He olvidado la mayoría de las palabras,
cada una que escribo deja de tener sentido, ¿qué es una esfera?, ¿qué es un
triglifo?, escribo para no saber.
He
olvidado escribir, una mano guía mi mano torpe, antes decía cosas interesantes,
decía excitación, decía descripción, he leído varios miles de libros, antes
sabía, antes es nunca.
He
olvidado todos los rostros, incluso el mío, no sé distinguir un animal de un
jodido ser humano, escribo para no tener que recordar, para no saber nada de
nada.
He
olvidado amar, ni siquiera conservo el sentimiento de piedad por mí mismo,
Marie nunca alcanzaba el puñetero orgasmo, dejaba los ojos en blanco y gemía,
como si no me diera cuenta de su fingimiento, no sé quién es Marie.
He
olvidado llorar, no recuerdo siquiera si tengo ojos, una lágrima es un absurdo,
mi dolor se pierde en un territorio negro, ponzoñoso, Tony me lo ha dicho, la
madre que lo parió,
He
olvidado comer, ni siquiera voy al retrete, no meo, no me lavo, no duermo, tres
veces, me lo dice ahora que Marie se ha ido.
He
olvidado andar, no quiero salir de la cama, no quiero pisar el suelo, no quiero
pisar mi dignidad, Tony me lo restregó, se acostó tres veces con Marie, que les
jodan a los dos.
He
olvidado ser, no sé qué es la vida, no sé usar un arma, es más fuerte que yo,
tan joven, es todo lo que ya no soy, seguro que Marie se retorcía de placer,
que daba alaridos de gusto cuando este bastardo se encaramaba sobre su cuerpo
que he olvidado, soy un viejo, que se mueran estos dos cabrones.