Jueves, se acaba el año.
«Tenía un
matrimonio ideal y no iba a permitir que su propia esposa se lo estropease”. Caída y auge de Reginald
Perrin.-.David Nobbs
Esta esquina es un privilegio, me permite imaginar.
Y contárselo.
La verdad, acudí a aquella reunión de
antiguos compañeros solo por ver a Sara pero el azar estaba juguetón aquella
tarde. Nos reunimos en el bar de entonces y hola, besos, como estás, quién
eres, te recuerdo, se te ve como siempre, esos lugares comunes.
Entre todas, Begoña era la menos favorecida
por el paso del tiempo y qué sé yo. Al salir hablamos mientras la llovizna nos
recluía bajo el alfeizar, desgranamos los años, los hijos, las historias, me
pareció una mujer mayor. En la cena seguimos compartiendo nuestra visión del
desencanto, de las ilusiones, del futuro cada vez más corto, me pareció una
mujer interesante. No pude cruzar ni una sola palabra con Sara.
El azar siguió jugando y después de años de
no vernos, tres días después coincidí con Begoña cuando estábamos tomando café
uno a cada extremo de la barra de un bar. A ese café siguieron otros en otras
mañanas, ella me confesó que le había parecido un hombre mayor pero que estaba
cambiando su opinión.
No sé cómo fue o sí lo sé, tampoco es cosa de
entrar en demasiados detalles pero, qué cosas, un día después del café nos
besamos, los besos llevaron a las caricias y estas a quitarnos la ropa y a nuestra
primera vez, que fue un milagro de intensidad, pasión, ternura y qué les voy a
contar. No estoy seguro que sepan de qué estoy hablando.
Por nuestros compromisos, trabajos, pareja y
otras obligaciones determinamos que los miércoles de de 9 a 11 y los viernes de
4 a 7 eran nuestros días y horas hábiles. Visto así parece una relación
mecánica, poco romántica, burocratizada, pero no, Begoña era muy mujer muy
atractiva, joven, llena de vitalidad y una amante increíble incluso para mí que
en esas cuestiones siempre he sido muy exigente, que lo diga Sara.
Pero me olvidé de Sara, de mi pareja legal,
de mis amigas virtuales y me colgué, así, como lo leen, me colgué. El sexo era
tan intenso que tiñó de rosa y rojo mis pensamientos, que se redujeron a solo
uno, es decir como siempre pero llevado a su máxima expresión. Comencé a faltar
al trabajo, a no ir a casa a dormir, a no ir a misa los domingos, a no pensar
en otra cosa que no fuera estar con Begoña. No sé si a ella le ocurría lo mismo
pero yo estaba justo en el borde de quedarme lelo.
Tanto fue el cántaro a la fuente que me
quedé, lelo, sin trabajo, sin pareja, sin Begoña, sin Sara, sin Facebook. Estoy
ahora mismo en la cola del desempleo y creo que llega ya mi número, el 105, no
tengo tiempo ahora, creo que me ha salido una entrevista para un trabajo en
Albacete pero les prometo que otro día les cuento la parte que falta a esta
historia.
Oye, estas cosas que escribes, ¿te las imaginas,
te han ocurrido, te las cuentan?
Bueno, en principio, debo decirte que cuando
este blog era solamente glup y nadie sabía quién escribía era más sencillo, me
permitía ser otro siendo yo mismo, incluso me comentaban, etcétera, pero ahora
bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla
bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla ahora bla bla bla bla
bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla
bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla ahora bla bla bla bla
bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla, etcétera, que jamás
podré vivir de la escritura pero un día, seguro, escribiré mi libro viendo
pasar el fiero y frío Hudson (*).
(*) Antes debo hacer el Camino de Santiago y
alguna cosilla más.
2 comments :
Yo creo que algunas te las imaginas, muchas te habrán ocurrido, así o parecido... y pocas te habrán contado. Eso sí, las mejores siempre son, las que aún están por suceder. Incluso las que nunca sucederán. (es que soy pelín rara)
Pero imaginadas, vividas o narradas... no dejes de contárnoslas. Esta esquina ya no es sólo tu privilegio.
Feliz todo y bla bla bla bla. :)
Me encanto esa historia, la forma, la manera sutíl de engancharse, un poco como la trama...Un gusto, un placer y...puedo volver?
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