Get off my cloud.
Y
tienen las palabras su verano,
su invierno,
y
tiempos de entretierra
y
estaciones de olvido.
De pronto se parecen demasiado a nosotros,
a manos que no tocan
hijos, amigos,
y pierden su polvo en otra tierra.
Ya no las mueve el agua
de nuestra tibia orilla humana.
Navegan entre nieblas,
merodean lentísimas,
van como topos,
ciegas,
esperando.
Hermanas, tristes nuestras.
Ida Vitale
Las palabras en abanico se asoman a
la raíz de lo íntimo, intentan el poema pero no, se atoran, se prenden en las
redes del tedio y caen en círculos hasta aplastarse en la piedra de esta
nadería.
La violencia hace guiños detrás de
una cortina roja que separa el mundo de luz de las tinieblas que confunden los
caminos a quién sabe dónde, tanteo en los cruces con miedo por los gritos de
los confundidos, me uno con mi miedo.
Tristeza, añoranza de las
branquias que nos permitieron respirar entre las cálidas aguas del mar que
ocultó la ciudad derruida, aún así nos sumergimos y buscamos sus tesoros, quién
sabe si los hay.
Mis dedos siguiendo la línea del
cuello de ella, músculos tensos, los gemidos después, fue ayer y aún estoy
dormido pero huelo mis manos y ocurrió.
Llegan los pájaros amarillos de
Klee, las palabras se esconden en su nido, callan y así queda truncado lo de
hoy, lo que tampoco he sabido decir empeñado en lo que no es, otra cerradura,
otro día, mañana encontraré la llave.
Con las manos se forman las palabras,
con las manos y en su concavidad
se forman corporales las palabras
que no podemos decir.
José
Angel Valente
2 comments :
Tres maneras de explicar lo indecible, lo que sólo la palabra poética roza tanto que duele como lo que no se puede decir.
Magnolio, poesía es una palabra tan grande que no cabe en esta página (excepto los lunes)
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