viernes, 1 de junio de 2007

Decepciones.




Del lento movimiento de la nada en las manos
será la realidad,
la transparente oscuridad de tu apariencia.
(Carlos Aurtenetxe).


Aquella noche mi padre me dijo: “las hadas no existen”. Y me dolió, porque no tenía ningún derecho a entrar en mi fantasía; porque ya lo sabía; por que cuando me contaba cuentos veía en su mirada una línea amarilla de ironía; porque era demasiado bello para ser cierto: las hadas, alguien que te ayuda cuando todo está perdido. Nunca creí en ellas, incluso cuando las oía cantar en el bosque cercano.


Otra noche, lo recuerdo vivamente, estaba a punto de dormirme, él se acercó a mi cama y con voz grave me dijo: “tú no eres una princesa”. Y lloré, lo reconozco, porque sí lo soy; porque siempre me lo han dicho, desde niña; porque soy diferente, mejor, más guapa, otra; porque mi madre lo repite cada día. ¿Es que él no lo ve?. No creo que quisiera hacerme daño, quizás estaba enfadado, o cansado, quizás había trabajado demasiado aquel día, quizás se había quitado las gafas. Pero sí lo soy. ¡Qué tonto!.


A veces me sorprendía con adivinanzas, con extrañas prevenciones: “ten cuidado con los dragones”. Y yo debía imaginar a qué se refería. No sé por qué absurda manía no llamaba a las cosas por su nombre y se dejaba de circunloquios, de metáforas infantiles. Además era peor porque mi cabeza se llenaba de bellos dragones paseando por campos de lirios, de ágiles dragones rojos que me llevaban de la mano al baile del prado, de oscuros dragones con los que me escondía entre la arboleda.


Ayer me beso la frente y me dijo: “ nada existe, no sé quién soy”. Después me miró de una forma tan triste, tan triste, que tuve que abrazarle y aquí sigue, acurrucado entre mis brazos, tembloroso, pidiéndome que le diga que le quiero, que no voy a dejarle jamás.

Pobrecito mío.




28 comments :

fgiucich dijo...

Pobre padre que no creía en las hadas, si ellas son las que nos contagian la esencia de la vida. Abrazos.

Valeria Elías dijo...

dios, cuantos desengaños!!!! cuantas mentiras decimos... no existen las hadas!!! por dios, que aberración...
quien lo cree? A veces los padres se llenan de miedos y en vez de aportar transmiten esas mismas cosas... despues nos corresponde a los hijo reeducarlos... besos

M dijo...

La decepción es tan dura porque se corresponde con las expectativas que nos hemos creado, y no con lo real...


Es lo malo que traen las ensoñaciones...


Besos,
Hilda

Arthur dijo...

Ay Dios, Pedro, pues más ó menos así es mi Madre, así tipo dictadora, que a veces me impone las cosas, y me regaña cuando algo no me sale bien.

Con la diferencia de que mi Mamá no se confunde, no llora (bueno, a veces ella utiliza eso en lugar de darme regañizas ó palizas; llora, pero para hacerme sentir culpable y miserable). No me pide que la quiera ó la abraze ó le dé un beso.

Ya sólo le falta tener un látigo para castigarme, aunque no le hace falta, pues a puro puño limpio puede ella dejar fuera de combate a quien sea.

Y yo, como sigo los pasos de ella, estoy aprendiendo a ser tan duro como ella, a no tenerle piedad a nadie, y a aplastar a cualquiera que se me ponga enfrente. Voy a ser un dictador como mi Madre.

Ya ves por qué es difícil ser yo?

Saludotes y abrazotes.

Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur

Gusthav dijo...

Pues menos mal que mi Padre si tiene una paciencia que vale oro. Y además no es tan conservador como los demás Padres (y Madres) que tienen su misma edad de mi Papá.

Pero tampoco es tan cursi contando cuentos, ni pidiendome a mí ó a mi hermana que lo abrazemos ni le digamos que lo queremos, él ya lo sabe.

Y por lo mismo de que mi Papá es un poco liberal, él sabe que entro a ver libretas de ustedes.

Y yo tengo 23 años, y para que sepas de mí, andáte a mi profile para que veas más detalles de mí, puede ser?

Saludos y abrazos

Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav

Naty dijo...

¿Realidad o ficción? A veces es tan frágil la frontera entre ellas, que es díficil distinguirlas... ¿O será acaso que intercambian de papeles? Eso explicaría mi ropa chamuscada y el brillo de los ojos que a veces me sorprenden (dragones y hadas haciendo de las suyas)... Nos vemos

Noe, siempre hay una salida dijo...

¿por qué los padres se empeñan en que seamos siempre sus dulces bebés y en cambio pretenden hacernos crecer con sus golpes de realidad? Tal vez, sólo tal vez, no entendernos ni llegar donde nos lleva nuestra imaginación les hace sentir vulnerables, lejanos... hace falta ser muy adulto para no despertar al otro por no poder soñar su sueño.

Besos y shhhh! sí que existen!!!

caminoalasalida.blogspot.com

ybris dijo...

Hoy me ha costado leerte.
Y ha sido por culpa de esas fotos que nos has regalado hoy.
Y de la foto y los dos vídeos de "Aquí"
Está claro que hay hadas, que somos príncipes o princesas, que hay que tener cuidado con los dragones...
y que no somos nadie sin unos brazos que nos acurruquen y nos digan que nos quieren.

