid pro quo.   

martes, 23 de julio de 2024

Las tortugas y yo

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Las tortugas sueñan con un festín de paramecios lejos de la noche negra de los cocodrilos.

Sólo puedo pensar en ti.


Las tortugas aman bajo palmeras de verdades la mano gigante que desparrama relojes.

Una daga de añoranza me traspasa el cerebro.


Las tortugas telegrafistas se quedaron sin trabajo, reparten de oreja a oreja mensajes, confidencias, miedo.

Aún así, te amo, sufro y te amo.


Las tortugas ignoran otro horizonte que el borde de la bañera, reman contracorriente, tocan guitarras sin cuerdas, ríen a destiempo.

¿Cuántos años más me quedan en la prisión de quererte?


Las tortugas entienden todo a la tercera, no saben nadar son temperamentales y nostálgicas, son buenas hijas, lloran.

Bajo la misma ventana, canto la misma canción, a la única mujer.


Y mientras llegas -si llegas- las tortugas y yo beberemos ron en las rocas hasta el alba hueca sin tu sonrisa de mono.


Otro día sin ti, y van... 


Lo que tiene uno que aguantar. 

lunes, 22 de julio de 2024

Rocío

 


El rocío nos mordió de madrugada,

los mastines espantaron el rebaño de goces,

azafrán derramado en la mesa,

flores secas, música ajada.

La estancia era dulce, transparente,

sentí tus manos acariciar las mías,

te busqué el cuello con los labios

encontré la húmeda puerta de mármol,

nos miramos y el vértigo nos anegó.

Lloramos de tan felices.

Agitabas cascabeles en los tobillos desnudos.


 

domingo, 21 de julio de 2024

De película

 Tanto para escoger. 

Lo último. 




“A 20 pasos de la fama”. 

La vi “en su momento” y me gustó, me emocionó. He vuelto a verla y me ha entristecido. El documental no ahonda en la tragedia pero no es necesario, se adivina mucho dolor y desilusión, mucha renuncia y sacrificio en esas mujeres talentosas, con voz superdotada, en algunos casos mejores que los artistas a los que acompañan. Los fragmentos musicales, extraordinarios.





“Rufufu” (I solito ignoto).

También la había visto pero me apetecía recordarla. De las primeras películas de Victorio Gasman, Marcelo Mastroniani y Claudia Cardinale, entre otros, incluido Totó (gloria nacional). Una época. Es interesante contrastar cómo se vivía en un país todavía con las consecuencias visibles de la guerra. En cierta manera me recuerda al cine que luego se hizo aquí, las ‘españoladas” un término despectivo pero que vistas ahora dan muchas claves de una manera de vivir, censura incluida. La película es de una comicidad a veces primaria, a veces cruel, pero siempre efectiva. Me ha vuelto a gustar.





“Dune” (1)

Dos horas y media de lucimiento de Denis Villeneuve un primoroso ejercicio de fotografía espectacular, música, efectos especiales,  montaje, en la que cómo ocurre importa más que lo que ocurre, la historia o el buen trabajo de los actores. Tuve una época ciencia ficción en la que creo que lo leí “todo” incluido este Dune del que no recordaba nada excepto lo de los gusanos. Es una película con escenas impactantes, emocionantes, que las sigues entusiasmado (yo, al menos). Una pasada. Y me queda la segunda parte.



sábado, 20 de julio de 2024

Mary Robinson



La portada de este libro me llamó la atención hace ya un año. Me costó encontrarlo. Se edita demasiado.

Ayer paseando por la playa con una editora.

¿Qué hace falta para editar un libro? 

Que se venda, que se venda mucho.


La calidad es el dinero. 

Money.


