Amber Hakim

sábado, 30 de abril de 2022

Palmist

A palmist reading the palm of a young man, Naples, 1950s.

 

Voy de un blog a otro, de un muro a otro, toco pared y vuelvo, los veo, todos tienen una clave, si lo intento seguro que descubro un rastro entre tantos textos mezclados, floridos, exuberantes, bulliciosos, profundos, lacónicos, misteriosos, deslizándose a veces por mi cerebro, por mi corazón, por mis piernas como serpientes dolorosas, como agujeros de cerradura, como pañuelos de seda, como esos hipervínculos que me llevan a otra dirección,  de allí a otra y en el fondo, en lo oscuro, mi curiosidad encantada de seguir colgada de la punta de los dedos, en el capricho de esos escritores o de quién sabe qué. 

Es obvio que también soy quién sabe, que también sé que saben.

viernes, 29 de abril de 2022

Hatari y los Centauros.

 



Como repetía  Red Buttons en “Hatari”: cuéntamelo otra vez.

Ya lo he dicho muchas veces, para mantener este blog necesito (dulce) inspiración, algo (mínimo) que contar, imaginación y técnica (o así) para juntar letras y palabras.

¿Sólo eso?

No,  sobre todo pasión. Por la vida, los otros, la escritura, el momento, el ahora, el placer de escribir, de amar, de disfrutar los días, el intento. (etc)

Me parece poco.

Bueno, también está el juego, escribir siendo uno mismo y otros a la vez. Disfrazarse, pero no para engañar, no para confundir. Colocarse una máscara veneciana y dejar que el que lea adivine, es joven, es viejo, miente, exagera, no le ha podido ocurrir eso que cuenta. Fragilidad de una débil voz perdida en este medio, a su vez perdido en un espacio muy concurrido y, por supuesto, perdido sin remedio.

Te dejas la vanidad.

Sí.

Te dejas mucho que contar, escondes lo esencial.

¿Tú crees?

Sí, aquel día que se te llenó la cama de endecasílabos recuerdo que dijiste “moi, je desérte”. O cuando escribiste nadando en líquido amniótico. O tu prolongado periodo de endechas. O el estar y no estar. En fin, esa influencia del contraluz final de “Centauros del desierto”.

Vale, déjalo, este blog no sirve para gran cosa.

Estoy de acuerdo.

Agur.

Agur.

(Hatari)



jueves, 28 de abril de 2022

El grito de Tarzán.

 




Recuerdo las películas de Tarzán, me gustaban muchísimo. Vistas con los ojos de hoy resultan un poco ridículas. Los cocodrilos eran de goma, absurdos. Chita era una parodia de chimpancé. Tarzán era valiente pero elemental. No importaba, era un héroe magnífico, admirable, envidiable en su desnudez por una selva insólita con animales que le obedecían, ríos con hipopótamos, lianas danzarinas y aquel grito que llenaba mis oídos y mi imaginación. En los relatos de Edgar Rice Burroughs el personaje estaba mejor construido, era más sólido. Me los leí todos.

Leo otros libros que antes me encandilaron, veo otras películas que me dejaban pegado a la butaca. Eran la esencia, el soporte de mi fantasía. La mayoría no ha soportado el paso del tiempo, se ha quedado antiguo, desfasado, son otra época, el ayer. Me apena mi mirada perdida.

Leo ahora muchos libros, veo películas, escucho música, no sé por qué será pero nada me gusta tanto como lo de entonces. Veo mis ojos, no sé cómo pero veo mis ojos, son los mismos. ¿Qué ha cambiado? Busco y rebusco los colores que iluminen los días.

Y el grito.

No quiero abrir la boca en play-back, no quiero gritar lo que no grito, no quiero aullar para asustar a nadie, no quiero imitar lo que gritaba, no quiero.
Este grito de hoy es un susurro.


Sigo nadando en estos ríos, aunque llegue el último.



