Lauzier
Un
lector automático conectado a esta página glup, leyendo sin cesar, sacando
faltas, proponiendo ideas, poniendo el sello del copyright, navegando en la
amenidad, obscenidad, diversidad, / ceremonia de lector analfabeto, añoranza de
los tiempos Lauzier (¿alguien sabe qué
hacía este buen hombre?), reprimenda para tiempos
evanescentes, repliegue de esa máquina que lee, /en realidad no estoy aquí y
esta es una proyección de una ilusión en cinemascope y a todo color, con textos
en blanco y negro y movimiento acelerado, matinales del Olimpia y por hoy ya
está bien.
Material
para los críticos.
Lauzier nació en 1932 en Marsella. Después de
licenciarse en Filosofía y estudiar cuatro años de arquitectura en la Escuela
de Bellas Artes de Paris comenzó a colaborar en diversos tipos de trabajo para
la prensa de la capital. Cansado de la falta de expectativas y un poco aburrido
de la vieja Europa, se fue a Brasil, donde pasaría una buena cantidad de años,
como dibujante y publicista, y tendría todo tipo de experiencias (algunas
bastante desagradables).
Su regreso a Francia a principios de los 70 no pudo
ser en un momento más oportuno. En ‘Pilote’, la principal revista de cómics
francesa, se había producido la desbandada. Moebius, Gotlib, Bretécher,
Mandrika habían abandonado el buque insignia y se habían marchado con la música
a otra parte. Por si fuera poco, Goscinny había renunciado a continuar como
director. Era evidente que había que llenar huecos y ahí estaba Lauzier.
Ante todo hay que decir que Lauzier es un autor con
talento ¿Qué aportaban sus historias? Básicamente un humor vitriólico que ponía
‘en solfa’ a todo lo que se movía, pero preferentemente a los
pseudos-izquierdistas de la ‘progresía’ de la época. Y paradójicamente serian
los más ferozmente retratados, los que se sintieron encantados delante del
espejo. Como si la cosa no fuera con ellos, se reían a mandíbula batiente de
las sátiras de Lauzier y eran capaces de identificar en sus historias a todos
los animales del zoológico de su entorno, a excepción del suyo propio. Su éxito
fue incuestionable.
Gerard Lauzier siempre se sintió incomodo en el mundo
del cómic. Decía que estaba todo por hacer y parece ser que la perspectiva de
tanto trabajo no le seducía en exceso. Se quejaba de que no existía un cómic
realmente ‘adulto’, en el que la gente pudiera verse reflejada. Después de las
lamentaciones hacia el medio que le había dado fama, notoriedad y dinero, se
terminaría pasando al cine (director y guionista) y teatro (autor), en donde
hizo notables comedias de costumbres en las que se sentía como pez en el agua.
Pero antes de irse para otros territorios artísticos
nos dejaría una buena muestra de su talento. En el 1974 ‘Lili Fatale’ y ‘Un
certain malaise’. En el 1975 iniciaría su serie ‘Tranches de la vie’ que seria
continuada por la saga de ‘Course du rat’ en 1978. En 1980 ‘Tête dans le sac’.
‘Les Cadres’ en 1981 y ‘Souvenirs d’un jeune homme’ en 1982. Después de un
largo periodo de ausencia en el mundo de las viñetas, su ciclo se cerraría con
‘Portrait de l’artiste’ (1992). Lauzier falleceria en 2008.
La mirada de Lauzier es lucida y despiadada. No siente
afecto hacia sus criaturas, y es muy posible que tampoco lo sintiera hacia sus
congéneres. Claire Bretécher tratando los mismos temas que él, siente una
profunda ternura hacia sus personajes, ¡Lauizier nunca! Y sin embargo… y sin
embargo es gracioso. Su ‘Gran Carnaval’ nos hace reír. Nos hacen reír las
imposturas de los izquierdistas de derechas y su viceversa. Nos hace reír los
arribismos de sus hombres aparentemente fuertes por fuera y profundamente
débiles por dentro, nos hacen reír sus mujeres hermosas y sin escrúpulos. En su
obra, todos parecen estar de vuelta de todo y ninguno parece haber ido a
ninguna parte.
http://comic-historietas.blogspot.com.es/2009/08/los-que-huyeron-del-comic-1-gerard.html
2 comments :
Grasset-Lautrec.
L´autre...
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