Amber Hakim

martes, 31 de octubre de 2017

Regreso de un Sur



El regreso. Ríen los pájaros sobre tu playa. Has vuelto, de la lluvia, del Sur. Miras tu casa, das vueltas por tu casa, te miras, das vueltas dentro de ti, te piensas. Has vuelto. Dos mil kilómetros. Otros paisajes. Llevas en la muñeca una pulsera de hojas verdes, de flores blancas que crecen en las dunas de la isla.  Cierras los ojos y ves carreteras, montes, pequeñas casas en el monte, nubes blancas, inmensos campos vacíos. Abres los oídos y aún recuerdas el acento sin eses, el gracejo de los camareros, el murmullo del viento sobre la espuma de la orilla. Tocas con los dedos el cristal de una ventana, detrás está otro mundo. El siguiente minuto está hecho de latidos, de espacios por los que flota la que fue, la que volvió, la que es ahora, tú. La niebla de la mañana difumina el sol, viene un buen día. Te paseas por pensamientos como escaleras, tienes muchos cuartos cerrados, temes abrir algunas puertas, temes lo que puedes encontrar dentro de ti, de lo que te queda por conocer, por hacer, por disfrutar. Sueñas y niegas que sueñas, tocas una columna de seda y relámpagos y sabes que te dan miedo las tormentas, estás en la proa de tu barco y a la vez manejas el timón, el viento te despeina pero señalas el camino entre tu pelo que baila. Ahora has vuelto. De la lluvia. Del Sur. Has vuelto y alguien te recibe con palabras doradas, con cariño, con señales de fuego desde las ermitas en las cumbres de montes en el horizonte. Caminas y a tu lado van tigres y toros, corderos, palomas y en las nubes se abren pasadizos que te invitan a entrar, entras, ni tú misma sabías que eras tan valiente, entras, bajas, subes por escaleras húmedas, vas, vienes por pasadizos que te inquietan, escuchas susurros entre los azulejos, voces que te llaman, miras y ves más nubes, miras y te ves en un espejo, esa eres, tú, has vuelto, alegre, has disfrutado de ese viaje, aquí no llueve. Hola, bienvenida a casa.


lunes, 30 de octubre de 2017

Cobardía


¿Qué es un obsesivo? Es un actor que desempeña su papel y cumple cierto número de actos como si estuviera muerto. "Se trata de un juego viviente incluyendo todas sus características ilusorias-- que consiste en mostrarse invulnerable. Con este fin, se consagra a una exhibición de dominación que condiciona todos sus contactos con los demás". Es decir, hasta donde puede llegar con los demás, el otro con minúscula, que es sólo su alter ego, su propio doble. Su juego se desarrolla delante de un Otro que asiste al espectáculo. El mismo es sólo un espectador, y en ello estriba la posibilidad misma del juego y del placer que obtiene. Sin embargo, no sabe qué lugar ocupa. Lo que hace, lo hace a título de coartada. Esto si lo puede entrever y por eso casi nada de lo que ocurre tiene para él verdadera importancia. (J. Lacan)



¿Qué (me) pasa? {ahora} Estoy aquí cada día, dejo lo que escribo. ¿Siento lo que escribo? ¿Es simplemente rutina, técnica, un juego? {todo es ahora} Hoy es el momento para dejar los intestinos encima de la mesa y sin embargo sigo detrás de la puerta mirando por la rendija, contando lo que sobra, toreando al toro negro de la ansiedad, de la angustia, del vamos, vamos, actividad, que no se pare, doy vueltas sin cesar. {vive} Cuando estuve en la UVI no quería dormir, tenía pánico a no despertar, a morir durante el sueño. Pensaba que estaba tranquilo, dominando la situación. “¿Hay alguno nuevo?”. “Sí, uno que está pasado, tiene más miedo…”. Era yo, soy yo, tengo miedo, sí. De la soledad, del tiempo que pasa, de no recordar, de que se me hayan olvidado tantos momentos, tantas caras, tantos nombres que en un momento fueron todo para mí. “Eres los más bello que ha pasado en mi vida”. {ama}¿Cuántas veces lo he dicho, lo he sentido? ¿Qué será de Elena? ¿Y de Isabel? ¿De mi amigo…? Recuerdo su rostro, no recuerdo ni cómo se llamaba.  {disfruta de lo que eres}  “No sabes amar”, me lo dice a menudo aquella a quien amo. Si no sé quizás no la amo. {disfruta de lo que tienes}”Eres neurótico obsesivo”, me lo dijo el primer momento de verme. {sé libre} ¿Se nota así, en la epidermis, en la piel, en el gesto, en qué? “Y tú vas de sobrada”, pensé, pero no dije nada, era la mejor amiga de mi mejor amiga y no fuera  a ser qué. {da} Pero me hizo cavilar. {juega} No iría a un psi ni loco (y no es un juego de palabras), no hay nadie que sepa lo que hay aquí dentro mejor que yo. {cálmate} “Si te duele una muela vas al dentista, si tienes malestar vas al médico de cabecera, si te duele el alma ¿dónde vas? En ese quo vadis sigo, sabiendo que paso a paso me meto en un túnel. {sé tú mismo} La soledad, ya lo he dicho. {busca} ¿Cuántas noches habrán llorado solos tantos a quién quiero? {no temas} Aquellos que al día siguiente paseaban conmigo, tomaban un vino en las Siete Calles, me hablaban de fútbol, de la rubia de la esquina de la barra, jamás de su ánimo, de su soledad (es la tercera vez que escribo esta palabra) {goza}. Silencio, la casa está en silencio, me voy a la cama con mi amigo orfidal. (Me) Miento y lo sé, soy un cobarde. {vive}

domingo, 29 de octubre de 2017

Iluminados.