Johnny Weissmuller nació el 2 de junio de 1904 en Windber, Pennsylvania. En la década de los años 20 fue reconocido como el mejor nadador de estilo libre del mundo. Participó en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928 y obtuvo las medallas de oro en las pruebas de los 100 y 400 m estilo libre. Entre 1922 y 1927 batió cinco veces el récord del mundo de los 100 m estilo libre. En 1932 comenzó una carrera cinematográfica que pronto le identificaría con el papel de Tarzán, personaje creado por el escritor americano de aventuras Edgar Rice Burroughs. El grito de Tarzán, fue una combinación de diversas grabaciones y efectos electrónicos. Johnny Weissmuller se limitaba a abrir la boca en play-back, aunque terminaría aprendiendo a imitar su propio grito y a doblarse a sí mismo algunos años después. Al final de su vida, poco antes de morir en México, ofrecía lamentables exhibiciones estentóreas de su famoso grito, incluso cuando le entrevistaban los periodistas. También aterrorizaba a las enfermeras del hospital donde lo recluyeron aullando sin control alguno. Falleció el 20 de enero de 1984 en Acapulco, México


miércoles, 27 de abril de 2022

Parker y la corrección


 

Parker es un hombre afortunado, al menos lo parece, pero en el sorteo le tocó una mente que gira, que no está conforme, que busca debajo, arriba, cerca, lejos, las respuestas que nadie tiene, el final del misterio que no termina, la ruta por donde salir de su propio laberinto (tiene uno solo para él). 

Mientras encuentra todo eso, camina los más erguido posible, trata de crecer, de no rendirse en las noches de equilibrista tendido sobre el alambre, cuando los dioses se ríen, cuando se afana en amar lo imposible, cuando en la oscuridad escucha la respiración de alguien sin rostro. 

Renuncia acepta lo correcto sólo porque tantos  le dicen que es lo correcto (que sabrán ello de él) 

Así le ha ido muchas veces.


(Las vueltas que tiene que dar Parker para no decir lo que quiere decir.)

martes, 26 de abril de 2022

Pesimismo.

 

Planck en 1933



«La verdad no triunfa jamás, pero sus adversarios acaban por morir», decía Plank.


Un avión espera con alas temblorosas. París es un lugar con una torre de hierro entre nubes con signos de interrogación y cigüeñas despistadas. Quizás un día me equivoque de destino y aterrice en una tierra que me haga olvidar quién soy, o quién era, o espejos que ocupen toda la pared de no ver, de golpes contra los barrotes de la realidad y miedo. Pesimismo, eso mismo.


lunes, 25 de abril de 2022

Buscando un estilo



Entre la búsqueda de estilo y el estilo mismo hay un camino de tiempo trabajado, sin más. Hay quién lo busca y hay quién se pierde, hay quién está instalado sin saberlo y hay quién no sabe lo que tiene en su mano derecha -una libélula muerta, un cardo, el corazón de una abubilla, un recuerdo apelmazado-.

domingo, 24 de abril de 2022

Los dinamiteros.

 


“Los dinamiteros” es una película de 1964 dirigida por  Juan García Atienza y muy bien interpretada por José Isbert (uno de mis malditos), Sara García (mexicana) y Carlo Pisacane (habitual actor de reparto en las películas italianas de la época). Una comedia ingenua, con una leve crítica social (para poder sortear la censura), con buena fotografía, magnífica música (Piero Umiliani) y un Madrid de fondo que es todo un testimonio de aquel entonces.

Con todo el cine que hay para escoger me pregunto por qué he visto esta película olvidada (y que además ya la había visto hace años). Me respondo: porque Filmin es una maravilla con joyas escondidas, porque siempre he tenido una manía injusta a José Isbert, era un gran actor y se lo debía, porque ver cómo se vivía entonces me reconcilia (en cierta manera) con el hoy, porque ha cuadrado así y me abre la puerta a seguir viendo películas antiguas (como yo), porque lo cool es ver/escuchar y contar lo que está fuera de catálogo, ser diferente, bucear en lo que no se lleva y llevarlo. Me acabo de pintar la calva de amarillo. Que vivan los pigmeos. ¡Viva!     

sábado, 23 de abril de 2022

Pasajero

 

Paul Almasy     Passenger, Metro Abbesses, Montmartre, Paris     c.1965


A uno le nacen (más o menos).

Le educan.

Vive.

Crece.

Si sabe, se deseduca.

Si no, sigue por la senda, sin sorpresa, sin mirar tras los setos del camino, ajeno a zarzas, a cantos de ruiseñores y mirlos.

Uno es como debe ser y camina hacia ser quién es.

Conseguirlo está sujeto a azares y veleidades, a tormentas del destino,  a la brisa de otras playas, al quién sabe.

