Regreso.

No recuerdo si lo dije.

Contarlo todo.

Mi viaje.

He estado en México desde el día 14 del mes pasado hasta este sábado.

Vuelvo impresionado, fascinado, embrujado por una tierra que hierve, con tantos contrastes, tanta cultura, tanta historia, por un clima duro, por unas gentes generalmente amables (menos en la recepción de mi hotel en México DF, qué siesos).

Me doy cuenta que no puedo resumirlo así, sin más, quizás lo haga poco a poco.

Antes de ir pregunté a amigos que habían estado o vivido ahí. Me dieron respuestas tan vagas, tan poco prácticas que en cuanto le vea les voy a mandar a paseo.

De los 21 días, 10 los he pasado en DF una ciudad inabarcable, en extensión, en monumentos, en pujanza y sobre todo en personas, 25 millones abarrotando calles, avenidas, callejones, parques, 25 millones.

El resto del tiempo me fui, solo, con mi mochila roja a conocer Oaxaca y Chiapas, dos joyas, cada una en su estilo. He recorrido unos 3.500 kilómetros, los autobuses son excepcionales. Llegué casi hasta Guatemala (una frontera bastante peligrosa por otra parte). Quizás lo cuente con calma. Me bañé en el Pacífico (de pacífico solo tiene el nombre, a las noches asustaba su fragor a 25 metros de mi cabaña mínima).

Por cierto, me decían, ten cuidado, es muy peligroso, estás loco, ¿Dónde vas?, y solo. En ningún momento he tenido la más mínima sensación de peligro, solo hay que usar el sentido común.

He vuelto bastante agotado, si estoy un poco vago en esta cita diaria seguro que sabrán ustedes disculparme.

Un saludo.

Gracias por esperar.       

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