Esto no es un diario (5).
Esto no es un diario.
Bilbao, 22 de junio de 2023
“Brinda
por la tristeza./Por la luz./Por los barcos sin rumbo/que cruzaban el mar y las
puertas de casa./Brinda por el amor y su rara costumbre.” Recita Elsa López con
voz apasionada y hoy he empezado a aprender muy temprano, hay vida más allá de
mi ombligo. A las 5 de la madrugada de un jueves, Bilbao está vacío, hay coches
de la ertzaina en alguna esquina, las carreteras hacia el aeropuerto están
sorprendentemente transitadas y el microcosmos de Loiu es como una ciudad del
futuro bajo la paloma de Calatrava, un mundo de luz con muchísima gente moviéndose
de un lado para otro con altas voces ajenas al mundo exterior todavía negro y
silencioso.
Cuando vuelvo a casa los pájaros ya cantan en los jardines de Albia.
Andrea me
ha regalado un teléfono y me he pasado un buen rato disfrutando como un
niño mientras trasteaba y pasaba datos
del viejo móvil al nuevo.
He comido solo y me ha salido una pasta mejorable.
Quid pro quo. A la tarde he ayudado a mi hija en la mudanza de cajas y bolsas de un local a otro. El nuevo ha quedado maravilloso.
He paseado a los perrillos en una puesta de sol preciosa.
He cenado solo.
Voy a dormir solo.
Suelo pensar poco en la soledad, creo que estoy muy mal acostumbrado.
Aunque esto no es un diario lo escribo para no olvidarme.
No sé si también recordare las cosas que pienso y hago, las que no hago, todas esas sobre las que no escribo.
Ya es verano.
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