El camino está ahí.

Y el caminante.

Queda seguir, sin detenerse apenas, sin mirar atrás por las nostalgias que pesan, por los lobos que aúllan tras los cerros, por el miedo a tú sabes.

Llegar es la meta, pero ¿dónde?

viernes, 22 de abril de 2022

Luisa Horno

 


Volver de viaje y encontrarte con un libro dedicado con todo el cariño es un regalo inesperado y mágico, es un honor que recibo con agradecimiento y respeto.

Luisa Horno es una escritora infatigable, imaginativa y sincera, amiga a la que debo el placer de su generosidad. No sé cómo corresponder a sus muchas atenciones, creo que deberé ir a Zaragoza a cantar jotas bajo su ventana.

Muchas, muchas gracias, Luisa, lo leeré con atención y agrado.

Besos respetuosos.

jueves, 21 de abril de 2022

Jung

 


“Hasta que no consigas convertir lo inconsciente en consciente, lo inconsciente dirigirá tu vida, y tú lo llamarás destino”. 

(Jung)


miércoles, 20 de abril de 2022

Gabriel García Márquez

 


"José Arcadio Buendía conversó con Prudencio Aguilar hasta el amanecer. Pocas horas después, estragado por la vigilia, entró al taller de Aureliano y le preguntó: ‘¿Qué día es hoy?’ Aureliano le contestó que era martes. ‘Eso mismo pensaba yo’, dijo José Arcadio Buendía. ‘Pero de pronto me he dado cuenta de que sigue siendo lunes, como ayer. Mira el cielo, mira las paredes, mira las begonias. También hoy es lunes.’ Acostumbrado a sus manías, Aureliano no le hizo caso. Al día siguiente, miércoles, José Arcadio Buendía volvió al taller. ‘Esto es un desastre –dijo–. Mira el aire, oye el zumbido del sol, igual que ayer y antier. También hoy es lunes.’ Esa noche, Pietro Crespi lo encontró en el corredor, llorando con el llantito sin gracia de los viejos, llorando por Prudencio Aguilar, por Melquíades. Por los padres de Rebeca, por su papá y mamá, por todos los que podía recordar y que entonces estaban solos en la muerte..."

Gabriel García Márquez

Cien años de soledad


martes, 19 de abril de 2022

Frederic

 


Illustrations by Co Loerakker for a story about a dragon,
 published in the Dutch DONALD DUCK magazine in 1981.



El pueblo Bété carece de escritura, por eso Fréderic Burly Bouabré intenta un alfabeto que contenga todas las lenguas del mundo. Por mi parte, con humildad, intento escribir cada día con la decepción de la noche anterior aún recostada en el paladar.


Hacía frío y en los portales se acurrucaban los testigos del fracaso y lo oscuro. Marroquíes con las manos contra la pared. Policías patrullando con perros.


La alcoba estaba silenciosa y fría a la altura de un quinto piso. En la televisión concursos absurdos. En el buzón, viento, sobre la mesa, naranjas. Mi cama, demasiado grande y fantasías aterrizando en la interminable pista de la realidad.


No es tan sencillo de entender y sin embargo  en Bilbao ocurren historias que no creeríais mientras en Barcelona la noche está poblada de arcángeles con rubias melenas rizadas y cocodrilos que fuman largos habanos frente a ventanales abiertos al desierto de otras noches.


He metido el teléfono en la pecera, desde ahí me mira, silencioso, con sus teclas melancólicas. ¿Qué culpa tendrá él?i 



lunes, 18 de abril de 2022

Jenna y Briana.

 


Ella no era Jenna Jameson pero no me escuchaba aunque dejaba anzuelos en las fortuitas aguas de sus ojos. Contamos de diez a cero y repetimos, después de cero a diez y no hubo manera, las cuentas no salían, los cuerpos no ardían.


Ella, que no era Briana Banks ya no me miraba, hacía señas a la japonesa que vendía rosas de papel y linternas azules, buscaba la luz verde de un taxi. Fuimos. Por casualidad, en el coche sonaba Yesterday. Volví. Yo no era Bobby Vitale.




domingo, 17 de abril de 2022

Aprecio


El barrio Jarana, cuando pasábamos el Caño Zurraque el viaje casi había terminado, los niños lo presentían, ya no preguntaban ¿cuanto falta?, los esteros interminables, el olor a mar, Cádiz al fondo, la felicidad presentida, ayer, o hace poco, la vida entera.