He envejecido dentro de tus ojos; eras la dulzura y el exterminio
y yo amé tu cuerpo en sus frutos nocturnos.

Tu inocencia es como un cuchillo delante de mi rostro,

pero tú pesas en mi corazón y, como una miel oscura, yo te
siento en mis labios al ir hacia la muerte.

(Gamoneda)





sábado, 28 de octubre de 2017

Quizás lo era, sí.



Vacaciones en el Sur. En la playa hicimos un castillo de arena, gigante, con balcones, una princesa y un dragón. Saltamos las olas gritando “Jerónimo”, bailamos en la orilla. Cambió el viento a poniente. Al mediodía comimos ensalada y sardinas en un restaurante con mesas de madera. Volvimos a la playa, los niños jugaron al escondite, subieron hasta la duna, merendaron pan con chocolate y fruta. De vuelta a casa se durmieron en la parte de atrás del coche mientras les contaba cuentos de guerreros y zombis. Al llegar les llevé en brazos hasta la cama, no se despertaron. Salí al jardín y lloré. Después de un rato entré en la casa, me puse a fregar los platos de la cena del sábado. ¿Qué te ocurre?, me preguntó ella. No supe responder. Quizás aquello era la felicidad. Entonces.

viernes, 27 de octubre de 2017

No leo a Dostoievski, no



No lees a Dostoievski, no lees a Dostoievski, pues no, como si tuviese tiempo para todo, solo leo libros de escritores anónimos, periódicos con fundamento, páginas con fotografías de anatomía, música de chimpún. Además los escritores rusos me aburren, que vino uno de barbas a cenar a mi casa y se pasó la noche hablando raro, que no se le entendía nada y encima me quemó el mantel con la ceniza del puro. En cambio Puri, una bloguera, “Como Agua de Marzo”, la esotérica, la de las hadas y brujas buenas, me hizo un conjuro, una sanación, una limpia (que no sé muy bien en qué consistía y mucho menos para qué, tuve que quedarme en pelotas, bueno, con calcetines) y acabamos en sano ayuntamiento hasta las tantas que, ya ves, no sabía que las seguidoras de las brujas (buenas) eran tan fogosas, tan viciosas, leches, que así no puede uno escribir, que le tiembla la mano y se le juntan las teclas, ay la Puri. Pero eso no es nada con lo de Aguardiente, la del blog  “Tormenta tropical”, la que escribe sonetos alejandrinos, en principio una dama, pues no, que quedamos en un bar cántabro para conocernos y eso y resulta que era un señor de bigote, calvo, asturiano, con más espuelas que el gallo de Morón, que me dijo que se cuadruplicaba para probarse, sus cualidades literarias, que tenía otro blog dedicado al conflicto en Cataluña, otro al cultivo de las orquídeas y otro como consultorio sentimental tipo Elena Francis qué, cosas de la vida, el encargado también era un señor, censor, que daba consejos moralistas del tipo “aguanta, hija, ya sabes cómo son los hombres, etc”,  polifacético el de Oviedo, nada sospechoso de doble sexualidad, o triple, que cuando me vio ni me propuso matrimonio ni otras desilusiones, que las cosas ya no son lo que eran, que me veo fotos de cuando eran y resulta que soy mi propio nieto y me obstino en pensar en mañana cuando ni siquiera ha pasado ayer y Valente insiste en

Cómo se abría el cuerpo del amor herido
como si fuera un pájaro de fuego
que entre las manos ciegas se incendiara.

No supe el límite.

Las aguas
podían descender de tu cintura
hasta el terrible borde de la sed,
las aguas.

jueves, 26 de octubre de 2017

La evidencia.




La evidencia, bella palabra. Llegados a este punto de lo cotidiano pienso que no es necesario que explique nada, que detalle nada, ni siquiera que lo que cuente tenga sentido. Lo imprescindible es ser/estar cada día. Ya da igual lo que intente expresar, que esto no tenga ni pies ni cabeza, bah, es lo mismo, siempre tendrá una imagen,  música, la constancia, la rutina que proporciona seguridad. Seguimos. Aquí. La evidencia.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Con el corazón en la garganta.




