domingo, 6 de octubre de 2019

Adrián 3

Adrian Sandu

Fue también por aquellos días  cuando aprendí que desde mediados del siglo XV en la custodia de asiento se adoptó la forma de torrecilla o templete ojival, sostenido por una base artística quedando en medio una lúnula o viril de plata u oro para colocar en él visiblemente la hostia. Jamás lo hubiera imaginado, esa utilización del “viril” en una custodia me llenó de confusión. Uno era (es) bruto, nada inclinado a piezas y ornamentos religiosos, pero especialmente propenso a eso de la virilidad. Por eso, aquella noche, para compensar, la amé repetidamente. Ella no consentía su propio goce, desnuda pero mística me susurraba -Cioran decía que “el orgasmo es un paroxismo; la desesperación, otro. El primero dura un instante; el segundo una vida”-. Ni con esas perdía mi excitación, tanto la deseaba, seguía a lo mío/nuestro con insistencia.

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.934 entradas