Enramada
En
la enramada, a media voz, no llevo pares,
colecciono piedras de tantas riberas, cantos rodados que pinto de amarillo y
señores con grandes narices, nado
desnudo en el frío mar gallego, me dejo
mecer por las olas sin vestigios de naufragios, llegan a puerto barcos enmarcados por gaviotas, tomo el camino de regreso a los
cálidos brazos de las ausentes, una encrucijada de vientos, de puntos
cardinales, de luz que ilumina este transcurrir del otoño y juego, órdago, gano
pero sin embargo sigo con Sophía de Mello Breyner
Si todo el ser al viento abandonamos
Y sin miedo ni compasión nos destruimos,
Si morirnos en aquello que sentimos
Y podemos cantar, es porque estamos
Al desnudo, el propio dolor meciendo en sangre
Frente a las madrugadas del amor.
Cuando la mañana brille otra vez floreceremos
Y el alma beberá ese esplendor
Prometido en las formas que perdemos.
Y sin miedo ni compasión nos destruimos,
Si morirnos en aquello que sentimos
Y podemos cantar, es porque estamos
Al desnudo, el propio dolor meciendo en sangre
Frente a las madrugadas del amor.
Cuando la mañana brille otra vez floreceremos
Y el alma beberá ese esplendor
Prometido en las formas que perdemos.
(Versión de Diana Bellessi)
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