Esto de hoy, esto, está dedicado a los viajeros de sí mismos, a los que transitan por esas interminables distancias interiores, esos que nunca llegan a su propio destino, que siempre están detenidos en andenes intermedios entre la salida y la nada, entre ser o haber sido, entre recuerdos y el tiempo escapándose de las manos que acunan el vacío, dedos que señalan la inmensidad, lo que siempre está más allá, inalcanzable, el miedo a que todo termine antes de llegar, antes de ser, antes del orgasmo o el viento, antes de conocer el verdadero rostro del alma, de la belleza, de romper los espejos, de refugiarse en ruinas, en palacios vacíos, en carros de gitanos volcados en carreteras con barro y perros ladrando en los caseríos, gatos junto al fuego, ancianas que nos miran con zarcillos en las orejas, con una maldición en la lengua, con un gesto de cruces e intermitencias, lejos de lo conocido, lejos de la historia, de lo que antes, del sí, de haber salido de México y llegar a Brasil, de un pueblo perdido en la meseta castellana, rumor de polvo, zorzales colgados de los alambres, vencejos acariciando los arroyos, un hombre de uniforme revisa las entradas, un hombre ciego ve el futuro, una mujer lleva en su seno la promesa del cambio, de lo que tú no has podido ser, de los inventos, de higrómetros y cachivaches, de melenas sumergidas en una corriente de tiempo y viento que nos abandona justo allí donde confluyen las líneas que delimitan la impotencia y subir y bajar a vagones huecos, ventanas cerradas, calefacción para el invierno y carbón desgranándose por vías y vías, hierro y madera, minutos triturados, la muerte agazapada en los túneles que nos atemorizan, nunca entramos a los túneles, saltamos en marcha, nos golpeamos con rocas y peñascos, con carteles que dicen “menos uno, menos dos, menos tres...”, nos engañamos, nunca llegaremos,  más o menos, no importa ya ahora que Souad Massi canta en una lengua que no conozco pero que siento creciendo en una memoria antigua, ahora que sobre la cama están extendidas mis pobres pertenencias, lo elemental para salir a caminar, a conocer (me), a intentar saber que más allá de la piel, del ombligo, hay otros, iguales, algunos mudos, algunos expresándose con gestos, con silencios, iguales dije, no, superiores, con la mirada limpia, sin subterfugios, sin capotes rojos para citar al toro del miedo, al furioso animal que nos hacer hablar en este zoco absurdo sin visitantes, con apenas doce nombres escogidos, arriba y abajo en la espera del este casi final de octubre con inundaciones no sé dónde, ríos desbordados, otoño loco con espías rusos, o chinos, tantas cosas ocurriendo en el mundo, la mayoría pasan tan lejos que parece que no pasan, pero pasan, la diaria ración de muertos –seres como usted, como yo-, el sufrimiento, la doble soledad de la incomprensión, el absurdo dolor que nadie detiene, palabras, juntamos palabras, estas ventanas de internet nos permiten decir (¿nos?) cosas que antes nos callábamos, comentábamos a los íntimos ¿aún quedan íntimos?, la vida sigue,  no queremos morirnos, es igual nuestra edad, nos aferramos a la vida a pesar del dolor, de momento les pasa a otros, una vez estuve allí, yo era el visitado, me miraban los familiares con gesto incrédulo –pues no parecía...- me miraba a mí mismo con resignación, con miedo, esa es otra historia ¿aprendí?, ¿he aprendido algo?, ¿qué hacemos aquí usted y yo? intercambiando fragmentados discursos llenos de buenas intenciones y vacío, palabras, metonimia, hablar, sin conocernos, sin saber, aquí está mi mano, beso la suya, cada uno de sus dedos…



Lo dije aquí, escribir no es vivir. Vivir es salir ahora a la calle y estar con los otros. 
O no, yo qué sé…

Mientras tanto mañana también dejaremos aquí apenas unos gramos de esperanza, de palabras engarzadas, de susurros enmascarados, de mentiras disfrazadas. Etc…

martes, 24 de octubre de 2017

Édouard Levé


"Viviría sin problemas la misma vida una segunda vez, pero no una tercera" (Édouard Levé)



Vender o no vender, esa es la cuestión. Es decir, no se trata de escribir bien, la cuestión es vender bien eso que se ha escrito. Como quién fabrica tornillos o boinas o muebles de cocina. El escritor vende su trabajo y el editor lo pinta o lo reinventa o lo cambia por un plato de lentejas. La fábrica de la literatura.

Édouard Levé escribía cosas así:

Cada vez escribo menos a boli y más a ordenador. Compraba más discos con veinte años que ahora con cuarenta. Llevo Levi’s 501 desde que tenía catorce años, la idea me la dio un tebeo de un vaquero que leí en casa de mi abuela pero tuve que esperar cuatro años para encontrar unos iguales. Me costó mucho decirle a mi madre que la quería, esperé a tener treinta y cinco años. Mi madre me dijo que me quería cuando yo tenía treinta y nueve años, o me lo dijo antes pero se me ha olvidado. Le dije a mi padre que lo quería cuando pasé por una depresión a los treinta y cinco, contemplaba el suicidio, me parecía una lástima morirme sin habérselo dicho. No le he dicho a mi hermano que lo quiero. No le dije a mi abuela que la quería. Les he dicho a cinco mujeres que las quería, cosa que era cierta en cuatro de los casos. Alguna vez he hecho el amor con una mujer pensando en otra.


Édouard Levé además de a la escritura se dedicaba a la fotografía y la pintura. Era, como poco, especial, peculiar, un tío raro, un perro verde. Si buscáis sus fotografías en google lo entenderéis mejor. "Ni embellezco ni afeo las cosas", decía. Y uno tiene la impresión de que si las cosas son así mejor empezar a cambiarlas, quemar lo que era y construir un mundo diferente. Pero le publicaban y posiblemente vendía. O no.


