31.1.13
Como Georg Baselitz, quizás se haya perdido la poesía
entre sílabas atormentadas, nos sangren los tímpanos y los dedos busquen
túneles insalubres como topos reacios, imprudentes, aprendices en la raya del
delito, en la belleza de la luz entrando en el bosque de proscritos donde se
han reunido los rebaños y algún pastor sin perro, aprendiendo que del
sufrimiento nace la resignación, que bajo la lápida no hay espacio para
las caricias, que la imaginación puede disfrazar a los infames y hacer
palidecer a los cínicos, llevamos dos generaciones perdidas y esto no tiene
pinta de arreglarse, un pozo de errores, una vivienda de cimientos agónicos, de
ingenieros mudos, una turbulencia sin fin, no es un deshonor entrar de
puntillas a los océanos hasta que la marea nos lleve y Cristo resucite al
tercer día. Amén.
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