Money se llama la protagonista de “Por qué haría yo” un ejercicio original, difícil de leer, no sé hasta qué punto me interesa la complicada vida de la narradora, el caos, los personajes, incluso la tragedia, esa forma de vida me es lejana, quizás no, quizás es más cercana de lo que parece a primera vista. Tanto leer estilos diferentes, sin criterio, al azar, por intuición, capricho a veces, me encuentro con estas rarezas de las que aprendo varias cosas, la calidad no entiende de nombres, los gustos son variados, incomprensibles a veces, escribir es vender, hay críticos que lo explican mejor que yo:  


https://elasombrario.publico.es/por-que-haria-yo-el-humor-como-antidoto-contra-el-destino/

https://letraslibres.com/literatura/por-que-haria-yo-la-novela-en-fragmentos-de-mary-robison/

Y ahora he empezado con Chateubriand, veremos.

viernes, 19 de julio de 2024

Vacaciones



Un día cualquiera –ayer- te confías y estimulado por algún poemilla qué opinas te ha salido medio bien –iluso-, cometes la osadía de dar la dirección del blog a un amigo. La espada de su opinión pende ya sobre tus futuros escritos. Pasados unos días te acostumbras, sobre todo porque ese amigo deja de leerte y de aburrirte con eso de “ah, pero eso ¿te ha ocurrido? y sigues con el intento cotidiano del post. Pero otro texto en el que te gustas y caes otra vez en el error de dar tu dirección a varios conocidos. Etc. A la rueda, rueda, el que no venga no juega.

En resumen, que en esta página ya no soy anónimo para demasiadas personas de mi entorno, de mis amistades, de mis conocidos, de mis acreedores, de mis deudores, de mis vecinos, incluso la panadera y de la del quiosco saben que escribo aquí. En cierta manera me halaga pero ya me siento vigilado, controlado y estoy seguro que la pluma ya no corre tan suelta, se reprime, se abstiene según de qué. Sobre todo para temas de contenido erótico, claro, que dejo escrito aquí “orgasmo” y sube el índice de comentarios.

El jueves –help- en un atasco de tráfico por eso de las manifestaciones del metal, cometí la osadía de decirle a C y a otros visitantes de la villa, la dirección de esta página. Dado el carácter serio de estas gentes de bien temo que desde ahora me corte y solo escriba de plantas y jardines, de la reproducción del avestruz en cautividad y del colorido de los bosques en otoño, que esta página se convierta en un Guantánamo para mi creatividad. Lo comprobaré en los próximos días.

Mientras tanto aviso a navegantes, aviadores, nadadores de fondo y público en general que mi sentido del humor galopa y corta el viento y que para cuatro días que vamos a vivir es mejor tomarlo con filosofía positiva y ganas de reír (si se puede).

Ánimo que estáis de vacaciones (algunos)

jueves, 18 de julio de 2024

Nostalgia gaditana

 


Sonreía detrás del abanico y Cádiz se llenaba de filigranas y pájaros de repostería cabeceando sobre las ortigas, de peces sonámbulos en los anzuelos como serpentinas adornando una fiesta que no era, con piñatas y un incendio en el pubis, una crisálida, una batalla con generales heridos, estremecidos, fascinados, con una sola idea, desnuda, algo así como lirios o gladiolos, lo íntimo, ese viaje, Cádiz, columnas con una sola frase, repetida, un ajuar de cuchillos, el recuerdo acristalado, un verano que ya respiraba, palpitaba en ruiseñores y chasquidos, ¿qué quiero decir?, este es un alfabeto concentrado, una caligrafía del intento, una obsesión gaditana.