Su obra literaria se compone de cuatro libros: Obras, Autorretrato, Diario, y Suicidio. Como no los he leído no puedo contaros de qué van. "Ejercí la pintura de 1991 a 1996. Pinté quinientos cuadros, vendí unos sesenta, tengo cien almacenados, y el resto lo quemé", o "Un día le dije a mi psicoanalista: 'No disfruto de lo que poseo', y me eché a llorar", decía. Sé que unos días después de entregar Suicidio a su editor se suicidó. Una obra redonda.

Siempre me ha asombrado, asustado el suicidio. Hace años vi tirarse desde un quinto piso a alguien a quién conocía, un pequeño comerciante, un vendedor que no vendía. Estuvo dos o tres horas caminando por el alfeizar delante de la ventana de su casa. Debajo policía, bomberos, curiosos, dos psicólogos subidos a una grúa. Algunos gritaban "tírate". Eso hizo, se tiró, en pijama, gritando. Aún escucho el ruido de su cuerpo al golpear en una cornisa y estrellarse después contra el suelo. ¿Qué puede ocurrir dentro de una persona para decidir quitarse la vida?  No lo sé, me aterra esa  percepción de ejercer la última consecuencia de la libertad.

Pues eso, que hoy quería hablar sobre Édouard Levé. O no.


(Todas las fotografía son de)




lunes, 23 de octubre de 2017

Si Dios quiere



No se vayan a enfadar, la sinceridad no está bien vista, lo sé. Ocurre que el tiempo es desobediente, obstinado, pasa, no se detiene. Así nos quedamos como nos quedamos. Esto tiene que ver con la decadencia. Alguna vez pensé que era diferente. Esto fue hasta que supe que todos somos diferentes. Cierto es que hay algunos más diferentes que otros. Tanto que un día me encontré con que era otro, no el que era, quizás nunca fui aquel, he tenido que caminar hasta este confín para saberlo, con los pies en el agua, llueve ¿soy ese? (sí) No me hagan caso, quizás estoy influido por tanto como escucho, como leo, como veo, como lo interpreto y siento. Me van a permitir el off, un rato. Agur (que se dice aquí), hasta mañana (mi abuela Lucía,  tan poco religiosa, añadía, “si Dios quiere”).

domingo, 22 de octubre de 2017

Ni está ni se le espera.


