30 millones
“Vamos de nosotros
a los hombres, nunca de los hombres a nosotros.”
Honoré de Balzac.
Le Médecin de campagne.
Lento, muy lento, las ideas van tomando sentido, encajando, ya
distingo el contorno de un animal aún indefinido (puede ser una vaca, quizás un
alce), unas nubes, un rostro borroso no se sí de ángel o de extranjero.
Aún es muy pronto.
He estado solo en una ciudad de
30 millones de seres humanos y una cantidad indeterminada de inhumanos. Sabía
esto antes de ir allá. ¿Lo sabía?
Hablé con cada persona que pudo, miré,
fui atento por las calles, descubrí colores, sonrisas, alegría,
tristeza, dolor, esperanza, otra vida, otra forma de vivirla, la misma en
esencia.
Y sí, claro, también vi museos, monumentos, no hubo problema, todo
fluyó como debía.
Pero escribo para mí, para no
olvidarme.
Les recomiendo este libro (por cierto un gran libro), si, seguro que
se dieron cuenta, " al envejecer los hombres lloran". Es cierto, pero
ahora no tengo tiempo, si hay que llorar que sea de alegría.
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