miércoles, 17 de julio de 2024

Desparramado



Desparramado, aún  no había llegado el tiempo de la ira y María Bethania cantaba en un idioma que no entendía del todo pero que sentía como una caricia enérgica, como si esa lengua respirara en mi pecho, simulé una caligrafía y una algarabía hasta que la silueta de una mujer se elevó a la categoría del tú y yo y después todo fueron bosques y viento de argucias, polifonía de jadeos en la habitación del fondo, allí donde se desplegaban la niebla y la ceguera, el fuego y el telar donde nos tejimos en una historia de gacelas y leones emboscados en el cañaveral del deseo, acorralados en el imperioso afán de mezclarnos, unirnos, tan uno, fusión de relámpago y ruidos que acallábamos, que nadie supiera, ni nosotros, escribiendo páginas fascinadas, suelo sin dosel, lamiendo el reflejo de lo que ya no nos pertenecía, éramos el otro, desgranados en sudor y dedos, pleitesía a las posturas, despiadados, encontrándonos en un confín insospechado, manchados de murmullos, de sinrazones, pedagogía en las caderas, cadencia de muslos, así, imperio acotado, jazmines y el aliento como flores cenicientas en la espalda tensa, de azafrán, los labios adolescentes y el temblor de caballistas azorados, dulzainas y tamboriles, filigranas, el azor del sexo y las palomas, todo era así y María Bethania cantaba a los albérchigos, quizás, a la pérgola incendiada, a la tribu en la cueva, a la piel iluminada, luego calló, nos fuimos y amaneció la nada.     

martes, 16 de julio de 2024

Me alegro.

Raffaello Sorbi (Italian, 1844-1931)

Ella vive sola, rodeada de ojos, le miran desde cada rincón, de las nubes, bajo la cama vigilan su sueño. Pertenece a un generación que quemó los sostenes pero ese día ella no fue a clase. Da explicaciones de lo que hace, de lo que no hace, de lo que piensa, de lo que no hizo, de todo, da explicaciones sobre todo cuando no se las piden. Se disculpa, no sé de qué, pero se disculpa, constantemente.  Es una paradoja, hace lo que dice que jamás hará, tiene unos principios, los incumple, sufre, se replantea lo que jamás hará, lo hace, sufre y así camina en círculo por su vida que es como la de todos, corta. No se recoge el pelo, no quiere mentir, quiere vivir aquí pero vive allí, ha descubierto –nunca es tarde- que el horror no lo era, que podía ser el cielo, que está tan lejos que no merece la pena volar, se ha cortado las alas, se ha amordazado, se ha clavado las manos al madero de lo que sí, ese sí es el no. Su vida tiene algo de destierro, una pudorosa ceremonia de la soledad aceptada como expiación, como refugio, un Berlín 1945, la reconstrucción de un paisaje en ruinas, sentimientos bajo el bombardeo enemigo de esto no se hace, no, no hagas eso, cómo se te ocurre, no,  levanta altares en los rincones para disolver la tristeza, no se resigna a la desventura, su risa es una ceremonia, un canto a una nueva vida, su lucha es contra los fantasmas. Las últimas noticias de los diarios locales dicen que va ganando. Me alegro.

lunes, 15 de julio de 2024

El color de las almas.

From the Manly Palmer Hall collection of alchemical manuscripts, 1500-1825

Decíamos ayer, creo, que la vida, oh, está llena de incógnitas. En aquel tiempo pensé que aquella explosiva novia rubia había preguntado algo absurdo pero después he meditado sobre ello y, quizás porque nunca he sido perro, me ha vuelto ese interrogante ¿tienen alma los perros?, una y otra vez a mi cabeza. Hasta tal punto que en su momento desarrollé una teoría sobre canes de pelo largo o pelo corto, perros grandes o perros flauta, sin conclusiones definitivas. A día de hoy, lo siento, puedo decir que se lo he preguntado a un gran danés, a un setter y a una amiga que tiene cara de perro pachón (esta última se enfadó un poco) y no me han dicho nada. Como compensación si puedo decir que las/os rubias/os, todas/os, tienen alma, es decir que si tú eres rubia/o la tienes, otra cosa es su color, que ahora que lo pienso, ¿tienen color las almas? No hace falta ser rubia/o para preguntar cosas como esas o ser portugués para disfrutar de Évora que me trae tantos recuerdos que solo puedo dejar estos extractos que pretenden ser poéticos (o así, ya ves tú) y que sin embargo provocan reacciones tan opuestas que me pasmo, me ortigo, leo, veo, me miro al espejo y se me queda la cara en foto fija, alelada, sorprendida de lo que ya dije que digo, es igual que (ya te dije) escribir no es un exhibicionismo absoluto de lo íntimo, que no hay quién soporte ese nivel, que a buen entendedor, que ya te digo, que es igual lo que escribas, quién lee, lee lo que quiere leer ya escribas desnudo o vestido de esquimal, es igual, en general (salvo excepciones honrosas) digas lo que digas cada uno se lee a sí mismo, su propia peripecia, su vacío, su necesidad, que qué importa lo que está escrito en un blog perdido en quién sabe dónde, la música, eso gusta, los colorines y la rutina, estar, en fin, un placer que alguien  lea esto,  las visitas (menos aquel día que vi llover, vi gente correr y no estabas tú, el otoño vi llegar, etc) Algo así. Agur.


