El poema de hoy.
El poema de hoy,
que nos libere, sacrificado en la piedra hostil esta mañana fría, otra, mecánica
precisión del cuerpo, monotonía de gestos, saberlo en un baile de gacelas que
apenas toquen la garganta, la intención, el fondo, rondando sin entrar, con
hambre ajena, abro la puerta, no viene, sediento abra sin barcos, el intento un vez más flota invisible en las
aguas del otoño, la esperanza que se retuerce paralela a la voz, acantilado, refugio
para los grandes pájaros dormidos, ni siquiera una canción, un susurro
desierto, pero sí, aquí.
Quizás hoy sea el día.
Puedo ver la doble sombra del desencanto
del brazo de la esperanza herida.
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