Universo blog de escritores y/o lectores. No, pequeño mundo de escritores (aquí no lee ni dios). Lo mío es muy interesante, mi blog, mi muro, digo, quizás el tuyo también pero no lo leo, no entro, no tengo tiempo. El Quijote – Cervantes/En busca del tiempo perdido – Proust/Odisea – Homero/El Proceso – Kafka/ La Metamorfosis – Kafka/ Ana Karenina – Tolstoi/ Moby Dick – Melville/Cuentos – Chejov/ Guerra y Paz – Tolstoi/ Ficciones – Borges/Poeta en Nueva York – Lorca/ Los Hermanos Karamazov – Dostoievski/ Crimen y Castigo – Dostoievski/La Biblia/ La Montaña Mágica - Thomas Mann/ Pedro Páramo – Rulfo/ Ulises – Joyce/ El ruido y la furia – Faulkner/Madame Bovary – Flaubert/Las mil y una noches/ Bajo el volcán – Lowry/ La muerte de Virgilio - Hermann Broch/ Ensayos – Montaigne/ Lolita – Nabokov/Rojo y Negro – Stendhal/ Que, la verdad, tal como vamos no hay horizonte detrás de Facebook, de Twitter, todo condensado, Selecciones del Reader´s Digest, telegramas, stop, no hay tiempo para tanto input, para el reposo, se acaba el mundo, señores, arrepiéntanse de sus pecados, conejo blanco de Alicia.   Anna Karenina, León Tolstoi./ Los papeles póstumos del club Pickwick, Charkes Dickens./ El Gatopardo, Giuseppe Tomasi di Lampedusa./ La Regenta, Leopoldo Alas Clarín./ Una habitación propia, Virgina Woolf./ La casa de la alegría, Edith Wharton./ Música para camaleones, Truman Capote./ Las nieves del Kilimanjaro, Ernest Hemingway./ Mi Antonia, Willa Cather./ Muy bueno lo tuyo, Paco. Qué poema. Me has emocionado. Cinco comentarios. Veinte comentarios. Cincuenta comentarios. Un millón de comentarios, pero ¿qué pasa? no es posible tan poco gusto (el gusto es mío) que alguien se lo crea, no lo concibo, en cualquier caso estamos en un estado de derecho ¿de derechas?, todos tenemos derecho, tengo derecho a escribir un libro, a que me lo lean, todos, a que les guste, a que me digan guapo, guapo y a dar la vuelta al ruedo, pues vaya, faltaría más, con lo bien que escribo, describo, percibo, que mi abuela siempre me ha dicho que era el más guapo de la escalera, cómo sabía, lo soy, un día escribí un poema, bueno, casi, mi mamá me mimaba. /El rey Lear, William Shakespeare./ Fausto, Goethe./ Edipo, Sófocles./ El banquete, Platón./ La divina comedia, Dante./ Ensayos, Montaigne./ El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad./ Pedro Páramo, Juan Rulfo./ Autobiografía, Thomas Bernhard./  Jane Eyre, Charlotte Bronte./ el peor enemigo de un escritor es otro escritor, el peor enemigo de un poeta es otro poeta. Y los editores. En Bilbao se  celebran muchas actividades relacionadas con la poesía. Ayer presentó su libro una amiga, un cielo de persona, el prólogo lo hizo el editor de su último trabajo, un plomo (el editor) que se tiró el 90% del tiempo hablando de él mismo y que parecía que estaba riñendo a mi amiga que sonreía condescendiente. Estábamos unas 12 personas, la media de edad era de unos 80 años. Entrada gratis./ Harri eta Herri (Piedra y pueblo), Gabriel Aresti./ Huesos de sepia, Eugenio Montale./ Confesiones, Jean-Jacques Rousseau./ Las afinidades electivas, Goethe./ Cantos, Giacomo Leopardi./ Tristram Shandy, Laurence Sterne./ Barthes por Barthes, Roland Barthes./ Bronwyn, Eduerdo Cirlot./ El cuaderno gris, Josep Pla./ 1280 almas, Jim Thompson./Es decir escribir, decir, trasladar la percepción de lo que no es, de lo que ocurre en el desierto, del progresivo desmoronamiento del iceberg, de la búsqueda con candil en las oscuridades del alma, los ladridos de los sacristanes, escribir, lo que hace toda esta buena gente que cito, escritores que en el mundo han sido, ya, tú también escribes bien, majo, y sabes leer, sumar, restar y multiplicar, raíces cuadradas y te sale de forma pasable el arroz con leche, un día besaste a una monja, measte detrás de un árbol y diste una patada a un perro (pequeño), mírate al espejo, soso, quema iglesias, bosques, certifica la muerte de los ideales/ Almanaque Agroman 1956./Guillermo el travieso, R. Crompton. /  Los hijos del capitán Aterras, Julio Verne. / Diccionario manual e ilustrado de la lengua española. Espasa Calpe, 1927./ Guía de Teléfonos de Barcelona./ London A to Z./ Paris. Guide Bleu./ Les mots, Jean-Paul Sartre./ Alicia en el país de las maravillas, Lewis Carroll./ Poesía completa, Alejandra Pizarnik./ Si esto es un hombre, Primo Levi./ Maus, Spiegelman. Ya lo sé, me dejo muchos, muchísimos pero tú ¿cuántos has leído?, ¿con cuántos has disfrutado?, ¿has quemado alguno?, ¿te has comido alguna hoja?, ¿has tirado alguno por la ventana?, mira, cambio de tercio, me está aburriendo el silencio, me voy de viaje, agur/ El pabellón número 6, Antón Chejov./ Mario y el mago, Thomas Mann./ Vidas minúsculas, Pierre Michon./ El instituto Benjamenta, Robert Walser./La casa inundada, Felisberto Hernández./El zorro de arriba, el zorro de abajo, José María Arguedas./ La traición de Rita Hayworth, Manuel Puig. / La guerra del fin del mundo, Mario Vargas Llosa./ Rayuela, Julio Cortázar./ Manhattan Transfer, John Dos Passos./ Los Herederos, Isaac Bashevis Singer./ Entre selvas y desiertos, Henry Sienkiewictz./ El prisionero de Zenda, Anthony Hope./ El jinete polaco, Antonio Muñoz Molina./ Opiniones de un payaso, Heinrich Böll./ Mi corazón es un cazador solitario, Carson McCullers./ Anagnórisis, Tomás Segovia ./ El mono gramático, Octavio Paz./ Cordelia frente al espejo, Silvina Ocampo./ Altazor, Vicente Huidobro./ Las iluminaciones y Una temporada en el infierno, Arthur Rimbaud./ Espacio, Juan Ramón Jiménez./ ¡Absalón, Absalón!, William Faulkner./ Residencia en  la tierra, Pablo Neruda./ Herzog, Saul Bellow./ El sueño de los héroes, Adolfo Bioy Casares./ El extranjero, Albert Camus./ Maquillaje. Letanía de pómulos y pánicos, Pedro Casariego Córdoba./ El buen soldado, Ford Madox Ford./ No soy Stiller, Max Frisch./ El americano impasible, Graham Green./ La corte de los milagros, Ramón María del Valle-Inclán./ Petersburgo, Andréi Biela./ Seymour: una introducción, J.D. Salinger./ El gran Gatsby, F. Scott Fitgerald./ El legado de Humboldt, Saul Bellow./ Me casé con un comunista, Philip Roth./ Libra, Don DeLillo./ El oficio de poeta, el oficio de vivir, Cesare Pavese./ Trilce, César Vallejo./Anales, Tácito./ Poeta en Nueva York, Federico García Lorca./ Jacques el fatalista, Diderot./ La educación sentimental, Gustave Flaubert./ Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche ./ Los sonámbulos, Hermann Broch./Cuadernos, E.M. Cioran./Longa Noite de Pedra, Celso Emilio Ferreiro./ La caída, Albert Camus./ Mortal y rosa, Francisco Umbral./ Elegías de Duino, Rilke./ En busca de lo Absoluto, Arthur Koestler./ De profundis, Oscar Wilde./ La tierra baldía T.S. Eliot./ Libro del desasosiego, Fernando Pessoa./ Contra viento y marea, vol. I, Mario Vargas Llosa./ Tres tristes tigres, Guillermo Cabrera Infante./ Las personas del verbo, Jaime Gil de Biedma./ Manifiesto Comunista, Karl Marx./ Derrerum natura, Lucrecia./ Brindas, Benito Pérez Galdós./ La Celestina, Fernando Rojas./ Ensayos, Michel de Montaigne./ Sonetos, Francisco de Quevedo./ Santurio, William Faulkner./ Boccaccio, Pedro Calderón de la Barca./ Viaje al fin de la noche, Louis Ferdinand Celine./ Los siete locos, Roberto Arlt./ El astillero, Juan Carlos Onetti./ El desierto de los tártaros, Dino Buzzati./ Confesiones de un asesino, Joseph Roth./Y con todo esto para leer sigues aquí, ya te vale/El hacedor, Jorge Luis Borges./ Tractatus Logico-Philosophicus, Ludwig Wittgenstein./ Centuria, Giorgio Manganelli./ Las estrategias fatales, Jean Baudrillard./ Construcción, Thomas Bernhard./ Ironía Contingencia y Solidaridad, Richad Rorty./ Exhibición de Atrocidades, J.G. Ballard/Escaladas en Yosemite, Gorge Meyers./ El sentido de la vista, John Berger./ Tao te King, Lao Tse./Cuatro cuartetos, T. S. Eliot./ Las flores del mal, Charles Baudelaire./ El malestar de la cultura, Sigmund Freud./ Meditaciones, Marco Aurelio./ Santuario, William Faulkner./Poemas franceses, Rainer Maria Rilke./ El desierto de los tártaros, Dino Buzzati./ Los vaticinios de la inocencia, William Blake./ ¡Absalón, absalón!, William Faulkner./ Cantos, Giacomo Leopardi./ Los miserables, Víctor Hugo. / Ensayos sobre la condición obrera, Simone Weil./ El proceso, Franz Kafka./ Poèmes, Arthur Rimbaud./ Poesías, Stephan Mallarmé./ Antologie poétique, Nazim Hikmet./ Lord Jim, Joseph Conrad.//cuarteto de Alejandría, Lawrence Durrell./ El juego de los abalorios, Hermann Hesse./ Narraciones extraordinarias, Edgar Allan Poe./ Hotel Savoy, Joseph Roth./Relatos de los mares del sur, Jack London./ Las canciones de Bilitis, Pierre Louys./Prosas apátridas, Julio Ramón Ribeyro./ Los signos en rotación, Octavio Paz./ Los nuestros, Luis Harss./Misericordia, Benito Pérez Galdós. / Juan de Mairena, Antonio Machado./ Teoría e historia de la producción ideológica. Las primeras literaturas/burguesas, Juan Carlos Rodríguez./ Las personas del verbo, Jaime Gil de Biedma./ Últimas tardes con Teresa, Juan Marsé./Palabra sobre palabra, Angel González/ No tengo tiempo de más, me espera Marie (creo que se llama así)