domingo, 14 de julio de 2024

Necesidades



Comencé el blog glup 2.0 –08.02.07 ya te digo- para encauzar varias necesidades, a saber: la de escribir, la de comunicar, la de dar lustre al ego, la de compensar posibles deficiencias en otros terrenos, la de equilibrio, la de dejar la sensibilidad deslizarse por los días, la de compartir, la de aprender y la de sustituir al diván que realmente necesito. En el fondo creo que todas son solo una.

El título, el anonimato me defendía, dejaba abierta mi creatividad. Podía expresar así todo aquello que se me ocurría, escribía sin censura, jugaba, proponía historias y mentiras, seducía con imposibles. Por otra parte, los apodos de las personas que leían y comentaban nos permitían a todos ser alguien y a la vez nadie era ninguno. Éramos libres, un espacio feliz, un paraíso sin manzanas traicioneras. 

Eran otros tiempos.

Puse mi nombre y cambiaron.

Hoy va así.

A veces me defiendo con Parker.

Un abuso de confianza, lo sè.

Él también lo sabe



sábado, 13 de julio de 2024

Sobre rubias y preguntas

 


En otro tiempo, es decir en mi prehistoria,  tuve relación con una espectacular dama rubia, bella y altiva como una artista de cine, de Hollywood en concreto, increíble, no sé cómo podía salir conmigo, en fin.

En mi cuadrilla, las chicas no podían con ella, no era de su estilo, ellas eran cultas,  militantes, de izquierdas, desgarbadas. Además mi amiga volvía locos a sus amigos (cosa que no me extraña, ¡qué guapa era mi amiga!). Un problema de contraste (para ellas) 

Un día, estábamos todos en el campo, alrededor de una barbacoa. Habíamos disfrutado de una maravillosa mañana de playa. Quien más quien menos ayudaba. Mi amiga, tan rubia, con la piel tan morena, con un bikini rojo que te morías, soltó de repente la siguiente reflexión: “los perros ¿tienen alma?”

Pasado el primer momento de estupor, todos se miraron, la carcajada fue general, mi amiga se enfadó –era rubia pero no tonta-, yo me enfadé, los dos nos fuimos y me quedé sin cuadrilla. La semana siguiente me dejó mi amiga rubia de piel morena y se ennovió con un arquitecto alto, de ojos azules, cuestión que era más equilibrada que su incipiente relación con un tipo vulgar como yo.

Lo pasé mal, no crean, mi amiga hacía esas preguntas sobre almas o sobre cualquier especie vegetal, animal, incluso sobre personas, por verdadera curiosidad. Mi amiga era inteligente a su manera –la prueba es que me dejó- lo que ocurría es que se expresaba raro y contrastaba demasiado con las chicas gallina de mi anterior cuadrilla.

Por cierto, nunca más he tenido cuadrilla, tampoco novias tan espectaculares y, por si fuera poco, no sé si los perros tienen alma. Esta vida es complicada, queridos míos.

viernes, 12 de julio de 2024

Suposiciones.


