Parker busca elogios por la riberas del silencio
Parker busca un elogio para brindar con la que supo sobrevivir, la que nunca habla de la hija que no tuvo, de la otra, tanto dolor en el hígado, en la infancia como una cicatriz que cruza su alma ahora tatuada con lo posible, puente de los suicidas, hospitales para alérgicos a la felicidad, para adictos al llanto clandestino, al desamor, al sufrimiento, al deseo enterrado en la decepción de tantas violaciones legales bendecidas por esto es así porque lo digo yo, es decir él, es decir la bestia que diluye en desayunos con sabor a derrota, en pequeños sorbos de desprecio, en píldoras bajo la lengua, la lucha del olvido del tirano, del que se fue con su alegría y el que escribe percibe que quizás la inspiración no esté en el papel sino en la calle, en la noche, en la voz rasposa que cuenta lo que nunca pasó pero que le permite seguir vivo, lejos de la tentación de las riberas, ahogándose en ese mal vino que comparte, ahora, todo es ahora, vivamos mientras Parker busca un elogio y una respuesta.
2 comments :
Parker no necesita buscar elogios , debería llevarlos todos puestos. Sabe que esa persona que tan increíblemente bien ha descrito brindaría con él encantada si supiera cómo hacerlo, porque alguien q vive una vida tan terriblemente triste, soportando tantísimo sufrimiento necesita fabricar tal cantidad de dopamina interiormente para anestesista o mejor dicho neutralizar el dolor q llega a sus terminaciones nerviosas para no sentir nada , que sus manos han olvidado como aplaudir, si no lo haría....No sé muy bien lo q te estoy escribiendo porque me he desvelado, he abierto el móvil, te he leído y me he puesto a escribirte en automatico...vamos que me ha encantado esto q has escrito hoy...A veces pareces un psiquiatra experto en sufrimiento humano ..cada vez q escribes so re eso lo bordas...mil gracias...a ver si ahora puedo dormirme otro ratito...un beso !
María me gusta y agradezco especialmente tu comentario porque me alivia, me quita un peso de encima eres humana ¡Duermes! Sobre psiquiatras hablamos otro día, mejor. Para saber de los otros solo hay que escucharles (y escucharte, lo que no sueles decirte a ti mismo, eso también ayuda). Vamos, que alrededor tenemos a muchas personas que lo pasan mal y aunque solo sea saberlo es importante para cuando nos pasa (o pase, que pasará) personalmente. Aquí nadie se libra, pronto o tarde. Me sorprenden esas conversaciones triviales, cuando dos personas se encuentran por la calle Hooola, tiempo sin verte ¿cómo estás? y el otro/a contesta Bien, como siempre. Así, como siempre, sin sentir ni padecer, que suerte, que chollo, que sociedad del bienestar, todo el mundo bien, que sufran los otros, que se jodan, yo estoy bien, como siempre.
Disculpa, María, cojo carrerilla y se me va la olla.
Que tengas buen día.
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