sábado, 21 de octubre de 2017

Vientos huracanados



Todo iba como debía pero de pronto alguien mueve una ficha y se cambia el panorama, el tablero e incluso el juego. Ya no sé a qué juego.

Me dirás que esto es la vida misma y que no hay que confundir una cosa con otra. Tienes razón, pero llevo tiempo confundido.

Que me he quedado en el yo/mi/me/conmigo y no veo más allá, que el miedo es libre y el bosque se ha llenado de lobos.

Vale, que no sé por dónde me pega el aire, lo sé, pero es que he pasado de brisa a viento fuerza siete y no hay quién soporte el inicio de vendaval. Qué será cuando venga (no es una pregunta, me aviso).  

viernes, 20 de octubre de 2017

El Arauca vibrador



Señoras y señores, resulta que yo nací en esta ribera del Arauca vibrador y sin embargo subo y bajo de abismo a cima como un sherpa malhumorado quizás por influjo de las H intercaladas, pasando de la excelsa gloria al bah, sin apenas transición, que está tipificado me dicen, sí, pero el/la que  tipifica tampoco está muy allá y a su vez se tipifica con otro que tipifica y así sucesivamente y tan pronto se transmuta en ángel como que gime entre los brazos del alineado, es decir un lío, que hemos perdido la referencia y lo que hoy es verde mañana nos lo han pintado de gris y así no hay quién se aclare, excepto la amistad, que tomo tres vinos con mis amigos y la vida va como debe, hablando de cuando éramos, de lo que somos, de ser, y somos, aún, a pesar de los años, digo Amistad y la lengua me acaricia el paladar, digo amor y tan pronto me enajeno como que me vuelvo un depredador ansioso que copula en la madrugada y en el alba, acaso sea sexo, que digo Amor y se me paran los pulsos, me atonto, como un pájaro en un bosque nocturno, que me faltan ramas, que me sobran nidos, que ese periodo, el tránsito desde el ella minúscula hasta el Ella es lo sublime y así se queda uno, hecho unos zorros, dependiendo, lelo, con el corazón debajo del zapato que decía el poeta. Ay, madre, que lío esto de vivir.

jueves, 19 de octubre de 2017

Parker busca un elogio


(Vivian Maier)

