1953
Robert Doisneau. Parc Monceau, 1953.
No sé para qué escribo en esta mesa de piedra, iluso territorio, doloroso reconocimiento del vacío, otra vez el esperpento, soy cómplice del descenso a la rutina, domesticamos al fugitivo y queda la intemperie de la nada, mar sin horizonte, ridículo equilibrista caído en las trincheras de la noche, apoyado en el vacío, dócil protagonista de una mentira, la conciencia ahí, herida que no cura, saber qué y las preguntas, flores rojas entre el trigo monótono. ¿Amanecerá?
2 comments :
Sieeempre amanece, no lo dudes!
Abrazo fuerte!
María, no estés tan segura, según en qué parte del planeta vivas (¿Seguro?)
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