Llueven pájaros sin descanso
«A
fe que debe ser razonable poeta, o yo sé poco de arte». (Don
Quijote)
Todavía
no amanece. S, que me conoc(ía)e, sabe que hablo de estas cosas para no entrar
en los bosques de la realidad, para no transitar por este día que me muerde con
la crudeza de lo cierto.
A
veces escribo cuentos, poemas, mentiras, pero esto es otra cosa, esto es
constatar que la felicidad se ha terminado y ya, ella no, ella nunca más, ella
adiós. Ya no mañanas plácidas de juegos en el diván, no paseos por el
acantilado al atardecer, escondiéndonos, cuando el sol regala una gama de
colores que la retina urbana apenas distingue, acostumbrada al humo de los
automóviles, a las aglomeraciones, a las manifestaciones con pancartas bordadas
a punto de cruz, con consignas crudas, con fotografías de los presos o de los
líderes.
Deberé
acostumbrarme a sonreír a pesar de estar triste, a fingir que los días son
hermosos aunque cada hora sea una losa de aburrimiento, de tensión porque las
cifras no salen, los números se rebelan y saltan a los ojos como gallos furiosos,
como piedras rodando por las laderas de lo imposible y esto era, esto es vivir,
el bostezo, la ansiedad, la angustia de no saber y, para colmo, Carmen también
se ha ido y no más tardes de sábanas de luz sobre nuestros cuerpos aún morenos,
no más suspiros, jadeos, besos, no más inventar excusas para llegar tarde a
casa, no más alegría en este invierno que pasa tan lento, tan frío, tan
lluvioso, con tardes muy cortas, rutina de las mismas calles, las mismas
conversaciones, huecas. - Si, cielo, ahora voy a bañar a la niña -.
3 comments :
Mañana será otro día. Hay que descansar. A veces es eso realmente que hace ver más profundo o menos. Buenas noches Pedro.
Encarna C, ya es otro día. Hoy, ¿cómo lo ves?
Que tú tienes razón. Ni desxansar ni leches. Llueven pajaros! Yo también los veo.
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