Parker busca un elogio para brindar con la que supo sobrevivir, la que nunca habla de la hija que no tuvo, de la otra, tanto dolor en el hígado, en la infancia como una cicatriz que cruza su alma ahora tatuada con lo posible, puente de los suicidas, hospitales para alérgicos a la felicidad, para adictos al llanto clandestino, al desamor, al sufrimiento, al deseo enterrado en la decepción de tantas violaciones legales bendecidas por esto es así porque lo digo yo, es decir él, es decir la bestia que diluye en desayunos con sabor a derrota, en pequeños sorbos de desprecio, en píldoras bajo la lengua, la lucha del olvido del tirano, del que se fue con su alegría y el que escribe percibe que quizás la inspiración no esté en el papel sino en la calle, en la noche, en la voz rasposa que cuenta lo que nunca pasó pero que le permite seguir vivo, lejos de la tentación de las riberas, ahogándose en ese mal vino que comparte, ahora, todo es ahora, vivamos mientras Parker busca un elogio y una respuesta.

miércoles, 18 de octubre de 2017

Parker busca la inspiración.



En busca de la inspiración Parker ha brujuleado en noches robadas, en mañanas con resaca de mal vino y peores compañías, ha contado el patio interior y los tejados, la fachada no, nunca, los sótanos sí, y los balcones, ha dicho lo que no tenía que decir y ha olvidado lo elemental, ha pintado en la piel de desprevenidas viajeras estancadas en aeropuertos sin aviones, ha preservado como una reliquia la intimidad de aquel cuarto oscuro donde respiraba oxígeno purísimo, escalador del deseo tormentoso,  donde adoraba un cuerpo enjuto sobre una alfombra de viento y sudor, donde se salvó para después perderse, el estrago del amor cuando no era tiempo, cuando todo era pasado, claro, de esto hace ya una vida, la suya, bailando en lo que imagina, en el filo de no saber, con luces lentas iluminando la decadencia del placer, la muerte que se asoma en la puerta entreabierta, el instinto de las flores,  el presente es un perro que guarda los rebaños del no, ve, siente, escucha, tantea lo que no puede ser mientras una mujer pasea por una playa de viento y pensamientos que huyen como gaviotas diminutas saliendo de todos sus poros. 

martes, 17 de octubre de 2017

De la magia.


Llegan cartas de aquí y de allá, de ciudades que ni siquiera conozco, de países con fronteras imprecisas de líneas horizontales trazadas como al azar. Traen palabras escritas en georgia, con vida más allá de los visillos, sentimientos envueltos en terciopelo y misterio. Ando tan apresurado que apenas puedo analizar si esto es por esto o eso es por aquello. Así va la cuestión, que no sé, que guardo mis respuestas como un avaro traficante de emociones, que no digo, que me refugio en el silencio y canto para mis adentros, tarareo, me sé todas las canciones, las de amor y las de desconsuelo, las de odio y las de miedo. Vaya usted a saber si tengo un futuro en lo de contestar cartas, en remendar pergaminos, en mi propensión al garabato. Pero dejando aparte el jazz, lo mío es la magia, ni yo mismo lo sabía, a buenas horas, pero nunca es tarde. Dejo las pruebas.








lunes, 16 de octubre de 2017

Esto, eso y lo de más allá.



Eh, sí, tú, si crees que fuera de tu ombligo, esto (*) le importa a alguien tienes un problema. Parece mentira que a estas alturas sigas creyéndote todo.
No se trata de volverse un cínico, un descreído, un outsider, un pasota, no, hombre, no, se trata de la realidad, de la pura realidad.

Esto va así (**). Contra antes te des cuenta mejor para tu equilibrio, para tu salud mental. Se trata de abrir los ojos, de ver, de fijarse. ¡Espabila, tío!

Perdona, ¿te estás refiriendo a mí?, ¿algo en concreto?, no te entiendo.

Ya, eso está claro.

¿Puedes explicarme qué quieres decir?

Que eres tonto del culo, que te lo crees todo, esto (****).

Lo sé.





 (*) Defíname esto.

(**) Defíname así.

(***) Defíname culo.

(****) Defíname esto.

domingo, 15 de octubre de 2017

Courbet



Se dice que los poetas dicen cosas bellas, no sé si las viven, sé que algunos las sienten, de mayor quiero ser poeta, cuando no pueda vivir y solo imagine, ahora prefiero esconderme con ella, con Ella, bajo la parra y buscar si el origen del mundo comienza en el cuadro de Courbet o en las rimas de Neruda porqué, sí, puedo escribir los versos más no sé qué, cacofonía,  pero bastante tengo con dejar la ración de cada día, robándome sueño y besos, hoy será un día magnífico y depende solo de ti y de mí, aunque siempre vendrá un hijo de puta y lo estropeará, hoy estoy preciso, concreto, que solo hace falta escuchar las noticias, leer la prensa “independiente” para que te entren unos insólitos deseos de empuñar la metralleta o la papeleta y echarse al monte,  que nos engañan agitando banderas, hablándonos como a niños, que nos  sangran como a una res en el matadero, que hay poco castigo para tanto mentiroso, que no hay paredón para tanto ladrón impune, que en Irán les iban a faltar manos para cortarles, que aquí solo le cortan la mano al que roba una gallina nunca al que roba el gallinero entero, gallo incluido, vergüenza de Gurtel, de la(s) Púnica (s), de Nóos, Brugal, Emarsa, Bancaja, CAM, de tantos y tantos escándalos que los “medios” ora nos ocultan detrás de Cataluña, ora nos restriegan por las narices como si fuésemos gilipollas, me sulfuro, que me sube la presión y con el corazón no se puede jugar, hale, mañana más, feliz domingo. Besos a todos/as o a muchos/as.      

sábado, 14 de octubre de 2017

Il tempo cancella le intenzioni del cuore.



