Nino Migliore


sábado, 3 de febrero de 2024

Por comentarlo.


Hay un problema con los espejos, solo se ve el reflejo de lo que está delante. Te mueves un poco hacia la derecha y ya no te ves, o solo te ves una oreja, parte. No se ve lo de dentro, lo de detrás, lo interno, lo de la frente, del corazón, las intenciones, las emociones, las sensaciones, las frustraciones, las fluctuaciones de hoy arriba, mañana abajo, las circunvalaciones de aurículas y ventrículos, lo del impulso, que se te para el motor y adiós problemas, se los dejas a los que quedan. Ocurre que si no sabemos si vamos a llegar al sábado no sé para qué nos preocupamos de qué haremos el domingo. Ocurre que si no sabemos cómo somos nosotros mismos no podemos saber cómo son los demás. Ocurre que no tengo ni idea de nada, no, pues eso, por comentar

 

10 comments :

Tatiana Aguilera dijo...

No sé si el problema sea del espejo, el pobre cumple con la función de replicar una parte de nosotros. No le corresponde ser un microscopio ni menos un psiquiatra para que intente demostrar algo o parte importante, de lo que somos detrás de la parte física.
Como bien finaliza tu pensamiento, el verdadero problema es descubrirnos para recién intentar conocer al resto.

Abrazos Pedro

Francesc Cornadó dijo...

Para ver nuestro interior recurrimos a radiografías, TACS, colonoscopias, cistoscopias, biopsias y otras técnicas tan desagradables como útiles, con ellas vemos un barroco húmedo. Ni con las técnicas clínicas ni con los espejos hemos conseguido ver el alma, por mi parte, te digo que tampoco me interesa demasiado verla, supongo que debe ser como una especie de moco.
Abrazos

Maia dijo...

Cuando dejó de importarme el comportamiento "aceptable" y empecé a hacer lo que quiero, fue ahí cuando me di cuenta que en realidad no me conocía, también que había empezado a conocer a los demás y lo que vi no me gustó, eso reafirmó que el camino a seguir era el correcto. No cuestiono el comportamiento de las personas, así como llegan son aceptados -o no-, lo que sí cuestiono es por qué tardé tanto tiempo.

Francesc Puigcarbó dijo...

Para ver nuestro interior solo hacen falta dos cosas, humildad y honestidad.

Saludos.

Pedro M. Martínez dijo...

Tatiana Aguilera, cuando escucho a un político en televisión empezar su discurso con “sinceramente”, sé que va a mentir. Sinceramente, había perdido la costumbre de recibir comentarios en este blog, lo había dado por muerto (el blog, yo no, que estoy vivo y atento a esto y a eso y con la mirada siempre puesta en la línea de flotación que te quitan el tapón y se vacía la piscina, con lo mal que andamos de agua, aquí al menos, no sé ahí ¿llueve mucho en Chile? ¿llueve en tu corazón? ¿alguien recuerda a Ignacio Verdugo Cavada?) Abrazos Tatiana
.
Hoy el fuego y la ambición
arrasan rucas y ranchos;
cuelga la flor de sus ganchos
como flor de maldición.
Y voy con honda aflicción
a sepultar mi pesar
en la selva secular,
donde mis pumas rugieran,
donde mis indios me esperan
para ayudarme a llorar.
(Ignacio Verdugo Cavada)

Pedro M. Martínez dijo...

Francesc Cornadó muchas de esas operaciones clínicas que citas (con regodeo, que te veo) todavía no las han practicado en este cuerpo serrano que me lleva y me trae, todavía. No desisto después de la frustración en mis últimas visitas al urólogo, las antiguas prácticas exploratorias han sido sustituido por inocentes métodos, ecografías abdominales (o por ahí), frías máquinas que sustituyen a la sabia experiencia deductiva de aquí hay algo, baby. Pues eso, lo del alma, conozco a tanta gente desalmada que con cultivar la mía bastante tengo. Y con contestar a tu sabroso comentario que agradezco desde este Bilbao hoy mas cerca de la primavera que del invierno. No sé dónde vamos a para (si lo sé pero tampoco nos vamos a amargar antes de tiempo. Feliz Sábado. Y domingo.

Pedro M. Martínez dijo...

Maia, pues nunca es tarde si la dicha es buena, solo tenemos ahora. Tu historia es la mía (o casi), dejé el comportamiento aceptable pero solo en interiores, cuando nadie me ve (excepto la persona que esté conmigo y a veces con la luz apagada ni nos vemos, bueno con el alma sí, lo de la comunión de cuerpos y almas, que parece que solo es lo de los cuerpos, NO, las almas también están ahí disfrutando con sus cosas de almas -¿me quiere, no me quiere, será solo sexo, volveremos a vernos?- las almas también tienen alma, las almas también sufren, aquí todo dios sufre, mira tú misma, en vez de disfrutar a tope del cambio climático (por ejemplo, como en los telediarios, que dicen primero que hace buen tiempo, lo de los records y luego que no llueve, ¿en qué quedamos?, coño, que ya uno se enfada, leches) y de tu reconversión de comportamiento le estás poniendo fechas, ya, vale, escucha a Coelho (un profeta, un gurú, un vendedor, un XX), solo tenemos ahora (aunque también Eckhart Tolle se las trae ¿eh?). Ayer ganó mi Athletic, 4-0, esa es la vida y no tantas historias de almas. Saludos.

Pedro M. Martínez dijo...

Francesc Puigcarbó, pues no pides nada. Lo de la humildad pasé porque el tiempo nos va poniendo a todos en nuestro sitio (iba a hacer una broma pero es muy serio) pero lo de la honestidad…
Seguiría pero se me escapa el sábado y tengo que preparar la comida.
Saludos.

María dijo...

¡Vaaaya! ¡¡ cuánta gente hoy en esta casa ¡cómo me alegro!porque además son de lo mejorcito.. normal, viniendo al mejor jaja
Bueno pues puestos a comentar, el único motivo por el que me gustan los espejos es porque agrandan las habitaciones, pero los uso poco para mirarme, lo justo.. creo que no hace falta espejos para conocerse, te ves mejor cerrando los ojos y escuchando si hay o no bullicio dentro : ) pero me ha gustado mucho esta disquisición espejil tuya.. Y por seguir comentando…¡ Cómo me ha gustado la escena de Hatari!.. mil gracias, no he visto esa peli, me ha dado ganas de verla.. y bueno, mi tiempo me cunde mucho y además, la mitad de las veces comento desde el móvil mientras espero en los juzgados, no veas la de tiempo que se pierde ahí, yo lo aprovecho escribiéndoos y a ratitos mientras trabajo, entre una cosa y otra : ) Ahora mismo por ejemplo, estoy frente al mar en un día preciosísimo .. para que veas, querer es poder ; ) Un beso grande y buen finde PEDRO!

Pedro M. Martínez dijo...

María cuidado con el feng shui, que colocas mal un espejo y tienes cien años de mala suerte aunque no hay mal que cien años dure. Hatari es una película de aventuras africanas que gustaba mucho a algunos jóvenes de los de antes de internet, antes de alguna revolución y antes de saber que la cara no es el espejo del alma. Y aquí andamos, yo te contesto mientras me tomo un vermut con una croqueta de una señora que las hace de morir. Beso infinito, agradecido.

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