No sé silbar
Amaneceres
y ocasos, el mundo y mi esperanza dando vueltas, esperando que pase sin
atreverme a decir, mirando entre otros, acobardado por su todo y mi nada, que
me lleno de metáforas total para qué.
Está
por ver, el cántaro en la cintura y su pasear, contoneo y las fuentes, el perro
que acompaña sus mañanas, mi mirada que anhela, que ruega, el silencio,
peregrino de su desdén.
Está
visto que por su parte no, que hay otro o ninguno, que mi canto de quejidos y
destierros no baila en su vestido de flores. Es hora de cambiar la melodía, ni siquiera sé silbar.
2 comments :
Me encanta
Muchas gracias,Ihintza H de L
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