Lituania
La cena y el amor fueron copiosos.
En la cena ella me hablaba sobre todo de Lituania
En el amor hablaba en una lengua que no entendía, o sí, un poco.
A medianoche se acurrucó a mi lado y mimosa me susurró Leónidas Breznev.
Hay cosas que un hombre como yo no puede resistir, átame, le dije.
Con su pijama ató mis brazos a la cabecera de la cama.
Ты мне очень нужна, dije, pero no me llega la sangre a las manos.
Я влюбилась в тебя с первого взгляда, respondió ella con aquel acento que me enloquecía, no importa, deja que la sangre llegue donde debe llegar.
Me amó con una pasión que jamás había conocido antes (cosa que tampoco era difícil).
Я люблю тебя всей душой, repetía como un mantra mientras me cabalgaba.
Al terminar, mientras se duchaba, yo seguía atado a la cama con su pijama.
Seguí atado cuando revisó mi cartera.
Cuando se fue, seguí atado.
Han pasado dos horas y no siento las manos.
No puedo imaginar la vergüenza que voy a pasar cuando la señora que limpia el cuarto me descubra así, desnudo, atado a la cama y con la sangre acumulada donde debe llegar.
Y el móvil no para de sonar.
Då svidaniya.
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