martes, 26 de junio de 2007

Erinia.

Grita el pastor, desde los prados de la loma vuelven al redil las pánfilas ovejas. El sol descansa sobre el yugo de los bueyes aún uncidos. Mugen las vacas en el angosto prado. El hacha de los leñadores resuena desde el bosque, los pájaros gorjean.
Hace tiempo que no se escucha en la aldea la trompeta que previene, el tambor que avisa. Las jaurías de perros olisquean al jabalí oculto. Los cazadores de tordos beben vino mientras preparan lazos, las ocultas trampas. Una mujer mete dos dedos en una jarra con miel.
Descanso de la dura jornada de trabajo recostado en la encina, las gallinas alborotan, miro el arado quieto, al mastín que persigue un gato negro, el humo sube desde el hogar, pasa una cabra con las ubres llenas buscando la hierba junto a los sarmientos.
Me sobrecojo, sobre mi pecho desnudo pasa la sombra de la erinia Alecto, tiemblo, temo.
Son oscuros estos tiempos y no he pagado el tributo a la diosa Hécate.
Oh temida Alecto, antaño Euménide, nacida de la tierra fecundada con la sangre de Urano, recibe mis ardientes preces y sortea esta humilde casa, vete a la de mi vecino que quema incienso ante el altar de Tisifona, deja mi heredad a salvo.


Erinias: deidades griegas, en principio conservadoras del orden natural, y mas tarde vengadoras de crímenes. Nacieron de la tierra fecundada por las gotas de sangre que cayeron de Urano al ser mutilado. Son tres: Alecto –a la que nada apacigua-, Tisífona –el espíritu de la venganza- y Megera –el espíritu del odio-. Se las llamó también Euménides – Bienhechoras-. Los romanos las identificaron con las Furias.



Hécate: deidad lunar, no incluida entre las divinidades olímpicas. Relacionada con Artemisa y confundida con Selene. Primero protectora de la juventud, la elocuencia y el éxito en todos los combates, luego dispensadora y protectora de las artes mágicas y de encantamientos.


Aquí: Celia Cruz


15 comments :

Atzavara dijo...

Se me antoja demasiado lejano... prefiero las (ir)realidades más de ahora, o de ayer, o de mañana... pero más de aquí...

Besos nocturnos...

Anónimo dijo...

el francés contaba que son las moscas que vienen a molestar, a quitarte el sueño, a meterse en tus pensamientos, a contaminar tu mente.
cariños

Anónimo dijo...

Se me mezclan las venganzas y las furias en las Erinias. Jamás las sentí Euménides.
Su sombra en nuestro descanso es ciertamente sobrecogedora.
Y es que uno no quiere nunca pagar tributo a Hécate.

Abrazos

Pedro M. Martínez dijo...

Atzavara más de aquí...
Siempre pensamos que nuestro aquí es el aquí. (Perdón, lo pienso yo.)
Hoy me dio por esto. Es lo que tiene escribir, cuando encuentras muchos aquí es que vas por buen camino ((Perdón, es lo que yo pienso.)

Besos mañaneros.

Pedro M. Martínez dijo...

Antonieta ¿quién de ellos? de los franceses digo.
Pues ese día no lo eran, te lo aseguro, ni moscas ni franceses, era la vengativa Erinia.
Cariños, sí (qué bonito)

Pedro M. Martínez dijo...

Ybris uno no quiere pagar tributo a nadie (al menos yo), pero lo paga, vaya si lo paga, paga aquí y paga allá, paga sin parar (y no me refiero –solo- a dinero)
Abrazos

Camille dijo...

Esto sí que no es ficción, a mi no me engañas!!

Pedro M. Martínez dijo...

Jo, Camille, calla, que me chafas la sorpresa. No ves que no se había dado cuenta nadie. Menuda carrera de escritor tengo contigo. Así no acabo en el cortinglés (firmando, digo)
Besos de martes.

Margot dijo...

Sí de encantamientos se tratara no ha de serte complicado honrar a Hécate...

Y se me ocurre que a Alecto se le podrá sobornar, bastará que dejas caer sobre ella unas gotas de sangre de tus dedos.

O incluso a lo mejor hasta es más sencillo pero claro, la morada es tuya...

Un beso con miel en los labios

Anónimo dijo...

sartre..........(las moscas)
(perdón, eso lo pienso yo)
cariños

Pedro M. Martínez dijo...

Margot, dejémonos de deidades y centrémonos en lo nuestro, mundano y gozoso, lo de la miel –hazte así-, que se te escurre labios abajo –¿quieres una servilleta?-, por ejemplo. Ay.

Pedro M. Martínez dijo...

Ay, antonieta, claro, Sastre y su Orestes (bien por ti, apúntate 9 puntos)

de repente, la libertad ha caído sobre mi y me ha pasmado, la naturaleza ha dado un salto hacia atrás...me he sentido completamente solo en medio del muy pequeño mundo benigno; y ya no hay nadie en el cielo, ni bien ni mal, ni nadie para darme ordenes.

Y entonces decide vengar la muerte de su padre.

Cariños a montones.

Pedro M. Martínez dijo...

Rodrigomándame veinte.
Donde siempre.

Anónimo dijo...

La erinia, la vestal... siempre escoges figuras muy dionisíacas,querido.
Besos apolíneos.

Pedro M. Martínez dijo...

rouge, ¿será una tendencia?
Besos hercúleos (hummmm).

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