Sin memoria
Tanto caminar arriba y abajo, para volver allí donde crece la vengativa flor del olvido.
La felicidad es mi cabeza en tus muslos, un café, Zelenka, la lluvia en los cristales de una terraza en Roma, mientras inventamos el amor.
No quiero olvidar tu nombre.
Cuando salgas, anótalo en ese cuaderno azul junto al teléfono.
Y cierra la puerta.
2 comments :
Hay instantes de felicidad que nos ayudan a vivir toda la vida.
Que belleza de escrito Pedro.
Conmueves.
Besos
eli mendez tu frase es exacta (pero no se puede vivir solo de recuerdos). Muchas gracias por tus comentarios, por este, por todos, eres muy, muy amable. Besos.
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