Antigüedad
Pasando la mañana. En un app de la tableta encuentro textos antiguos, muchos, muchísimos. ¿Son míos? No los recuerdo. Los leo, algunos. Sí, son míos. No sé cuando los escribí. Me gusta lo que (me) leo. Es igual, solo a mí me importa. Hay actividades que son personales por mucho que uno/a se empeñe en compartirlos. ¿Significa eso que es un trabajo inútil? no, en absoluto. Me lo dijo Izan el otro día mientras comíamos una merluza deliciosa, a la vasca, cocinada por una vasca (lo matizo por si alguien se quiere apuntar a la próxima)...esto ¿qué decía? Ah, ya, que decía Izan que en mi caso escribir me salva. Prefiero no profundizar, prefiero quedarme en que me gusta y que, quizás, me libera. Tampoco es cosa de cargar un lado de la balanza y sí de apuntarse a lo diverso, de caminar mirando bien el camino para no tropezar que está la cosa complicada y se anuncian lluvias torrenciales y no acaba de salir el sol que prometían y aquí estoy sin saber si voy o si vengo pero sé que por mucho que lo dilate tengo que volver. Ay. Eso, que me han gustado mis escritos antiguos. Seguiremos informando.