Cosas del azar.
“El
día en que morimos no cantan ruiseñores,
ni nos sostiene en sus brazos el amor,
ni las cuentas están bien saldadas”.
(John Keats)
ni nos sostiene en sus brazos el amor,
ni las cuentas están bien saldadas”.
(John Keats)
Una
amable lectora de Arabia Saudí me pregunta sobre el azar (no es broma).
A propósito del azar se me ocurren diferentes argumentos.
A propósito del azar se me ocurren diferentes argumentos.
Viajeros que maldicen en el andén porque han perdido el tren por una inoportuna llamada telefónica (luego este descarrila -el tren-, cae envuelto en llamas por Despeñaperros -por ejemplo- y no se salva ningún viajero).
Mujeres
que se sientan en el quicio de una puerta para sacarse una piedra de la
sandalia (y de pronto en la acera caen pianos de cola, pianistas despeinados y
hasta un director de orquesta rumano).
Hombres
que mientras esperan turno para comprar preservativos en el mostrador de una
farmacia se encuentran con una antigua amante (su acompañante la toma por el
talle y ella es joven y rubia y sonríe, taimada, encantada de la vida).
Niños
jugando al balón en el extrarradio de una ciudad castellana, para un coche, de
él se apea un directivo del Rapid de Viena y habla con uno de los niños. (
Manolín ficha por un equipo de una liga extranjera, al cumplir 18 años se casa
con Vanesa María, su novia desde los 14, y jamás vuelve a su pueblo)
Ancianos
rebuscando en las papeleras, uno de ellos, Jaime López, encuentra una décimo de
lotería premiado (poco después sufre un ataque al corazón por la alegría y
ahora agoniza en la sala de urgencias de un hospital cercano)
Un
investigador de Cuenca de gira por Crimea pensando que es un transbordador sube
por error a un submarino nuclear ruso, al no saber nadar no puede bajarse en
marcha, la nave en una travesía enloquecida se pierde debajo del Polo norte y
–oh, maravilla- por un agujero en la corteza terrestre -hasta entonces
desconocido- aparece en un estanque en Moratalaz ( lo cuenta en un sesudo
estudio y lo postulan como candidato al premio Nóbel. Al de Cuenca)
M caminando con la vista fija en el suelo enladrillado - ¿quién lo desenladrillará?- (pasan glups a su lado y ni siquiera los ve).
Se
me ocurren muchos más. Otro día, hoy tengo sueños, que espere mi amiga saudí.
“Nunc est bibendum, nunc pede libero…ahora, amigos, debemos beber y danzar alegremente, ahora es el tiempo de colmar las mesas de los dioses con los exquisitos manjares de los Sabios. (Oda a sus amigos. Horacio)
(Claro...)
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