Parker se inspira.
En busca de la inspiración Parker ha brujuleado en noches robadas, en mañanas con resaca de mal vino y peores compañías, ha contado el patio interior y los tejados, la fachada no, nunca, los sótanos sí, y los balcones, ha dicho lo que no tenía que decir y ha olvidado lo elemental, ha pintado en la piel de desprevenidas viajeras estancadas en aeropuertos sin aviones, ha preservado como una reliquia la intimidad de aquel cuarto oscuro donde respiraba oxígeno purísimo, escalador del deseo tormentoso, donde adoraba un cuerpo enjuto sobre una alfombra de viento y sudor, donde se salvó para después perderse, el estrago del amor cuando no era tiempo, cuando todo era pasado, claro, de esto hace ya una vida, la suya, bailando en lo que imagina, en el filo de no saber, con luces lentas iluminando la decadencia del placer, la muerte que se asoma en la puerta entreabierta, el instinto de las flores, el presente es un perro que guarda los rebaños del no, ve, siente, escucha, tantea lo que no puede ser mientras una mujer pasea por una playa de viento y pensamientos que huyen como gaviotas diminutas saliendo de todos sus poros.
5 comments :
Tanto buscar inspiración puede impedir vivir la vida real, esa que discurre sin que nos demos cuenta. A la vida no le importa la belleza, ni las puertas que si abren o cierran. La vida pasa a nuestro lado, nos sopla, nos mueve como hojas al viento, pero no le importamos, no somos nada
Parker acabará por descubrirlo o, peor, ya lo sabe y se empeña en no saberlo.
Ay, amigo mío, hay por ahí unas brújulas malignas que desorientan al más pintado. Nos conducen por caminos perversos de vino y rosas.
Vagar por sótanos y tejados, escalar las paredes de mampostería ordinaria, bajar a los infiernos a injuriar a la Belleza como hizo Rimbaud y subir a los cielos de la monotonía y la razón invertida...
Senderos que discurren entre cardos y azucenas mientras las brújulas se empeñan en señalar un norte de ensueños, es el polo magnético que atrae a bobalicones y papanatas. Total viajes peligrosos por un deterioro que acaba en decrepitud.
Un fuerte abrazo.
Beauséant , tiene que ser halagador para los buenos escritores que sus personajes cobren vida para sus lectores, se les hagan familiares.
En la liga de los sin bata, los que escribimos por puro placer sin otra obligación que la que cada uno se marque tengo varias cosas claras. Una, escribir no es vivir. Otra, la vida siempre está ahí fuera, justo donde vivo tratando que cada día sea un buen día y eso engloba cosas sencillas, elementales. Y por añadir algo más, en mi caso creo que hago demasiadas cosas, excesivo ejercicio físico y de mente (bien es cierto que llevo un tiempo excitado y solo soy consciente cuando me lo dicen). Final, no tengo demasiada imaginación, por eso para escribir tengo que vivir.
(Iba a añadir ay, si yo te contara pero me he dado cuenta que ya lo cuento.
Saludos.
Francesc Cornadó (aviso, escribo sonriendo al leer tu comentario). En esas canciones “modernas” (que a ti no te gustan, lo sé), hay una, aflamencada, que dice algo así como que no daría yo por empezar de nuevo. Como además de entusiasta de la música clásica, del jazz y de casi toda la música imaginable también soy adicto al flamenco (desde los tiempos en que descubrí a Camarón pero no podía decirlo, ese gusto era anatema en mi Bilbao oscuro, me hubieran lapidado por traidor, por cierto ¡Viva Cádiz!). No sé qué coño iba a decir…ah, sí, que de ser posible ese vivir de nuevo sería igual de bobalicón y papanatas como he sido muchas veces en mi vida pero, ay, pero, qué bien, oye, que me quiten lo bailao, que me quiten lo que bailo, que no me quiten nada que tengo mal carácter y me enciendo enseguida. Las brújulas las carga el diablo, vivir desbrujulado no sé si es conveniente pero que bien (y que mal, a veces, casi siempre, después) se pasa. Como a Beauséant te digo, amigo mío, si yo te contara
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Antaño, si bien recuerdo, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían y corrían todos los vinos. Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas, y la hallé amarga, y la cubrí de insultos. (Rimbaud)
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(click)
(Te ruego que intentes escucharla sin aprensión)
Amigo Pedro, he visto el vídeo y me ha gustado, cómo no, la gran Rocío Jurado.
Me gusta el flamenco, ¡faltaría más!, inconmensurable, Camarón parece de otro mundo, desde luego un mundo mejor.
Abrazos
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