Sueños muertos
Ulas Merve
Sonreíamos en la orilla desafiando al viento que profanaba nuestras peticiones, cada rincón preservado, los caballos desbocados entre los dedos, la bruma rebelde, los confines, su soledad de princesa agraviada, la errática búsqueda de un nosotros, la estéril ceniza, nuestros cuerpos desnudos, la respiración contenida, la intuición del llanto, la sangre iluminándonos, la enseñanza de ser lo que nunca fuimos, la piel nueva, la mirada inaccesible, mi voz contando, cantando, alargando lo imposible.
No insisto.
En la distancia ha muerto un sueño.
6 comments :
Vaya! suena tan triste y dramático que dan ganas de acompañarte en el sentimiento...¿ no estás triste verdad? Si es así, me quedo un ratito haciéndote compañía...luego tengo que irme, pero volveré : ) Un beso!
No te acompaño en ese sentimiento. Si era princesa, abajo la monarquía. A vengarse en carne ajena.
María, ¡que noooooo! Escribo, escribo, bien o mal, solo eso, nada que ver con mi vida (al menos con la actual). Pero me gusta que comentes lo que te de la gana. Muchas gracias.
Un beso!
Oye, Werther, ¿qué dices? Eso de soledad de princesa agraviada es una forma de decirlo. Maldición, abajo la monarquía pero ella no. Vigila que voy a buscarte, a ella ni tocar. ¿Será posible? La venganza se sirve fría. Déjame que la prepare según mi criterio gastronómico. Grrr. Sentimiento, sentimiento, te morderé Werther, guau.
Los románticos somos inofensivos. Pedro, a qué simular aristas que no tenemos. Si acaso autodestructivos; en mi caso me gusta sacar la pistola de su caja de ébano y a veces hasta la acercó a la sien y acaricio el gatillo con un crescendo que me llevó alguna vez al borde de la descarga. .No es lo usual pero...
Werther, no me fío yo de los románticos, lo mismo se te suicidan en el salón y te dejan todo perdido, que luego quién limpia la sangre ¿eh? Conozco uno que se tiró del puente de la Salve (que es altura, vaya que sí) y cayó a la parte del agua (por el viento, su destino era el cemento) y tuvieron que lanzarse al rescate varios viandantes, uno no sabía nadar, un espontáneo, siempre hay alguno así, que se ahogaron todos menos el romántico que además de esa cualidad era campeón de su pueblo de 400 mariposa y salió tan campante. Aunque, la verdad, querer suicidarte y sobrevivirte por tu propia inutilidad tiene que ser frustrante, vivir, para algunos, es frustrante, tema serio, complejo, por eso yo voy a seguir con esto del blog (entre otras ocupaciones menores, ya te digo) y que salga el sol por Antequera. Besos.
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