Inmersión.
Sirimiri sobre la calle de los
carpinteros orensanos, hay un mañana de
fecundas respiraciones entre los intersticios de las piedras que forman un
jeroglífico de calamidades selectas, las de ayer están arrumbadas en una
esquina del moribundo verano. Desobedezco a la nostalgia fiera, a los
ruiseñores de placenteras melodías y busco calor entre lo artificial y los semejantes,
entre ya te lo dije y la desobediencia de labios y rencores no satisfechos. Me sumerjo en el jueves.
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