lunes, 19 de septiembre de 2022

Experimentos


 

Si al acariciar la cabeza de un perro no mueve el rabo, o el perro es de madera  o es que eres ciego. Si te muerde la mano es que tiene miedo. Si echa espuma por la boca tiene la rabia. Por eso a muchos les gustan los gatos. O los ratones colorados. Incluso los seres humanos. Tengo una vecina que solo habla con su perro, ella le habla, de momento no le contesta (el perro). Este agosto, en misa de siete, conocí a una señora a la que se le aparecía la Virgen cada día, en su jardín (en el de la señora), incluso le invitaba a café con pastas (a la Virgen). A mí también se me apareció un día una virgen, me casé con ella, claro. Eso. La cuestión es seguir aquí.

2 comments :

Francesc Cornadó dijo...

Magnífico texto, invita a experimentar y a esperar a que se nos aparezca alguien.
Felicidades
Francesc Cornadó

Pedro M. Martínez dijo...


Francesc Cornadó, la verdad es que ni siquiera es una invitación, apenas un juego mientras desgrano días andaluces a mucha distancia de mi casa sin saber que mi casa es allí donde estoy ( es decir, ahora, aquí). Muchas gracias. Saludos.

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