martes, 25 de mayo de 2021

Con corbata roja



Con mi corbata roja no tuve problemas al pasar por la recepción del hotel, apenas una mirada del conserje. Es curioso lo que hace una corbata así, disfraza incluso a un tipo como yo.


Habitación 301. Ella me esperaba detrás de la puerta, temblaba.

Desde la ventana se veía el río, abajo, lento, melancólico, frío. También una esquina de un edifico en construcción.

Solo tenía ojos para ella.

“Desnúdate”



“Así quisiera tenerte ahora, a mi merced, sumisa, atada sobre las sábanas esperando las caricias y el beso, con el rastro de mis labios por tu espalda, por tus muslos que tiemblan cuando  acerco mi boca ávida, mis dedos que te abren y te exploran, encuentran tu centro y tu perdición mientras te musito al oído vagas obscenidades que jamás he dicho a ninguna otra mujer, hembra que me alteras, me enardeces, haces de mi un hombre entregado al placer de servirte y perderte, de escarbar en aquello que deseas y gimes y gritas y te tapas la boca con la almohada y no puedo parar de tocarte, de moverte, así, así, levanta el culo, ven, muévete ahora, despacio y entro en ti tan dulcemente que la habitación se llena de coros de demonios que nos acompañan y animan y somos una mujer y un hombre felices, luchando juntos, amándose como en el principio de los tiempos,  follando como adolescentes, dos seres humanos como náufragos en una playa desierta, tú y yo, amándonos…”

Unos golpes en la puerta.
“Policía.”

Ella me invita a esconderme detrás de la cortina.
“Un momento”

Abre la puerta.

“Señorita ¿está sola?”

“Sí, agente, ¿sucede algo?”

“Buscamos a un hombre con una corbata roja ¿le ha visto?”
Se escucha un alboroto en el pasillo.
El agente mira a los lados.
“Algo ocurre, cierre la puerta, señorita”.
Se va.

Gritos, este no parece un hotel muy recomendable.

Salgo de detrás de la cortina. Me visto rápido, me hago el nudo de la corbata roja.

“Como siempre ¿100 euros?”

Asiento, me los da, salgo al pasillo, bajo por la escalera de servicio, saludo al conserje, me mezclo entre la gente.

Todavía me quedan dos hoteles, maldigo esta profesión.   

4 comments :

eli mendez dijo...

jajjajajajajjajajajaj
Primero veniamos fantastico...wowwwwww...que relato
y luego me has super sorprendido!
que malo estas ultimamente jajajajaj(creo que no entendi nada no???) mañana leo de nuevo.. je je Besosssssss

Tracy dijo...

Me has sorprendido y mucho.

Pedro M. Martínez dijo...

eli mendez, acabo de desayunar (café y tostadas con mantequilla y mermelada) , a la vez veo un documental sobre un escritor (al que siempre he admirado), hoy tengo mucho que hacer (sería largo contarlo), antes miro mi blog (soy un iluso), me gusta que te sorprenda lo que he compartido hoy (mucho). Creo que me cuesta admitir que las personas que leen lo que escribo no admitan que escribo. Yo qué sé. Jajajajajajaja. La vida es hermosa (incluso con la pandemia). Besos de martes.

Pedro M. Martínez dijo...

Tracy, pasa mucho, pero, eso ¿es bueno o malo? Espero que te hayas sorprendido para bien. Un saludo.

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