Te recuerdo.
Recuerdo que ha pasado el tiempo, que
ordeno en mi cabeza los sabores de tu cuerpo, los pliegues de tu piel, el
perfume de tu voz mimosa, tus gemidos y aquella playa donde repetí que te amo,
insistente, alegre, los cangrejos bajo la arena aplaudían, volaban gaviotas con
las alas sucias, las copas de los pinos se movían con el viento, ya habíamos
entregado en recepción la llave de la habitación del hotel y vagábamos por las
carreteras hostiles buscando un refugio para besarnos, un bar con música
country y urinarios limpios, un tugurio donde ser otros, malos, insultar
a los parroquianos con boina y halitosis y salir corriendo antes que
intentasen darnos de hostias y tú eras una señora y yo te quería impresionar
siendo el que no era y nos abrazamos en aquel bosque de eucaliptos al lado de
la autopista, después te llevé al aeropuerto y empezamos a contar las
horas hasta la próxima vez. Te recuerdo en esta lluviosa mañana de junio con
silencio de domingo y resaca de sábado.
2 comments :
Un increíble revoltijo de recuerdos de lo más sugerentes ; )
Abrazo fuerte!
No creas, María, si se lee bien todo está seguidito, con sus comas y espacios para respirar, los recuerdos (ayer) y hoy (que no llueve). Así andamos, en nada julio. Abrazos no demasiado fuertes (no controlo)
Publicar un comentario