sábado, 13 de marzo de 2021

Max Aub


DE LA AMADA AL AMADO

 

Lo primero que recuerdo de ti son las manos. No tus manos en sí -que no sé siquiera si son hermosas o feas- sino tus manos en mí, tus manos sobre mí. Su marca huidiza, corredora, alucinante, como sombras de pájaros en vuelo. Tus manos en mis manos como palomas, en mis brazos como peces, en mi cintura como lianas, en mis espaldas como chorro de agua recién nacida, en mis muslos como serpientes. Tus manos por todo mi cuerpo, como mar. Tus manos sobre mí, corriendo, recorriendo, formando mi epidermis, formándome, dándome contenido: haciéndome mundo.

Hasta que me tocaste, no fui yo la que soy ahora.

¿Nueva? No: otra. Me hiciste por el tacto, de perfil y de frente. Desde el primer momento en que rozaste mi cabeza con tus manos, al descuido. Lo recuerdo como si fuese ahora mismo: estaba sentada en el suelo, pasaste tu mano por mi pelo y se estremeció mi tronco como si le azotara un viento nuevo.

Me estremecí. Cada vez que recuerdo tus manos me estremezco. Me inmuto. Ardo con sólo recordar tus manos, mi vida, conmovida.

Lo que siento, lo que me recorre cuando me tocan tus manos no tiene nombre. Ni escalofrío ni estremecimiento, ni temblor; conmoción tal vez. Ni lo sé ni lo sabré: vibro, me espeluzno, centelleo, titilo trémula.

Ondulo, me cimbro, nueva, otra. Me das movimiento.

Escribo "trémula" y quizá por ese sendero podría hallar las palabras que reflejaran lo que me hacen sentir tus manos en mi cuerpo. Pero no es temblor lo que siento cuando voy a temblar, temblar sin miedo, con gusto profundo. Soy yo, del otro lado.

Me alteras, me conmueves. Sí, está bien dicho: tus manos, me conmueven, me sobresaltan, me quebrantan abriéndome, haciendo salir de mis entresijos el musgo del placer más escondido.

Me estremeces: me meces, me entre -meces-.

Dentro.

Tus manos me acunan, me enternecen, me mueven, sirenas, me alan.

Me ablandan tus manos tiernas endureciéndome, me desmenuzan dándome unidad. Me cierran en ti, abriéndome a la mar.

Me transportan, contrarias al milagro, milagro ellas mismas, haciéndome, dándome lo que nadie me dio.

 

MAX AUB.



MAX AUB.


 

2 comments :

eli mendez dijo...

No tengo palabras para definir lo que se siente, muy dentro, cuando se lee este texto.
También creo que cuando seleccionamos hay algo muy de nuestra intimidad en esa elección, algo que realmente tiene que ver con lo que sentimos y deseamos expresar y/ o compartir.
Es magnifico el texto por esa belleza inocente, por esa forma de amor que parece imposible, pero sin embargo es real.
Precioso. La verdad lo leí varias veces. Ha sido y es un placer.
Besos de sábado por la noche( parece una canción jajaj)

Pedro M. Martínez dijo...

eli mendez y además dejo ahí, como si nada, ese Max Aub para quién esté interesado/a en saber más.
Por cierto, hay una segunda parte: “Del amado a la amada”, a ver si lo encuentro.

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