El desenlace pajaril
No, la vida se para.
Con Mariam no seguí adelante. Un día se quitó el abrigo y no tenía nada por dentro, su atractivo se quedaba en los bellos ojos verdes Y no es que fuera delgada o gruesa o qué, es que literalmente estaba hueca, sin sustancia, suspiraba bien en eso del coito pero hasta ahí, me aburría. Con esas premisas, claro está, no había posibilidad de un idilio continuado. Además me dejó, la muy...
Mi tía María, que me quiere mucho pero que es espabilada, mientras me preparaba el bacalao al pil pil para los desayunos murmuraba –este chaval no tiene remedio, ni con pájaros.-
Y me centré en Txomin, mi pingüino. Lo primero que hice fue comprarle una bufanda y una gorra de béisbol, verde. Después saqué entradas para el cine – “Don´t come knocking” de Win Wenders-, nos gustó. Al salir fuimos a cenar al hostal junto al bosque rojo -que preparan muy bien las anchoas en vinagre-; nos pusimos ciegos, él untaba el plato y palmeaba de gozo.
Txomin era poco exigente, teniendo comida y frío estaba contento, yo también. Así, la relación duraba, duraba Los vecinos nos miraban con cara rara en la escalera. Bueno, también miraban así cuando viví con Laura, esa es otra historia, gótica, Laura.
Todo iba bien hasta que llegó el circo Americano. Le llevé, claro. Allí fue donde vio al oso polar. Un flechazo. Ese mismo día desapareció. Con todo lo que yo le había dado. Ingrato. Lo peor es que se llevó mis ahorros. Dicen que les han visto de gira por la zona de Almendralejo. Forman el Dúo Gélido. Se quitan las pieles, serán...Y conmigo que era tan recatado.
Mi tía María ya no se atreve a decir nada, ni viene a almidonar los calvinklein, ha empezado un cursillo de filatelia por correspondencia y no tiene tiempo de nada.
Yo, ya, estoy bien, gracias, no os preocupéis. Es solo que tengo mala suerte en mis relaciones. Lo único, si sabéis de alguna buena chica, que le gusten los animales, aunque ella también lo sea –un poco, eh-, que tenga algo por dentro -además de lo que tiene que tener, claro- darle mi dirección, en estos momentos estoy solo, sin compromiso.
Le he echado el ojo a un canario flauta, que me han dicho que son muy fieles, pero la verdad no me decido. Ay, con todo lo que he pasado, no gano para disgustos.
Hasta mañana.
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