Un abrazo especialmente admirado hoy, amigo.

Anónimo dijo...

Sí, abrázale fuerte, porque fué él quien te hizo acudir a las hadas, aprender a ser princesa y vencer a los dragones.

Abrázale y dile - tú, sí - todo lo que él no te dijo a tí.

Pedro M. Martínez dijo...

Bueno, fgiucich, hay hadas y hadas.
Conozco algunas que son unas auténticas brujas (a pesar de su apariencia)
Abrazos.

Pedro M. Martínez dijo...

Amada Inmortal, claro, así, en tono cuentito parece sencillo, pero reeducar a los padres y deseducasrse uno mismo no es tan sencillo (sobre todo lo segundo).
Desaprender, toda una tarea.
Besos.

Pedro M. Martínez dijo...

Viuda de Tantamount, sí, pero sin ensoñaciones, ciñéndonos a la pura y dura realidad ¿no sería más triste?.
Va en personas. El pobre padre de la protagonista estaba hecho un lío.
Besos,
Pedro.

Pedro M. Martínez dijo...

Realmente Arthur, ser tú es muy difícil.
Tiene que ser duro soportar una Madre tan autoritaria. Con todo, educó a un chaval tan sensible como tú. No creo que puedas convertirte en alguien sin piedad, tienes demasiado corazón. Pero inténtalo, lo más que te puede ocurrir es que además de tu Mamá te peguen los Otros.
Con admiración, mi abrazo

Pedro M. Martínez dijo...

Bueno,Gusthav, con 23 años ya puedes leer libretas de adultos, te lo permita tu Padre o no. Por cierto, es un Padre como se debe ser, sin abrazos ni demostraciones de cariño, tan cursis, tan absurdas. Se empieza así, abrazando a un hijo y a saber como se termina. El Amor se sabe, no hay que andar demostrándolo, menos con abrazos y carantoñas.
Siempre recuerdo Esparta
Abrazos, campeón, buen fin de semana.

Pedro M. Martínez dijo...

Naty ¿la ropa chamuscada? Oye, mírate eso, a ver si has sido abducida y no te has enterado. Lo digo por lo del brillo de los ojos.
Míratelo, me has dejado intranquilo (ahora no me lo podré quitar de la cabeza).
No nos vemos, nos leemos.

Pedro M. Martínez dijo...

Noe, siempre hay un camino, claro que existen, los padres. Yo mismo tengo uno. No es una prueba así, digamos, para demostrar que todo el mundo tiene uno, pero es un dato (al menos para mi).
Quizás se empeñan en que sus hijos seamos dulces bebés por que el ser humano con los años, con los muchos años, se va convirtiendo en un dulce bebé. Pero hay que ser muy adulto para darse cuenta.
Claro que existen, hadas, padres, dragones, nosotros, es un sin vivir.

Pedro M. Martínez dijo...

ybris, sabía que te iba a gustar lo de Aquí. Hay verdaderos artistas. Y con tiempo (¡qué envidia!).
Y estoy de acuerdo, sin unos brazos que nos acojan no somos nada (o somos menos). Por lo menos yo.
Un abrazo tan agradecido y lleno de cariño como cada día, mi admirado Ybris

Pedro M. Martínez dijo...

Aunque en un mundo de ogros es muy difícil.
Por abrazar que no quede.
¿Quieres que te abrace a ti? (ya puestos)

Margot dijo...

Y a Alicia le decían: tu imaginación te traerá problemas pero ella veía conejos y gatos y pócimas y reinas, le gustaba y era feliz. Un día Carrol murió y cayeron sospechas sobre él de pederastia y Alicia se dijo que las reinas siempre acababan cortando cabezas y dejó de creer pero estaba triste, siempre estaba triste.
La última vez que hablé con ella hácía prácticas de acróbata, en la cuerda floja. Ora arriba, ora en el suelo. El equilibrio, se dijo. De momento lleva dos esguinces y las muñecas abiertas pero es persistente. Le gusta mojar las manos en esos polvos de talco como a Aurtenetxe.

Le voy a decir que busque al padre de tu cuento, y a la hija a ver si entre todos se acurrucan. Crees que se llevarían bien?

Besossssssss de buenos días con duendecillos y setas.

mirada dijo...

Un abrazo enorme...

Gwynette dijo...

Ël no lo sabe aún, pero tú eres su hada..

Saludos de alcachofa

Petrusdom dijo...

Me alegra la tarde, una vez más, tu relato. Saludos

Carmen dijo...

Vivir no es sólo existir, / sino existir y crear, / saber gozar y sufrir / y no dormir sin soñar. / Descansar, es empezar a morir.
Buenas noches corazón!

Pedro M. Martínez dijo...

Querida Margot, me has descolocado ¿quién es Aurtenetxe? Y ya puestos, te invito a que te unas al padre de tu cuento, a su hija, Lewis, Alicia y un servidor, todos acurrucados esperando que este sábado sea magnífico. Así te lo deseo.

Pedro M. Martínez dijo...

Quedo enormemente abrazado Mirada.
Y besándote.

Pedro M. Martínez dijo...

Y tú, Gwynette ¿lo sabes?

Pedro M. Martínez dijo...

Pues no te conocía Petrusdom, que callado te lo tenías.
Gracias.

Pedro M. Martínez dijo...

Amén Carmen, lo que tú me digas.
¿Añades algo más?
¿No?, pues buenas noches. A dormir.

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