Lo decía Félix Grande: “Donde fuiste feliz alguna vez / no debieras volver jamás: el tiempo / habrá hecho sus destrozos, levantando / su muro fronterizo / contra el que la ilusión chocará estupefacta”.


Pero, desobediente, obstinado, nostálgico, vivo, vuelvo y vuelvo y encuentro, me reencuentro, soy feliz, siento, no contrasto, aprendo, absorbo el cielo azul, la gente, el acento, los olores,  la alegría, “en los olivaritos, niña te espero, con un jarro de vino y un pan casero” lo escribía Lorca y lo cantaba Camarón, lo recuerdo ahora mientras paseo entre casas bajas, ventanas enrejadas, “apoyaó en la reja de la mancebía” y tanto estaba aquí, ahora lo sé, Andalucía, mil kilómetros desde allí, sin brújula, disfrutando cada minuto de sentir la vida, esta, la de ahora, no hay otra, el luego no existe. Les deseo esta paz aprovechando que no hay levante que se la lleve. Les aprecio, ea.

sábado, 16 de abril de 2022

Elena Medel

 


MADURAR


Madurar
era esto:
no caer al suelo, chocar contra el suelo, contemplar el pudrirse de la piel
igual que un fruto antiguo.
Colchón justo para los dos; años que chocan la lengua contra los dientes una y otra vez que
se tambalean en la boca
años
del sentido incorrecto.
Con tres hilos de cabeza he tejido mi tiempo:
piensa en vosotros a mi edad, piensa en tres hilos de cabeza, qué te falta, qué te queda;
piensa en tres hilos. Quizá
eso, madurar:
quizá Ulises boca abajo, quizá la orilla boca arriba,
eso que queréis me esperará diez años. Pensad en diez caídas; pensad en
diez hilos de cabeza. ¿Aquello? ¿La madurez? ¿Márchate, olor a lavavajillas, déjame con mi
sueño?
¿O quizá en la boca uvas para el postre del color
de la rodilla que cae al suelo,
de la rodilla que choca contra el suelo? Me tambaleo. Y era yo el zumo en la garganta, y era
yo el frío, era yo
las uñas y el estómago, quién era yo en mis años
con tres, en mi tiempo con diez hilos de cabeza. Hasta mi habitación
por la escalera de incendios un hombre
y su sentido contrario. Diez hilos de cabeza, veinte hilos de su pecho atados a mi pecho,
juro que amé
los golpes de sus piernas. Digo que
madurar era esto: que no pude negarme, digo que mis tres hilos de nada entre los dedos, y
juré chocar y el suelo
lo juré. Pensé al suelo la caída
y el choque contra el suelo. Pensé el aliento pensé dije
tres hilos de cabeza: tambaleo.
Pensé en mi edad y pensé en vosotros y pensé
que nadie me avisó de madurar así, junto a la vida y el frío en el cajón
de la fruta que se pudre.

Elena Medel

viernes, 15 de abril de 2022

Irene X

 


Ojalá tuviésemos veinte años para jurarnos

que nos enredaremos para siempre.

Para poder mentirte,

todavía,

sin saber que lo estoy haciendo

y decirte que te besaré las muñecas hasta el final.

 

Pase lo que pase

contra viento y marea.

 

Lo que pasa es que el tiempo

es un reloj que se paró aquel día de playa

y no supimos ajustar.

y hoy sus agujas

son pestañas en los ojos

que me escuecen si no las retiro.

 

Lo que pasa es que contra el  viento

nunca ha ganado nadie

y,

además,

desde que mis arrugas son de cualquier expresión,

estoy a su favor;

y al de las mareas,

los océanos,

los árboles,

el sol,

las tormentas eléctricas.

Irene X


Soy un fruto más,
mi camuflaje es el suicidio,
pero sólo soy un fruto más de tu cosecha.
Mi lamento se traduce en cientos de lenguas muertas
y la tuya discurre mi nuca y dicta:
nadie vendrá a buscarte cuando hayas madurado.


 

jueves, 14 de abril de 2022

Venta de Vargas.



