Rruh / Nefs
Para aquella niña del tren que leía Rayuela. (o lo que quede de ella).
¿Quién controla el flujo? Llegan mareas o no llegan. Estoy en la arena aunque no soy un gladiador, no ahora, no quiero luchar contra nadie, subir más allá de mi estatura, trepar sobre ninguna espalda, no quiero tener en mi habitación el espejo de la madrastra de Blancanieves, no es mi intención llegar a ninguna meta, ni empujar, ni intimidar, ni ser otra cosa que lo que soy. Eso, únicamente quiero ser el que soy. Y, ya que estamos, plasmar las sensaciones y emociones que recorren mi ahora
"En las concepciones populares de África del norte se habla que dos
almas habitan el cuerpo: una vegetativa, nefs, y otra sutil o soplo, rruh. A
nefs corresponden las pasiones y el comportamiento emocional, circula por la
sangre y su sede está en el hígado. A rruh le toca la voluntad, circula dentro
de los huesos y su sede radica en el corazón.”
Me gusta
entrar a este espacio, me relaja, me libera de algunas de las sombras que
pasean furtivas por la trastienda de mi cabeza. Es temporal, durará lo que
dure. No quiero escribir un libro, plantar un árbol, quedarme embarazado,
recibir halagos, ni que esta actividad me reste tiempo para otras. Además está
claro como el vino que no tengo ningún afán de que sea nada más. Sí admito
críticas.
“Y mira qué
curiosidad espléndida: la unión de esas dos almas la simbolizan en el
árbol-peñón como pareja. El árbol da sombra y humedad a nefs, pero es ante todo
el soporte de rruh, que se posa en sus ramas como un pájaro. Neft está presente
en el peñón, o en la piedra, y las fuentes que brotan son el símbolo de la
fecundidad venida del mundo de "abajo".
Vano intento
de perdurar, esto no tiene ninguna importancia, es un pasar los días mientras constatamos que no hay
espacio para los sueños, que somos tantos, tan intercambiables, tan
prescindibles, que da igual dos que doscientos, las magnitudes son otras, están
en otra parte, aquí no se juega el partido, ni siquiera hay árbitro, ni reglas,
ni más camino que volver por donde hemos venido. Pues eso, que voy de vuelta,
pasito a pasito (y creo que estoy llegando, porque aquel niño del final del túnel
se parece mucho a mí).
2 comments :
Me ha encantado. Alguien que se entera. Gracias Pedro.
Encarna C. de momento me entero que no me entero. Ya es un paso. Gracias, guapa.
Publicar un comentario