Bienvenidos, les estaba esperando, pasen. “Il tempo cancella le intenzioni del cuore. Forse questo rimane per gente come noi” canta Ivano Fosatti en un paréntesis del desplazamiento (¿?) entre la alcoba y el aeropuertoMe asombro de la clarividencia. Me sorprendo en este paréntesis entre lo que es, lo que será y la elaboración de los pasos a dar, sin olvidar por ello las huellas.

Para colmo (me) lo cuento.

Este es un territorio oscuro por el que transita la fantasía de la mano de esa bella dama que cierra los ojos. Por caminos de barro y helechos, tanteando, hemos llegado hasta aquí. Se me olvido decirles que también estaba en el viaje, soy ese, escondido en el bosque. No es para menos.



viernes, 13 de octubre de 2017

La memoria es un bosque.



La memoria es un bosque y cada mañana la tristeza prende su maquinaria.
Solo me separa del incendio la incandescencia de unos labios, la geometría de los manantiales, los caballos entre la niebla del Mar de Fora, la pureza de las cosas que temo, es decir, volver, pero ¿dónde? 

jueves, 12 de octubre de 2017

Películas


Entro en una sala inmensa, a oscuras, ruidosa, abarrotada. Suena a discoteca pero es una galería de arte, y el público se aprieta en sofás desperdigados. Mira la película El reloj, de Christian Marclay, que acaba de estrenarse y dura veinticuatro horas exactas. Por una sola vez la galería White Cube abre toda la noche para proyectarla entera.
Está hecha de películas. Marclay ha cortado y pegado fragmentos de miles en un collage que suena y se mueve. Sus historias se entrecruzan, se continúan, se zanjan. En todo el siglo, por todo el mundo, de Godard a las Tortugas Ninja, de Bollywood a Hollywood, de Bette Davis a Brad Pitt.

El reloj cuenta mil historias cuyo protagonista es la propia historia. Arma una especie de Aleph del cine y al narrar repiensa la naturaleza misma del tiempo y la narración. Se sitúa en un lugar de paso, sobre la brecha imaginaria que une (más que separa) el trabajo de muchos artistas y escritores contemporáneos.

Viendo la película, pienso en cómo escribir sobre ella. Pienso en quién ha escrito o escribirá como ella. Borges o Gombrowicz o Roussel o Aira, los que podrían firmar su guión o inspirar el viejo comentario: "Está bien, pero me gustó más el libro".

Javier Montes.




Puestos a preguntar, perdone usted la confianza,  no quiero que se  me queden en la punta de la lengua diferentes maldades.

¿Has visto la película The clock?, (si es que sí) ¿te dormiste? (anda, confiesa), ¿cuál es tu película preferida? (de respuesta obligatoria*), ¿es lícito colgar vídeos en un blog/muro que intenta tender a lo culto? (ja), ¿es o no es buen humor utilizar conceptos como blog, muro o culto?, vienes aquí por motivos no confesables? (si es por lo que imagino llegas unos años tarde), ¿has ido al cine alguna vez a no ver la película? (vale, solo o acompañado)**, (y) *** ¿se ha vuelto el cine algo que bajar de HBO, Netflix o similar y ver en soledad?,¿qué prefieres, la soledad o seguir con Loli? (o Paco, o como se llame), ¿qué prefieres, el cine o la lectura?, ¿qué prefieres carne o pescado? (de segundo plato, de primero hay consomé), ya, que me calle, a tus órdenes. ****




* La mía es Peter Pan

** (Recuerdo que en mi primer viaje a Londres visité un cine del Soho que proyectaba infames películas porno. El 95% de los espectadores se abrigaban con largas gabardinas y gorras de cuadros, estaban solos y se movían mucho y rítmicamente, también emitían gruñidos y jadeos. Un asco de cine. Roxana me dijo “nos vamos”. Y nos fuimos. Nunca sabré como terminaba aquella película ¿se casarían? (No me casé con Roxana, era una delicia de mujer, pero ella se quedaba en Londres y yo me volví a Bilbao)    

*** (Recuerdo que la quinceava vez que fui a ver Help me acompañaba M. Lomb. Pues bien, solo la escuchamos, desde la última fila, desde un enajenado y mutuo intercambio de labios, fluidos, manos voladoras y dulces frases de un presunto amor que no lo fue. Vimos y no vimos muchas películas más. Un día M. Lomb me citó en un/el parque y me dijo que acababa de salir de un hospital, que se había tomado veinte pastillas de no sé qué porque yo le había roto el corazón, que sus padres le mandaban a un colegio de Madrid, que por su parte me podía ir a la mierda y que era un gilipollas. En esto último tenía razón.)
   
**** (Recuerdo que me contaba historias y me las creía).

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