Carmen Echevarría (3)
Mientras
escribía estos breves cuentos no terminaba de encontrarles sentido. No me
parecía, interesante, la narración no tiene ritmo, el argumento es mínimo, no
se entiende porqué esta mujer se tira al agua obstinadamente, en vez de
afrontar las situaciones. Los guardé en un cajón.
Ahora
los vuelvo a leer y me sorprendo de los escenarios que escogí. Rebuscando en
mis recuerdos, coloqué a la protagonista en los mismos lugares en los que el
día que Javier me confesó su infidelidad, me lancé al agua y fui nadando en
busca de mi horizonte.
Y está
lo de Manuel, sé que jamás dejará a su esposa. No me lo dice pero lo noto en un
alejamiento progresivo, en sus llamadas con voz desganada, en las visitas cada
vez más espaciadas. Esta noche hemos quedado para ir a caminar desde el puerto
viejo hasta el faro. No puedo soportar su abandono, si no es mío, de nadie. Le
empujaré por el rompeolas, será él quien caiga al agua, no sabe nadar, no
saldrá. Adiós problema.
4 comments :
Menuda puntería tiene Carmen con los hombres: Javier infiel y Manuel que no deja a su mujer. Tendrá que plantearse qué busca en los hombres antes de arriesgarse a matar a Manuel.
Tres tipos simples, desbaratados.
Un beso.
Ilduara en esto de escribir hay una parte importante. Cuando al cabo de un tiempo revisas textos que has escrito, su temática, las historias que se te han ocurrido, las tramas, los personajes, sus motivaciones, etc, dejas a un lado lo de la imaginación, la invención y te quedas con la duda ¿qué parte de mí hay aquí?, lo del subconsciente y eso. En estas historias de Carmen –te lo voy a contar, qué demonios- hay un comienzo verdadero. Estaba un día en la playa tomando el sol y vino a visitarme una amiga más que amiga, me contó que se había acostado con un amigo menos amigo que yo para quitarse de encima lo de la virginidad. Me encolericé y me tiré al agua no sé si para calmarme o para no estrangularla (en un sentido figurado que uno nunca ha sido violento). El caso es que fui nadando hasta el horizonte más o menos, pero como siempre estaba más lejos me volví. El resto del relato también tiene alguna cosilla real pero ¿qué es la realidad?, ¿tú eres real? Ilduara, yo qué sé, lo mismo eres un cabo de gastadores de bigotes retorcidos o un gato de angora (que escribe, claro) o una princesa oriental, estos mundos de los blogs está lleno de personajes escondidos detrás de un nick. Señor, señor. Un beso.
Cada uno actúa de una manera a lo largo del caminar de la vida.
Un abrazo.
María Dorada sí, pero no siempre de la misma manera
Un abrazo.
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