 

Mira, la raya que limita está ahí.

No, esa no es, la amarilla...
Quizás...
No te preocupes, tampoco yo lo entiendo.
Pero quiero estar seguro que la ves.


(Justo entonces empezó a llover y se borraron las rayas de colores, su cara y mi ansiedad)
(Llegó el tiempo de empezar de nuevo)
(Supuse que aquel hombre estaba muerto)
(Corrimos hacia el monte)

jueves, 11 de julio de 2024

Más lluvia.



Llega la mañana, todo es horizonte, todo mar, todo cielo, un exceso. A este lado ladra un perro, otro le contesta desde el bosque inmóvil, sigue el zumbido rutinario del insecto, la errancia de los peregrinos saturados de equívocas flechas amarillas, el tedio acezando en las horas grises hasta el mediodía. Dicen que hoy por la tarde lloverá, no sé qué hago aquí.

miércoles, 10 de julio de 2024

Tutti a casa


Filmin es un arcón lleno de tesoros. No es fácil encontrarlos. A veces buscas algo verde y sin querer el camino te lleva por algo azul. A veces aciertas. No sé qué buscaba y terminé en “Tutti a casa” (1960) de Luigi Comencini con un Alberto Sordi posiblemente en su mejor papel. Una película magnífica entre la comedia y el drama, más de esto último, un buen exponente del neorealismo con momentos muy duros, tan duros como es la guerra. Hay escenas realmente antológicas (evitaré spoilers) y sobra alguna reivindicación (como el minuto final) que ahora queda desfasada. En cualquier caso una película muy recomendable que refleja un momento histórico que ojalá no se repita. 

https://www.argoderse.com/2020/07/todos-casa-la-tragicomedia-de-la-guerra.html

https://www.latagliatella.es/blog/por-que-el-neorrealismo-italiano-cambio-la-historia-del-cine

https://www.jotdown.es/2017/10/tutti-a-casa/




martes, 9 de julio de 2024

La novia grulla.

 



Sin polémicas, ¿hay libros para hombres y otros para mujeres? No lo sé, creo que no, este libro me ha gustado mucho pero opino que gustará más a  las  mujeres (o no, que ya no sabe uno). Me ha parecido ingenioso, divertido, ágil, profundo, culto, americano (¿qué calificación es esa?), simpático, sincero, escrito por una colega. Muchas gracias CJ Hauser, una delicia leerte.


https://elplacerdelalectura.com/2023/10/la-novia-grulla-unas-divertidas-y-francas-memorias.html


lunes, 8 de julio de 2024

La estrella azul

 


Teníamos una tienda donde también vendíamos discos y casetes, música. Logramos un acuerdo con un mayorista que nos dejaba escoger un lote entre lo descatalogado. Cada semana hacíamos la cuenta, pagábamos lo que habíamos vendido y llevábamos una nueva remesa. Obviamente era mi principal cliente, allí había joyas, descubrí unos maravillosos LP’s dobles sobre el festival de Cosquín. Mi afición al folklore argentino era bastante anterior. Esto viene a cuento por el giro del guion en “La estrella azul”, una película sorprendente, magnífica en su aparente sencillez, inteligente y humana, fresca, ambiciosa en su planteamiento, original, dura a ratos, que me ha gustado por lo que cuenta, por cómo lo cuenta y porque si. Chapeau.


domingo, 7 de julio de 2024

San Fermín

 

Moebius.

