Aquella llamada
Gloria Rodríguez
A partir de una llamada telefónica todo cambió.
Ten
cuidado con tu mujer, te engaña, dijo
aquella voz y desde entonces me entró la sospecha, la duda, el miedo, el
rencor, la incomprensión, la impotencia ante una situación que no entendía, el
progresivo aumento de las precauciones, el cambio de las rutinas, la vigilancia
de las costumbres, el control, tantas cosas, en fin, que hicieron mi vida
diferente.
No
hubo más llamadas avisándome, pero la semilla de la desconfianza había prendido
y todo era mirar el buzón por si aparecían cartas sin remite, revisar las
llamadas al móvil, el ordenador por encontrar mensajes comprometedores en gmail,
comprobar si había pruebas en la ropa, manchas sospechosas, olores, mirar los
kilómetros del coche, los cargos en la tarjeta de crédito, la disminución del
deseo, la intensidad de las miradas, indicios de otro hombre, señales de la
infidelidad presentida, pavor ante la soledad.
Desde
aquellas palabras mi existencia entró en un agobiante ejercicio en el que solo
me preocupaba proteger mi dignidad, mi propia estima, mi supervivencia.
Fueron tiempos duros, muy duros, se me fue la cabeza.
Fueron tiempos duros, muy duros, se me fue la cabeza.
Un
día me planté ante el espejo, me miré, encaré mi realidad y me propuse vivir
como antes, antes del aviso, antes de aquello. En poco tiempo lo logré, apenas
necesité cuatro años. Tampoco me resultó difícil, sobre todo teniendo en
cuenta que soy, siempre lo he sido, un hombre solitario, soltero, que nunca he
tenido pareja, que nunca he estado casado.
6 comments :
Hola Pedro, primera vez que paso por aquí y a decir verdad me ha encantado.
Tu estilo en éste relato es muy interesante y ese final desconcertante me gustó...
Te sigo y te agrego en mi lista de blogs
Abrazo, Pat
https://entrelosrincones.blogspot.com
A mí también se me va la olla, la pinza... cuando prefiero olvidar lo que ya sé.
Y qué me encierren!!!
Besos, pirata!!
Patricia Palleres bienvenida a esta esquina olvidada. Me alegro que te haya gustado, he empezado hace poco con esto de los blogs y poco a poco le voy pillando el truco (si lo tiene).
Gracias por agregarme.
Un abrazo.
LA ZARZAMORA A mí se me fue y nunca volvió, recuerdo nombres sueltos, alguno brilla como un anuncio de cine, como un fogonazo, zass, me pregunto quién podría ser ese o esa o eso y al de un rato me encojo de hombros y sigo.
Me he dejado barba en este confinamiento y cada mañana le trataba de usted al del espejo. Por cierto, hace unos días que no le veo.
Besos al abordaje.
Me has sorprendido el final y me he reído jajajajajaj
Tracy,he seguido la pauta contraria de aquel "tiemble después de haber reído"
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