domingo, 13 de diciembre de 2020

Lecturas dominicales

 


 …los domingos suelen ser días de poco tránsito, que dejas aquí (o allí, o en él, o en ella, o en ello) el alma y como si dejas una alpargata, yo qué sé. Pasan los visitantes y miran para otro lado o no miran o no ven. ¿Te ocurre también a ti? Pretender ser diferente es muy difícil excepto que seas verde, un suponer, o lleves la cabeza bajo el brazo (1) que algunos no saben qué hacer para llamar la atención. ¡Atención! Y no viene. La complicación sí viene con el bajón. ¿Seré invisible? (te preguntas). Te miras al espejo y no, esas ojeras son tuyas, y las orejas y el sueño porque anoche, o porque anoche tampoco, o porque no has dormido pensando en, o en nada, que la noche del viernes me desperté de madrugada y no pensaba, que me preocupé, coñó ¿me habré quedado en blanco?  Hacía esfuerzos para concentrarme en algo y nada pasaba por mi cabeza (por dentro digo), un paisaje nevado, algo lunar, el vacío, ¿tendré algún agujero en el córtex y se me han ido por ahí las ideas? Esto he pensado que pensaba pero después, en ese momento no pensaba, cero, ni una idea. Es grave, al menos la idea, es decir la única, la de siempre, la obsesión, eso, pues no, como para no preocuparse. Pero, tranquilidad, me desperté y pensaba, como siempre, no mucho, apenas tres o cuatro cosas, lo de siempre, eso y dos o tres más, comer, dormir, lo elemental y lo sublime, siempre guardo una esquina para lo sublime, el rincón de lo sublime, la trascendencia y esas cosas, lo de después, muerto el burro la cebada por el rabo. Por eso ahora, aunque sea domingo, qué importa. A ti, ¿te pasa esto?, ¿qué te pasa a ti, corazón?, ¿te pasa? Un momento, voy a sumergirme en la reflexión, me enrosco en mí mismo, me pongo la mascarilla y hasta que se me ponga la frente al rojo vivo. ¡Viva! Hasta luego…  


Según las Vidas de San Dionisio, escritas en la época carolingia, tras ser decapitado, 
Dionisio caminó seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre, 
por el camino que, más tarde, sería conocido como calle de los Mártires.



6 comments :

Moony-A media luz dijo...

Pues no, a mí no me pasa porque duermo de un tirón.
Cuando me despierto pienso poco, eso sí, porque es cansado pensar y me daría sueño otra vez.
Invisible sí que soy, más que nada porque en este pueblo no se ve a nadie (somos 72 habitantes) y como las vacas y las ovejas ya están en los establos, pues ni esas me ven.
Pensé que harías domingo de monte al no llover, yo ni loca que me canso.
En fin, buena tarde de domingo.

LA ZARZAMORA dijo...

En Nôtre Dame, hay entre las doce estatuas una de St Denis.

Miles de amigos, cuando la vinieron a visitar me preguntaron... a quienes no intentaron medirse conmigo, ni me trataron de listilla... los llevé a St Denis
a la catedral del 93 donde anida el santo y sus reliquias...

Hace tiempo, que visto lo visto, ya no paseo a nadie, y cuando me preguntan hasta digo que la torre eiffel mide menos que yo.... y en minúsculas...
Miedo me da ya medirme, hasta con quien pensé que tras invitarlo/a a casa, algún respeto guardaría.

Tampoco dejo besos, no vaya a ser que.

eli mendez dijo...

jajajjajajajajajajajajaj
La verdad no creo que seas muy invisible!!!
Mas bien pienso que solito te debes encerrar algunas veces para que no te descubran y poder permanecer un poco aislado..
Y los domingos... jajaj no seeee...creo que los dias son solo eso...dias y los veo muy similares...Intento sonreir en todos!!! Abrazo grande!

Pedro M. Martínez dijo...

Moony-A media luz no existe un pueblo así excepto en los cuentos de Heidi. Yo tampoco pienso mucho, demasiado cansado. No hice monte pero sí mis kilómetros diarios (hoy me toca doble ración). Saludos a las ovejas y a ti, con la mano, así, como se hace desde un andén.

Pedro M. Martínez dijo...

LA ZARZAMORA oye, pero tú y yo ¿no estábamos enfadados? #&·*¨Ç# A mí nunca me has paseado. ¿Medirte?, no sé. Cuando alguien quiere medirse conmigo me empequeñezco y desaparezco por algún desagüe, no me encuentro en condiciones de mediciones, comparaciones, evaluaciones, bendiciones, absoluciones y besos tampoco dejo, hale (si tú no los dejas yo tampoco). (No sé cómo se pueden poner aquí emoticonos de caritas sonrientes)(Imagínatelos)

Pedro M. Martínez dijo...

eli mendez tengo amigos que me comentan que “nosotros, a nuestra edad, somos invisibles”. Les digo que yo nunca seré invisible, que si hace falta me pinto la calva de amarillo fosforito o me pongo un farol en la nariz. Invisible, grrrr. Besos de lunes (que son mucho más ricos por lo novedosos, para el viernes se quedan correosos).

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