Yo no he vuelto a encontrarla jamás, desde aquel día, que cantaba Raphael, que sale uno de su casa con un objetivo definido, ir desde aquí hasta allí, pero en el camino encuentra tantas opciones, tantos paisajes desfilan por la ventanilla del coche, tantos rostros nuevos que repite sin cesar ¿Nos damos la vuelta?, y a veces sí y a veces no, que el camino es largo y uno sabe de dónde sale pero el destino se vuelve incierto, que sí, que de acuerdo, que no están los tiempos para cambios drásticos, que en tiempos de mudanza, templanza, que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, pero el caso es que uno conoce y quiere darse la vuelta, uno descubre un río, una playa, una sonrisa, unos ojos y quiere bañarse en todos ellos, ahogarse si es preciso, una suerte de inmolación, un sacrificio, una investigación, saber, saberse, los límites, un desafío a los mapas, a las rayas amarillas, un homenaje a los exploradores, a los científicos en el Ártico, a las cobayas, a los investigadores del alma, que el contraste del acento convierte cordilleras en sinfonías, que una mirada es un puente, que un beso cambia hasta el punto de partida, que dioses sarcásticos atan los caminos, los entrecruzan, enredan con acueductos y autopistas, ponen las rotondas del revés y ahora ves y ahora no ves, que el problema es que se llega, uno no sabe bien dónde pero llega, alrededor todo es verde, todo es rojo, todo es como no era y se quita las vendas, ciego, no ve o ve con microscopios en los ojos, una especie de saltamontes ebrio, una deformación de lo que era su realidad, otra realidad, esto no era así al salir, ni recuerda cuándo salió, en tránsito, caminando por el borde de un acantilado, enfrentado a quién le mira desde el espejo, ese al que no reconoce y se toca los pómulos, las cejas, ¿este soy?, seguir es un privilegio, quedarse un imposible y solo queda el camino, congelado en la antigua manera de medir el tiempo, yo qué sé, escribo esto desde la imposibilidad de ordenar las líneas de lo que siento, de lo que vivo, de lo que quisiera decir en un país prebélico, con espías dobles por las calles, con las barricadas en proyecto,  con guardias de asalto a caballo y lleno la página de imágenes antes del bisturí, antes de abrirme el corazón de un corte limpio, de abrir las puertas, de que me digan A y escuchar el alfabeto, de saber por fin, ay, que esta es la única ruta, el sendero muere ante un precipicio y el resto es silencio, oh.    

sábado, 6 de julio de 2024

David Hockney

 

David Hockney 


Desovillado, insumergible, un tanto azorado, una presencia de aljibe clausura mi atrevimiento, deja transparente mi pasada audacia, me puebla de vicisitudes, de almendros desflorados donde muere la lluvia, se bebe mis rodillas y el vértice de los ojos, medito, me lamento, un sobresalto me entretiene, no calla mi voz, no se pierde en recovecos, se alza en esta franja de armonía, con música de ángeles insobornables, delineantes de naranjos y laúdes, envueltos en túnicas de luz, sin embargo nada, llegan  luna, sol, los cometas, va y viene el verano, me perdono, me duele el azar, un poco el hígado, encargo el mármol, la madera negra, las ojeras, la esperanza, levanto tapias al sur cuando estoy triste, lleno de nudos, tras la puerta con bisagras grito si estoy solo, lo estoy y grito, muchedumbre aletargada finge implicación pero no es cierto, poemas al viento, transparentes, pasados de moda, no es visible el laurel ni la avalancha de rencores, no es recoleto el lugar, al menos eso,   huele a maíz, a zarzamora, mido en yardas la distancia, os invito a leer de carrerilla, amigos, os busco aquí, ¿qué más deciros?, gracias por venir, sigue este julio de calor sin tregua.

viernes, 5 de julio de 2024

75



Somos muchos, cada día más, agitamos banderas y consignas, ilusiones. 

Ayer hablaban jóvenes airados, desencantados, hombres y mujeres no resignados, pacíficos, hartos, de todas las edades. 

Las palabras limpias, firmes, sentidas, diversas, llenaban las plazas. 

Alguien, en el estrado, evocó el 75. 

A mi lado una mujer de rostro dulce musitó “en ese año estaba yo en la cárcel” y se alejó con lágrimas en los ojos. 

No me dio tiempo a abrazarla. 

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