Una copa de fino, una tortillita de camarones, unas papas aliñás en la Venta de Vargas y la vida se para, ese rato, con el sol luciendo en un cielo tan azul que duele mirar más lejos de lo que hay, brisa, calma, paz, no desear más de lo que se tiene, los recuerdos arrugados en una caja de cartón, a la vuelta veremos, por eso me voy, también, para afrontar todo (¿?) a la vuelta, luego, solo hay ahora y resulta que estoy aquí, tan ricamente, disfrutando de otros acentos, expresiones, costumbres, los sentires son los mismos, la emoción, “pobre mi lucerito ¿quién te ha pegao? que tienes los ojitos de haber llorao”, cofrades con su madre al lado, con agua, un bocadillo, que no se canse el niño, al cielo con ella, la recogía, los fieles, el fervor, una saeta en la noche que estremece por igual a los fieles, a los ateos y esa banda de música que te reconcilia con alguien que alguna vez fuiste, aquel que aun no había descubierto la mentira, ese abandono a lo más íntimo cuando una trompeta te lleva a los domingos por la noche en Araca, a soledades cuando no había respuesta, a dejarme llevar ahora que aquí no me conoce nadie, respeto y contraste, “Me lo encontré en el camino y nos hicimos hermanos/ y lo invité a que subiera al lomo de mi caballo”, Camarón, la Isla de San Fernando, alegría de vivir que son cuatro días y ayer llovió, un abrazo a mis amigos e incluso a los conocidos, ea. 




miércoles, 13 de abril de 2022

Run, baby, run.

 


Debe parecer que estoy diciendo algo pero sin decir nada, sin comprometerme.
(Ni comprometerme ¿eh?)

Palabra y silencio unidos en un paso cansado, o enérgico, o sombra detrás de la sombra de los tilos, detrás el bosque, detrás el esplendor impúdico de ser, sin ser.
(Vale, pero a mí ni me nombres)

Remover el pasado, inventar el futuro, gozar del presente, estar en la ventana y en la plaza, en las nubes y bajo la lluvia, ser sin ser, ya te digo.
(Es que está mi presencia, mi huella por todas partes)

Saborear aún los momentos de la fiesta de los cuerpos, la celebración de lo furtivo, el escondite oscuro donde descubrimos la luz.
(Te lo dije, cállate, nos descubrirán)

Me callo, pero corre que están cerca.


martes, 12 de abril de 2022

Ir y venir.



Ha bajado la temperatura en los pezones de la mujer de piedra, las alfombras están mudas. 

Cada gota de lluvia es de un color diferente, me impregnan cuando me revuelco entre las flores con rocío y alfabetos, entre las ortigas del último beso. 
Estoy clavado en la cruz de la despedida a los jadeos desnudos, cuando nos escondíamos bajo paraguas en la isla del tamaño de apenas un armario. Allí éramos náufragos, humo, amantes, nada. 
Sin embargo voy y vengo. 

Ahora, voy.

lunes, 11 de abril de 2022

Berta García Faet

 


CUESTIONARIO PRE-MATRIMONIAL

 

¿Nos vamos a vivir a un falansterio?

¿Has perdido mucho el tiempo?

¿Escribir libros tristes es adaptativo?

 

¿No hay cuerpo que no sea, a largo plazo, música?

¿Te drogas? ¿Crees en algo? ¿Eres salvaje? ¿Eres anarquista?

¿Teísmo, flechas, ritos, pasos?

¿Estrías, ascuas, teína, ateísmo?

 

¿Has resbalado por el páramo con una décima de fiebre?

¿Ríes a carcajadas por el páramo con una décima de fiebre?

 

¿Escuchas el silencio histriónico de la palabra harpa?

¿Escuchas el silencio histriónico de todas las palabras?

¿Escuchas el silencio histriónico del imperativo abrázame y,

verbalizándolo, me abrazas?

 

¿Plagian, pero mal, las palabras a los grajos?

¿Los textos de los cuervos? ¿Los cloqueos-contraseña?

¿Y el vapor, y el pespunte? ¿La diástole, el párpado?

 

¿Es una herida fresca?

¿Tienes mucho calor?

¿Nihilismo o pétalo?

¿Nihilismo o pétalo?

 

Berta García Faet

 

 

 

https://www.zendalibros.com/4-poemas-de-berta-garcia-faet/

 





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